Resumen Latinoamericano, 25 de enero de 2019.
En rueda de prensa extraodinaria, realizada este viernes 25 de enero, Oscar Figuera, Secretario General del Comité Central del PCV, reitera que está en desarrollo un golpe de estado iniciado por el imperialismo norteamericano, los gobiernos lacayos de América Latina y la derecha servil-apátrida venezolana, quienes desconociendo la condición de Nicolás Maduro Moros como Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, intentan instalar un Gobierno títere en nuestro país y generar condiciones para un cuadro de violencia política que abra cause a una guerra civil con lo cual la reacción internacional justificaría una intervención directa.
Frente a esta realidad el PCV acordó:
¡CONTRA EL GOLPE IMPERIALISTA!
¡UNIDOS EN DEFENSA DE LA PATRIA!
Voluntad Popular (organización fascista) pedirá dinero al FMI para financiar golpe de Estado en Venezuela¡UNIDOS EN DEFENSA DE LA PATRIA!
Resumen Latinoamericano / 25 de enero de 2019 / Misión Verdad
La agencia Reuters informó que, según sus fuentes, el equipo de Juan Guaidó está considerando una solicitud de préstamo a instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) para financiar su “gobierno interino”.
Reuters añade que el equipo de Guaidó planifica nombrar un nuevo directorio ejecutivo a la filial de PDVSA en Estados Unidos, Citgo Petroleum, y a un nuevo representante del Banco Interamericano de Desarrollo, con sede en Washington.
A pesar de esto, explica la agencia, Voluntad Popular no tiene el control estatal que permanece del lado del presidente Nicolás Maduro.
Primera política del “gobierno paralelo”: Construir un apartheid en Venezuela
Resumen Latinoamericano / 25 de enero de 2019 / Misión Verdad
La estrategia antichavista, afincada en una escalada de amenazas y agresiones multiformes, ha sido aderezada por la reacción inyectada de sus seguidores: la promoción del odio. Como en 2012 con la “arrechera” y en 2014 y 2017 con las guarimbas, los actos disfrazados de protesta traen consigo destrucción, muerte e inestabilidad que no son consecuencia ni efecto de alguna inconformidad política, sino que son parte constitutiva de lo que se quiere imponer.
Lo cierto es que de nuevo se echa mano del escenario mediático, se fuerzan bases legales, se procuran falsos positivos mientras no dejan de estar presentes los elementos mercenarios.
Las acciones violentas, que delatan desde ya el plan, se suman a la combinación de declaraciones subordinadas de Juan Guaidó y al apoyo expresado por la Administración Trump violando cualquier forma diplomática. Ello devela, sin cortapisas, a cuáles intereses, planes y valores responde el antichavismo.
Las incitaciones a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) por parte de funcionarios estadounidenses de alto rango como Mike Pompeo, Mike Pence y John Bolton permiten deducir que el descalabro del sector que adversa al chavismo es también multiforme, tanto que ha alcanzado escalas de desarticulación que son graves para cualquier país en el que deba prevalecer el diálogo y el debate antes que la guerra.
Toda esta aceleración de eventos forma parte de un estado de excepción teledirigido. El lunes 21 de enero hubo un preludio mediante cacerolazos que desembocaron en acciones de calle meramente vandálicas. El caso más simbólico ha sido la quema de la Casa cultural Robert Serra, en honor a quien fuera asesinado en 2014 por encargo de élites antichavistas en una operación cuyas investigaciones arrojan la participación de sectores cercanos a Álvaro Uribe Vélez, uno de los padrinos del paramilitarismo colombiano.
El antichavismo ha optado por atacar directamente a los símbolos y territorios en los que el chavismo se ha desarrollado como fuerza política para arrinconar la iniciativa popular y buscar la confrontación total. En sectores de clase media alta como San Antonio de los Altos o El Cafetal no se registraron disturbios tan fuertes como en sectores populares, en los que estos eventos han sido, cuando menos, extraños en años anteriores.
De nuevo, como en las guarimbas de 2014 y 2017, se busca promover una política de odio contra las personas identificadas con el chavismo para provocar una confrontación, y establecer territorios donde la integridad física de los chavistas esté en riesgo por su identidad política. Esta repetición de patrones tiene como antecedente las guarimbas de 2017 durante las cuales se contabilizaron más de 30 crímenes de odio contra personas identificadas con el chavismo.
Entre estos casos, destaca el de Orlando Figueroa, quien fue quemado vivo en la plaza Altamira, lugar en el que, al menos, dos personas más fueron atacadas por esta misma razón. Así, finalizando las guarimbas de 2017, los grupos de encapuchados, conocidos como “guarimberos”, se conformaron como verdaderos grupos de exterminio, que en muchas ocasiones, incluso, se volvieron en contra de los propios seguidores de la oposición al no dejarlos salir de sus propias casas, o transitar libremente por las calles de sus zonas de residencia.
En estos días, en zonas como Antímano, autopista Caracas-La Guaira, Carapita, Catia, Pinto Salinas o San Agustín fueron, de nuevo, presenciados dispositivos de agitación en los que pequeños grupos, equipados con bidones de gasolina, cauchos y demás “logística”, se dedicaron a quemar y destruir espacios públicos que han sido recuperados por los actores populares organizados de la Revolución Bolivariana, de la misma forma que lo hicieron en las guarimbas de 2014 y 2017 para comenzar con la promoción del odio contra chavistas con la quema y ataque a símbolos identificados con los últimos 20 años del proceso bolivariano.
