Traspasó algunos de sus poderes al vicepresidente
Mubarak pretende quedarse hasta septiembre a pesar de las protestas
Publicado el 11 de Febrero de 2011
En una jornada cargada de rumores, el presidente egipcio habló por televisión para decir que nada iba a cambiar en el régimen. Una multitud reunida en la plaza Tahrir reaccionó con rabia y tristeza. Denuncias contra el Ejército.
Decenas de miles de egipcios reunidos ayer en la ya célebre plaza Tahrir de El Cairo recibieron con rabia y tristeza el discurso del presidente Hosni Mubarak, quien reafirmó que se mantendrá en el gobierno hasta septiembre, aunque traspasó algunos de sus poderes al vicepresidente Omar Suleiman. La indignación, matizada con desgarradoras escenas de llanto, siguió al silencio guardado durante el mensaje del mandatario, retransmitido por una gran pantalla colocada en uno de los lados de la plaza, epicentro de la revuelta popular que comenzó el pasado 25 de enero. “No nos moveremos de aquí hasta que renuncien Mubarak y Suleiman”, fue la respuesta de uno de los jóvenes del Movimiento 6 de Abril, gestor y sostén de las manifestaciones de repudio al régimen.
La expectación era enorme ante la posibilidad de que Mubarak anunciara que delegaba el poder, por lo que a medida que hablaba aumentaba la ira. La posibilidad había sido manejada durante el día, pese a la negativa de varios miembros del mubarakismo. Nunca se supo el verdadero origen de los rumores, pero todo indica que se generaron en los Estados Unidos, donde horas antes del discurso de Mubarak el presidente Barack Obama hizo unas confusas declaraciones –“Vamos a tener que esperar”– y el director de la CIA, Leon Panetta, llegó a decirles a los integrantes del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes que “hay una gran probabilidad de que Mubarak renuncie esta noche y delegue en Suleiman la tarea de dirigir un proceso de reformas”.
Mubarak dijo que “consideró delegar los poderes y las prerrogativas propias”, pero en ningún momento dijo que hubiera renunciado. Miles de los congregados en Tahrir se quitaron los zapatos y los levantaron mostrando la suela hacia la pantalla, en el mundo árabe un contundente gesto de desprecio. Antes de que cerrara su discurso, los manifestantes ya habían comenzado a gritar “Fuera Mubarak”, uno de los lemas más repetidos desde el inicio de las protestas. “Esto no lo esperábamos, pero nos da igual, porque mañana (Mubarak) volverá a tener al pueblo egipcio en las calles para exigirle que se marche”, aseguró Ahmed Merzawi, un comerciante de El Cairo.
En su discurso, Mubarak insistió en que “ya comenzó un diálogo nacional constructivo que ha dado lugar a un acuerdo de principios”, que describió como “el comienzo del camino para salir de la crisis”. Luego, y en una obvia referencia a sus antiguos aliados occidentales, afirmó que “no voy a aceptar ser sujeto de la presión extranjera”, e irritó a la multitud de la plaza al decir que “la sangre de los muertos no será en vano”. Tahrir estalló entonces en gritos de indignación y a las promesas la multitud respondió, sólo minutos después, marchando hacia los edificios del Parlamento y la televisión estatal, “los símbolos del poder”, según el Movimiento 6 de Abril.
Durante la jornada de ayer se especuló con la idea de que los militares pudieran asumir el poder. Sin embargo, los manifestantes ya habían dejado en claro desde días anteriores que no aceptarán un gobierno militar. “Gobierno civil”, había sido el grito de un millón de egipcios reunidos el viernes pasado en la plaza Tahrir. Ayer, las Fuerzas Armadas se sumaron a la confusión con un severo “Comunicado Nº 1 del Consejo Supremo” leído por televisión con la música de fondo del himno egipcio y en el que afirmaron que “la situación está bajo control” y que “las Fuerzas Armadas no aceptarán ninguna situación que atente contra la integridad de la patria”. La escena hizo recordar a los trágicos años de la historia latinoamericana reciente.
Ayer, ese mismo Ejército fue denunciado por el Movimiento 6 de Abril y por la entidad humanitaria estadounidense Human Rights Watch de haber detenido, torturado y desaparecido a cientos “y quizás miles” de participantes en las protestas de los últimos días. El diario británico The Guardian dijo que habló con varios de los torturados y familiares de los desaparecidos.
Fuente:TiempoArgentino

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