Causa Masacre de Margarita Belén - Día 45
Marie Monique Robin: “Es más fácil torturar que pelear”
La periodista relató la participación de Francia en el terrorismo de Estado argentino. Antes de testimoniar Robin visitó la Casa por la Memoria. El próximo testigo de la causa es el militar Zucconi, pero la fecha se fijará la semana que viene
Marie Monique Robin y Gustavo Piérola
La periodista francesa Marie Monique Robin autora del documental “Escuadrones de la muerte, la escuela francesa” declaró en la causa por la Masacre de Margarita Belén en la jornada cuarenta y cinco de audiencia del juicio, el primero después del receso judicial de verano, cuando a la causa le quedan los días contados y muchos creen en la posibilidad de una sentencia antes del 24 de marzo próximo.
Con una manejo fluido del castellano Robin dio un relato pormenorizado de la “escuela francesa para la guerra antisubversiva”; la capacitación en contrainsurgencia (secuestros, torturas y desaparición forzada de personas) brindada por militares franceses a sus pares argentinos para la diagramación del plan de exterminio del Terrorismo de Estado iniciado a partir del 24 de marzo de 1976. Un plan de exterminio en el que se insertan el fusilamiento del 13 de diciembre y los vejámenes a detenidos políticos perpetrados en la Brigada de Investigaciones y la Alcaidía.
El imputado Horacio Losito siguió los debates por videoconferencia desde el Consejo de la Magistratura en Buenos Aires, donde se recupera de una intervención quirúrgica.
El tribunal informó que recién la semana próxima se fijará la fecha de la audiencia en la que se tomará declaración al militar Zucconi.
LA ESCUELA FRANCESA
Con más de veinte años de trayectoria en periodismo focalizado en derechos humanos, Marie Monique Robin entrevistó en 2003 a encumbrados jerarcas de la dictadura militar como Genaro Diaz Bessone, y Albano Harguindeguy y logró que le revelaran el asesoramiento recibido por parte de militares franceses veteranos de la guerra de Indochina y la ocupación en Argelia desde la década del sesenta hasta incluso los ‘80.
“Todos son muy conscientes de lo que hicieron y están convencidos” los describió.
Parte de estas entrevistas se proyectaron durante la audiencia, momento en el cual los imputados Simoni , Riquelme y Carnero Sabol pidieron permanecer en una sala contigua, por lo que en el banquillo de imputados quedaron Guillermo Reyes, Luis Alberto Patetta (una vez más vistiendo su ya clásica remera colorada) y Alfredo Luis Chas.
En la entrevista Diaz Bessone – Ministro de Planificación de la dictadura y encargado del manejo de la represión en el NEA - reconoce que “ la primer (sic) arma es un buen aparato de inteligencia, y esto fue una de las enseñanzas de los franceses”…
Harguindeguy describe muy suelto de cuerpo como se realizaron las razzias del terrorismo de Estado “Las fuerzas armadas hacían operaciones sin que hubiera comandos especiales, cada área de responsabilidad, cada zona y sub zona tenía gente que entraba a las casas y después llevaba a la gente a centros de detención para el interrogatorio”.
Preguntado acerca de los métodos de tortura incorporados reconoce la influencia, pero señala que ninguno de esos métodos era ajeno a las policías federales.
Sobre las desapariciones Harguindeguy relata que se adoptó el método francés, pero que “hubo un error, los desaparecidos en Argelia eran desparecidos en otra nación, estaban en otro país, cruzando el mar, acá los desaparecidos tenían padres, abuelos hermanos...”
“Las entrevistas se pasaron por Telefé en 2003, con gran repercusión, era la primera vez que militares argentinos reconocían que el Terrorismo de Estado fue un sistema planificado, que no hubo excesos” manifestó la testigo.
LA GUERRA ANTISUBVERSIVA
Todo comenzó con un documental sobre el Plan Cóndor. “Realizándolo me dí cuenta de que había un cuadro ideológico que no venía de Estados Unidos, sino de Francia” relató.
Durante su investigación Robin comprobó que los franceses enseñaron lo que en esos años de guerra fría y movimientos de liberación nacional era un nuevo concepto de la guerra; “la guerra antisubversiva”, una guerra sin frente de operaciones definido, con mayor protagonismo de la retaguardia, es decir la población en desmedro de las tropas regulares.
Este nuevo tipo de guerra se sostuvo en tres ejes:
1- Zonificación del territorio y el absoluto control por parte de las fuerzas militares.
2- Las detenciones masivas y la concentración de los detenidos de manera clandestina.
3- La tortura como la piedra angular de las operaciones militares, encubierta con el eufemismo de “tareas de inteligencia” y la posterior desaparición del secuestrado a manos de “escuadrones de la muerte” que arrojaban al Mediterráneo desde helicópteros a los argelinos sospechosos de pertenecer al Frente Nacional de Liberación, (el antecedente de los vuelos de la muerte sobre el Río de la Plata).
“En Argelia hubo más de 25 mil personas detenidas en muy poco tiempo, cualquiera podía ser sospechoso de cualquier cosa” acotó y explicó que la justificación de la tortura venía de la mano de argumentaciones de grupos católicos de ultraderechas que se basaban en textos bíblicos tomados de la Inquisición.
