COMIENZA MAñANA EL JUICIO CONTRA EL EX JEFE DE LA 4ª POR EL ASESINATO DE ALICIA LOPEZ
Facino debe responder por homicidio
El represor ya fue condenado a 20 años de prisión por secuestro y torturas a otros militantes políticos, pero ahora será juzgado por el crimen de la docente desaparecida el 21 de octubre de 1976, que fue vista en esa comisaría, desangrada.
Mario Facino, el segundo de los acusados, afronta un nuevo juicio por delitos de lesa humanidad.
Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Mañana comenzará el tercer juicio por delitos de lesa humanidad en Santa Fe. El Tribunal Oral Federal juzgará al ex jefe de la comisaría 4ª, Mario Facino, por el secuestro y asesinato de la docente y militante de las Ligas Agrarias, Alicia López, que está desaparecida desde el 21 de octubre de 1976. Facino ya cumple una condena a 20 años de prisión por el secuestro de tres militantes políticos: Patricia Isasa, José Schulman y Eduardo Almada y las torturas que sufrió Isasa, pero ahora será el primer represor santafesino que será juzgado por el cargo de "homicidio" de Alicia López, que prevé la pena de prisión perpetua.
Las audiencias arrancarán mañana, a las 9, ante el Tribunal integrado por dos jueces santafesinos María Ivón Vella y José María Escobar Cello, que se completará con su colega Ricardo Moisés Vázquez, vocal del Tribunal Oral Nº 1 de Rosario. El Ministerio Público será representado por los fiscales Martín Suárez Faisal y Patricio Longo. La defensa de Facino estará a cargo del defensor oficial Fabio Procajlo y su segundo, Fernando Sánchez. Y por la querella actuarán cuatro abogadas de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre: Leticia Faccendini, Jesica Pellegrini, Daniela Asinari y Gabriela Durruty.
Están citados a declarar 28 testigos, entre ellos dos históricos dirigentes de las Ligas Agrarias, Osvaldo Lovey, que fundó la organización en los '70, en el Chaco y Remo Vénica, quien sobrevivió a la persecución de la dictadura durante cuatro años, refugiado en los montes de la Cuña Boscosa santafesina junto a su esposa, hasta que ambos pudieron salir del país. Un escape que bien relata el libro Monte madre, del periodista Jorge Miceli.
Según la programación del Tribunal, habrá seis audiencias, dos esta semana: mañana y el miércoles y luego el 22, 23, 24 y 28 de junio. El 29 de junio se realizará una inspección a la comisaría 4ª. Después, vendrá la feria judicial que comienza el 5 de julio, así que el debate se reanudará con los alegatos de las partes, previstos para el 23 y 29 de julio. La sentencia podría conocerse el 2 de agosto.
Mañana, y tras la lectura de los requerimientos de elevación a juicio del Ministerio Público y la querella, están citados a declarar dos familiares de Alicia: su suegra, María Isabel Rodríguez, testigo del secuestro y su esposo, el ex juez Luis Juan Rodríguez, quién también militaba en las Ligas Agrarias, pero que estaba preso en la cárcel de Rawson cuando secuestraron a su mujer.
El testimonio de la señora de Rodríguez volverá a plantear uno de los interrogantes del caso. ¿Quién era el entregador que conocía a su nuera y acompañó a la patota que la secuestró el 21 de octubre de 1976, en el barrio Candioti sur? La mujer relató el hecho en la instrucción de la causa, dijo que el grupo de tareas estaba integrado por más de 20 personas con armas largas, algunos de uniforme y otros de civil, que rodearon su casa porque creían que Alicia estaba allí, pero como no la encontraron la fueron a buscar a la casa de los padres de la señora de Rodríguez, que vivían a la vuelta. Y cuando Alicia quedó cara a cara con el "entregador" lo increpó: "¿Vos acá?", le dijo.
En su declaración judicial, le preguntaron a la suegra de Alicia si podía describir al "entregador", pero ella contestó: "No pude reconocerlo, pese a haberlo visto".
El miércoles, les tocará testimoniar a los dos históricos de las Ligas Agrarias: Lovey y Vénica. Y después, seguirán tres testigos que vieron a Alicia López con vida en la comisaría 4ª: Alejandro Faustino Córdoba, Alcides Schneider y Raúl Pinto. Incluso, Pinto dijo que a Alicia "no sólo la torturaron, sino que también la mataron en la comisaría 4ª". El estaba detenido en la celda vecina y la pudo ver por la hendija de una puerta. "Allí estaba Alicia, en frente mío, desangrándose y muerta, tapada con una capa", relató.
