11 de diciembre de 2011

COLECTIVO CULTURAL.

LIBROS, ESCRITORES Y POETAS
05 de Diciembre
Sampaolesi utiliza la teoría del impresionismo para su novela
Por Pablo E. Chacón
En "Monet. Breve condición del paisaje", el escritor Mario Sampaolesi, por intermedio de la teoría de los instantes superpuestos del impresionismo clásico, reflexiona sobre la condición de esa escuela y cuenta la historia de un triángulo amoroso, soporte de su singular arte poético.


El volumen, publicado por Libros del Zorzal, definido como "novela-haiku" o "novela del instante", está ilustrado en su portada con una reproducción de "Mujeres en el jardín", acaso una de las piezas menos conocidas del pintor francés Claude Monet.

Sampaolesi nació en Buenos Aires el 16 de junio de 1955.

Entre 1989 y 1991 residió en París (Francia). Dirigió la revista Barataria entre 1992 y 2008. Además, es traductor. Su versión de "El cementerio marino", de Paul Valery, conoce cantidad de lecturas. Desde 2003 dirige el taller de poesía de la Biblioteca Nacional (BN).

Publicó, entre otros libros, "Cielo primitivo"; "La belleza de lo lejano"; "La lluvia sin sombra"; "El honor es mío"; "Puntos de colapso"; "Miniaturas eróticas"; "A la hora del té"; y "Malvinas".

En diálogo con Télam, el vate consideró que su interés por el impresionismo nació a causa de su interés por el detalle, o más precisamente "por el instante" "Lo que intento con mi poesía y con esta novela es marcar el instante, el punto del instante, y plantear que ese instante, para nosotros, seres humanos, tiene una duración determinada", dice.

Y agrega que "para nosotros (el instante) tiene ciertas características, y otras para otros seres vivos. Por esa razón, catalogo a este texto como una novela-haiku, como si fuera, toda en sí misma, un instante".

El poeta sabe que la idea de duración y las preocupaciones por el tiempo y el espacio y cómo mensurar la percepción de esas categorías, que cuando Monet pintaba, habían empezado a cambiar, entre otras razones, por los estudios de la física cuántica y por las ideas del filósofo (también francés) Henri Bergson.

"Esa ambigüedad en la percepción de una realidad es lo que me interesó fijar en `Monet…`. Y desarrollar una historia de amor, algo sórdida, cargado de un erotismo bastante explícito. Y por supuesto, trabajar todo lo posible las texturas, el lenguaje", dice el artista.

En su libro es notorio cómo un instante es capaz de desplegarse en diversas dimensiones, si se entiende al lenguaje menos como una máquina de comunicar que como un dispositivo que no alcanza a dar cuenta de todo lo real, y que precisamente por ese motivo, el haiku trata como una paradoja.

"En esta novela", sostiene Sampaolesi, "traté que el lenguaje fuera visual; que el lector pudiera percibir ese trabajo de una manera plástica, que lo viera. Y desde ese lugar sí hay una búsqueda. El impresionismo forma parte de esa búsqueda".

El impresionismo, para el poeta, "es una técnica que tiene por objeto reflejar el instante. A partir de ahí se produce esa sensación de que uno observa el paisaje, de que todo va cambiando constantemente, pero que nosotros no percibimos ese cambio tan sutil".

Cuanto mucho, "percibimos la idea de un pasado, o de un futuro, siempre bajo el concepto de duración. La idea mía era poder mostrar la sutileza de ese cambio en el punto más chiquito. Por eso el paisaje va mutando y deja de existir en el mismo momento en que el personaje lo está viendo".

Y no hay que olvidar la idea (que era también un tópico de la ciencia de esa época, finales del siglo XIX, principios del XX), "de la inclusión del personaje dentro del paisaje, conformándolo.

No sólo como espectador sino también como protagonista. Esa es la estructura. Después, la historia de amor".

Protagonizada por un coleccionista que anda tras la pista de un fresco de Leonardo Da Vinci, las cosas desembocan en un estudio fotográfico donde las posiciones, quiebres y detalles se hacen -antes que impresionistas- hiperrealistas.
El poeta piensa que "Monet representa un cambio fundamental en la historia de la pintura contemporánea. Descubre que la misma situación, en determinados momentos, es otra cosa, es la misma cosa y es otra. Eso es lo que a mí me interesó" "Ese paisaje, a determinada hora, es un paisaje, y a la media hora es otro aunque sigue siendo el mismo. No pierde su identidad pero se transforma. Me interesa la relación entre el entorno y el objeto. Esa situación, Monet la plasma perfectamente".
Sin olvidar que "el otro grande es (Paul) Cézanne. Junto con Monet provocan un cambio enorme, un cambio de eje. Antes, la pintura se hacía en el estudio. Ellos salen a la naturaleza. Eso es un aporte muy grande a la pintura, y al arte en general", concluye Sampaolesi.
Fuente:Telam

05 de Diciembre
Libros
Un maridaje sencillo entre ciencia y tecnología
Por Leticia Pogoriles
La bioquímica y chef Mariana Koppmann, en el libro "Manual de gastronomía molecular", le propone a los lectores curiosos adentrarse -de una manera didáctica- a ese sabroso maridaje que une a la ciencia con la cocina de todos los días, desmontando mitos y respondiendo las dudas culinarias que cualquier cocinero profesional o amateur alguna vez se preguntó.

