
Imagen: Rafael Yohai
“Este juicio fue un papelón, y una condena hubiera sido un retroceso para la democracia”, dijo Fernando Grenno sin ocultar su alivio y felicidad por haber sido absuelto.
Ayer el Tribunal Oral en lo Criminal 18 resolvió que no cometió el delito de daño calificado al haber pintado en la pared de un edificio público la consigna “Aparición con vida de Julio López”. La audiencia tuvo momentos de escándalo ante las carcajadas del público por las absurdas explicaciones que dio un supuesto perito policial.
“Esto es fruto del sistema de flagrancia porque si los testigos que declararon aquí ya lo hubiesen hecho este expediente no llegaba a juicio”, dijo la abogada María del Carmen Verdú al pedir la absolución de su defendido.
Fernando Grenno nació en Pehuajó, tiene 27 años y cursa las últimas materias de la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires.
Fernando Grenno nació en Pehuajó, tiene 27 años y cursa las últimas materias de la carrera de Ciencias Políticas en la Universidad de Buenos Aires.
Además de tocar la guitarra (dice ser autodidacta), milita en la agrupación Plan B.
El 1º de mayo del año pasado iba a participar con sus compañeros en actividades por la aparición de Jorge Julio López, el testigo del caso Etchecolatz que está desaparecido desde hace más de dos años.
Estaba caminando hacia la Facultad de Ciencias Sociales cuando fue detenido, estuvo preso diez horas y a los pocos días recibió una citación de la fiscalía de Nancy Romero.
El requerimiento fiscal decía que el joven estaba imputado de haber provocado daños permanentes en un edificio de tribunales de Marcelo T. de Alvear y Callao, por haber pintado con aerosol negro la frase Laissez Faire Rock.
Como no hubo etapa de instrucción por la aplicación del procedimiento sumarísimo o “flagrancia”, ayer fue la primera vez que declararon los testigos.
Uno de los policías de la comisaría 17ª que intervino en la detención de Grenno dijo que lo vio pintando la frase Lai-ssez Faire López.
Cuando le mostraron la foto, una de las pocas pruebas del caso, el policía dijo que la palabra López estaba a la izquierda, pero cuando declaró el otro policía que lo acompañaba ese día la ubicó a la derecha.
“Era una frase en inglés”, trataron de explicar los uniformados, al tiempo que empezaban las primeras risas del público.
Los dos testigos que aportó la policía afirmaron que vieron dos aerosoles (uno rojo y otro negro) y no uno y que los uniformados eran tres y no dos.
Los dos testigos que aportó la policía afirmaron que vieron dos aerosoles (uno rojo y otro negro) y no uno y que los uniformados eran tres y no dos.
También afirmaron que no vieron a nadie pintando nada.
A esa altura el relato de los hechos era más que confuso y la declaración del sargento Salas no ayudó a esclarecerlos.
A esa altura el relato de los hechos era más que confuso y la declaración del sargento Salas no ayudó a esclarecerlos.
El informe pericial de su autoría, que estableció que la pintada “no sale con solvente”, lo elaboró sólo mirando la pared, sin tomar muestra alguna. Ante las preguntas de Verdú surgió que no era un perito, apenas tenía estudios primarios y es el encargado de mantenimiento de la comisaría.
–¿Quién le señaló la frase que tenía que analizar? –preguntó la abogada.
–Nadie, fue lo primero que vi, era la más grande –respondió el policía.
En ese momento las carcajadas eran tan sonoras que la jueza Cristina Camiña amenazó con desalojar la sala. Sólo quedó probado que en esa pared alguna vez alguien pintó Laisse Faire Rock y que Grenno pasó por ahí.
–¿Quién le señaló la frase que tenía que analizar? –preguntó la abogada.
–Nadie, fue lo primero que vi, era la más grande –respondió el policía.
En ese momento las carcajadas eran tan sonoras que la jueza Cristina Camiña amenazó con desalojar la sala. Sólo quedó probado que en esa pared alguna vez alguien pintó Laisse Faire Rock y que Grenno pasó por ahí.
El fiscal Guillermo Pérez de la Fuente no formuló acusación y los jueces Camiña, Estela Cárcamo y Alejandro Nocetti Achával absolvieron al estudiante.
Poco antes, la abogada Verdú, de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), había expresado que “un año y medio de trabajo, todo el despliegue del juicio oral con una persona sometida a proceso, se resolvía con seis declaraciones tomadas a la semana del hecho”.
Afuera, militantes de la FUBA y otras organizaciones sociales y de derechos humanos festejaron la salida del absuelto.
“Todo lo que vi y escuché fue un bochorno”, le dijo a Grenno la sobreviviente Nilda Eloy, compañera de López en la querella contra Etchecolatz.
(Fuente:Pagina12-Adriana Meyer).
(Fuente:Pagina12-Adriana Meyer).
Derechos humanos contra la pared
Por Melisa Báez Artaza, Mariano Blumenfeld y Leandro Guerschberg *
Julio López sigue desaparecido. Ya van dos años, dos meses y ocho días desde el día de su desaparición.
Por Melisa Báez Artaza, Mariano Blumenfeld y Leandro Guerschberg *
Julio López sigue desaparecido. Ya van dos años, dos meses y ocho días desde el día de su desaparición.