En el juicio al ex juez Victor Brusa, que condenó a Facino a 20 años de cárcel, entre otros, quedó probado que el ex jefe de la comisaría 4ª "resultó una pieza clave en el cumplimiento del plan sistemático" de la represión ilegal.
"La comisaría 4ª era el lugar por donde pasaban los detenidos ilegalmente, estaban transitoriamente allí y eran llevados desde otros centros de detención para ser sometidos a torturas", dice la sentencia. Incluso, "la oficina montada para llevar a cabo las torturas a las que eran sometidas las víctimas, se encontraba contigua a su despacho (el de Facino), quien como jefe de la seccional concurría a su trabajo a cualquier horario".
"Los calabozos y las llamadas 'tumbas' por los testigos víctimas, donde permanecían durante días sin que se les permitiera acudir a los sanitarios, haciendo sus necesidades allí y conviviendo con ellas revelan una perversidad inusitada. El lugar y el hacinamiento ya eran suficiente, además de carecer durante el tiempo que pasaban por allí de colchón, vestimenta, atención médica, sin comida o con comida imposible de ingerir. En definitiva quedó claro que el accionar personal de Facino y su rol como jefe de la comisaría Cuarta lo constituía en un garante para que las fuerzas ilegales actuaran con impunidad en las privaciones ilegales y torturas en un establecimiento oficial", concluyó la sentencia.
FuentedeOrigen:Rosario12

El represor ya fue condenado a 20 años de prisión por secuestro y torturas a otros militantes políticos, pero ahora será juzgado por el crimen de la docente desaparecida el 21 de octubre de 1976, que fue vista en esa comisaría, desangrada.

Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe

Las audiencias arrancarán mañana, a las 9, ante el Tribunal integrado por dos jueces santafesinos María Ivón Vella y José María Escobar Cello, que se completará con su colega Ricardo Moisés Vázquez, vocal del Tribunal Oral Nº 1 de Rosario. El Ministerio Público será representado por los fiscales Martín Suárez Faisal y Patricio Longo. La defensa de Facino estará a cargo del defensor oficial Fabio Procajlo y su segundo, Fernando Sánchez. Y por la querella actuarán cuatro abogadas de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre: Leticia Faccendini, Jesica Pellegrini, Daniela Asinari y Gabriela Durruty.
Están citados a declarar 28 testigos, entre ellos dos históricos dirigentes de las Ligas Agrarias, Osvaldo Lovey, que fundó la organización en los '70, en el Chaco y Remo Vénica, quien sobrevivió a la persecución de la dictadura durante cuatro años, refugiado en los montes de la Cuña Boscosa santafesina junto a su esposa, hasta que ambos pudieron salir del país. Un escape que bien relata el libro Monte madre, del periodista Jorge Miceli.
Según la programación del Tribunal, habrá seis audiencias, dos esta semana: mañana y el miércoles y luego el 22, 23, 24 y 28 de junio. El 29 de junio se realizará una inspección a la comisaría 4ª. Después, vendrá la feria judicial que comienza el 5 de julio, así que el debate se reanudará con los alegatos de las partes, previstos para el 23 y 29 de julio. La sentencia podría conocerse el 2 de agosto.
Mañana, y tras la lectura de los requerimientos de elevación a juicio del Ministerio Público y la querella, están citados a declarar dos familiares de Alicia: su suegra, María Isabel Rodríguez, testigo del secuestro y su esposo, el ex juez Luis Juan Rodríguez, quién también militaba en las Ligas Agrarias, pero que estaba preso en la cárcel de Rawson cuando secuestraron a su mujer.
El testimonio de la señora de Rodríguez volverá a plantear uno de los interrogantes del caso. ¿Quién era el entregador que conocía a su nuera y acompañó a la patota que la secuestró el 21 de octubre de 1976, en el barrio Candioti sur? La mujer relató el hecho en la instrucción de la causa, dijo que el grupo de tareas estaba integrado por más de 20 personas con armas largas, algunos de uniforme y otros de civil, que rodearon su casa porque creían que Alicia estaba allí, pero como no la encontraron la fueron a buscar a la casa de los padres de la señora de Rodríguez, que vivían a la vuelta. Y cuando Alicia quedó cara a cara con el "entregador" lo increpó: "¿Vos acá?", le dijo.
En su declaración judicial, le preguntaron a la suegra de Alicia si podía describir al "entregador", pero ella contestó: "No pude reconocerlo, pese a haberlo visto".