Mientras que en lo meramente mediático, se lo trata de un montaje en el que “el pueblo” destruye su propio entorno y la paz que tanto le cuesta mantener porque “está harto”, mientras tanto se ejerce una contabilidad de “lugares de protestas vía ONG que no refleja sino la cantidad de dinero que gastan estos sectores en generar focos.
Estos eventos se corresponden con un plan de vieja data en el que partidos como Voluntad Popular han estado, por un lado, reclutando nuevos activistas, y por el otro reciclando al remanente de sus “cuadros” para reactivar la violencia. La novedad en los sectores populares es que en estas zonas se ha intentado un ablandamiento (nomenclatura en los análisis de revoluciones de color) mediante la combinación de fallas en los servicios públicos como el gas, agua, telefonía, transporte, entre otros, para intentar llevarlos hacia esta dinámica social más propia del este que del oeste de Caracas, donde, por lo general, conviven personas de ambas tendencias políticas sin ningún tipo de problema.
En medio de un bloqueo de larga data que se ha ido configurando paulatinamente contra la economía venezolana, se ha buscado colapsar la cotidianidad, una operación de injerto conflictivo cuyas motivaciones son ajenas a las aspiraciones populares de mejoras en los servicios. En las zonas populares no se exige perseguir a chavistas sino, por el contrario, que sean enfrentados y superados los problemas ocasionados por el sabotaje inducido desde sectores infiltrados en empresas públicas y la indulgencia programada, además de los efectos acumulados por cinco años de una crisis económica inducida producto del bloqueo.
Como ya es usual, en estas escaladas violentas sus protagonistas esperan la acción de los cuerpos de seguridad para agudizar la conflictividad, de esta manera se activa y justifica la persecución al chavismo desde las mismas comunidades como manera de culpar al otro de la violencia propia. El intento de mantener el orden público, por cierto necesario en economía, es llamado “represión” y el legítimo derecho a la protesta es confundido con un autoproclamado derecho a la amenaza y la agresión política, como lo ha sido durante cada escalada violenta con huellas del Departamento de Estado.
La necesidad de generar muertes “de lado y lado” forma parte del escenario mediático en ciernes; pudiera hacerse más predecible dado que la inserción en barriadas y urbanizaciones populares no pareciera ser un objetivo por sí solo. Parte del plan pareciera ser (de nuevo) generar indignación en estos sectores para lograr su movilización en contra del Estado, tal cual un ejército de reserva en la mesa de los peones, y los sectores identificados con el chavismo.
El antecedente de las guarimbas de 2017 habla por sí solo, ya que cuando, luego del plebiscito opositor a favor de instaurar un gobierno paralelo, se tomaron por completo zonas de la clase media alta por parte de encapuchados. De forma violenta, estos grupos se enfrentaron a los organismos de seguridad para no dejarlos entrar en estas áreas, y establecieron toques de queda nocturnos donde nadie podía salir ni entrar.
En los recuerdos de aquellos días se registra el día de las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente, cuando en estas zonas se atacó a todo aquel que fuese a votar para frenar estos verdaderos estados de sitio, y en el caso de la población chavista, de apartheid debido a la imposibilidad de moverse con libertad por miedo a ser agredidos por su identidad política.
En esta dirección, la primera política de calle del “gobierno paralelo” de Juan Guaidó parece ser, de nuevo, intentar construir un régimen de apartheid contra la población chavista. Esta vez promocionando, y buscando, extender esta lógica de odio y confrontación a los sectores populares de Caracas, hoy, en su gran mayoría, contrarios a enfrentarse por razones políticas.
El senador estadounidense, Bernie Sanders, pidió a Donald Trump que “no apoye golpes” en Latinoamérica
25 de enero de 2019.
“Estados Unidos tiene un largo historial de intervenir inapropiadamente en países de América Latina y no debemos seguir ese camino de nuevo”, expresó en un comunicado el actual senador.
El senador estadounidense Bernie Sanders le pidió este jueves al presidente de EE.UU., Donald Trump, que “no apoye golpes” o “cambios de régimen” en Latinoamérica tras su reconocimiento al autoproclamado Juan Guaidó como mandatario legítimo de Venezuela.
“Debemos aprender de las lecciones del pasado y no participar de cambios de régimen o apoyar golpes, como hemos hecho en Chile, Guatemala, Brasil y la República Dominicana”, dijo en un comunicado Sanders, quien disputó en 2016 las primarias demócratas a la Casa Blanca a Hillary Clinton.
“EE.UU. tiene un largo historial de intervenir inapropiadamente en países de América Latina, y no debemos seguir ese camino de nuevo”, añadió Sanders, que también fue crítico con la gestión del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

Nicolás Maduro durante a la ceremonia de apertura al año judicial, en Caracas (Venezuela). /EFE/Cristian Hernandez/
Sanders suena como uno de los principales aspirantes a obtener la candidatura demócrata a la Casa Blanca en las elecciones primarias del próximo año, aunque el senador aún no ha anunciado si se presentará de nuevo para el cargo.