Lo primero que derriba Koppmann es la extendida creencia de que la gastronomía molecular es lo mismo que la cocina molecular, ese estilo que popularizó el chef español Ferrán Adriá con su célebre y codiciado restaurante El Bulli, donde experimentó durante años la deconstrucción y reestructuración de texturas y aspectos de los alimentos sin alterarles el sabor.

"La gastronomía molecular -explica la autora a Télam- es el encuentro entre la ciencia y la cocina. Es un término creado por Hervé This y Nicholas Kurti a fines de los 80, dos científicos a los que les encantaba la comida. Leyendo recetas se replantearon detalles e indicaciones y comprobaron su eran ciertas o no explicando los fenómenos físicos y químicos".

La cocina molecular, en cambio, "es un estilo de cocina, así como hay gente que hace comida cruda o cocina de autor. Es una corriente que aprovecha herramientas de la ciencia y de la tecnología", aclara esta especialista que se dedicó durante una década a estudiar los fenómenos y transformaciones culinarias de recetas más simples.

Lejos del marketing, Koppmann puede iluminar a cualquiera advirtiendo sobre los procesos de las esferificaciones de Adriá o las impregnaciones de Heston Blumenthal, pero su meta editorial fue otra: "contar científicamente porqué se cocina un huevo duro o porqué el mate se lava rápido".

Su libro, que forma parte de la colección "Ciencia que ladra" del sello Siglo XXI, repasa en capítulos las materias primas más familiares de la cocina argentina y esclarece los efectos químicos y físicos que hacen que una carne cruda sea un manjar de domingo.
"Sirve para aclarar las fallas habituales a la hora de preparar una receta", dice esta pionera argentina en química culinaria.

"Si uno tiene una base científica en lugar de hacer 25 pruebas se hacen 14", ironiza una de las fundadoras de la Asociación Argentina de Gastronomía Molecular, que indica que entre el lenguaje de la ciencia y el de los cocineros "lo que falta es la comunicación para explicar términos científicos con palabras sencillas".

Como por ejemplo, las proezas de un alimento todoterreno como el huevo; el universo de las carnes, sus cortes y cocciones; las mañas detrás de la placentera y fatal azúcar; la morfología del arroz y sus humildes complicaciones; la versatilidad de la papa y las grasas: "esa bruja que no fue invitada a la fiesta pero sin ella el cuento no habría existido".
No sólo de materias primas se nutre este libro, Koppmann retoma -como buena profesional gastronómica- las preparaciones, sus técnicas y supersticiones enfilando hacia las emulsiones básicas como la mayonesa; la mezcla milenaria del pan y las masas que derivan en exquisiteces de la pastelería local.

Uno de los mitos más populares dentro del mundo chef es el sellado de las carnes para retener sus jugos en el interior. Es falso. "En realidad lo que genera más jugo en la boca es la propia saliva al entrar en contacto con la carne sellada, no con sus propios jugos retenidos", desasna Koppmann y advierte para los menos entendidos "la carne es un músculo no tiene poros que se cierren".

Durante sus años como docente en el Instituto Argentino de Gastronomía dirigido por el chef internacional Ariel Rodríguez Palacios, la autora recopiló cientos de preguntas que le hacían sus alumnos y colegas y como forma de socializar el conocimiento con un estilo didáctico los publicó con sus respuestas.

Entre esas "preguntas de la libretita" tal es el nombre de esa sección al final de cada capítulo, los lectores se toparán con dudas y soluciones como: ¿Las claras pueden formar espuma si hay yemas? ¿Por qué el flan casero tiene agujeritos? ¿Por qué el pan árabe queda ahuecado? ¿Por que la crema se corta cuando se sobrebate? ¿Por qué se revuelve el risotto? y ¿Cómo se logra un pechuga jugosa? Otros libros ya se encargaron de comprender el gusto, los procesos químicos y la transformación de sabores en las recetas cotidianas. Diego Golombek, científico y director de la colección que integra éste volumen, explica que "el mejor antecedente es `Fisiología del gusto` de Jean Anthelme Brillant Savarin que por primera vez reflexiona sobre qué sucede con los alimentos durante las recetas y con los cuerpos de los comensales al degustarlos".

Sin embargo, "Manual de gastronomía molecular" explica de forma amena las reacciones de los alimentos "es un soplo de aire fresco y culinario, que los cocineros, cocineras, amateurs y profesionales, sabrán agradecer", invita Golombek.

Con el faro de la experimentación como guía, Koppmann asoma su cabeza fuera del laboratorio, deja de la lado las bolitas de pizza, las ostras con aire de zanahoria y el falso caviar de melón para explicar y entender un excelso puchero, las nobles papas fritas, el insuperable flan, los espumosos merengues y untuosidad del risotto. "Espero que también lo lean las abuelas", desea finalmente la autora.
Fuente:Telam

05 de Diciembre
Dal Masetto: "La escritura es un oficio como cualquier otro"
Por Juan Rapacioli
En "Cita en el Lago Maggiore", Antonio Dal Masetto retoma una historia originada en "Oscuramente fuerte es la vida" y continuada en "La tierra incomparable", una trilogía con la que el escritor rinde homenaje a su madre "y a todos los que vivieron la circunstancia de la inmigración".

