6 de julio de 2011

VIEDMA: COMPLETARON LA RONDA DE TESTIGOS EN EL JUICIO.

5/7/2011 
Completaron ronda de testigos en juicio por delitos de lesa humanidad en Río Negro
Viedma - El Tribunal Oral Federal constituido en Viedma para juzgar a ex jefes militares y policiales por el secuestro y torturas contra dos dirigentes gremiales en abril de 1976 completó esta mañana la ronda de testigos y escuchará los alegatos de la querella durante la tarde.

Los jueces Armando Márquez, Norberto Ferrando y Orlando Coscia, escucharon hoy los testimonios del comisario general retirado Jorge Ucha, quien era cadete de la escuela policial en el momento de los hechos; y del ex titular de la UOCRA de Viedma, Néstor Romero.

El ex jefe policial no pudo recordar datos de importancia, pero Romero, que a principios de 1976 era colaborador gremial de una de las víctimas del caso, aportó detalles de cómo se enteró del secuestro y el relato de los apremios ilegales sufridos. - Télam
Néstor Romero, ex titular de la UOCRA en Viedma.
Fuente:LaArena


Juicio a represores: Declararon Ucha y Romero y esta tarde hacen los alegatos
Viedma (ADN).- Las declaraciones testimoniales de los dos últimos testigos –el ex jefe de la Policía Jorge Ucha y el ex secretario general de la UOCRA y ex legislador del PJ Néstor Romero- insumieron gran parte del primer tramo –los alegatos se harán esta tarde- del juicio en el Juzgado Federal de Viedma a siete jefes militares y policiales acusados por detenciones ilegales y torturas contra dos gremialistas en Sierra Grande, en el año 1976.

Las víctimas fueron Daniel Avalos y Carlos Lima, ex dirigentes del gremio UOCRA, quienes quedaron detenidos inicialmente en Sierra Grande y luego trasladados a Viedma.

En primer término, Ucha (64), quien se retiró de la policía en el año 2007, reconoció que es amigo de uno de los imputados (Alberto Marasco, ex director de la Escuela de Cadetes en esa época) y refirió ante los jueces del Tribunal Oral Federal que el sótano de esas dependencias policiales estaba vedado para los cadetes, cuando él estudiaba en la Escuela. Agregó que por comentarios se enteró que era un sector de castigo para aspirantes de policías.

También comentó que tras el golpe de Estado llegó personal de la Marina, desde Bahía Blanca, que no se alojaron en el lugar y, aunque su declaración demoró otro rato, no aportó mayores precisiones en torno a la época en que Avalos y Lima habrían permanecido varios días en el sótano de la Escuela de Cadetes de Policía.

En cambio, la declaración de Romero (62) fue extensa, que inició con el relato de su desempeño como delegado del gremio de la construcción, en noviembre de 1975. Entre otras cosas, dijo que en marzo de 1976 viajó a Buenos Aires junto con Avalos y otras personas por trámites de su labor sindical, cuando observaron “un despliegue de militares” en distintas calles de la Capital Federal.

Romero dijo también que poco después de regresar a Viedma fue citado, junto con otros dirigentes sindicales a la Casa de Gobierno para reunirse con el delegado interventor militar, el coronel Néstor Castelli, otro de los imputados en esta causa.

Así, recordó las palabras iniciales de Castelli en el encuentro, aludiendo que afirmó: “El Proceso de Reorganización Nacional no es contra de los políticos, ni sindicalistas…sino contra la corrupción y la subversión”.

En otro momento, el ex sindicalista rionegrino, ahora radicado en Mendoza, dijo haberse enterado por un diario regional que “hubo un importante operativo antisubversivo en Sierra Grande” y que su propio automóvil se vio “involucrado” en esa ocasión. No obstante, según su relato, Castelli le confirmó que “las puertas de la Casa de Gobierno estaban abiertas” y agregó después que el delegado interventor “me dijo: con usted no hay nada”, tras comentarle que el automóvil secuestrado en el denominado “operativo antisubversivo” era suyo.

De ese modo, Castelli ordenó que se le entregue el auto, según refirió Romero. Esa instancia fue cumplida en dependencias de la Unidad Regional Primera, en Viedma.

Después, Romero aludió a Lima y Avalos, con quien mantenía una directa relación de amistad. “él me dijo: me largaron y me voy a Sierra Grande. Lo llevé (en auto) a esa ciudad y cuando viajábamos me llamó la atención la entereza en relatar el procedimiento y su detención. Me contó que le encontraron la carcasa de un 38 hecho pedazos…Me dijo también que había estado detenido en la Escuela de Policía y escupía sangre. Me contaba lo que le pasó, que lo torturaban, lo golpeaban y que durante la noche había simulacros de fusilamientos. Hasta le dijeron: arrodillate y empezá a rezar…”, contó Romero, quien al hablar insistía con mantener en una mano una botella de agua mineral, que finalmente se le cayó al piso de la sala judicial de audiencias.

Ante una pregunta del abogado de la querella, contó que Avalos era delegado normalizador del gremio de la construcción y Lima, colaborador sindical, como él en Viedma.

Cuando el defensor de uno de los imputados (Sixto Navarrete) Mario Cáccamo detalló más de 35 organizaciones políticas y de lucha armada incluidas en una disposición de prohibición por las fuerzas armadas y si Avalos era simpatizante, colaborador o miembro de algunas de ellas, Romero dijo desconocer esa situación y que nunca escuchó de ellas de boca de Avalos.

Por su parte, el abogado penalista Eduardo San Emeterio, defensor de los coroneles retirados Néstor Castelli y Raúl Pedernera, se mostró muy interesado en conocer porqué Romero –a quien directamente le preguntó- habló con Castelli en Casa de Gobierno por el tema del auto secuestrado en el operativo y “no fue por su amigo Avalos” para evitar que siguiera detenido.
FuentedeOrigen:ADN
Fuente:Agndh                                    

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