Además de Sanders, también se posicionó en contra del apoyo de Estados Unidos a Guaidó la congresista demócrata Tulsi Gabbard, quien sí presentó su precandidatura a la Casa Blanca para 2020.
“Estados Unidos debe quedarse fuera de Venezuela. Dejemos al pueblo de Venezuela decidir su futuro. No queremos que ningún otro país elija a nuestros líderes, así que deberíamos dejar de intentar elegir a los suyos”, dijo Gabbard en Twitter.
Guaidó se autoproclamó este miércoles presidente interino de Venezuela, un cargo que Estados Unidos fue el primer país del planeta en reconocer, al considerar a Maduro “ilegítimo”.
Después de EE.UU., una docena de gobiernos del continente como los de Colombia, Brasil, Argentina y Chile también reconocieron a Guaidó, mientras que México, Cuba y Bolivia mantuvieron el apoyo a Maduro.
Las consecuencias que podrían darse si el golpe de Estado fracasa en Venezuela
Resumen Latinoamericano / 25 de enero de 2019 / Gonzalo Sánchez
En Venezuela hay un golpe de Estado en curso. Impulsado por la administración de Donald Trump, no parece que haya terminado de cuajar. El presidente constitucional Nicolás Maduro sigue en el Palacio presidencial de Miraflores, con los chavistas abarrotando las calles de Caracas. Los militares no han apoyado el golpe. Importantes países del mundo como China y Rusia han mantenido su reconocimiento en el bolivariano.
Normalmente, cuando se da un golpe de Estado, un presidente es sustituido por un dictador. Pasó en Honduras con Roberto Micheletti, en Brasil con Michel Temer, en Paraguay con Federico Franco… El cambio es inmediato, porque de no serlo, el tiempo corre en contra de los golpistas.
Van a pasar 24 horas y Juan Guaidó ya es un dictador desde el punto de vista de quienes lo reconocen, ya que tiene en sus manos dos poderes, el legislativo como presidente de la Asamblea Nacional (AN), y el ejecutivo como golpista que ha usurpado el poder elegido en las urnas hace varios meses.
¿Cuál es el problema principal? Que EEUU no ha sido capaz de movilizar de manera sostenida a las bases de la oposición de una manera masiva, a causa de las sucesivas decepciones que han sufrido por las disputas internas de la oposición y los errores de su dirección. Sin unas masivas manifestaciones que hagan huir al presidente Maduro, Juan Guaidó no será capaz de usurpar el poder. Y en estos momentos las movilizaciones masivas son las que protagoniza el chavismo.
Estados Unidos y la oposición lo han apostado todo, en un intento de no perder los recursos empleados en los últimos seis años, para terminar con el gobierno bolivariano de Venezuela. La ventana de oportunidad abierta por Barack Obama con su ofensiva golpista que comenzó en 2009, está a punto de cerrarse con la salida de Venezuela de la OEA y la victoria de la izquierda en México.
Sin embargo perder la apuesta puede tener unos efectos totalmente contrarios a los deseados al iniciar el golpe de Estado. La historia ha mostrado que cuando un presidente de izquierdas -ya sea más o menos moderado- sufre un golpe de Estado -lo supere o no- suele radicalizarse. El Hugo Chávez que superó el golpe de Estado fue el que empezó a hablar de socialismo y puso en marcha las misiones que apostaron por la sanidad y la educación públicas, además de luchar contra el latifundio. Manuel Zelaya, Fernando Lugo, Aristide… Todos ellos se radicalizaron tras los golpes de Estado sufridos.
Nicolás Maduro, si logra superar el ataque contra la democracia, podría escorarse a la izquierda y aplicar el Plan de la Patria de Hugo Chávez -que por ahora solo lleva en el discurso-. No lo ha hecho hasta ahora porque no ha sido capaz de obtener una correlación de fuerzas y una movilización tan masiva y constante como la que tenía su padre político.
Sin embargo, superar el golpe de Estado, con el costo enorme que tendría para la oposición que quedaría relegada a la marginalidad durante varios años, -como sucedió con el de 2002-, podría significar que el presidente constitucional de Venezuela rompiera definitivamente con los sectores que han dado y apoyado el golpe. Eso implicaría expropiaciones a los grandes empresarios con una apuesta por la gestión obrera y las comunas, superar el modelo rentista petrolero, y aplicar sus propias medidas anunciadas en agosto del año pasado para vencer al dólar paralelo.
También cabría la posibilidad de que los cientos de miles de barriles de petróleo que vende a los países que han reconocido a Juan Guaidó como presidente tengan nuevos destinos, y que las empresas de esos mismos países dejen de explotar los recursos hidrocarburos de Venezuela.
Ahora mismo el tiempo corre a favor de Nicolás Maduro, quién solo tiene que esperar a que la oposición no cumpla con lo prometido a sus simpatizantes, para que estos se desmovilicen. Mientras tanto la diplomacia bolivariana, junto con sus aliados Rusia y China intentarán convencer a la Comunidad Internacional de que la aventura golpista de Juan Guaidó no tiene ningún recorrido. Bastará con decirle a Jair Bolsonaro que Petrobrás tiene que abandonar la Faja petrolífera del Orinoco, y lo mismo a los demás.