"En estas novelas gira la idea de saldar deudas", señala Dal Masetto a Télam. "En la primera, la deuda con mi madre como personaje central, la segunda, es el regreso a los orígenes, mi regreso, pero con la carga de los miles y miles que vinieron a este país en situaciones tan complicadas. También hay una forma de saldar deudas ahí: poner por escrito, contar".

Y esta novela, publicada por editorial El Ateneo, "está, temporalmente, bastante lejos de las otras dos, pero comparte, sin embargo, el mismo espíritu que las anima".

"Acá se vuelve al pueblo, a la misma búsqueda que había intentado la protagonista de las anteriores, Agata, la madre : recuperar lo irrecuperable, lo perdido en la distancia; pero por parte del hijo, un hombre ya grande, padre de la adolecente protagonista", explica el autor de "Gente del bajo".

"Lo que me interesó hacer pesar es la relación que se establece entre padre e hija en un contexto especial -subraya-.

Volver a los orígenes. Para ella, un lugar mítico; para él, un viaje diferente, con nuevos ojos a su lado que miran una realidad que no pudo transmitir".

"Las tres novelas, si bien son ficción, tienen un costado anclado en la realidad. No las hubiese podido escribir sin vivir esas circunstancias -asegura-. La primera nace de hablar mucho con mi madre; la segunda, por el viaje de regreso que hice al pueblo -esforzándome todo el tiempo por mirar con los ojos de Agata-; y esta última, que surge de un viaje que hicimos juntos con mi hija".

Sin embargo, "todo lo que se cuenta no es exactamente lo que ocurrió. En literatura, uno está obligado a inventar cosas. La realidad a veces nutre, a veces escasea, y a veces también exagera; por eso hay que ir acomodándola para que sea coherente".

Antonio Dal Masetto nació en 1938 en Intra, Italia. Después de la Segunda Guerra Mundial se radicó con su familia en Argentina.

Fue pintor de paredes, vendedor ambulante, heladero, obrero, empleado público y periodista.

Entre sus obras, figuran el libro de cuentos "Lacre" (1964); la novela "Siete de oro" (1963), las novelas "Hay unos tipos abajo" (1998) y "Siempre es difícil volver a casa" (1985), que fueron llevadas al cine, entre otras. Sus libros han sido traducidos a más de seis idiomas.

- ¿Hay una manera de trabajar las relaciones personales que te interese particularmente? 
- Hay situaciones que se pueden reflejar en hechos o diálogos, y hay otras que se ilustran mejor con reflexiones; en esta novela se van alternado esas formas.

Ya sea en una página o en un libro, no hay que perder la visión del conjunto; como si uno estuviera sobre una colina mirando una batalla: también hay batallas en los diálogos y en las relaciones; elementos que chocan y a veces no combinan.

- ¿Eso tiene que ver con el ritmo? 
- El ritmo es fundamental, no sólo el narrativo, sino el que abarca la totalidad de la obra; así como hay ritmo en un pintura cuando esta es armónica, hay musicalidad. Eso no hay que perderlo de vista nunca.

- ¿El conjunto de tu obra tiene un ritmo? 
- Los primeros libros que escribí eran muy íntimos, en primera persona; luego vinieron algunos que podían ser interpretados como de corte policial; otros que aludían a los 70; luego esta trilogía, pero creo que todos, más allá de la variación de temáticas, componen una vasta autobiografía; ese fondo está siempre presente.

- ¿Qué literatura nacional te interesa? 
- Últimamente me dedico a releer, clásicos o más contemporáneos, pero me interesan varios: Guillermo Saccomanno, trabaja muy seriamente; algunas novelas de Angela Pradeli, en fin, gente que escribe desde su mundo personal. También pienso en Laiseca, Abelardo Castillo, y claro, los que no están, (Osvaldo) Soriano, un gran amigo; (Miguel) Briante, que no escribió tanto, pero su obra tiene mucho peso.

- ¿Qué le dirías a los que empiezan a escribir?
 - Que la escritura es un oficio como cualquier otro. Así hay que entenderlo al menos del punto de vista práctico; un oficio en el sentido que requiere primero creer en él: pero eso no alcanza; hay que tener disciplina y obstinación, hay momentos duros, de mucho vacío, donde parece que la literatura te abandona; pero nunca te abandona del todo: siempre hay motivos para seguir escribiendo.

Henry Miller (1891-1980) -a quien leí con mucho entusiasmo a mis 20 años-, decía que hay que escribir siempre, todos los días, y si uno no tiene nada, ni una sola idea, bueno, escribir sobre esa imposibilidad de escribir; claro que hay momentos, matices y espacios, pero la literatura es trabajo.
Fuente:Telam

05 de Diciembre 
Piden la exhumación del cadáver de Neruda para conocer la verdadera causa de su muerte
El Partido Comunista de Chile (PCCH) anunció que solicitará a la Justicia de ese país la exhumación de los restos del poeta Pablo Neruda, con el fin de esclarecer las causas de su muerte.

El abogado chileno Eduardo Contreras, representante del partido, realizará el pedido oficial ante el ministro Mario Carroza, quien desde mayo pasado se ocupa de la investigación sobre el fallecimiento del Nobel de Literatura, según informó Prensa Latina.