Sobre las “tareas de inteligencia” Robin fue categórica: “Es más fácil torturar que pelear, al punto que cuando tuvieron que pelear una guerra de verdad, en Malvinas, se entregaron, como Astiz, para quién era más fácil torturar monjas que enfrentar a un enemigo”.
Desde el banquillo Guillermo Reyes criticó los dichos de la periodista y en la pantalla del televisor trasmitiendo desde el Consejo de la Magistratura un ofuscado Losito negó con la cabeza. La jueza Yunnes, con inusual aspereza, le recriminó a la testigo que se atenga comentar sobre su investigación sin agregar nada más. Fue ese el único momento álgido de una audiencia bastante tranquila.
Al momento de las preguntas de la defensa, el doctor Carlos Pujol primero preguntó por la suerte corrida por los militares franceses que actuaron en Argelia. Robin respondió que no fueron juzgados, porque hubo una amnistía. “Solo se juzgó a los de la OAS (Organisation de l'Armée Secrète), que formaron comandos Delta”.
La OAS se nutrió de militares y colonos franceses de extrema derecha en Argelia que no aceptaron la retirada de Francia y realizaron atentados, incluso intentaron asesinar al presidente De Gaulle. “Casi nadie cumplió condena – continuó Robin - , y a muchos les concedieron tierras en Formosa, otros se sumaron a la Triple A”.
Pujol prosiguió la consulta, esta vez sobre el origen de la guerrilla. Robin respondió que comenzó con la Resistencia francesa a la ocupación nazi. Pero Pujol no pudo con su genio y le retrucó: “¿Sabía que el general Güemes usó guerrillas en el norte? lo que originó un pedido de pedido por parte de la jueza Yunnes de que las preguntas sean sobre el objeto de la causa…
Una vez concluida la audiencia, al salir del Tof, Gustavo Pierola, hermano Fernando, asesinado y desaparecido en la Masacre del 13 diciembre, se acercó y le agradeció a Robin, (llegada desde Francia previo paso por Mendoza donde declaró en otra causa sobre terrorismo de Estado) por su investigación y por su testimonio, cuando ya queda muy poco para la ansiada sentencia.
La visita a la Casa por la Memoria
Antes de testimoniar en la causa por la Masacre de Margarita Belén Marie Monique Robin visitó la Casa por la Memoria y recorrió las instalaciones del centro clandestino de la Brigada junto con integrantes de la Comisión Provincial por la Memoria.
Camila Barúa, del área de guías del Museo de la Casa por la Memoria relató el funcionamiento del centro clandestino, cómo se realizó la represión ilegal de la última dictadura en la región. La periodista se interesó por las historias de vida de los asesinados en la Masacre de Margarita Belén y se llevó consigo material de difusión de la Comisión Provincial por la Memoria sobre los juicios y los informes del Registro Único por la Verdad.
Minutos después se realizó una conferencia de prensa en el primer piso de Casa de Gobierno. Flanqueada por el subsecretario de Derechos Humanos José Luis Valenzuela un grupo de ex detenidos políticos, el abogado querellante Mario Bosch y las psicólogas del Programa de Asistencia a las víctimas del terrorismo de Estado la periodista francesa relató los pormenores de la investigación que resultó en el libro y documental “Escuadrones de la Muerte, la escuela Francesa”.
Informe: Marcos Salomón
FuentedeOrigen:ChacoDiaPorDia
Fuente:Agndh
Marie-Monique Robin, periodista francesa
“Los procesos contra militares en Argentina son ejemplo para el mundo”
Previo a atestiguar en el juicio por la Masacre de Margarita Belén, la documentalista aseguró que los juicios contra los genocidas son un ejemplo mundial. Recorrió la ex Brigada de Investigaciones, hoy Museo por la Memoria
Marie-Monique Robin (en el centro) durante la recorrida por el Museo de la Memoria.
La periodista francesa y testigo en el juicio por la Masacre de Margarita Belén, Marie-Monique Robin, aseguró que los juicios contra los responsables de la última dictadura militar son “un ejemplo para el mundo”. La autora del documental “Escuadrones de la Muerte: la escuela Francesa” recorrió la Brigada de Investigaciones (donde funcionó un Centro Clandestino de Detención) y se interiorizó sobre la represión ilegal en el Chaco.
En su visita a la provincia, la documentalista inició su recorrida en el epicentro del Terrorismo de Estado provincial. Acompañada de una mujer que tomaba notas en francés, Robin llegó pasadas las 10 al Museo de la Memoria. Allí una joven le explicó a grandes rasgos cómo actuó la dictadura en la provincia, en dónde se ubicaron las salas de tortura y quienes fueron los responsables materiales e intelectuales de lo ocurrido.
Media hora después, ya con un séquito de periodistas locales y ex presos políticos que la secundaban, Robin llegó hasta el primer piso de Casa de Gobierno donde finalmente habló con los medios. En la conferencia estuvo acompañada del subsecretario de Derechos Humanos, José Luís Valenzuela, el abogado de DDHH, Mario Bosch, ex presos políticos y miembros del equipo de Asistencia Integral a las Víctimas del Terrorismo de Estado.