El miércoles, les tocará testimoniar a los dos históricos de las Ligas Agrarias: Lovey y Vénica. Y después, seguirán tres testigos que vieron a Alicia López con vida en la comisaría 4ª: Alejandro Faustino Córdoba, Alcides Schneider y Raúl Pinto. Incluso, Pinto dijo que a Alicia "no sólo la torturaron, sino que también la mataron en la comisaría 4ª". El estaba detenido en la celda vecina y la pudo ver por la hendija de una puerta. "Allí estaba Alicia, en frente mío, desangrándose y muerta, tapada con una capa", relató.
En el juicio al ex juez Victor Brusa, que condenó a Facino a 20 años de cárcel, entre otros, quedó probado que el ex jefe de la comisaría 4ª "resultó una pieza clave en el cumplimiento del plan sistemático" de la represión ilegal.
"La comisaría 4ª era el lugar por donde pasaban los detenidos ilegalmente, estaban transitoriamente allí y eran llevados desde otros centros de detención para ser sometidos a torturas", dice la sentencia. Incluso, "la oficina montada para llevar a cabo las torturas a las que eran sometidas las víctimas, se encontraba contigua a su despacho (el de Facino), quien como jefe de la seccional concurría a su trabajo a cualquier horario".
"Los calabozos y las llamadas 'tumbas' por los testigos víctimas, donde permanecían durante días sin que se les permitiera acudir a los sanitarios, haciendo sus necesidades allí y conviviendo con ellas revelan una perversidad inusitada. El lugar y el hacinamiento ya eran suficiente, además de carecer durante el tiempo que pasaban por allí de colchón, vestimenta, atención médica, sin comida o con comida imposible de ingerir. En definitiva quedó claro que el accionar personal de Facino y su rol como jefe de la comisaría Cuarta lo constituía en un garante para que las fuerzas ilegales actuaran con impunidad en las privaciones ilegales y torturas en un establecimiento oficial", concluyó la sentencia.
FuentedeOrigen:Rosario12
Fuente:Rdendh
Historia del ocultamiento de una desapareción por parte del Juzgado Federal de Santa Fe, y de cómo el Pejota Santafecino funcionó como guarida para los represores.
El próximo martes, 15 de junio, acaso semioculto por el fervor mundialista, comenzará en Santa Fe el juicio oral por el asesinato de Alicia López Rodriguez de Garraham, una maestra del norte santafecino, secuestrada en la ciudad de Santa Fe en octubre de 1976, torturada y violada salvajemente en la Casita y “depositada” en la secccional Cuarta de Policía, un conocido Centro Clándestino de Detención y Torturas, ubicado en Bv. Zavalla y Tucumán, cuyo jefe al momento del crimen, el Comisario Mario Facino, es el único acusado de su asesinato, como si el ya condenado policía (recibió condena de 20 años en el juicio Brusa concluido el 23 de diciembre de 2009) no fuera parte de una cadena de mandos policial, militar y estatal que lo tenían a él como subordinado y como jefe.
Pero la historia de este juicio tiene algunas particularidades que se suman a las clásicas limitaciones que tiene la Justicia Argentina al momento de pretender juzgar un Genocidio con las melladas armas jurídicas de un Código Penal vestusto y pensado para otras lógicas criminales.
En la primera etapa pos dictatorial, allá por 1984, numerosos militantes que habían pasado por el circuito santafecino represivo (La Cuarta, la Casita, la Guardia, Coronda o Devoto) reconocieron a la Cuarta como uno de los más de quinientos centros clandestinos por los cuales transcurrió el Terrorismo de Estado, también se dejó constancia ante la Conadep de la desaparición de Alicia López y de la “particular” articulación entre el Area Militar 212 (Santa Fe), los grupos de tareas de la llamada Inteligencia de la Policía Provincial, la seccional Cuarta y el Juzgado Federal Número Uno.
Cómo casi todos saben, los pocos intentos de avanzar judicialmente en aquellos años fueron sepultados por la decisión alfonsinista de imponer las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que luego fueran remachadas por los indultos menemistas.