Que unos países reconozcan a Juan Guaidó no implica que de repente él tenga el control sobre el Estado venezolano, EEUU ha recibido hoy otro cargamento de petróleo venezolano enviado por las autoridades bolivarianas, y Donald Trump no lo ha rechazado porque no se lo haya enviado Juan Guaidó…
Fuente: El Estado.net
Estados Unidos contra Venezuela: Un bufón para un circo de 12 países
Resumen Latinoamericano / 25 de enero de 2019 / Sergio Rodríguez Gelfenstein
Es difícil responder algunas preguntas en la Venezuela de hoy. Creo que ni el gobierno de Venezuela ni el de Estados Unidos (los únicos actores verdaderos en este conflicto tienen todas las respuestas), sobre todo porque lo ocurrido es una situación inédita, en Venezuela, en América Latina y posiblemente en el mundo.
Es decir, estamos ante un golpe de Estado que se planifica, organiza y dirige desde el exterior, lo cual es normal desde que Estados Unidos existe como potencia, pero en este caso también se ejecuta en el exterior, lo cual es una novedad. El resto de participantes de este drama, incluyendo la oposición venezolana y los 10 países del Grupo de Lima más Ecuador —que se plegó a este para ajustar el comportamiento del traidor que ostenta la presidencia, al de sus colegas de la región— son meras fichas de relleno para la consumación de los planes imperiales.
En Venezuela, el golpe de Estado se inició con las declaraciones del vicepresidente Pence y se consumó con el reconocimiento de Guaidó por parte de Trump. De hecho, la manifestación convocada por la oposición amenazaba con ser un nuevo fracaso y fue solo tras el reconocimiento de Trump que las fuerzas opositoras se movilizaron masivamente al sentir el respaldo de Estados Unidos, esto se corrobora con las declaraciones de Diosdado Cabello respecto de su reunión el día anterior con Juan Guaidó (que no desmintió en una entrevista con una periodista colombiana de Miami) en la que este hizo ciertos compromisos que fueron incumplidos al día siguiente después de recibir una llamada desde Washington.
En este sentido, se repite la actuación en la República Dominicana, en años anteriores, cuando tras llegar a un acuerdo negociado con el Gobierno para solucionar pacíficamente las controversias, dos llamadas telefónicas —una desde la capital imperial y otra desde Bogotá— hicieron que sus delegados no suscribieran el acuerdo. Esto reitera que la oposición venezolana no tiene criterio propio y actúa como marioneta de la presidencia de Estados Unidos.
Pero, volviendo a los acontecimientos recientes, hay que decir que fue Trump el que movilizó a la oposición el día 23 al anunciar el reconocimiento de Guaidó como “presidente interino”, con lo que trataba de dar respaldo de masas a una decisión que violenta los aspectos más elementales del funcionamiento del sistema internacional.
No sé si seré muy grandilocuente, pero en el futuro se podrá decir que el 23 de enero de 2019 se le descerrajó el golpe más artero que jamás haya recibido el derecho internacional, así como los principios que regulan los vínculos entre Estados después de la Segunda Guerra Mundial y los fundamentos jurídicos, políticos y éticos que rigen estos vínculos.
Los que creían haber visto todo en materia de transgresión jurídica en el mundo; los que vimos el golpe de Estado contra Allende organizado y financiado por Kissinger; los que estructuraron el Plan Cóndor para asesinar a luchadores sociales y políticos en América Latina; los que destituyeron y secuestraron impunemente a los presidentes Aristide en Haití y Zelaya en Honduras; los que propiciaron la destitución sin pruebas de la presidenta Rousseff y la prisión injusta de Lula para nombrar a su responsable como ministro de justicia del Gobierno derechista que se instaló en el poder en Brasil; los que auparon a las dictaduras de seguridad nacional en los años 70 y 80 del siglo pasado; los que protegen a los delincuentes que gobiernan en la mayor parte de los países del Grupo de Lima; los que apoyan ilimitadamente el genocidio en Colombia, ahora intentaron una nueva modalidad: sustitución del derecho por la fuerza, nombramiento de presidentes desde Washington y utilización de la embajada de Estados Unidos como “palacio de gobierno” de los usurpadores del poder.
Ni siquiera en el siglo XIX, en tiempos del ‘Gran Garrote’ o de la ‘Diplomacia del Dólar’, pasó al olvido aquella frase de que la democracia solo vale cuando emerge de elecciones: se les olvidó en Honduras al nombrar a Micheletti, se les olvidó en Brasil con Temer y ahora su putrefacta democracia lo olvida en Venezuela. Ni los gobiernos más intervencionistas de EEUU: el de Nixon, el de Reagan, el de Bush y el de Obama habían llegado tan lejos.
Todo esto no dejó otra opción al presidente Maduro que romper relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Un Gobierno soberano no puede aceptar que otro país, por muy potencia que sea, asuma derechos constitucionales que solo le competen a los venezolanos, mucho más cuando se trata de designar a un presidente y no lo puede aceptar porque dejaría de ser soberano y por tanto no tendría razón de existir.