Manuel Araya, chofer y amigo personal del escritor, declaró ante las autoridades judiciales que "Neruda no estaba para morirse" y que "fue asesinado por el régimen militar de Augusto Pinochet".

Según el testimonio de Araya, luego del golpe de Estado de 1973, la familia y los amigos del poeta chileno decidieron trasladarlo hacia una clínica con el objetivo de mantenerlo seguro y a salvo.

"Pensábamos que en la clínica estaría más seguro. Nunca pensamos que le iban a colocar una inyección e iba a morir", argumentó Araya.

Continuando con su relato, Araya señaló que Neruda lo llamó la noche anterior por teléfono para decirle que lo habían inyectado en el estómago y estaba muy afiebrado.

"Ese maldito pinchazo lo mató. Él estaba enfermo de cáncer, pero lo sobrellevaba muy bien. Ese día él estaba pendiente de su viaje a México que haría efectivo dos días después. No estaba mal y no tenía por qué haber muerto. El gobierno militar no quería que saliera del país y por eso lo hizo", agregó.

Sin embargo, el relato oficial de los hechos indica que las causas de la muerte del escritor (23 de septiembre de 1973) fueron producto de un cáncer de próstata mientras permanecía internado en la clínica Santa María de Santiago de Chile.

El PCCH consideró que "constituía un deber moral exigir la verdad sobre el fallecimiento de quien fue militante comunista y destacado representante político del Gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende".

En los últimos años se han realizado numerosas exhumaciones con el objetivo de establecer las verdaderas razones sobre la muerte de figuras emblemáticas como los ex presidentes chilenos Salvador Allende y Eduardo Frei Montalva, entre otros.
Fuente:Telam

06 de Diciembre 
En la ex Esma
Presentan "Crónicas del adiós", relatos sobre el día del fallecimiento de Néstor Kirchner
El libro "Crónicas del adiós" que compila relatos escritos por periodistas que narran desde su experiencia el día de la muerte de Néstor Kirchner, será presentado este martes en el Espacio para la Memoria, la Promoción y la Defensa de los Derechos Humanos(ex ESMA).
Publicado por la editorial de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), éste volumen realizado por los jóvenes periodistas del grupo Aguilas humanas dirigido por Cristian Alarcón incluye las crónicas "El miedo y lo sagrado", de Laura Meradi; "Los cuerpos cuentan", de María Eugenia Ludueña y "El cortejo peronista", de Martín Ale.
Patricia Serrano
Completan esta edición, las crónicas "Papeles", de Patricia Serrano; "Le voy a contar a mis nietos", de Sebastián Hacher; "La muerte en la sala de traumatología", de Candelaria Schamun; “No se ilusionen, mamá es una leona” de Naimid Cirelli; "La epopeya futura", de Lucía Alvarez y "El nuevo hombre", escrito por Juan Tauil.
Sebastián Hacher
Alarcón junto con la decana de la Facultad, Florencia Saintout, tendrán a cargo la presentación de "Crónicas del adiós" y más tarde se proyectará el registro fotográfico de Ana Clara Tossi.

El cierre será con los músicos Horacio Bouchoux y Alejandro Polemann (compositores del candombe Nunca Menos), junto con Luis Longhi y Guillermo Fernández (compositores del tango Virola).

La actividad será a las 19 en el Auditorio Silvio Frondizi en avenida del Libertador 8151, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fuente:Telam

06 de Diciembre
Libro
Relato de la crisis del 2001 desde las voces de sus actores
Un panel de invitados a la presentación del libro "2001, relatos de la crisis que cambió la Argentina", de los periodistas Manuel Barrientos y Walter Isaía, analizó las similitudes de ese momento con la actual crisis en Europa, las reinterpretaciones de las consignas y el rol de los medios hegemónicos en la construcción de la memoria reciente.

En la sala Juan L. Ortiz de la Biblioteca Nacional participaron del debate la politóloga María Esperanza Casullo; la periodista Verónica Gago, el ensayista Alejandro Kaufman y el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González.

Casullo abrió el debate con un acto de sinceridad: "uno piensa que no va a olvidar, pero el tiempo pesa. Este libro es un buen ejercicio". Y enseguida planteó el eje de su intervención: "estamos viviendo el 2001 a escala planetaria".

"Argentina es el campo de prueba de la política mundial, por alguna razón los procesos se dan antes acá; pero la crisis de 2001 no fue aislada sino que fue un patrón de la crisis del capitalismo", advirtió.

Y agregó: "Esto demuestra también la crisis profunda del pensamiento de izquierda a nivel global, no hay una teoría que permita pensar cómo no caer en la crisis. Aquí no había discursos alternativos la leyes económicas eran como las leyes newtonianas y esto sucede en Europa hoy".
Manuel Barrientos
La también creadora del blog artepolítica destacó "el momento excepcional y diferente que vivimos como región" y señaló "la solidaridad y creatividad de la sociedad civil de ese momento, una de las razones principales para luchar contra los efectos de la crisis".

"2001, relatos...", editado por el sello Patria Grande, es un recorrido en base a entrevistas con interpretaciones, vivencias y debates sobre el estallido de ese período.
Walter Isaía
El libro está dividido en cuatro capítulos que hilvanan historias personales con colectivas sobre los actores sociales y políticos que fueron protagonistas de ese proceso de la historia reciente.