Sin embargo, ni la lucha contra la impunidad ni la labor de denuncias cesó un instante. Puntualmente, en 1992 la decisión del Senado de la Nación de designar Juez Federal de la Nación al torturador Víctor Brusa , colaborador primero y secretario después del Juez Mantaras durante la dictadura y activo protagonista de la represión más cruel y perversa, desató una larga serie de presentaciones ante la Audiencia Nacional Número Cinco de Madrid y de denuncias periodísticas (conviene homenajear a quienes fueron siempre los más receptores de nuestras denuncias: el suplemento Rosario 12 de Pagina) hasta lograr que en setiembre de 2001, se pidiera la extradición de un grupo de represores (casi exactamente los que serían condenados en el 2009) que fuera rechazada por el gobierno de la Alianza con la firma de De la Rúa y su ministro de Defensa Jaunarena, pero que nos daría pie para apelar ante el Procurador General de la Nación al cumplimiento del Pacto de Extradición entre el Reino de España y la Argentina, que obliga al país denegante del pedido a abrir una causa judicial, lo que logramos con la decisión del Juez Cavallo de diciembre de 2001 de abrir una causa y luego remitirla a la ciudad de Santa Fe, donde llegó en mayo de 2002 para que el Juez Rodriguez se sumara a quienes venían declarando la inconstitucionalidad de las leyes de impunidad, por lo que decidió abrir lo que luego sería la causa Brusa.
Fue entonces que un grupo de sobrevivientes, Almada, Córdoba, Pintos y yo mismo, al momento de declarar en sede judicial nombramos que entre octubre y noviembre de 1976, una mujer menuda, muy debilitada, golpeada y violada, que se caía al salir de su estrecha celda para ir al baño y se desmayaba de hambre en su “tumba”, había estado entre nosotros. En una pequeña celda que llamabamos “tumba” que estaba pared por pared con la mia, más grande y sin puerta maciza, que daba a algo así como un patio, la cocina y el baño.
Aunque me costó, y me cuesta mucho, sostener su recuerdo los compañeros me han confirmado que con Alicia hablabamos (como se hablaba en los centros clandestinos: cuando no te veían los represores, a medias palabras y con la ayuda de alguna canción o alguna poesía); asi celebramos su cumpleaños y fue Alicia la que le explicó a Graciela Rosello el 1º de noviembre de 1976, por entonces mi esposa y luego madre de dos de mis hijos, que estaba en la Cuarta, que yo mismo estaba al lado de su celda y que ella era la que era, Alicia López, maestra del norte santafecino que había buscado refugio en la ciudad de Santa Fe cuando apresaron a su marido, abogado de las Ligas.
En abril de 1999, Rosario 12 publicó una nota con foto que me permitió ordenar los recuerdos y ponerle nombre a ese recuerdo obsesivo que me perseguía: una mujer que se caía en el pasillo que iba al baño y que me miraba como clamando ayuda.
Sin embargo, a pesar de nuestro testimonio, el Dr. Reinaldo Rodriguez, Juez Federal que había reemplazado al Dr. Víctor Brusa cuando éste fuera destituido por el Consejo de la Magistratura en el 2000, al momento de dar por cumplimentada la instrucción en diciembre de 2005 (tomese nota que entre el momento de la decisión de Rodriguez y la condena a los represores pasaron exactamente cuatro años!) el caso de Alicia no estaba en las acusaciones que se hacía a los represores.
Grande fue mi sorpresa cuando al entrevistarlo, junto a un grupo de ex presos políticos y querellantes, al preguntarsele sobre el ocultamiento de la desaparición (entonces no estaba claro que había sido asesinada en la Cuarta) de Alicia, el Juez Rodriguez respondió que “se había olvidado de sumar el caso al auto de elevación”
Se había olvidado de una desaparecida!.
De la única desaparecida denunciada por lo que la causa sería solo por privación ilegitima de la libertad, tormentos y torturas, como finalmente resultó el juicio oral que culminó en diciembre, como si fueran crimenes aislados, cometidos por gente diversa y no el resultado esperado de un plan de exterminio elaborado previamente con la participacióno de todo el Estado y el estimulo del imperialismo norteamericano y sus agencias (por ejemplo, el jefe de Inteligencia del area 212, que debió ser juzgado y falleción antes del Juicio contra Brusa, estudió en la Escuela de Panamá, el centro más importante de formación de genocidas que tuvieron los yankees en la decada del 70).
Según consta en el expediente, en marzo de 2005 realizamos una presentación judicial pidiendo la ampliación de la indagatoria a Facino por Alicia, así como luego pedimos la misma acción judicial por nuestra calificación de Genocidio de los crimenes cometidos; ninguno de nuestros pedidos fue cumplido, ni siquiera contestado y ni siquiera tomado en cuenta ya que al abrirse una nueva causa judicial por Alicia López (mismos represores, mismos sobrevivintes, mismos acusados, mismos testigos, mismo lugar del crimen, mismas pruebas pero otra causa judicial, así se construye la impunidad desde la Justicia) ni siquiera mencionan los pedidos reiterados de ampliación de indagatoria.
