20 de julio de 2018

Entrevista con María Eugenia Ludueña.

Jueves 19.07.2018 
Entrevista con María Eugenia Ludueña 
La historia de Laura Carlotto o cómo una hija parió a su madre 
La periodista reconstruye la vida y militancia de Laura, la hija de Estela de Carlotto, presidente de abuelas de Plaza de Mayo, y madre de Ignacio, el nieto restituido número 114. Un recorrido que aporta una dimensión colectiva a los años más oscuros de nuestra historia y permite, sobre todo, no olvidar.
Ludueña con el subsecretario de Derechos Humanos de la provincia Publio Molinas, en El Litoral. Foto: Guillermo Di Salvatore 
Nancy Balza | nbalza@ellitoral.com
María Eugenia Ludueña volvió a Santa Fe para presentar “Laura. Vida y militancia de Laura Carlotto”, el libro que publicó en 2013 y reeditó dos años después con la incorporación de un capítulo hasta entonces impensado: la restitución de la identidad a Ignacio Montoya Carlotto, el nieto recuperado número 114 de Estela, la presidente de Abuelas de Plaza de Mayo.

Decimos que Ludueña volvió porque es santafesina; nació en esta ciudad y mantuvo una afectuosa relación con la capital en los veranos transcurridos entre familiares, club y playas. Y con los años, también con su propia historia -no personal pero si cercana- vinculada a los años de plomo. Porque, como dirá mucho más adelante en esta charla con El Litoral, “el modo en que estaba armado el plan de la dictadura tenía que ver con una estructura conectada con todo el país”.

Y si bien el libro fue publicado hace unos años, admite que presentarlo otra vez es “una excusa más para recordar, seguir hablando y no olvidar”, sobre todo en fechas tan particulares: el año pasado se cumplieron 40 años de la fundación de Abuelas de Plaza de Mayo, Ignacio Montoya Carlotto cumplió 40 en junio, y pasaron cuatro décadas del mundial. Este dato es importante para las numerosas producciones que se realizaron durante el año relacionando fútbol y dictadura, pero también para Ludueña: “Según recuerdan sus compañeras de cautiverio, Laura tuvo a su hijo en una fecha vinculada con el mundial”.

- ¿Como arrancaste a escribir este libro? ¿Cómo lo construiste?

- Te cuento cómo lo construí y todas las lecturas que hice a posteriori. Yo colaboraba con la revista de diario La Nación de los domingos cubriendo temas sociales y me encargaron una nota para hacerle a Estela para cuando apareciera el nieto número 100. Cuando la entrevisté, le pregunté si guardaba algún objeto para el día en que apareciera el nieto que todavía buscaba. Ella lo llamaba Guido, que es el nombre que le había puesto Laura (por su papá). Estela me dijo que había guardado por muchos años objetos de cuando recorría congresos y foros. De todos los lugares donde iba se guardaba un recuerdo: un pin, una gorra. Ignacio nació en 1978 y esta conversación con Estela la tuvimos a fines de 2009; allí me dijo que estaba repartiendo entre los nietos todas estas cosas y que en verdad ya estaba grande y lo que quería era que alguien recogiera la historia de Laura y lo que le contaban las compañeras de su hija, de cómo fue su militacia y su vida. Inmediatamente me comprometí. La historia de Laura ya me impactaba muchísimo y de hecho hace poco publiqué un libro de cuentos que se llama “El mundo no necesita más canciones” y uno de los cuentos, “La canasta mágica”, es la historia de una madre y de una hija que tiene un personaje secundario al que apodé “Laura” por Laura Carlotto. Eso lo tenía escrito de antes, y quedó en stand by mientras investigaba para el libro de Laura.

Después de que salió la nota, la llamé a Estela y le pregunté si seguía en pie esto que habíamos hablado. Estela no usa computadora, así que sacó su libretita y me dijo: “Para empezar podés hablar con tal y con tal”. Por supuesto también hablé con sus tres hijos y con ella con quien tuve muchas entrevistas. Fue impactante ver lo que genera Estela donde va. Me siento muy agradecida con haber podido escribir esta historia y también que se dé esta coincidencia de que poco tiempo después de publicado el libro se haya restituido la identidad a Ignacio Montoya Carlotto.

- ¿Tenés idea de cuántos testimonios recogiste? Tuviste que reconstruir una época en la que vos eras chica.

- Perdí la cuenta de la cantidad de testimonios. No quería hacer una historia individual o épica, ni contar una epopeya. Me interesaba el hecho de que Laura era mujer y militante. Me pareció bueno analizar desde una perspectiva de género lo que fue el rol de las mujeres en las organizaciones armadas, lo que pasó con los cuerpos de las mujeres en los centros clandestinos de detención, donde ellas y sus hijos fueron botines de guerra. Entrevisté a muchas mujeres, también a varones, pero es gente que conoció a Laura en distintos momentos de su vida y con el tiempo estaba contando cómo Estela se convirtió en Abuela de Plaza de Mayo y cómo esa hija parió a esa madre que, apenas empieza el libro, cuenta que en 1955 y con “Laurita” en brazos salió a festejar la llamada Revolución libertadora. Vi el camino de transformación y lucha que transitó Estela a partir de lo que le pasó a Laura, a su esposo que también estuvo secuestrado y a sus hijos perseguidos. Pero no es solamente la historia de la familia Carlotto porque también se cruza con la historia de la familia Falcone: la hermana de Laura estaba casada con Jorge Falcone, hermano de María Claudia, desaparecida en la Noche de los Lápices. Y si te ponés a rascar la superficie, encontrás un montón de historias que tienen que ver, incluso, con Santa Fe. El modo en que estaba armado el plan de la dictadura tenía que ver con una estructura conectada con todo el país.