El volumen cuenta con testimonios del diputado electo y referente de la Cámpora, Eduardo "Wado" de Pedro; la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini; el diputado electo por el FAP Víctor De Gennaro; el sociólogo del Frente de Izquierda, Christian Castillo; el ex diputado nacional Luis Zamora; el dirigente de la FTV, Luis D’Elía y el historiador Ezequiel Adamovsky, entre otros.

Gago, periodista e integrante del colectivo Situaciones, también presente en el libro, subrayó que 2001 "aparece como una perspectiva en permanente mutación. Parecía un momento antiestatal cuando en el fondo había un deseo de reparación".

Para ella "vivimos 10 años de 2001 porque sigue presente como discurso y discusión" y sugirió: "pensar las reinterpretaciones de las consignas de ese momento como `que se vayan todos`". A lo que González agregó: "fue un grito oscuramente primitivo de enorme atracción, estaban quienes lo aceptaban y quienes no".

Kaufman, por su parte, historió el rol de los medios hegemónicos de comunicación: "el periodismo es uno de los pocos espacios socio culturales que está intacto desde la dictadura" y celebró la publicación de esta investigación "como un buen logro periodístico porque vuelve al 2001 con una cantidad de entrevistas interesadas por el objeto".

Al respecto destacó lo difícil de hablar de ese año de una "manera homogénea" porque "hay dimensiones de problemas con sus propias legitimidades y rasgos" y en este libro "hay una enorme heterogeneidad de entrevistados que contrastan entre sí y se tensionan".

Volviendo al papel de los medios sostuvo que "el 2001 estuvo mediado por la prensa hegemónica, a través de las pantallas de TN y eso está pendiente de análisis", cuestionó.

"Este rol en el 2001 hay que tomarlo como objeto de reflexión porque si no se revisan esos medios hegemónicos -que son de una complicidad criminal- no hay viabilidad de una convivencia democrática en el país", enfatizó.
Como cierre, Kaufman reparó sobre un tema más silenciado "el dolor y el sufrimiento que ha producido la crisis del 2001, hay gente que hoy tiene 20 años y son parte de los miles de niños que comieron basura, nuestra basura. Olvidamos lo ciclíco del capitalismo".

Para él "a este caracter de deconstrucción y destrucción, de construcción y de denigración todavía no le hemos encontrado el leguaje para verlo. Lo que sucedió en 2001 forma parte de esta dinámica. Entre el capitalismo en serio y el anárquico no hay diferencia moral y el periodismo hegemónico contribuyó a que no sospechemos ni siquiera de la idea de crecimiento lineal ilimitado", concluyó.

González hizo un paralelismo literario con "Diez días que estremecieron al mundo" la obra de John Reed de 1919 que narra los acontencimientos de la Revolución soviética por los matices heterógeneos de los actores centrales.
"Fui a esa tierra de nadie -dijo- como fueron miles y miles. Corría el sentimiento frágil de la historia, un momento sin control donde el Estado era una granada de gas lacrimógeno. El libro refleja un drama que no sabemos explicar bien. Estuvimos ahí llevados por una fuerza extrema, al compás de algo que no determinamos, esa es la fascinación de la política".
Fuente:Telam

06 de Diciembre 
Lanzamiento
Chacón cruza ficción y biografía en “La insuficiencia”
Por Pedro Fernández Mouján
El escritor Pablo Chacón acaba de publicar su novela "La insuficiencia", un texto en el que cruza de manera convincente biografía y ficción al relatar los días de sufrimiento de un personaje que se debate entre la vida y la muerte a la espera de una operación de corazón.

Aunque de una materialidad extrema, "La insuficiencia" es un texto fantasmagórico: la madre, los médicos, los tubos, las camas, los muertos, entre otros objetos de densidad granítica, parecen suspendidos sobre las salas del opresivo hospital público donde el personaje aguarda.

"La operación se decide entre cardiólogos, cirujanos, anestesistas y parientes; se evalúan los riesgos, se vuelven a hacer los análisis, se espera internado, se guarda cama, está en una lista; la decisión no es inmediata, las consecuencias pueden medirse hasta casi la exactitud, pero la exactitud siempre es una probabilidad...", dice Chacón en "La insuficiencia".

"... el cirujano no es un coach, no es un psicoterapeuta, no es un mecánico; es el modo de producción de la supervivencia en la era de la reproducción digital", concluye el párrafo.

"Hay una conciencia de alguien que está pensando algo pero lo que hay en toda la novela es, básicamente, un cuerpo y una técnica, la técnica médica", cuenta el escritor en diálogo con Télam.

"El personaje -dice- está todo el tiempo invadido por objetos técnicos que, paradójicamente, son la única cosa que puede salvarlo".

Autor de la pequeña novela de amor "Digestión lenta" (2008), de la colección de poemas "El espía", la crónica "El misterio argentino" (2002) y el ensayo "Historia universal del insomnio" (2004), Chacón aclara que este libro "no es una novela de trama sino de atmósfera", y que transcurre en un lugar específico: "No hay un momento en todo el texto en que se esté afuera del hospital", dice.