Y aún más, al elevarse finalmente la causa a juicio oral, el Juez Corti avaló el criterio excluyente que había sostenido el Juez Rodriguez y así fue que en la causa Brusa, contra todo criterio jurídico y de verdad histórica, no se trató el caso Alicia López.
Como si Alicia no hubiera pasado por la Cuarta cuando estaba Facino de Jefe, el Curro Ramos iba a torturar y el Dr. Brusa tomaba declaraciones como si eso fuera el Palacio de Justicia de Bruselas, como si su desaparición o asesinato fuera un hecho ajeno a lo que se discutió en la causa Brusa.
En los largos años de impunidad han fallecido algunos de los represores que fueran acusados en la causa Alicia: Nestor Correa, oficial de inteligencia que fuera visto por el compañero Almada (también fallecido) arrastrando a Alicia, el Coronel Juan Rolon que era el Jefe del Area militar 212, por esa razón no estuvieron en el banquillo de acusados en la causa Brusa, ni lo estarán ahora; pero el caso Alicia López habilita una serie de preguntas sobre la impunidad santafecina.
Algunas de ellas las formuló el compañero Coco Pedraza, ex preso político, de identidad peronista actualmente Director Provincial de Investigación y Reconstrucción de la Memoria Histórica, en febrero de este año al momento de publicarse la lista de agentes civiles del 601 (en cursiva sus preguntas, en normal mis acotaciones):
Por qué se confeccionó en el despacho del general Trimarco en 1983 la lista de diputados nacionales encabezada por Sobrino Aranda ?
Vernet, hombre de la UOM, sería el primer gobernador pos dictadura, encargado de garantizar la impunidad del Poder Económico, de los Medios de comunicación y la Justicia
Por qué se incorporaron legisladores nacionales y provinciales (dos del norte y dos de Santa Fe), que habían integrado los Grupos de Tareas y las filas de PCI ?
Y por qué se permitiría luego que el Curro Ramos y Mario Facino, a pesar de todas las denuncias en su contra, se afiliaran al Pejota y luego se candidatearan y hasta Facino ganara la presidencia de la Comuna de Rincón, para luego compartir boleta con el “Tigre” Cavallero, ex Socialista y ahora supuesto progresista, en las elecciones de 1995 o con Luis Rubeo en el 97?, y todo esto después que desde 1992 yo mismo lo denuncié como Jefe de la Cuarta y responsable del Centro Clandestino ante la Audiencia Nacional de Madrid y ante cada camara, microfono o diario que aceptara mi denuncia.
Por qué se dio vía libre, durante el ministerio de Caíto Cevallo, para robarse los archivos Conadep en los Tribunales de Rosario ?
En octubre de 1984, un grupo de tareas se robó el equivalente a una habitación llena de archivos, entre ellos todo lo referente a Martínes de Hoz, Acindar y el Operativo Represivo de 1975, tal como lo documento en mi libro “Tito Martín, el Villazo y la verdadera historia de Acindar?
Historia del ocultamiento de una desapareción por parte del Juzgado Federal de Santa Fe, y de cómo el Pejota Santafecino funcionó como guarida para los represores.
El próximo martes, 15 de junio, acaso semioculto por el fervor mundialista, comenzará en Santa Fe el juicio oral por el asesinato de Alicia López Rodriguez de Garraham, una maestra del norte santafecino, secuestrada en la ciudad de Santa Fe en octubre de 1976, torturada y violada salvajemente en la Casita y “depositada” en la secccional Cuarta de Policía, un conocido Centro Clándestino de Detención y Torturas, ubicado en Bv. Zavalla y Tucumán, cuyo jefe al momento del crimen, el Comisario Mario Facino, es el único acusado de su asesinato, como si el ya condenado policía (recibió condena de 20 años en el juicio Brusa concluido el 23 de diciembre de 2009) no fuera parte de una cadena de mandos policial, militar y estatal que lo tenían a él como subordinado y como jefe.
Pero la historia de este juicio tiene algunas particularidades que se suman a las clásicas limitaciones que tiene la Justicia Argentina al momento de pretender juzgar un Genocidio con las melladas armas jurídicas de un Código Penal vestusto y pensado para otras lógicas criminales.