Eso implica que cualquier manifestación de repudio al respecto, de cualquier actor, en cualquier contexto, es legítima, porque vivimos en un Estado de derecho y la primera condición mínima de un Estado de Derecho es que las personas no desaparecen.
Otra condición mínima es la prohibición de que las fuerzas de seguridad abusen de la autoridad que el poder público les confiere, porque ese poder es nuestro, de todos los que somos este país, que renunciamos a nuestra capacidad individual de ejercer la fuerza y la delegamos a un cuerpo específico y profesionalizado que va a hacer un uso responsable de esta capacidad.
Si estas dos condiciones no se cumplen, hay una tercera, más básica, que establece que todos somos iguales ante la ley.
Otra condición mínima es la prohibición de que las fuerzas de seguridad abusen de la autoridad que el poder público les confiere, porque ese poder es nuestro, de todos los que somos este país, que renunciamos a nuestra capacidad individual de ejercer la fuerza y la delegamos a un cuerpo específico y profesionalizado que va a hacer un uso responsable de esta capacidad.
Si estas dos condiciones no se cumplen, hay una tercera, más básica, que establece que todos somos iguales ante la ley.
Esta es la que sirve para contrapesar las arbitrariedades de los que piensan que, como tienen un arma reglamentaria, la ley es suya.
Porque en esas arbitrariedades se muere gente. Y la gente no muere por arbitrariedades en un Estado de derecho.
Ahora, supongamos que ninguna de estas cosas se cumpliera realmente y que en nuestro país hubiese desaparecidos, la policía usara su poder de fuego en forma discrecional y el Poder Judicial le confiriera impunidad para hacerlo.
Ahora, supongamos que ninguna de estas cosas se cumpliera realmente y que en nuestro país hubiese desaparecidos, la policía usara su poder de fuego en forma discrecional y el Poder Judicial le confiriera impunidad para hacerlo.
Si todas esas cosas efectivamente sucedieran, aún contaríamos con el derecho a repudiarlas libremente sin que este repudio fuese considerado un hecho criminal.
Bueno, por un lado están estas condiciones y por otro está la jueza María Cristina Camiña, que en 1992 sobreseyó al comisario Miguel Angel Espósito por el asesinato de Walter Bulacio, que en junio de este año sobreseyó al policía Justo José Luquet por el asesinato de Marcelo Báez en el 2002 y que en el mismo mes inició un proceso por “daño contra la propiedad” contra Fernando Grenno, quien supuestamente escribió en una pared, el 1º de mayo del año pasado, “Aparición con vida de Julio López”.
Grenno, al igual que nosotros, esperaba y espera mucho más que el mínimo de nuestra democracia. Grenno representa a todos los que queremos que, más allá de la igualdad formal de la Constitución, todas las personas del país puedan vivir dignamente en una casa propia, alimentarse adecuadamente, trabajar en condiciones saludables y con una remuneración acorde, acceder a un sistema de salud y a una educación de calidad y, más adelante, ser dueñas de todo aquello que producen. Sin explotación, sin abusos, sin lastimar a nadie.
Pero siempre está la lacra del pasado, una caspa que no nos podemos terminar de sacar de encima, que nos obliga a reclamar por los derechos fundamentales de nuestra democracia, que nos hace volver 25 años para atrás. Que nos obliga a pedir que no sucedan cosas que no deberían suceder en un Estado de Derecho.
* Consejeros superiores de la UBA. También firman Hugo Yasky y Víctor De Gennaro (CTA), Andrés Tajer, Ariel Abad, Mariel Vigil, Ingrid Manfred y Carla Di Gregorio, Mónica López, Alejandro Castro, Stier Nicolas (consejeros directivos de la UBA).
Bueno, por un lado están estas condiciones y por otro está la jueza María Cristina Camiña, que en 1992 sobreseyó al comisario Miguel Angel Espósito por el asesinato de Walter Bulacio, que en junio de este año sobreseyó al policía Justo José Luquet por el asesinato de Marcelo Báez en el 2002 y que en el mismo mes inició un proceso por “daño contra la propiedad” contra Fernando Grenno, quien supuestamente escribió en una pared, el 1º de mayo del año pasado, “Aparición con vida de Julio López”.
Grenno, al igual que nosotros, esperaba y espera mucho más que el mínimo de nuestra democracia. Grenno representa a todos los que queremos que, más allá de la igualdad formal de la Constitución, todas las personas del país puedan vivir dignamente en una casa propia, alimentarse adecuadamente, trabajar en condiciones saludables y con una remuneración acorde, acceder a un sistema de salud y a una educación de calidad y, más adelante, ser dueñas de todo aquello que producen. Sin explotación, sin abusos, sin lastimar a nadie.
Pero siempre está la lacra del pasado, una caspa que no nos podemos terminar de sacar de encima, que nos obliga a reclamar por los derechos fundamentales de nuestra democracia, que nos hace volver 25 años para atrás. Que nos obliga a pedir que no sucedan cosas que no deberían suceder en un Estado de Derecho.
* Consejeros superiores de la UBA. También firman Hugo Yasky y Víctor De Gennaro (CTA), Andrés Tajer, Ariel Abad, Mariel Vigil, Ingrid Manfred y Carla Di Gregorio, Mónica López, Alejandro Castro, Stier Nicolas (consejeros directivos de la UBA).
(Fuente:Pagina12).
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