14 de junio de 2010

LA PLATA: TESTIMONIOS EN EL JUICIO U9.

Resumen audiencias 7 y 8 de junio
La semana comenzó con la declaración de Alicia Quirós de Rapaport, esposa de Horacio Rapaport, asesinado luego de ser retirado del Penal. Relató como fue variando, -en paralelo con el endurecimiento de las condiciones de detención dentro del penal- el trato a los familiares de los presos. Luego relató que mediante un telegrama, el Servicio Penitenciario le informó el supuesto “suicidio” de Rapaport en un “traslado” y realizó un minucioso relato de la odisea que debió atravesar para recuperar el cuerpo, cosa que recién logró doce días después y bajo determinadas condiciones: no debía publicar obituario, ni hacer velatorio, y no tenía que volver a verse con ningún familiar de los detenidos en la Unidad 9. Recién en 1983 pudo reencontrarse con los compañeros de su marido.
Luego declaró el perito del Cuerpo Médico Forense Raúl Ferreres, por el homicidio de Alberto Pinto.
Ferreres fue contundente, en primer lugar al afirmar que el estallido de yeyuno que presentaba Alberto Pinto fue provocado seguramente en el primer día de permanencia en el calabozo de castigo –detalle fundamental a la hora de endilgar responsabilidades- y refirió que solo pudo ser provocado por un golpe, o más bien “una golpiza”. Ferreres descartó la posibilidad –alegada por los penitenciarios- de que las lesiones se debieran a las convulsiones producto de la epilepsia que padecía Pinto. Y afirmó que alguien que padece una enfermedad de ese tipo no puede permanecer aislado y sin control médico.
A continuación Mario Colonna, relató que fue secuestrado con su hermano, y pasó por el Regimiento 7 , el Pozo de Quilmes y la Tercera de Valentín Alsina, antes de recalar en la U9.
Colonna, estudiante de medicina y militante sindical en esa época, se indignó al recordar el accionar de los médicos. Y preguntó al Tribunal por que no estaba entre los imputados la Chancha García, a quien recordó como parte de la patota del Servicio Penitenciario.
Continuó la jornada Rafael Moreno Kiernan, Secretario de la Asociación Judicial Bonaerense. Moreno se refirió al accionar de los médicos, cuando estuvo confinado en “los chanchos”: “…el médico me dio un comprimido, al pedirle agua para tomarlo me indicó la letrina…
”Ingresó en la U9 en octubre del 76, proveniente de Córdoba –donde se encontraba por una reunión gremial- en donde fue herido en una pierna y luego de pasar por los CCD de La Perla, Pozo de Banfield, sección perros de Campo de Mayo y la cárcel de Devoto.
Recordando la requisa del 13/12/76 contó que logró ver antes de la golpiza a personal con cascos y armados e incluso una ametralladora a la entrada del pabellón lo que lo llevó a pensar que les iban a aplicar la “ley de fuga”. Al describir lo vivido en U9 dijo “…la rutina represiva era como la gota que orada la piedra… en los chanchos los interrogatorios con golpes y torturas eran similares a los del CCD… a pesar del régimen de opresión no lograron quebrar la subjetividad de los presos…” También narro que si bien todo el sistema era represivo, había guardias que eran particularmente crueles, entre las que se destacaban las que estaban dirigidas por Fernandez (el manchado) y Ribaynera (el nazi). Moreno Kiernan fue liberado el 11 de Setiembre de 1982.
Finalizó la audiencia con la declaración de Ricardo Victorino Molina, quien siendo delegado en la fábrica Kaiser Aluminio , fue secuestrado el 14 de abril de 1977. Luego de haber pasado por el CCD “La Cacha” es llevado a la Comisaría 8ª de La Plata donde es “blanqueado” y llevado a la U9 en junio del 77 hasta 1979 de donde sale con libertad vigilada. Refirió que en la Cacha escuchó diversos apodos de represores, entre ellos “El Oso” y “Palito Ortega”, y que se rumoreaba en el lugar que había personal del Servicio Penitenciario entre los represores.
Al igual que muchos de quienes declararon refirió a la particular dureza de las guardias de Fernandez y Ribaynera. Relató que el nacimiento de su hija le fue informado en la carcel por empleados del Registro de las Personas. Su compañera y madre de la niña Liliana Galarza , estaba en ese momento en cautiverio (Brigada La Plata) y hoy permanece desaparecida.
El día martes declaró en primer turno Gustavo Bravo Almonacid médico penitenciario quien ratificando sus declaraciones anteriores afirmó que los médicos de guardia tenían obligación de recorrer diariamente los calabozos de castigo, desestimando así los argumentos de la defensa de los tres médicos imputados por el homicidio de Alberto Pinto. Afirmo también que un detenido con la patología de Pinto nunca debió haber sido alojado en las celdas de castigo.Luego fue el turno de Juan Carlos Gonzalez Blanco también perito del Cuerpo Médico Forense, quien fue terminante al decir que Pinto nunca debió ser enviado a la celda de castigo, que la atención que recibió no fue adecuada y que el retardo en haber recibido dicha atención condicionó negativamente en la posibilidad de sobrevida de Alberto Pinto.
Finalmente, la defensa desistió del testigo Julio César Brolese, quien como parte de la Oficina Pericial de La Plata había realizado también pericias en el caso Pinto
FuentedeOrigen:JusticiaYa
Fuente:Rdendh

AJB - ACTA

Rafael Alberto Moreno Kiernan declaró el lunes 7 de junio en la capital bonaerense en el marco del juicio por torturas, homicidios y desapariciones en la Unidad Carcelaria Nº 9 de La Plata.
Allí recordó que a los 26 años fue secuestrado en Córdoba entre el 12 y 13 de abril de 1976, y que estando herido de bala en la espalda lo torturaron durante toda esa noche y al otro día lo enviaron a Buenos Aires, presumiblemente al Pozo de Banfield.