En la primera etapa pos dictatorial, allá por 1984, numerosos militantes que habían pasado por el circuito santafecino represivo (La Cuarta, la Casita, la Guardia, Coronda o Devoto) reconocieron a la Cuarta como uno de los más de quinientos centros clandestinos por los cuales transcurrió el Terrorismo de Estado, también se dejó constancia ante la Conadep de la desaparición de Alicia López y de la “particular” articulación entre el Area Militar 212 (Santa Fe), los grupos de tareas de la llamada Inteligencia de la Policía Provincial, la seccional Cuarta y el Juzgado Federal Número Uno.
Cómo casi todos saben, los pocos intentos de avanzar judicialmente en aquellos años fueron sepultados por la decisión alfonsinista de imponer las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que luego fueran remachadas por los indultos menemistas.
Sin embargo, ni la lucha contra la impunidad ni la labor de denuncias cesó un instante. Puntualmente, en 1992 la decisión del Senado de la Nación de designar Juez Federal de la Nación al torturador Víctor Brusa , colaborador primero y secretario después del Juez Mantaras durante la dictadura y activo protagonista de la represión más cruel y perversa, desató una larga serie de presentaciones ante la Audiencia Nacional Número Cinco de Madrid y de denuncias periodísticas (conviene homenajear a quienes fueron siempre los más receptores de nuestras denuncias: el suplemento Rosario 12 de Pagina) hasta lograr que en setiembre de 2001, se pidiera la extradición de un grupo de represores (casi exactamente los que serían condenados en el 2009) que fuera rechazada por el gobierno de la Alianza con la firma de De la Rúa y su ministro de Defensa Jaunarena, pero que nos daría pie para apelar ante el Procurador General de la Nación al cumplimiento del Pacto de Extradición entre el Reino de España y la Argentina, que obliga al país denegante del pedido a abrir una causa judicial, lo que logramos con la decisión del Juez Cavallo de diciembre de 2001 de abrir una causa y luego remitirla a la ciudad de Santa Fe, donde llegó en mayo de 2002 para que el Juez Rodriguez se sumara a quienes venían declarando la inconstitucionalidad de las leyes de impunidad, por lo que decidió abrir lo que luego sería la causa Brusa.
Fue entonces que un grupo de sobrevivientes, Almada, Córdoba, Pintos y yo mismo, al momento de declarar en sede judicial nombramos que entre octubre y noviembre de 1976, una mujer menuda, muy debilitada, golpeada y violada, que se caía al salir de su estrecha celda para ir al baño y se desmayaba de hambre en su “tumba”, había estado entre nosotros. En una pequeña celda que llamabamos “tumba” que estaba pared por pared con la mia, más grande y sin puerta maciza, que daba a algo así como un patio, la cocina y el baño.
Aunque me costó, y me cuesta mucho, sostener su recuerdo los compañeros me han confirmado que con Alicia hablabamos (como se hablaba en los centros clandestinos: cuando no te veían los represores, a medias palabras y con la ayuda de alguna canción o alguna poesía); asi celebramos su cumpleaños y fue Alicia la que le explicó a Graciela Rosello el 1º de noviembre de 1976, por entonces mi esposa y luego madre de dos de mis hijos, que estaba en la Cuarta, que yo mismo estaba al lado de su celda y que ella era la que era, Alicia López, maestra del norte santafecino que había buscado refugio en la ciudad de Santa Fe cuando apresaron a su marido, abogado de las Ligas.
En abril de 1999, Rosario 12 publicó una nota con foto que me permitió ordenar los recuerdos y ponerle nombre a ese recuerdo obsesivo que me perseguía: una mujer que se caía en el pasillo que iba al baño y que me miraba como clamando ayuda.
Sin embargo, a pesar de nuestro testimonio, el Dr. Reinaldo Rodriguez, Juez Federal que había reemplazado al Dr. Víctor Brusa cuando éste fuera destituido por el Consejo de la Magistratura en el 2000, al momento de dar por cumplimentada la instrucción en diciembre de 2005 (tomese nota que entre el momento de la decisión de Rodriguez y la condena a los represores pasaron exactamente cuatro años!) el caso de Alicia no estaba en las acusaciones que se hacía a los represores.
Grande fue mi sorpresa cuando al entrevistarlo, junto a un grupo de ex presos políticos y querellantes, al preguntarsele sobre el ocultamiento de la desaparición (entonces no estaba claro que había sido asesinada en la Cuarta) de Alicia, el Juez Rodriguez respondió que “se había olvidado de sumar el caso al auto de elevación”
Se había olvidado de una desaparecida!.