Previo a su testimonio en el juicio donde se ventila lo sucedido el 13 de diciembre de 1976 donde al menos 22 presos políticos fueron fusilados, la periodista habló de su documental en el cual logró lo que nadie en el periodismo argentino: que jerarcas de la dictadura reconocieran los métodos de la guerra sucia durante los setentas, entre los que se incluye la tortura y la desaparición de personas.
“Los procesos que se están llevando a cabo en Argentina son un ejemplo para el resto del mundo. En Francia nunca se cumplió este proceso porque fueron todos amnistiados. La impunidad no puede ser, la justicia tiene que actuar para construir futuro. En mi país no se cumplió con eso”, destacó Robin durante la rueda de prensa.
La periodista destacó en este sentido que a pesar de los vaivenes que tuvo este tema en el país (juicio a las Juntas, Punto Final, Obediencia Debida, Indulto y la posterior inconstitucionalidad de estas medidas) “este proceso fue increíble”. Para Robin, el hecho que los genocidas estén hoy siendo juzgados tienen mucho que ver con el empuje de las organizaciones de Derechos Humanos, la sociedad civil y el empuje político del fallecido ex presidente, Néstor Kirchner.
DOS AÑOS
La periodista contó que su investigación (considerada por Horacio Verbitsky como una “proeza periodística) le llevó dos años de trabajo enfocados fundamentalmente a confirmar cómo los países de Latinoamérica aplicaron los métodos de la guerra sucia que el Ejército francés realizó en las guerras coloniales ocurridos en Argelia e Indochina. “Esos métodos después se conocieron como los de la Escuela Francesa, que era una nueva concepción de la guerra”, explicó Robin.
“Lo llamaban la Guerra Antisubversiva. El modelo era que esta guerra antisubversiva estaba dirigida contra un enemigo interno, que no es un enemigo del otro lado de la frontera y que puede ser cualquiera porque en esta concepción cualquiera puede ser sospechoso”, relató la periodista. “Por eso se hacen detenciones rápidas y los llevan a centro de detención ocultos y se los torturaba, porque en esta guerra, donde cualquiera puede ser sospechoso, la información es el arma principal. Por eso la tortura era la principal arma antisubversiva. Entonces, a los que se torturaba, no se los podía soltar a la calle entonces se los desaparecía. La desaparición forzada también fue exportado por mi país”, sostuvo.
PROTAGONISTAS
Vale recordar que la investigación de Robin comienza con la guerra de Indochina, hasta la derrota del Ejército colonial francés en Dien Bien Phu: prosigue con la batalla de Argel; incluye los cursos de formación en aquellas experiencias, impartidos por profesores franceses a militares de todo el mundo, y revisa la forma en que esas enseñanzas fueron aplicadas por los militares de la Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos.
Como lo sostuvo Verbitsky (también amigo de Robin) en la nota en Página/12 que presentó el documental de su colega, “a los recursos del historiador, la compulsa de documentos y bibliografía, la periodista les suma los de la investigación periodística, con apasionantes entrevistas a los protagonistas aún con vida, entre ellos un general chileno, dos norteamericanos, varios franceses y los argentinos Alcides López Aufranc, Albano Harguindeguy, Ramón Díaz Bessone y Reynaldo Benito Bignone”.
Los tres últimos confiesan los crímenes cometidos con la tranquilidad que sienten ante una mujer, y además francesa, que les demuestra sus conocimientos sobre las tácticas militares de su país y no les adelanta su opinión sobre ellas”, reseñó Verbitsky. “También intentan justificarlos. “¿Cómo puede sacar información (a un detenido) si usted no lo aprieta, si usted no tortura?”, le preguntó Díaz Bessone. El ex alto jefe de la dictadura admitió que los detenidos-desaparecidos (cuyo número discutió) fueron asesinados en la clandestinidad, cosa que nunca había hecho antes en público ningún integrante de la cúpula castrense de entonces. “¿Usted cree que hubiéramos podido fusilar 7000? Al fusilar tres nomás, mire el lío que el Papa le armó a Franco con tres. Se nos viene el mundo encima. Usted no puede fusilar 7000 personas.”
En el juicio a las juntas militares de 1985 Jacobo Timerman también testimonió que el temor a la condena del Papa fue el argumento que altos jefes militares del golpe de 1976 le habían dado para explicar la opción por la clandestinidad. Aun cuando no perciban el abismo moral en el que cayeron, estos generales alcanzan a advertir las diferencias con las guerras coloniales de Francia. “Argelia llegó a su independencia. Los que combatieron quedaron separados, unos en Argelia y otros en Francia. Con el tiempo es más fácil llegar a un acuerdo, a una amistad, a olvidar lo que pasó”, dice Díaz Bessone. “Mientras los argelinos hoy constituyen un país separado, acá los revolucionarios eran argentinos y siguen siendo argentinos y nos cruzamos en la calle todos los días.”
Fuente:ChacoDiaPorDia


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