4 de octubre de 2011

CHILE.

lunes 3 de octubre de 2011
El gobierno en Chile extrema posiciones frente a las movilizaciones sociales. La crisis del modelo neoliberal
Por Juan Francisco Coloane
El movimiento estudiantil que lleva más de cinco meses y que ha impactado a Chile y al mundo, ha expuesto el fracaso de la implantación del actual sistema económico de ajuste estructural o neoliberal. A través de su rechazo al actual sistema educativo que es donde se reproduce el modelo, ha levantado un debate por una reforma sustancial al actual modelo económico y el sistema político que lo respalda.


El gobierno de Chile extrema medidas para desmantelar el movimiento social y estudiantil, y ve como indispensable apagar la llama de las movilizaciones en las calles y la toma de los colegios.

Son dos los anuncios del Gobierno que han causado impacto en la oposición y en los dirigentes estudiantiles y gremiales que llevan más de cinco meses de movilizaciones. Ambos anuncios expresan la crisis de gobernabilidad en el país debido a los vacíos en el poder político -cuestionamiento de la representatividad de los partidos y desconfianza institucional- y al estado de situación en el vínculo sociedad y economía.

Uno consiste en la contención del gasto fiscal en el Presupuesto para 2012 confirmando la tendencia pro cíclica del gasto, que deriva en menor inversión social en relación a la dimensión de las demandas sociales. El otro, es un proyecto de ley que directamente actúa como un cerco policial al movimiento social.

La desestabilización (y la insurgencia) reclaman la aplicación de doctrinas de seguridad con un alto poder disuasivo y de contención violenta a las movilizaciones que se manifiestan en el único espacio disponible considerando el vacío de poder político y el cuestionamiento de la representatividad, como han sido las calles, las marchas y las tomas a los establecimientos.

El argumento de la seguridad y las finanzas sanas para mantener el status quo y aplastar el crecimiento del movimiento social y estudiantil es una propuesta abierta. Son las reglas del juego de la neogobernabilidad del sistema que se aplicaron en la anterior crisis de mediados de los años 70 del siglo pasado y que condujeron al modelo que se implantó en la década de los 80. La neogobernabilidad es parte de la doctrina.

Como las dos pinzas del alacrán que atenaza su presa, el modelo reacomoda sus prioridades en dos zonas para controlar la sociedad. Una consiste en asegurar la sanidad financiera que beneficia al sector con mayores recursos. La otra fortalece la seguridad policial del estado más que crear una seguridad pública en un amplio sentido del término. Es la doctrina Bush en su versión criolla y el símil no está lejos por la influencia del Tea Party republicano en el neoconservadurismo criollo.

Se impartió una doctrina basada en un sistema simple: crear zonas de libre mercado con gobernabilidad, un eufemismo para aplicar una doctrina de seguridad dura que no forma parte del discurso ciudadano.

En el trayecto el plan se quedó desprovisto de un menú más amplio de opciones políticas que refleje las diferencias de las reacciones locales a esa simplificación. Aquellas diferencias, no están reconocidas en un formato estrecho y bifocal que privilegia la gestión, y aplica la confrontación cuando la divergencia es aguda. El “modelo” chileno es un arquetipo: el sistema político es cerrado, y cuando hay divergencia o protesta aguda, se cierra más aún.

El rol de las transnacionales
El capital transnacional ha deformado a los estados haciéndolos dependientes de políticas transnacionales con códigos de globalización casi absolutos donde las coordenadas de política más local se subordinan a diseños de control y dominio político planetario. Esto se traduce en una crisis de poder con problemas evidentes en la gobernabilidad.

A partir del fin un tanto artificioso de la guerra fría, el capitalismo global - esto es los poderes reales de las transnacionales con sus expresiones locales y el esquema institucional configurado- se abrió la posibilidad de gobernabilidad que le ofrecía la social democracia triunfante frente al desplome del socialismo operativo representado por la Ex URSS.

Esa posibilidad de gobernabilidad de la social democracia ha demostrado ser ineficaz para resolver los problemas generados por el sistema económico implantado a partir de la crisis de los 80 traducidos en una pauperizada clase media y aumento de las desigualdades.

Como se ha demostrado, esa opción de gobernabilidad de la globalización a través de los consensos articulados por una difusa y ecléctica definición de centro político, no ha resuelto el problema central de legitimidad porque el proceso político fue absorbido por una suerte de claustro económico.