Ahora, Estados Unidos anunció que no consideraba válida esa decisión por lo cual acogió a Guaidó en su embajada, transformándola en ‘palacio de gobierno’ del autonombrado. Es decir, Guaidó ‘dirige’ desde el exterior, está en otro país, mientras que su otro cargo: el de presidente de la Asamblea Nacional en desacato si lo ejerce desde Venezuela. Habla de dictadura, pero un mismo personaje ostenta la máxima responsabilidad de dos poderes públicos; hablan de respeto a la Constitución, pero la violentan al crear la figura de ‘presidente interino’ que no existe en la Carta Magna, ¡una total incongruencia!
Está claro que Guaidó recibe órdenes directas de Washington y es EEUU el que toma las decisiones. Quedó de manifiesto cuando se produjo su autonombramiento y se puede observar la cara de sorpresa de los vicepresidentes de la Asamblea en desacato quienes se enteraron en ese momento de la ‘movida’. En su desesperación Guaidó se olvidó de comentarle la última instrucción recibida desde la Casa Blanca. El próximo paso fue el dado por el secretario de Estado Pompeo, el que, cual típico matón que recuerda a sus antepasados italianos, amenazó con una invasión militar si el Gobierno de Venezuela tomaba acciones contra Guaidó o contra la sede de la embajada de Estados Unidos en Caracas.
Esto ha creado una situación inédita en el marco del derecho internacional. Hasta el momento, Guaidó ha sido reconocido por 12 países incluyendo a EEUU, por el secretario general de la OEA y por el secretario del Consejo Europeo, Donald Tusk. En otro claro ejemplo de timo político han creado una ficción, para autodenominarse comunidad internacional, asumiendo su representación apoyados en que uno de esos 12 países tiene la mitad del arsenal nuclear del planeta, y actuando como si el resto de los más de 180 naciones independientes del planeta no existieran.
Al ser una situación inédita, es difícil predecir el desenlace. Se podría prever que Guaidó pueda tomar disparatadas medidas encumbrado por Estados Unidos y sus casi 7.000 ojivas nucleares además de las 800 bases militares que tiene dispersas por el mundo. Por ejemplo, podría solicitar ayuda militar a Washington, lo cual en los hechos sería la justificación ‘legal’ de una intervención armada; o apoderarse de las instalaciones de Citgo, la filial de PDVSA en Estados Unidos; intentar ocupar las embajadas e instalaciones diplomáticas de Venezuela en los países que han reconocido a Guaidó y por supuesto, Washington podría firmar con Guaidó un ‘acuerdo de cooperación’ que permitiría la aprobación legal por parte del Congreso de Estados Unidos de una partida financiera para que haga política e intente realizar acciones de mejoramiento de la situación económica del país esperando ganarse el apoyo de la población que vive agobiada por la crisis económica.
Habrá que esperar en los próximos días el desarrollo de los acontecimientos, considerando que Guaidó no ha logrado ningún apoyo de las fuerzas armadas y que las instituciones siguen respondiendo al gobierno de Venezuela, a la Constitución y a las leyes del país.
Ya en la noche del 23 de enero se desataron acciones violentas por parte de sectores de la oposición, lo cual se inserta en el plan de Estados Unidos. La supuesta transición no puede producirse sin violencia, porque mientras las fuerzas armadas se mantengan leales a Maduro no hay transición posible, por eso necesitan una guerra civil o una intervención armada. En el primer caso, para desatarla se requiere que haya un quiebre en las Fuerzas Armadas, lo cual teóricamente se podría producir si una situación de violencia generalizada obliga a la institución castrense a actuar para restablecer el orden interno.
En ese caso, Estados Unidos apuesta a que las fuerzas armadas no tengan una opinión única de cómo operar, se produzca un quiebre que se exprese como enfrentamiento entre dos sectores militares que sirva para justificar una ‘intervención humanitaria’ a fin de ‘restablecer el orden’. Hasta este momento, ese plan ha fracasado porque las FFAA se mantienen unidas y leales al Gobierno, por lo cual se puede prever que intenten incrementar las acciones violentas, esperando llegar a una situación similar a los fracasados experimentos de 2014 y 2017.
Ante esto, el presidente Maduro en su discurso del día 23 de enero, con mucha serenidad planteó las directrices más generales del accionar del gobierno: mantener movilizado al pueblo, garantizar la unidad cívico militar, hacer una administración más eficiente y actuar con paciencia y tino político para evitar las provocaciones que Estados Unidos implementará. Sobre todo en lo relacionado a la creación de un Gobierno paralelo sin sustento en la Constitución. El espacio de maniobra es reducido cuando hay que enfrentarse a la mayor potencia del mundo controlada además por una Administración en el que prima la irracionalidad, tanto en su política interna como internacional.
Finalmente, este aspecto: el internacional es muy relevante en este contexto. China y Rusia deberían jugar un papel activo denunciando la violación del derecho internacional, la Carta de la ONU e impidiendo cualquier resolución que intente Estados Unidos en el Consejo de Seguridad para legalizar la intervención, tal como lo logró en el caso de Libia. E incluso promover una resolución del Consejo de Seguridad llamando a la búsqueda de un desenlace pacífico y por vía de negociaciones del conflicto interno de Venezuela sin intervenciones extranjeras de ningún tipo y rechazando de plano la acción militar. Muy posiblemente Estados Unidos lo vetaría, pero obligaría a los timoratos a tomar una posición respecto de la paz o la guerra, de la democracia o la dictadura, a favor de solucionar el conflicto en el marco de la Carta de la ONU o en favor de una intervención armada ilegal, toda vez que no ha sido aprobada en el Consejo de Seguridad.