Después lo trasladaron a Campo de Mayo y al llegar lo tiraron al pasto desde el camión y lo atacaron tres perros. Luego fue llevado a una comisaría teniendo como única prenda una capucha. Ya en la cárcel de Devoto, el médico se rehusó a atenderlo por el olor en el pelo y la barba.

En octubre de 1976, el ahora dirigente judicial fue trasladado a la Unidad Nº 9 en un estado calamitoso. Estas fueron algunas de las precisiones que hizo ante el tribunal, pero fundamentalmente estuvo “dando testimonio y cuenta de algo colectivo”, opinó luego.

Moreno Kiernan declaró cerca de dos horas ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata, que juzga a 14 ex represores de aquel centro de detención. Estuvo rodeado de medio centenar de amigos: sus hijos Julián y Emilia, 9 de sus hermanos con sus respectivas esposas e hijos, compañeros de la AJB, jueces.

El directivo de la AJB manifestó que “es una cosa insólita estar 34 años después en un tribunal que está juzgando esos hechos, mi testimonio no se basó en la venganza, el resentimiento ni en el odio; sí en una búsqueda de justicia, porque creo que estamos viviendo una época en donde si uno se compromete la justicia es posible una sociedad más justa, igualitaria, con más derechos, participación y democracia”.

“Cuando subí al estrado los miré -explicó sobre uno de los tantos instante históricos que vivió- , y cuando acomodé la campera los volví a mirar. Vicente me dijo después que mi mirada estaba como buscando apoyo, y lo tuve, fue realmente así”.

Moreno Kiernan reconoció, durante su exposición, a varios de los ex penitenciarios represores y médicos. "Te miraban como diciendo ´qué lástima que no te maté´”, dijo.

Consultado sobre las sensaciones de sus hijos tras el juicio, señaló que “estaban muy emocionados, contentos por lo que habíamos hecho juntos, porque mi relato no hubiera sido el mismo si no estaban ellos y tantos compañeros allí”.

A modo de anécdota, confesó que a poco de ingresar a declarar a la sala de audiencias fue llevado a sala donde estaban una psicóloga y una trabajadora social para contenerlo, “un momento horrible”, señaló, pero estuvo acompañado de su amigo Gabriel Vitale, juez de Lomas de Zamora.

Moreno Kiernan tiene solo palabras de agradecimiento para quienes lo acompañaron en esa histórica circunstancia. “Fue increíble estar allí y ver la lágrima que corría por la mejilla de la hija de Edgardo Ioskin, porque ella estaba escuchando que un compañero de su papá estaba contando lo que había leído por los libros; mi testimonio fue algo colectivo, y por eso agradezco la presencia de Manuel Fasano, Julio Bertomeu, Julián, Fabiana, al Dr. Piana, a Horacio Catino, a mis hermanos Pablo, Mercedes, Jorge, Osky, Malena, Belén, Justina, Tania y Pepe, a mis hijos, a Gustavo Peters, Daniel Pérez Guillén y a todos, todos”.

En otro momento, el secretario gremial de la AJB elogió las presencias de “el juez de La Plata Fabián Cacivio, que estuvo con su esposa e hija; a Alicia Cieri, compañera judicial de La Plata que en el día de su cumpleaños estuvo desde las cuatro y media hasta las ocho y media; al compañero Vicente Marcasciano, que recién ahora comienzan a hablar algo, es decir que cuando uno se anima otros también lo hacen. Fue una experiencia conmocionante, conmovedora, colectiva”.

También destacó las palabras de aliento de quienes no estuvieron allí, como Antonio Cortina, Fernando Chiarizia, entre otros, y refirió: “Estuve allí compartiendo mi experiencia, no buscando ser protagonista de nada, solamente diciendo lo que pasó, y a través de mi relato estuvieron hablando un montón de gente; inclusive las que no lo vivieron y estaban allí alentando que pudiera hablar, ese es el secreto y el meollo de compartirlo”.

Cabe mencionar que otras personas que acompañaron la exposición de Moreno Kiernan fueron: Oreste "Chino" Poggi, Víctor Mendibil, Hugo Blasco, Carlos Martínez, Fernández de ATE, Néstor Pardo, Martín Vizcarra, Agustín García, Santiago Fontella, Gisela Vesprini, Burbuja Jáurequi, María del Carmen Zubía, Alberto Igoldi, Osvaldo Rozas, Marcelo De la Torre, Sergio Pieri, Omar Rojas, Marta Kliun, Silvia Varela, Marcelo Romero, Roberto Páez, el Indio Gayol, Paulo Rivas. "Agradezco a todos mis amigos y compañeros", finalizó Moreno Kiernan.
Fuente:Rdendh

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