Es así que cuando el liberalismo encuentra problemas graves de su propio diseño, recurre como compensación ideológica al fracaso operacional del socialismo, que en todo caso le pesa como alternativa no descartable para humanizar el tema del progreso y el desarrollo.

Se perdió el principio central del respeto de las instituciones especialmente del estado con la gente. El estado ya no intermedia y quedó desmantelado para responderle a los más vulnerables. Tanto el sistema político, como el estado que ampara a ese sistema, así como el marco institucional manejado por el gran capital, le restan margen de gobernabilidad a la globalización. La limita a la suerte que corra la economía.

Hay plena justificación para aplicar la doctrina de seguridad de proteger el actual sistema que fue la que demostró su eficacia en gobiernos autoritarios o dictaduras para mantener un modelo que ha conducido precisamente a la falta de gobernabilidad por las injusticias y los abusos de poder.

El llamado ajuste estructural a la economía fue en todo caso un fenómeno global, y en esto hay que insistir, para no perder la perspectiva del proceso actual de demandas sociales que coincide con el malestar mundial. En Chile quizás se exhiba en su dimensión más nítida por haber constituido uno de los baluartes del modelo y su caso amerita la reflexión más global.

Después de 30 años de ajuste económico sin disminución de las desigualdades en un buen número de países, y una mayor concentración del poder político, el desajuste que se refleja debilita más al sistema global que a la hegemonía de una potencia en particular.

Las manifestaciones en muchas partes del globo no es un reclamo populista que precede a la insurgencia, como ha sido el discurso del neoconservadurismo.

Si hay mercado libre aplicado a ultranza sin regulación hay gobernabilidad, si no lo hay de esa forma, la protesta es paso a la insurgencia. De allí que gobernabilidad ya esté instituida como un eufemismo para aplicar doctrinas de seguridad que tengan como foco la preservación del sistema. La simplicidad es deliberada porque el sistema vigente no ofrece otra alternativa y cuando hay protesta cierra filas en el autoritarismo, manipulando la información y promoviendo agendas para no alterar el status quo.

Es así que la organización sociopolítica basada en nociones muy abiertas de mercado y muy reduccionistas de gobernabilidad, ha sido determinada por el estrecho circuito político creado por el mismo sistema. En la apariencia se nos presenta como abierto, pero en el fondo es la verticalidad en un lugar donde no se distingue el poder político del poder económico por el intenso trasvasije de doctrinas y la alta promiscuidad institucional.

Los que dirigen ambos sectores en apariencia son diferentes. En el fondo es la doctrina cohesionada la que determina. Ni siquiera la reconstitución de los consensos de la década de los años 90 en Chile aparece viable. Es lisa y llanamente un retomar la doctrina de los 80.

Es la neogobernabilidad que se expresa como un rasgo de la crisis en la globalización y en el caso de Chile es una cápsula pequeña aunque representativa.
Autor imagen: Carlos Latuff
Fuente:Argenpress






lunes 3 de octubre de 2011
Una nueva generación
Por Álvaro Cuadra 

Si hay algo que se puede afirmar con certeza del Chile de hoy es el hecho evidente esta época es protagonizada por una nueva generación. Un hecho demográfico con repercusiones culturales, sociales y políticas, Nos guste o no, cuanto más avanzamos en edad, menos nos pertenece el mañana. No obstante, los asuntos públicos son administrados por una clase política anclada en individuos e ideas cristalizadas hace décadas. Esta suerte de “brecha generacional” es una de las componentes, no la única por cierto, de la actual crisis que vive nuestro país. Un contingente significativo de jóvenes están mutando el “carácter social” de la sociedad chilena actual.

Si lo pensamos con un mínimo de sensatez y aplicamos una “comprensión generosa” al bullicio en las calles, resulta claro que la mayoría de nuestra juventud reclama con vehemencia por una “democracia de verdad”. Ni más ni menos: La “educación pública gratuita” es tan solo el aspecto coyuntural de un anhelo no solo legítimo sino imprescindible en una sociedad viva. A esto se opone, cómo no, el país individualista, mezquino, cínico, acomodaticio, cobarde y mediocre que hemos conocido por décadas.

Pocas veces el espíritu humano alcanza una cierta altura, lo normal es la medianía. Filósofos y poetas han señalado el camino: Transformar el mundo, cambiar la vida. Los cambios en la vida de las naciones han sido protagonizados, justamente, por las nuevas generaciones capaces de concebir un mundo otro. Si bien durante doscientos años de vida “independiente”, nuestra sociedad ha dado sobradas muestras del estado de miseria en que habitamos, ha habido generaciones de chilenos que se han atrevido a enarbolar la bandera de los sueños, pagando, las más de las veces, con su vida tal atrevimiento.

