9 de septiembre de 2011

JUAN RODRIGO MIGUEL SEPULTARÁ HOY LOS RESTOS DE LILIA VENEGAS.

Crímenes de Lesa Humanidad
“De ser hijo de una desaparecida pasé a serlo de una asesinada”
Juan Rodrigo Miguel sepultará hoy los restos de Lilia Venegas
08.09.2011
Lilia Mabel Venegas, con sus hijos en brazos. El de la izquierda es Juan Rodrigo
“Es una sensación es rara. Y es también un cambio de identidad, porque de ser hijo de desaparecido pasé a ser hijo de una víctima concreta del terrorismo de Estado. Y aunque no lo parezca cambia muchísimo”. El que habla es Juan Rodrigo Miguel, el mayor de los hijos del funcionario de la Universidad Nacional de La Plata asesinado en 1974 Carlos Miguel, y de Lilia Mabel Venegas, una militante de FURN y la Juventud Peronista secuestrada por fuerzas de la dictadura en mayo de 1978, cuyos restos fueron identificados en mayo pasado y que serán sepultados mañana en el Cementerio Municipal de La Plata.
Juan Rodrigo Miguel tiene 38 años, es maestro y Secretario Gremial de Suteba Mar del Plata. Su hermano menor, Manuel Ignacio, tiene 37 y también es docente. Su mamá estuvo desaparecida durante 33 años hasta que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó sus restos que habían permanecido enterrados como NN en el cementerio de esa localidad.
“Cuando lo mataron a mi viejo en el ‘74, mi familia, es decir nosotros y los abuelos de parte mi viejo, vivíamos allá, pero después de eso mi vieja se trasladó a Mar del Plata, donde vivían mis otros abuelos. Ahí la secuestraron el 4 de mayo del ‘78 en su trabajo, en una veterinaria que ella tenía”, contó Rodrigo Miguel a Diagonales.
El hombre y su hermano se enteraron el 2 de mayo pasado que los restos de su madre habían sido identificados por el EAAF. “Creo que fueron exhumados junto a un grupo de tumbas sin nombre en el año 2008”, recordó. Y detalló: “Después empezaron a hacer entrecruzamientos de datos con la sangre que yo había dado en su momento en el Banco Nacional de Datos Genéticos”.
Pero todo se precipitó: “El año pasado, sin decirnos nada, vinieron a extraerle sangre a mi hermano para completar el mapa de ADN que certificara la filiación, y en mayo de este año terminaron de confirmar y comunicaron al juzgado de Mar del Plata y a nosotros”, detalló Miguel, quien explicó que hasta mañana los restos de su madre van a estar en el EAAF: “Yo me voy a encontrar con los restos de mi mamá el sábado. Vamos a estar en el homenaje y luego vamos a sepultar sus restos”.
–¿Cómo se modificó tu vida a partir de este hallazgo?
–Es una sensación rara. Estamos movilizados. Hemos hablado con amigos a los que les decía que también es un cambio de identidad, porque de ser hijo de desaparecido pasé a ser hijo de una víctima concreta del terrorismo de Estado. Y aunque no lo parezca cambia muchísimo. Son situaciones que no terminan de cerrar. Ahora los dos, mi mamá y mi papá, son “asesinados”.
–Cambia todo…
–No es lo mismo ser hijo de desaparecido que ser hijo de una víctima concreta del terrorismo de estado. Y, además, así como hay una certeza, porque ahora está el cadáver, también se abren muchísimos interrogantes. Entonces, ahora empezamos a pensar ¿cómo fue? ¿por qué la secuestraron? ¿cómo fue el momento? Es decir, una certeza te abre mil interrogantes.
–¿Dónde y cuándo la secuestraron?
–A ella la secuestraron el 4 de mayo del ‘78 en su trabajo, en una veterinaria que ella tenía. Yo y mi hermano estábamos con mi abuela. No fuimos testigos del secuestro.
–¿El secuestro y desaparición de tu mamá está siendo juzgado en alguna causa?
–Todavía eso no se ha iniciado. El caso de mi vieja va a pasar al juzgado de primera instancia y nosotros deberíamos incorporarnos como querellantes para que se agregue a alguna causa o que se arme una nueva.
–¿Saben aproximadamente qué fue lo que pasó?
–La gente del EAAF nos dio una suposición. Fue secuestrada pero no está del todo claro adónde estuvo detenida, si fue en la base naval o si en la Escuela de Sub Oficiales de Infantería de Marina (ESIM) que estaba cerca del Faro y aparentemente está relacionado con un caso muy conocido en Mar del Plata que se llamó Luna Roja, en el año ‘78, en el que armaron como que había un grupo guerrillero manipulando explosivos y explotaron, pero que después se comprobó que fue todo armado. Y aparentemente en ese operativo habría estado mi vieja. Es decir, mi mamá habría estado cuatro meses secuestrada hasta que armaron este operativo Luna Roja. Pero son suposiciones que hasta que no se inicie una investigación, no va a haber certezas.

adiós. Rodrigo y Manuel Miguel sepultarán mañana los restos de su mamá en el Mausoleo “Memoria, Verdad y Justicia”, del Cementerio de La Plata, luego de que los amigos y compañeros de militancia de la mujer le realicen un homenaje en el rectorado de la UNLP.
“La vida de mis viejos ha sido una vida muy ligada a la militancia y los compañeros de ellos han estado acompañando”, resaltó el hijo de Venegas. Y precisó: “Cuando secuestraron a mi vieja yo tenía 5 años y mi hermano 4 y cuando mataron a mi papá yo tenía un año y medio. Si no es por el relato de los compañeros que lo reconstruyeron, nosotros no podríamos haber reconstruido nuestro pasado, nuestros orígenes”.
Fuente:ElArgentino

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