"El personaje -cuenta Chacón- tiene varias incógnitas, una es si va a salir vivo de la operación, pero además lo tiene en ascuas la sensación de espera que resulta insoportable y en un momento se vuelve asfixiante", agrega.

Una característica de "La insuficiencia" es que a medida que el texto avanza el personaje comienza un proceso de degradación sin solución de continuidad: "no sólo pierde las esperanzas de que la operación suceda rápido, sino que también empieza a perder fortaleza física", dice Chacón.

"Pierde capacidad de resistencia, empieza a estar mucho más amenazado por el cotidiano del hospital que es espantoso, es como una cárcel", comenta.

"El hospital -agrega- es un lugar de disciplinamiento donde el personaje queda en manos de los otros sin ninguna posibilidad de rebelarse".

Publicada por editorial Biblos integrando la colección Narrativa, "La insuficiencia" se escribió de un tirón a lo largo de 15 días de noviembre de 2010 (con una corrección posterior de cuatro meses) y relata sucesos de la vida real acaecidos en julio de 2010.

No es gratuito que el libro esté dedicado a los cirujanos, enfermeras, médicos, residentes y anestesistas del Hospital Argerich, donde, al momento de la operación, Chacón dice que solamente funcionaban tres de los quince quirófanos de alta complejidad que tiene el nosocomio.

Estuve cuatro veces en terapia intensiva: cánulas, televisores que se encienden a toda hora, gente que se muere todo el tiempo", dice Chacón sobre los sucesos que justifican este libro, y en el que adquieren una dimensión fantasmagórica aterradora.
Fuente:Telam


06 de Diciembre 
Libro
Lanzan una antología de poetas jóvenes en argentina
Por Jorge Boccanera
La compilación, coeditada en Argentina por los sellos Visor de España y el vernáculo El Suri Porfiado, salió en forma simultánea en México, Nicaragua, El Salvador, Perú, España, Colombia y Chile, y se programan ediciones en Estados Unidos, Italia y Bélgica.

La edición argentina, que se presenta en Paraná 1159, está conformada por 12 poetas: los españoles Fernando Valverde, Daniel Rodríguez Moya y Raquel Lanceros; los argentinos Ana Wajszczuk y Carlos Aldazabal, el salvadoreño Jorge Galán, los colombianos Andrea Cote y Federico Díaz-Granados, el nicaragüense Francisco Ruiz Uriel; Damsi Figueroa de Chile, el peruano José Carlos Irigoyen y Alí Calderón, de México.
Ana Wajszczuk
Carlos Aldazábal
El carácter polémico del prólogo radica en el deseo de sentar una posición en un tiempo que caracterizan "de incertidumbre", y abogar por una poesía "que se entienda, se humanice, se aproxime a la gente corriente", para recuperar público.

Hay que decir que la producción de estos jóvenes poetas (cuya edad ronda los 34 años) para nada es homogénea; con sus singularidades se destacan textos de Galán, Valverde, Aldazábal, Cote, Figueroa, Ruiz Uriel, Ana Wajszczuk y Rodríguez Moya.

En particular textos de estos dos últimos donde asoman trenes sombríos: el de "Stefanía, 1939" de Wajszczuk, llevando prisioneros polacos al campo de concentración de Dacha, y el de "La Bestia" de Rodríguez Moya con inmigrantes centroamericanos hacia Estados Unidos.
Sobre el objetivo de "Poesía ante la incertidumbre", señala Valverde: "Queríamos llamar la atención sobre un hecho muy preocupante. La poesía se ha convertido en un género minoritario.

Esto es un fenómeno del siglo XX que creemos se debe a que los lectores tienen la sensación de que se trata de algo difícil, en muchos casos incomprensible".

Asegura que en Europa la poesía carece de lectores: "La poesía ha quedado arrinconada al último estante. Hay que recuperar a los lectores de poesía demostrándoles que los poemas actuales también hablan de sus inquietudes y sus preocupaciones, de sus incertidumbres decisivas".

Con todo, el prólogo del libro da la sensación de navegar en subjetividades y límites difusos respecto a una supuesta función del arte, por lo que reaviva dicotomías superadas en torno a experimentación y claridad.

"¿Superado? No lo creo", dice Rodríguez Moya, "este debate es consustancial a la poesía, siempre va a existir, forma parte de sus tensiones. Cualquier lenguaje, también el poético, está sometido a una continua reflexión sobre sí mismo".

La intención, dice, es: "Llamar la atención de que parte de la poesía que se hace actualmente, sobre todo por los más jóvenes a ambos lados del idioma, está olvidando algo siempre fundamental: su capacidad para comunicar emociones entre los hombres y las mujeres".

Se suma al diálogo Aldazábal, poeta y editor de la compilación en Argentina: "No creo que la comunicación sea sinónimo de transparencia. En este punto, el prólogo es ambiguo, y es esa ambigüedad la que permite pensar en la incertidumbre de esta época sin estéticas dominantes, lo que se reemplaza muchas veces por una suerte de esnobismo exasperado".