La juventud de hoy reclama, finalmente, su lugar en este mundo, un porvenir que les pertenece por derecho propio. Es de necios oponerse al nuevo verdor en nombre de verdades ya resecas y estériles. Puede que los jóvenes cometan muchos errores, pero serán los suyos. A los mayores nos corresponde más bien facilitar el despliegue de esta fuerza que emerge, asumir el desafío con generosidad y grandeza de espíritu, sabiendo que cada nueva generación es una oportunidad para hacer de este país un hogar más justo, más digno para todos.
Fuente:Argenpress


lunes 3 de octubre de 2011
La fuerza de la protesta social
Por Tania Peña (PL)
Casi cinco meses de movilizaciones en rechazo al modelo educacional impuesto en dictadura dan cuenta de la madurez de la conciencia social en Chile, país signado por una indignante distribución de la riqueza.

La última marcha por la Alameda de Santiago y las que ya asoman demostraron en definitiva el espaldarazo de la ciudadanía a las demandas del estudiantado chileno, apoyo que llega casi al 90 por ciento, según última encuesta del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC).

Precisamente el resultado del sondeo, aplicado en agosto último, fue un nuevo mazazo para el presidente Sebastián Piñera, aceptado sólo por el 22 por ciento de los chilenos, un 13 por ciento menos que la aprobación alcanzada en el mes precedente y el más bajo índice de popularidad de un mandatario desde la caída de la dictadura.

A los datos nada alentadores para La Moneda arrojados por el estudio de CERC se suma la opinión de la población sobre la credibilidad del jefe de Estado: un 67 por ciento le cree poco, un 16 por ciento le cree más o menos y sólo un 14 por ciento afirma creerle mucho.

Los grandes triunfadores de la consulta pública fueron los estudiantes, respaldados por el 89 por ciento de los entrevistados; mientras otro 56 por ciento admitió haber participado en las manifestaciones por un cambio de modelo sociopolítico.

También es significativo el número de ciudadanos que se inclina por la realización de un plebiscito como método de expresión y ejercicio de la voluntad popular.

Un 71 por ciento de la población apoya la idea del referendo, resultado afín con el 61 por ciento de consultados que no le ve real interés al gobierno en solucionar el conflicto educacional.

En sintonía con el reclamo ciudadano, en la semana que cierra la Mesa Social por la Educación Pública, que agrupa a reconocidas organizaciones sociales como el Colegio de Profesores de Chile, convocó a un plebiscito nacional sobre educación para 7 y 8 de octubre próximos.

¿La educación debe volver a ser responsabilidad del Estado, gratuita, de calidad y terminar con el lucro en todos sus niveles?, sería la interrogante que se presentaría ante el pueblo.

La propuesta del gremio magisterial es apoyada por la Central Unitaria de Trabajadores, la Coordinadora Nacional de Padres y Apoderados, la Confederación de Estudiantes de Chile y las organizaciones de estudiantes secundarios, entre muchas otras organizaciones sindicales, gremiales y vecinales.

Es que en Chile las cifras de inversión en educación son un desastre, coinciden especialistas en la materia, que ilustran cómo el 85 por ciento del ingreso y los estudios en las universidades lo financian las familias.

De acuerdo con el presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, Cristian Cuevas, la transversalidad del respaldo al petitorio del estudiantado y el magisterio se explica porque el modelo no da para más, al reproducir las desigualdades y promover un verdadero apartheid en la educación.

En tanto para el Partido del Socialismo Allendista, el apartheid en Chile va más allá del tema educacional y los que hoy se movilizan en las calles abogan en definitiva por cambiar el modelo económico dominante impuesto bajo el terror de los golpistas.

Chile tiene hoy día una alta concentración patrimonial. Los grandes grupos económicos están sobreconcentrados, y son hoy exponencialmente muchísimo más poderosos y han incrementado su patrimonio aumentando las brechas de desigualdad, sostiene Silva.

A juicio del senador socialista Pedro Muñoz, expresión evidente de esa inequidad es el alto nivel de endeudamiento de los sectores económicos más desfavorecidos de la población y en particular de los jóvenes, otra de las verdades que sacó a la luz la última encuesta de CERC.

Así, quienes se encuentran entre los 18 y 25 años presentan niveles de endeudamiento comparables a los demás tramos, en circunstancias que muchos de ellos están en etapa de estudios o comenzando su vida laboral, la mayor parte de las veces con empleos precarios.