- ¿Qué pasó cuando apareció Ignacio?

- Fue un momento de mucha alegría.

- En tu caso, de mucha cercanía con Estela también.

- Si, pero lo primero que pensé fue que todo lo que me contaron las compañeras de Laura cuando estuvieron en cautiverio con ella era cierto. Porque había gente que seguía negando la maternidad de Laura a pesar de que había pruebas científicas como las aportadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Ese dato fue importante, más allá de las pruebas testimoniales, porque mostró, por los huesos de la cadera de Laura, que había parido un bebé. Laura había perdido dos embarazos con una pareja anterior con la que había estado casada y pesaban sobre ellas sospechas de gente que dudaba de su maternidad, por el hecho de que no la hubieran visto embarazada. Laura le había llegado a comentar a Estela en la última comunicación telefónica que se sentía rara y tenía que ir al médico, pero hablaban todo en clave. Pero hubo pruebas de gente que se acercó a Estela y todo coincidió. Entonces, con la identificación de Ignacio, ese rompecabezas empezó a encajar. Yo lo había rearmado desde un relato testimonial y buscando pruebas del juicio o el EAAF, pero todavía faltan reconstruir muchas cosas y ojalá las lleguemos a saber. Por ejemplo, dónde nació ese bebé. Se sabe que Laura estuvo secuestrada en La Cacha muchos meses. Ella desapareció a finales de noviembre de 1977, lo tuvo a Ignacio a principios de junio de 1978 y fue asesinada en agosto de ese año. O sea que estuvo unos meses después de que tuviera a su bebé y le fuera robado. Laura estuvo pocas horas con su hijo.

Me parece que la restitución fue un acto reparador y de justicia. Pero todavía falta encontrar más de 300 nietos y Laura no está.

- Si tuvieses que volver a reabrir el libro, ¿qué le agregarías?

- Quiero saber, y algún día voy a investigar, cómo el hijo de Laura fue a parar a manos de dos peones rurales muy humildes en Olavarría, una ciudad donde sabemos que hubo una complicidad civil muy importante vinculada con la dictadura, donde hubo centros clandestinos de detención. La apropiación de Ignacio está en la justicia. Los apropiadores están procesados pero eran personas muy humildes. Yo empecé a investigar esa historia que es muy delicada.

- Decías al principio que siempre te vinculaste con la historia de Laura. ¿Por qué?

- Porque era mujer, militante periférica, estudiante. Además, soy consumidora de libros de los ‘70. Hubo otro hecho que entendí a posteriori: vivía en Floresta, un barrio de la ciudad de Buenos Aires, y pasé mi infancia en un lugar donde pasaban muchas cosas en la calle. Estuve cerca de la muerte del papá de Publio Molinas (subsecretario de Derechos Humanos de la provincia, presente en la nota) y de “Vicki” Walsh porque yo iba a una escuela que quedaba a tres cuadras de la calle Corro que es donde fue masacrado un grupo de militantes en un operativo descomunal. Nos llevaron a una cripta a escondernos porque era una cosa inusitada el nivel de violencia. Recuerdo salir de la escuela y ver persianas acribilladas a tiros y pedir explicaciones a los adultos.

También tiene que ver con haber pasado en Santa Fe mis veranos. Y si bien mis padres no fueron militantes, lo eran muchos de sus amigos. Estar acá y ver bombas o saber que a un chico de mi edad lo habían tenido contra una pared con un arma en la cabeza me llevó, sin dudas, a tratar de comprender algunas cuestiones. El periodismo y la no ficción nos permiten escribir para recordar y para que no se olvide. Además, me interesaba que lo de Laura tuviera una dimensión colectiva, porque no fue ella solamente. Hoy podemos hablar de Laura pero también de muchas chicas de Santa Fe a las que les pasaron las mismas cosas.

Presente

En la actualidad, María Eugenia Ludueña se encuentra vinculada a Wikimedia Argentina y trabajando en un proyecto para editar en Wikipedia en español artículos sobre derechos humanos. Ya comenzó con notas sobre crímenes de lesa humanidad.

Además, lleva adelante una agencia de noticias LGTBI, con cobertura de violaciones a los derechos humanos de ese colectivo.

Entrevisté a muchas mujeres, también a varones, pero es gente que conoció a Laura en distintos momentos de su vida y con el tiempo estaba contando cómo Estela se convirtió en Abuela de Plaza de Mayo”.

Si te ponés a rascar la superficie, encontrás un montón de historias que tienen que ver con Santa Fe. El modo en que estaba armado el plan de la dictadura tenía que ver con una estructura conectada con todo el país”.


Este jueves, en Demos

Este jueves por la tarde a las 19, en Demos (9 de Julio 2239), la periodista y escritora María Eugenia Ludueña presentaró “Laura. vida y militancia de Laura Carlotto” (Planeta). Ludueña fue invitada a la ciudad por la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia. La entrada es libre y gratuita.

Fuente:ElLitoral

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