25 de mayo de 2011

CHILE.

martes 24 de mayo de 2011
Chile: Sociedad anónima
Por Alvaro Cuadra
Una de las características más notorias del Mensaje Presidencial 2011 es el contexto en que se realiza. A diferencia de años anteriores, las palabras del señor presidente se enuncian en un momento que en amplios sectores de la sociedad comienzan a dar muestras de cansancio, acaso de molestia. Las razones de este clima ciudadano encuentran múltiples y variados fundamentos, pero se resumen en una pérdida de credibilidad política del actual mandatario.


El Mensaje de este año al país pretende salvar la brecha que separa las promesas de una candidatura respecto de las mezquinas y equívocas políticas desplegadas por el actual mandatario. Más allá de las cifras alentadoras en las que se afirma el gobierno, lo cierto es que hay temas que se olvidan. En especial el controversial proyecto Hidroaysén que es resistido por parte importante de la población.

La cuenta de un año de gobierno no solo debe atender a las cifras que entregan los ministerios sino, de manera decisiva, al horizonte político e histórico en que tales logros se inscriben. En pocas palabras, el actual gobierno asume un discurso cuasi técnico que muestra tales o cuales avances en diversas materias sin construir un “imaginario social” que otorgue sentido a su actuar. Se apela, por ejemplo, de manera vaga, al concepto de democracia, pero se apoya a los sectores empresariales en lo relativo a la matriz energética del país. Cuando una cuestión de tal trascendencia para Chile bien hubiera merecido ser plebiscitada.

Si bien hay logros indesmentibles de la actual administración tendentes a una modernización en sectores clave para el desarrollo nacional, ellos se ven opacados por el talante gerencial que adquieren tales logros. Tal parece que la coalición de derecha que nos gobierna carece de significaciones y perspectivas que trasciendan las alegres cifras que nos ofrecen. Se ha desperdiciado una gran oportunidad para cristalizar algo más que promesas. La mentada unidad que reclama el gobierno no nace de manera espontánea, se construye con acciones concretas para abolir la profunda desigualdad que caracteriza nuestra sociedad, se construye, en definitiva, con una forma de gobernar que incluya – efectivamente - a todos los chilenos. De otra manera, por mucho que se mejoren los indicadores macroeconómicos, Chile se encamina a convertirse en una sociedad anónima.
Fuente:Argenpress

martes 24 de mayo de 2011
Piñera y su mundo paralelo
Por Andrea Dufournel
La verdad es que no había muchas expectativas sobre lo que su “excelencia” diría en su segunda cuenta pública, del 21 de mayo de 2011. Lamentable, pero sólo nos ratificó que el Chile en el cual se mueve, vive y gobierna no tiene nada que ver con la realidad que día a día vivimos los chilenos.

Un discurso plagado de demagogia, prepotencia, autorreferente y sin el más mínimo sentido de autocrítica, adjudicándose logros del gobierno anterior, que, por la proximidad de la fecha en que dejó el mando, le tocó inaugurar.

Comenzó su discurso refiriéndose al rescate de los mineros, con dos de ellos como invitados, utilizando, como lo ha hecho durante todo el tiempo, a quienes ha manoseado hasta la saciedad. Que la reconstrucción estaba prácticamente terminada, que se han reducido los tiempos de espera por atención de salud, que han aumentado los subsidios habitacionales como nunca antes, que se instalará una línea de transmisión pública eléctrica, con la finalidad de que los chilenos podamos elegir a quien le compramos el servicio, reconociendo, sin decirlo, que estamos condenados a aceptar las condiciones que nos entregan los monopolios de servicios básicos, línea de trasmisión que beneficiará a todos los chilenos, si se instala Hidroaysen…eso sí.

Nada dijo sobre los escándalos con ribetes de corrupción que han predominado en su administración, caso Kodama, sobreprecios pagados con fondos del ejercito: puente mecano en Concepción, que le costó el cargo al ex ministro de defensa Jaime Ravinet, entre otros, tampoco se refirió al alto costo que los chilenos debemos pagar por la descomunal alza de precios de los alimentos de primera necesidad, no especificó, tampoco, cual es la calidad de los empleos a que hizo referencia, en los que la subcontratación es la tónica, manifestó, muy orgulloso él, que el ingreso per cápita de los chilenos alcanza a US $11.000, ¿Quiénes serán los que disfrutan de tan atractiva cifra?, no lo menciona. No hizo un balance de los anuncios del año anterior que no se han cumplido, simplemente ofreció más beneficios, que, no me cabe duda, tampoco tiene la intención de cumplir.

Mientras se realizaba la ceremonia, miles de personas, hombres, mujeres, jóvenes y niños se manifestaban a lo largo del país contra la posición del gobierno frente a la construcción de Hidroaysen, entregó explícitamente su apoyo a la mega construcción, sin tener la menor intención de escuchar el clamor de la mayoría de los chilenos, como respuesta envió parte de la democracia del gobierno: “represión”.


Pretendió asumir la postura de un estadista, pero en el desarrollo de su intervención perdió los estribos y dejó ver su verdadera cara, la de la intolerancia y su esencia antidemocrática, fue interrumpido por representantes de la educación superior, deudores hipotecarios y discapacitados, entre otros, sólo se dio por aludido en la sexta oportunidad cuando señaló que “los gritos no nos apartarán de cumplir los objetivos” calificando de violentistas a los parlamentarios que se manifestaron en contra de la construcción de las centrales hidroeléctricas en Aysen, amenazando con que "los violentistas en este país nunca van a tener la última palabra. La última palabra la van a tener siempre los que queremos que Chile sea un país democrático donde podamos analizar las diferencias con respeto”. Durante los días anteriores al discurso, el gobierno y muy especialmente el ministro del interior ayudó a generar el clima de violencia y confrontación, nos muestra una vez más, que el gobierno de derecha de Piñera crea el problema y pretende aparecer ante la opinión pública como el único que dará solución a las protestas, criminalizando cualquier muestra de descontento y manifestación ciudadana, porque, argumentó, “es la pérdida del respeto lo que debilita la democracia", para posteriormente invitar a mantener un diálogo amistoso y unitario, ¿será que comenzarán a brillar los corvos brillantes y acerados de nuestro glorioso ejército?

Defensor de un capitalismo a ultranza, y sus medidas “sociales” con decenas de programas cortoplacistas, que anuncia con una gran cobertura mediática y sin ninguna evidencia que respalde su utilidad, Piñera opta por la explotación brutal, cuando no el robo descarado, de recursos naturales favoreciendo a sus aliados. Entrega “bonos” para terminar con la extrema pobreza, sin reconocer que son ellos, los que más tienen, quienes generan las diferencias, velando porque las condiciones económicas de quienes menos poseen se mantengan, eso es lo que garantiza la mantención del sistema económico neoliberal, conservando para sí un ejército de cesantes que estarán dispuestos a trabajar por salarios miserables.

Para colmo de males, quienes le acompañan en su gobierno, al igual que él creen y pretenden hacer creer que antes de ellos Chile no existía, manifestaron que fue un gran discurso, lleno de grandes anuncios y una excelente cuenta, calificando este día como un “día histórico” asumiendo una defensa digna de mejores causas.
Fuente:Argenpress

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