De la única desaparecida denunciada por lo que la causa sería solo por privación ilegitima de la libertad, tormentos y torturas, como finalmente resultó el juicio oral que culminó en diciembre, como si fueran crimenes aislados, cometidos por gente diversa y no el resultado esperado de un plan de exterminio elaborado previamente con la participacióno de todo el Estado y el estimulo del imperialismo norteamericano y sus agencias (por ejemplo, el jefe de Inteligencia del area 212, que debió ser juzgado y falleción antes del Juicio contra Brusa, estudió en la Escuela de Panamá, el centro más importante de formación de genocidas que tuvieron los yankees en la decada del 70).
Según consta en el expediente, en marzo de 2005 realizamos una presentación judicial pidiendo la ampliación de la indagatoria a Facino por Alicia, así como luego pedimos la misma acción judicial por nuestra calificación de Genocidio de los crimenes cometidos; ninguno de nuestros pedidos fue cumplido, ni siquiera contestado y ni siquiera tomado en cuenta ya que al abrirse una nueva causa judicial por Alicia López (mismos represores, mismos sobrevivintes, mismos acusados, mismos testigos, mismo lugar del crimen, mismas pruebas pero otra causa judicial, así se construye la impunidad desde la Justicia) ni siquiera mencionan los pedidos reiterados de ampliación de indagatoria.
Y aún más, al elevarse finalmente la causa a juicio oral, el Juez Corti avaló el criterio excluyente que había sostenido el Juez Rodriguez y así fue que en la causa Brusa, contra todo criterio jurídico y de verdad histórica, no se trató el caso Alicia López.
Como si Alicia no hubiera pasado por la Cuarta cuando estaba Facino de Jefe, el Curro Ramos iba a torturar y el Dr. Brusa tomaba declaraciones como si eso fuera el Palacio de Justicia de Bruselas, como si su desaparición o asesinato fuera un hecho ajeno a lo que se discutió en la causa Brusa.
En los largos años de impunidad han fallecido algunos de los represores que fueran acusados en la causa Alicia: Nestor Correa, oficial de inteligencia que fuera visto por el compañero Almada (también fallecido) arrastrando a Alicia, el Coronel Juan Rolon que era el Jefe del Area militar 212, por esa razón no estuvieron en el banquillo de acusados en la causa Brusa, ni lo estarán ahora; pero el caso Alicia López habilita una serie de preguntas sobre la impunidad santafecina.
Algunas de ellas las formuló el compañero Coco Pedraza, ex preso político, de identidad peronista actualmente Director Provincial de Investigación y Reconstrucción de la Memoria Histórica, en febrero de este año al momento de publicarse la lista de agentes civiles del 601 (en cursiva sus preguntas, en normal mis acotaciones):
Por qué se confeccionó en el despacho del general Trimarco en 1983 la lista de diputados nacionales encabezada por Sobrino Aranda ?
Vernet, hombre de la UOM, sería el primer gobernador pos dictadura, encargado de garantizar la impunidad del Poder Económico, de los Medios de comunicación y la Justicia
Por qué se incorporaron legisladores nacionales y provinciales (dos del norte y dos de Santa Fe), que habían integrado los Grupos de Tareas y las filas de PCI ?
Y por qué se permitiría luego que el Curro Ramos y Mario Facino, a pesar de todas las denuncias en su contra, se afiliaran al Pejota y luego se candidatearan y hasta Facino ganara la presidencia de la Comuna de Rincón, para luego compartir boleta con el “Tigre” Cavallero, ex Socialista y ahora supuesto progresista, en las elecciones de 1995 o con Luis Rubeo en el 97?, y todo esto después que desde 1992 yo mismo lo denuncié como Jefe de la Cuarta y responsable del Centro Clandestino ante la Audiencia Nacional de Madrid y ante cada camara, microfono o diario que aceptara mi denuncia.
Por qué se dio vía libre, durante el ministerio de Caíto Cevallo, para robarse los archivos Conadep en los Tribunales de Rosario ?
En octubre de 1984, un grupo de tareas se robó el equivalente a una habitación llena de archivos, entre ellos todo lo referente a Martínes de Hoz, Acindar y el Operativo Represivo de 1975, tal como lo documento en mi libro “Tito Martín, el Villazo y la verdadera historia de Acindar?
Ahh, el caso sigue impune, como el compromiso de Acindar y otras Grandes Empresas del Cordón Industrial rosarino en la represión y los planes de reconversión que cambiaron drasticamente la región, hasta hoy mismo.
Por qué se incorporaron a la Defensoría del Pueblo de la provincia a por lo menos dos PCI ? Por qué se permitió reciclarse en la administración pública y en la policía a un sinnúmero de agentes de inteligencia ? Por qué se incorporaron a funciones de gobierno a represores como los tenientes coroneles Riegé y Bernhardt y al genocida Nicolás Correa, que llegaron a manejar la policía en democracia... ?