"En esta perspectiva -acota- la antología busca afirmar la poesía como gesto estético y político por fuera de las modas pasajeras".
De nuevo se impone el tema de la reedición de viejas antinomias entre hermetismo y realismo. Galán sostiene: "El prólogo no intenta reeditar ninguna dicotomía sino decir cuál era nuestra manera de ver la poesía. Cuando se escribió, nadie lo hizo con otro sentimiento o razonamiento que no fuera ése. Queríamos decir: para nosotros la poesía es esto".

Respecto a si la propuesta del prefacio -en el texto repite la palabra "comunicación"- se toca propuestas de Mario Benedetti esbozadas en los años 70 en el libro "Los poetas comunicantes", dice Valverde: "Hay muchas cosas de la propuesta de Benedetti que son interesantes, pero no tenemos por qué suscribirla en su totalidad; tampoco esta antología supone un regreso a esa idea. La poesía tiene que comunicar, lo que no quiere decir que tenga que ser narrativa o conversacional. Un poema puede comunicar de muchas maneras. Pero tiene que portar algún sentido. De lo contrario como lector me siento estafado".

Dado que el prefacio culpa a una escritura "oscura" de que la poesía no llegue al público, cabe preguntarse qué responsabilidad le cabe a un sistema político que prioriza lo superfluo frente a los aspectos creativos.

"El sistema político, el poder en definitiva -responde Moya- invita a la incomunicación y genera un discurso hueco y vacío, con apariencia de complejidad y profundidad. La poesía, como discurso ideológico que también es, no ha escapado de eso. Esa mercancía, en lo poético, hoy es una fachada barroca que no es más que una ilusión óptica".

Y subraya: "Creo que es un error asimilar claridad con facilidad. No es lo mismo apostar por una poesía clara que por una poesía fácil. Nada tiene que ver una cosa con la otra. No se trata de facilitar las cosas al lector rebajando el nivel, como si hubiese que adaptar el lenguaje igual que se hace con las adaptaciones de los clásicos para niños".
Las voces de "Poesía ante la incertidumbre", conforman, según Valverde, más que una antología, "un movimiento, porque son muchos los poetas en toda la lengua que comparten esta inquietud. Así que en cada nueva edición irá sumando nuevos poetas".

Concluye Moya señalando las reacciones que despertó el libro: "Más que debate, abrió fue la caja de los truenos. Tengo la impresión de que muchas de las voces que se alzaron contra nuestra propuesta no leyeron el libro, sólo el prólogo que ha circulado mucho por internet.
Fuente:Telam

07 de Diciembre
Luisa Valenzuela
Una novela escrita en los 60 que describe el clima de época
La novela "Cuidado con el tigre", de Luisa Valenzuela, fue escrita en los años 60 y quedó sin publicar hasta ahora, cuando la autora sintió la necesidad de reflotarla, una decisión que arroja luz sobre una obra singular, marcada por el tema del poder, el erotismo y la violencia política.

Como si la memoria literaria necesitara de un período de resignificación, Valenzuela retoma un texto perdido, donde ya aparece una matriz política y los signos de un tiempo siniestro que se avecina, una percepción agudizada en toda su escritura.

Alfredo Navoni, un personaje que se debe a una causa y su relación con dos hermanas, Emanuela y Amelia, dan encarnadura a una historia en la que se recorta desde los márgenes una creciente efervescencia social como marco a ese grupo variopinto de militantes aficionados, alejados de todo profesionalismo y descriptos con una cierta sorna y ternura por la autora.

"No me interesan las cosas que vienen de la voluntad, del raciocinio, si escribo columnas, notas periodísticas, opino, pero en la literatura esto no puede funcionar, suena falso, tiene que venir de otro carril, asegura en una entrevista con Télam.

"Yo creía que había aprendido a escribir cosas políticas en "Aquí pasan cosas raras" (cuentos, 1975), que está basado en situaciones reales -observa-, después uno inventa, disfraza, combina personajes. Se trataba de una época más definida hacia el horror, la violencia y la muerte".

En "Cuidado con el tigre", menciona Valenzuela, "todavía la violencia no tenía necesariamente un final trágico, había una cuota de ingenuidad. Era la época de (Juan Carlos) Onganía, creíamos que era atroz y nadie se imaginaba lo que iba a venir. Era imposible...".

Al retomar la novela "me encuentro con los sueños de Alfredo Navoni -personaje que irrumpe también en "Cambio de armas" (cuentos, 1982)- y dije tengo que sacarlos porque están dichos y después decidí que no. Los reescribí un poco, pero son los mismos y se repiten".

Al volver a leerla se sorprendió. "`Ah, el colectivo que pasaba por ahí`, `me había olvidado de ese café`... No me acordaba cómo fue escrita, sí que cuando la escribía me tocó la muerte del Che".

¿Corregiste después de tanto tiempo?
"Mínimamente. Guardé recuerdo del texto, en algún momento lo hice pasar en limpio, pero quedó... hace poco me pidieron algo para publicar y tenía un libro de cuentos. Entonces saqué esta novela, la miré, y dije: acá hay algo. Cambié un poco los sueños de Navoni, pero la estructura es la misma. No toqué casi nada. Yo no se rehacer novelas".

Luisa Valenzuela nació en Buenos Aires, el 26 de noviembre de 1938. Trabajó como periodista en el diario La Nación y en la revista Crisis, entre otros medios.