México, tras retomar el apego a su tradición constitucional de no inmiscuirse en los asuntos internos de otros países, está señalando el camino del respeto a la Carta de la ONU en la solución de conflictos. Estoy seguro que cada vez mayor cantidad de países de la región seguirán su ejemplo.
Almagro ha logrado que la OEA sea superada por el Grupo de Lima. Estados Unidos se vio obligado a crearlo para conseguir con rapidez y seguridad lo que la OEA no ha sido capaz de proporcionarle: el soporte político para una invasión. Los países del Grupo de Lima al avalar la intervención militar de Trump, se hacen cómplices de este, y en caso que el pueblo de Venezuela no logre evitar una invasión, serán juzgados como criminales de guerra por la gran cantidad de muertos, desaparecidos, mutilados y desplazados que tal acción producirá. El incremento de la migración que toda guerra produce vendrá a señalarles en la cotidianidad de sus calles, el impacto de su subordinación a la potencia imperial. Si quieren saber cómo es esto, solo deben mirarse en la realidad de la Europa de hoy impactada por la llegada de millones de migrantes provenientes de los países en los que se han desatado guerras imperiales y coloniales.
El autor es Analista internacional. Exdirector de Relaciones Internacionales de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela.
Fuente: Sputnik
“La mentira tiene patas cortas”, aseveró el vicepresidente Sectorial de Comunicación, Turismo y Cultura de Venezuela, Jorge Rodríguez. | Foto: AVN
25 enero 2019
El encuentro entre presidente de la ANC, Diosdado Cabello, y el diputado opositor, Juan Guaidó, ocurrió el pasado 22 de enero en Caracas (capital).
El ministro para la Comunicación e Información de Venezuela, Jorge Rodríguez, reveló este viernes detalles del encuentro sostenido entre representantes del Gobierno de Nicolás Maduro y el diputado opositor, Juan Guaidó.
Durante una transmisión a través del medio estatal Venezolana de Televisión (VTV), el funcionario desmintió las declaraciones de Guaidó, quien negó haberse reunido con el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, y Freddy Bernal, el pasado 22 de enero.
Según lo detalles aportados por el también vicepresidente Sectorial de Comunicación, Turismo y Cultura, la reunión se efectuó a petición del diputado opositor y fue en la sede del Hotel Lido, ubicado en Caracas (capital).
“Este señor le dijo a Diosdado (Cabello) y a (Freddy) Bernal que no hallaba que hacer, que no aguantaba la presión de los gringos, que no aguantaba la presión de Leopoldo López ¡Desmiéntame!”, enfatizó.
Además, aseguró que si Guaidó mantiene su postura de negar el encuentro con Cabello y Bernal, el presidente de la ANC mostrará nuevas pruebas.
“Aquí queda demostrado que no pueden sostener ni siquiera una mentira, un montaje que hicieron para tratar del engañar al pueblo de Venezuela y a la opinión pública internacional”, destacó.
Rodríguez enfatizó que “la mentira tiene tan patas cortas” y que al diputado Guaidó solo le duró menos de 24 horas, después de afirmar el jueves a un medio estadounidense que no se había reunido con ningún representante del Gobierno legítimamente electo de Venezuela.
“Toda esta operación que han montado de falsos positivos, de guerra psicológica, de invisibilización no es más que una inmensa mentira”, reiteró el funcionario.
Nuevas pruebas de la reunión
Por su parte, el presidente de la ANC reiteró que no tiene miedo de mostrar audios de la conversación que tuvo con Guaidó si este no reconoce la verdad.
“Si Guiadó sigue insistiendo que no hablamos, yo saco lo que hablamos (…) Lo que él dijo ahí (en la reunión) no se atreve a decirlo delante de algunas personas de la oposición”, afirmó.
Asimismo, aseveró que el Gobierno de Venezuela es elegido por el pueblo en elecciones democráticas, no por autoproclamación ilegal o inconstitucional.
Cabello insistió en que no se han presentado ninguna de las condiciones establecidas en el artículo 233 de la Constitución del país para considerar las faltas de un mandatario.
Ramón Pedregal Casanova / Resumen Latinoamericano / 25 de enero de 2019 – “Para quienes resisten, la permanencia de la inmoralidad del desorden mundial en la miseria y en la explotación se hace patente con la apropiación de palabras de libertad, de justicia y de derechos de los pueblos por parte de quienes tienen en sus manos el orden imperial y neocolonial. La dominación ha cambiado un poco sus formas y ahora intenta mancillar el sentido de las palabras. Aun así, a aquellos que viven la realidad de la injusticia, la violencia, la alienación y la explotación, la lectura de Fanon les ayuda a descifrar las nuevas supersticiones difundidas de forma insidiosa por los medios de comunicación cuya función es la de poner al servicio de los capitalistas la conciencia de los seres humanos.”
Párrafo de Introducción. Leer a Frantz Fanon hoy en día. Autora: Mireille Fanon-Mendés-France.