Esas cifras, subraya el legislador, demuestran la angustia de millones de chilenos que viven y trabajan para pagar deudas o solicitar préstamos.

Mesa de Diálogo ¿el camino?
La convocatoria al diálogo por el Gobierno es el resultado de meses de movilización, opina el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, quien junto a los principales líderes del estudiantado chileno participa del cara a cara ya iniciado entre La Moneda y el mundo social.

En línea afín con ese punto de vista, la vocera de la Confederación de Estudiantes de Chile, Camila Vallejo, asevera que sin movilización no se puede hablar de dialogar ni de nada. La protesta social es nuestra fuerza, sostiene con hincapié.

Por eso movilización y diálogo van paralelos en la agenda de los indignados chilenos, escépticos frente a un gobierno que por su tronco ideológico rechaza las principales reivindicaciones populares: Educación pública gratuita, Desmunicipalización de la educación escolar sin privatizar y Fin del lucro en todo el sistema de enseñanza.

La mesa de trabajo propuesta por el gobierno responde a una política de cortinas de humo, mientras se intenta dividir, amenazar y reprimir a los estudiantes, sin retroceder ni un milímetro en posturas sobreideologizadas, manifestaron a Prensa Latina representantes de la Nueva Izquierda Universitaria.

El gobierno, respaldado por la oligarquía local, niega la posibilidad de construir una educación que se entienda como un derecho social, opina la referida organización para la que solo mediante un Plebiscito Nacional es posible mantener las esperanzas de la mayoría de los chilenos.

Según la revista chilena Punto Final, pesa también en medio de la actual crisis política y social que vive el país suramericano la ausencia de una alternativa de izquierda.

La Revolución Democrática que vive Chile, reflexiona la publicación, ha ganado su primera batalla, la que se dirime en el gran jurado de las conciencias y que hace ver que es mayoritario el rechazo al modelo de economía de mercado.

Sin embargo, ante tal realidad la izquierda tiene que hacer un esfuerzo por renacer de sus cenizas y en alianza con el mundo social presentar una alternativa esperanzadora, remarca Punto Final.

Ciertamente esa alternativa parece extraviada en estratégico momento de la historia de Chile.
Fuente:Argenpress


lunes 3 de octubre de 2011
Plebiscito por educación en Chile en cuenta regresiva
PL
Chile inicia otra semana clave en la lucha del Movimiento Ciudadano por Educación Pública y Gratuita, cuyo principal hito será el plebiscito nacional del 7 y 8 de octubre próximos, convocado por diferentes organizaciones sociales.

El referendo busca mostrar al gobierno el reclamo mayoritario a favor de cambios estructurales profundos en el modelo educacional, comentó el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo.

Explicó que la consulta incluirá cuatro preguntas para los mayores de 14 años de edad que podrán responder en colegios, instituciones sociales, consultorios, plazas y paseos públicos, además de la posibilidad de votar vía on line a través del sitio votociudadano.cl.

¿Está usted de acuerdo que exista Educación Pública gratuita y de calidad en todos los niveles, garantizada por el Estado? y ¿Está usted de acuerdo con que las escuelas y liceos sean desmunicipalizados, volviendo a depender del Ministerio de Educación de forma descentralizada, participativa y autónoma?, serán las dos primeras interrogantes.

Asimismo, ¿Está usted de acuerdo que el lucro con fondos públicos deba ser prohibido en todos los niveles de la educación chilena?, y ¿Está usted de acuerdo con la necesidad de incorporar el plebiscito vinculante, convocado por los ciudadanos, para resolver los problemas fundamentales de carácter nacional?.

Gajardo recalcó que la gratuidad de la enseñanza en Chile es perfectamente viable y es lo que quiere el pueblo de acuerdo con las encuestas, lo que en su opinión volverá a ser ratificado con los resultados del plebiscito.

Además del Colegio de Profesores convocaron al referendo la Central Unitaria de Trabajadores, la Confederación Nacional de Funcionarios de Salud Municipalizada, las organizaciones de estudiantes secundarios, la Coordinadora de Padres y Apoderados y el Movimiento por la Consulta y los Derechos Ciudadanos, entre otros.

Se espera tener los resultados en las 24 horas siguientes al ejercicio popular.

Para esta semana están previstos además un segundo encuentro entre La Moneda y los representantes del Movimiento Social por Educación Pública y otra jornada de movilización nacional como parte de la estrategia del estudiantado de llevar aparejados diálogo y manifestaciones de protesta.
Fuente:Argenpress

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