Porque nunca se cortó la continuidad de una cultura represora que tiene raíz histórica en aquella Policía de los Cardenales que en la decada del 20 la Provincia permitió armar a La Forestal para que aplaste la rebelión de los obreros y mensues y que se mostró sobreviviente a tantos años de “transición democrática” con el asesinato del Pocho Leprati, Graciela Acosta y todos los compañeros que Reutemann mandó asesinar en diciembre de 2001
Por qué se promovió a Brusa como juez federal, que rearmó la justicia a gusto y paladar ?
En el juicio a Brusa denunciamos que fue Reutemann quien vence la resistencia interna y sostiene a Brusa contra mis denuncias, años después el fraude electrónico contra el Socialismo Popular, convalidado por Brusa, daría una de las posibles respuestas a la pregunta que todavía ningún Juez se animó a hacerle a Reutemann
Por qué se dio un abultado apoyo publicitario a grupos mediáticos apologéticos del terrorismo de Estado... ?
Algunas de estas preguntitas se irán resolviendo en estos juicios, otras habrá que contestarlas en la lucha social contra el continuismo de una dictadura que en la provincia tiene mil rostros, pero que ahora, a pesar de todo lo que hizo, se tendrá que enfrentar al de Alicia López.
Ese rostro que no soportaban en el juicio contra Brusa y pretendían borrar su foto de la sala, como borraron su vida de nuestra historia; pero ni una cosa ni la otra la pudieron.
Cómo escribí en aquellos días
Pero te temen.
Será entonces
que no les duele
tu ausencia
sino la dura
presencia
de tu ausencia
Porque hay
presencias vacías
y hay ausencias
que acusan
con más fuerza
que un grito.
Y eso eres,
ahora comprendo,
el grito
indómito
de aquellos
que creyeron borrar
y los hicieron
sueños
de esos que nunca morirán.
José Schulman
Testigo en la causa Facino
Secretario nacional de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre
Entidad querellante en el juicio oral por Alicia, contra Facino
Por qué se incorporaron a la Defensoría del Pueblo de la provincia a por lo menos dos PCI ? Por qué se permitió reciclarse en la administración pública y en la policía a un sinnúmero de agentes de inteligencia ? Por qué se incorporaron a funciones de gobierno a represores como los tenientes coroneles Riegé y Bernhardt y al genocida Nicolás Correa, que llegaron a manejar la policía en democracia... ?
Porque nunca se cortó la continuidad de una cultura represora que tiene raíz histórica en aquella Policía de los Cardenales que en la decada del 20 la Provincia permitió armar a La Forestal para que aplaste la rebelión de los obreros y mensues y que se mostró sobreviviente a tantos años de “transición democrática” con el asesinato del Pocho Leprati, Graciela Acosta y todos los compañeros que Reutemann mandó asesinar en diciembre de 2001
Por qué se promovió a Brusa como juez federal, que rearmó la justicia a gusto y paladar ?
En el juicio a Brusa denunciamos que fue Reutemann quien vence la resistencia interna y sostiene a Brusa contra mis denuncias, años después el fraude electrónico contra el Socialismo Popular, convalidado por Brusa, daría una de las posibles respuestas a la pregunta que todavía ningún Juez se animó a hacerle a Reutemann
Por qué se dio un abultado apoyo publicitario a grupos mediáticos apologéticos del terrorismo de Estado... ?
Algunas de estas preguntitas se irán resolviendo en estos juicios, otras habrá que contestarlas en la lucha social contra el continuismo de una dictadura que en la provincia tiene mil rostros, pero que ahora, a pesar de todo lo que hizo, se tendrá que enfrentar al de Alicia López.
Ese rostro que no soportaban en el juicio contra Brusa y pretendían borrar su foto de la sala, como borraron su vida de nuestra historia; pero ni una cosa ni la otra la pudieron.
Cómo escribí en aquellos días
Pero te temen.
Será entonces
que no les duele
tu ausencia
sino la dura
presencia
de tu ausencia
Porque hay
presencias vacías
y hay ausencias
que acusan
con más fuerza
que un grito.
Y eso eres,
ahora comprendo,
el grito
indómito
de aquellos
que creyeron borrar
y los hicieron
sueños
de esos que nunca morirán.
José Schulman
Testigo en la causa Facino
Secretario nacional de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre
Entidad querellante en el juicio oral por Alicia, contra Facino
Fuente:Rdendh
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