Perteneciente al libro: Frantz Fanon. Traducción: Marta Patrón Jiménez. Colección Pensamiento Africano de Ayer para Mañana. Wanafrica Ediciones. Www.edicioneswanafrica.com
La gran burguesía de EEUU y sus sirvientes burguesías en sus países coloniales y neocoloniales, siempre combaten a los pueblos que triunfan por encima de ellas y con gran sacrificio emprenden el camino de la defensa común. Una de las medidas de los pueblos, de las clases trabajadoras, es echar a andar un proceso constituyente, desarrollar un marco legal con el que desenvolverse y establecer la defensa de un modelo social en el que se conviva con la justicia social. La gran burguesía estadounidense y las burguesías subalternas desde el primer momento intentarán acabar con los procesos constituyentes de participación popular, siempre contra la legitimidad que es el derecho de los pueblos a decidir. Las élites burguesas, a la sombra del imperio para preservar su posesiones, combaten como quintacolumnistas del imperio, de ahí que quieran apropiarse de los términos justicia, libertad, elección en igualdad, y todos aquellos que por su ambigüedad pueden emplear para desarticular la conciencia crítica social. Desde antes de los cambios que se hubiesen producido, ya empleaban al ejército comunicacional para distraer y conformar a las mayorías en su vivir bajo un “orden” injusto. Su función es la de poner al servicio de los capitalistas la conciencia de los seres humanos. Es por eso por lo que hacen propaganda contra el pueblo trabajador que quiere decidir el futuro que le pertenece.
El centro de la opresión, el motor de la reacción mundial, lo que defiende la minoría ladrona de todo lo existente es el imperio financiero-industrial militar, que nace, crece y se desarrolla a partir de las plusvalías y los recursos naturales, intelectuales, profesionales, de los pueblos a los que falta organización, fuerza para defenderse. Es la guerra mundo, y los pueblos se tienen a ellos mismos, fuerza de trabajo, todo eso de lo que no disponen esta por conseguirse. En el Caribe y América primero fue Cuba, no mencionemos las desgracias que la burguesía imperial y la burguesía mercenaria del imperio ha hecho pasar al pueblo cubano y le hace pasar hoy mismo. En la lista de países en el proceso de liberación de ese continente se encuentran Venezuela, Bolivia, Nicaragua, y hay otros que se aproximan a ese comienzo de primera meta, México.
No se olvide nunca que la opresión imperial dispone a su ejército informativo para que mantenga la dominación del pensamiento y preserve los intereses de sus amos, el orden establecido por la clase burguesa imperial. Ahí está ese ejército tapando con subterfugios, tergiversaciones, falsas noticias, velos, mantas, y hormigón, cuando les resulta necesario ocultar las operaciones economicas, financieras, políticas, militares, de los defensores de la explotación.
Detrás de los medios informativos de propaganda se articulan otras trincheras, pero la última defensa de la burguesía es la militar, golpes de Estado, revuelta mercenaria, invasión o intervención militar directa, y como todas las medidas para la burguesía son un negocio, también lo es la guerra, el negocio de la guerra, el negocio más inhumano y por tanto el más injusto. Si el pequeño grupo que forma la gran burguesía estadounidense es el que mete más dinero en la fabricación de armas, y mete dinero en la revuelta mercenaria con las burguesías nacionales, es sólo porque quiere establecer la mayor explotación posible, y la mayor explotación posible si encuentra resistencia en un pueblo, es la provocación de la guerra, y, no se olvide, no seamos inocentes, lo hace sólo porque le da beneficios, las mayores ganancias, y adiós sistema de explotación de la mano de obra, ha dejado de interesarle, ha pasado a segundo plano, la mayor inhumanidad es primero, acabar con las vidas del pueblo trabajador es negocio: la industria militar de EEUU es la que fabrica y vende más armas en todo el mundo, el imperio se mantiene con ellas, sin la venta de armas y el empleo en sus guerras EEUU se hundiría, es imperio por la fuerza. Pero apúntese esto: se encuentra en decadencia, hay muchos países que abandonan el dólar y comercian con su propia moneda o acuerdan otra de referencia, hay grupos de países que comercian en igualdad de condiciones, que se organizan sin depender de EEUU, se construyen alianzas, se firman acuerdos, se proyectan inversiones para el desarrollo y la solidaridad entre pueblos, se intercambian apoyos sin generar dependencias impuestas por los imperialistas, y eso enfurece a semejante bestia, la bestia que tiene sembrado el globo terráqueo de bases militares y dispone los gobiernos títeres.
Atienda a estos dos datos, 1: el presupuesto o la inversión del régimen de EEUU en armamento es dos veces la del resto del mundo. Y 2: la cúpula de poder estadounidense la conforman 8 capitalistas que se han hecho dueños de la riqueza de la mitad de la población mundial. Su sistema de producción, capitalista, ha generado tanta injusticia porque su modo de organización clasista es tan injusto como lo acreditan esos dos datos. Sus bancos han venido fabricando el dinero que su ejército -informativo, económico, industrial militar- lo pone en nuestras vidas como el único valor, si no tienes dinero no vales nada, por esa concepción es por la que los capitalistas son dominantes, y sus empleados defienden como norma de vida mediante la colonización cultural ideológica, la presión política y económica o la imposición militar, el pensamiento dominante es el de la clase dominante, es el pilar de su funcionamiento.
El control de la información supone homogeneizar el pensamiento general de la sociedad, eso se puede ver conociendo al poder dominante, que por supuesto lo es el dueño de las nuevas tecnologías y las redes sociales, nuevas formas de difundir la información. Hay que detenerse en el caso un momento: según los estudios sociológicos realizados sobre la campaña electoral del fascista Bolsonaro, se ha comprobado que su propaganda fundamentalmente se hizo en las redes sociales. Eso mismo habían declarado en el caso del ascenso de Trump, se elegía al perro guardián del gran capital, fue una elección entre ricos para presidir el régimen padre de las dictaduras en el mundo Y si miramos a España lo que vemos es el mismo operativo en las redes sociales para difundir al partido fascista Vox.
Un ejemplo estrella de dominio por medio de la guerra comunicacional lo tenemos en EEUU: durante 2017 en tan sólo 90 medios de difusión estudiados, ¡sólo 90!, se contabilizaron 3.380 ataques furibundos contra Venezuela.
Otro dato que nos indica la importancia de los medios de difusión para asegurar la dominación ideológica-cultural lo tenemos en España: en tan sólo uno de los medios de propaganda yankee como es El País, en los últimos 365 días de 2018 ha falsificado noticias y ha atacado descaradamente con ellas a Venezuela 249 días, sin retractarse ni una sola vez. En la guerra declarada contra el país bolivariano, además de El País y todos sus medios de difusión, participan los restantes periódicos, más declaradamente de derechas hasta llegar al fascismo,todos han rebasado esa cifra, para que luego hablen de la libertad de expresión: El Mundo, ABC, La Razón, y sus submarinos radiales, televisivos, de difusión general y autonómicos y provinciales, además de esos otros que nos engañan diciendo que son independientes, un ejemplo de última hora: la noticia en torno a Venezuela ha sido la del golpe de Estado contra el Presidente electo democráticamente Nicolás Maduro, todos los periodistas y la base militar periodística en la que se apostan han venido diciendo que el mundo entero o en su defecto la mayoría de los países del mundo han declarado que las elecciones fueron un fraude y por tanto Maduro es un dictador, algunos le llaman tirano, no dicen que sólo en el primer día tras las elecciones hubo 148 países que lo reconocieron, entre los 148 países se encuentran Rusia, China, India, Asia entera, excepto Japón, África entera, es el mundo al revés de lo que han dicho éstos mercenarios, y que los 148 países que apoyan al Presidente Nicolás Maduro reúnen a 6.300 millones de habitantes, la inmensa mayoría del planeta; ¿qué duda hay sobre quién es el demócrata cuando lo han reconocido como ganador en las elecciones? Y si vamos a ver quienes o qué gobiernos están contra Maduro, quienes aprueban el golpe de Estado que ha impulsado el régimen imperial nos encontramos que son todos de la órbita de la clase imperial, que entre todos ellos reúnen a 1000 millones de habitantes.
Podemos ver aquí que el trabajo de esos medios de difusión no es informar, su trabajo para la gran burguesía estadounidense es falsificar la realidad y difundir ideología proimperialista. Su trabajo principal no es informar sino proyectar comportamientos, mentiras, falsificaciones, que cuidan los intereses del imperio, difundir sus símbolos culturales y noticias con la visión colonial del trato a pueblos, acusándolos de ser incapaces de salir adelante y estar siempre metidos en guerras, hambrunas, malos gobiernos, corrupción y desgracias sin fin, ocultando la historia pasada de genocidios y robos llevados a cabo por las burguesías europeas, antes y ahora, con la dominante estadounidense hoy. ¿Qué ocultan semejantes militares de la falsificación?: que el capitalismo en su expresión máxima se extiende de forma imperial, y que el imperialismo, la dominación del capital global, tiene escondido bajo una manga el puro fascismo, que se construye sobre la mentira y la falsificación de la información, ya lo decía Goebels: repte una mentira un millón de veces y la gente creerá lo que dices como si fuese la verdad.
Los medios de difusión, esas empresas que ocupan la primera línea del frente de guerra del capital, tienen el cometido asignado de confundir, aplacar, adoctrinar, ablandar, conformar, y atacar al país que se rebela contra el régimen imperial, que impone al resto del mundo su sistema económico basado en la injusticia social, que impone internacionalmente sus leyes, con su comercio o con la guerra, para cohesionar a su entorno bajo su poder financiero industrial militar.
Para terminar, los medios de difusión cumplen una tarea fundamental en la conformación del pensamiento general que protege a sus dueños. Lenin declaró hace ahora 100 años: Los capitalistas llaman libertad de imprenta a la libertad de soborno de la prensa por los ricos, a la libertad de utilizar la riqueza para fabricar y falsear la llamada opinión pública. Y ahora, con el desarrollo del capitalismo imperial más grande nunca conocido, los medios de difusión no esperan que se les soborne, se encuentran directamente vinculados a la financiación del gran capital, pues son portadores de sus intereses. Sólo tenemos que poner en relación y en perspectiva hechos que parecen poco importantes e integrarlos en una larga secuencia histórica, nos indica Mareille Fanon-Mendés-France en su introducción Leer a Frantz Fanon hoy en día, al libro Fanon.
Envío:RL
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