Sus cuentos hasta 1999 fueron reunidos en el volumen "Cuentos Completos y uno más". En 2002 apareció una extensa antología de su obra, "El placer rebelde" con prólogo de Guillermo Saavedra.

Sus últimos volúmenes de cuentos aparecieron en España: "Tres por cinco", "Generosos inconvenientes" y "Juego de Villanos".

Ha sido traducida al inglés, alemán, francés, portugués, holandés, japonés y croata. Es Doctora Honoris Causa de la Universidad de Knox, Illinois y ha sido elegida miembro de la American Academy of Arts & Sciences de Cambridge (Massachusetts).

Recibió la medalla Machado de Assis de la Academia Brasilera de
Letras y obtuvo las becas Fullbright y Guggenheim.

"La intertextualidad muestra cómo empiezan a jugar los textos de uno mismo entre sí -analiza Valenzuela-, cómo se relacionan sin que uno se de cuenta lo fui descubriendo a lo largo de 20 libros.
El caos se va resolviendo solo".

"Descubrí que tengo personajes que son catalizadores. Navoni y Ava Taurel, la dominatrix -alude-, que vuelven porque mueven la acción aunque no tengan un papel importante ni mucho menos suceden cosas a su alrededor. Son `atractores` extraños".

Y después los personajes intrusos, que de golpe aparecen y van a dar la clave de resolución de la novela.

"Es fascinante, la única razón por la que escribo. Porque si yo se dónde voy para qué voy a ir. Otros, desde un principio, tienen un plan determinado", agrega.

El tema del poder, acentúa, "es otra cosa que descubro tarde. En `Cola de lagartija` (novela, 1983) surge el poder omnímodo, aunque está presente desde la primera, `Hay que sonreir` (1966). Me molesta mucho cuando me catalogan de escritora feminista. Fui una feminista desde que nací y no quiero tener una etiqueta, eso me indigno desde chica, me parecía una aberración".

El tema del poder, repite, "comienza desde algo personal, hasta que se convierte en algo colectivo. A mí me saca de lugar, no entiendo la ambición de poder, entonces es una sorpresa. Se me va de mambo la cosa", interpreta la escritora sobre esta novela que anticipa los tiempos por venir con un tono paródico y humorístico, aunque la violencia sobrevuela todo el texto.

Acerca de sus razones para no publicarla, explica: "Una de las cosas que me daba miedo es que yo siempre fui descolocada ideológicamente, vengo de una familia burguesa, trabajaba en el diario La Nación, mis amigos eran de izquierda, me interesaba, pero yo no militaba. Estaba entre dos aguas, no porque no tuviera mi corazón en un lugar, sino que no me gustan los dogmatismos".

"Recuerdo que a Rodolfo Walsh le habían gustado mucho mis primeros cuentos de `Los heréticos` (1967), ahí lo conocí. `Me alegro`, le dije, `pero mi ideología no está puesta en estos cuentos`. `No`, me contestó, `todo lo que escribís es ideológico aunque uno no lo haga a propósito, siempre esto va a aflorar por otro carril`".

"Fuimos amigos, algo muy lindo, le dediqué la novela `Realidad Nacional desde la cama`.

De `Cuidado con el tigre` no tengo ninguna memoria. Me acuerdo de esos años. ¿En qué momento me senté y la escribí? No lo sé, qué curioso...".
Fuente:Telam

07 de Diciembre
Reedición
Políticas de la memoria, o como leer política en los documentos
Por Pablo E. Chacón
A dos años de su última edición, vuelve a salir "Políticas de la Memoria", la publicación del colectivo agrupado en el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de las Izquierdas en la Argentina (CEDINCI).

El grupo editor está compuesto por Martín Bergel, Vera Carnovale, Laura Fernández Cordero, Adriana Petra y Horacio Tarcus; este número (10, 11 y 12), contiene, entre muchos otros artículos, un dossier dedicado al feminismo y un debate sobre la violencia revolucionaria, que en su momento provocara el ensayista cordobés Oscar del Barco.

En su rentree editorial los editores dicen que "como muchas otras iniciativas del CEDINCI, esta revista lleva la marca de la autogestión".

"Todas las tareas involucradas en su factura (escritura, traducción, corrección, pedidos de artículos, ilustraciones, colaboraciones) son obra del reducido Colectivo Editor y de algunos pocos generosos amigos".

Este número triple de "Políticas..." compone un grueso volumen de más de 300 páginas, donde, entre otros, colaboran historiadores y sociólogos como Ariel Petrucelli, Laura Sotelo, José Fernández Vega, Cristina Tortti, María Elisa Cevasco y Roberto Schwarz.

Precisamente, "Las ideas fuera de lugar" es una de las secciones de la publicación, que reproduce un coloquio de 2009 acerca del ensayo "A idéias foro do lugar" (Schwarz, 1973) que "marca un florecimiento del pensamiento dialéctico en el Brasil", con los ojos puestos en la modernización capitalista de ese país.

Es curioso, además, que Cevasco, en su comentario al texto, ponga como ejemplo a la novela "Leche derramada", de Chico Buarque de Hollanda, que este año se tradujo al castellano por la casa Salamandra.

Dice: "Como Joaquín Machado (de Assis), de quien hay muchos ecos en la novela, (Chico Buarque) logró dar materialización artística a las peculiaridades de la vida social de Brasil".
"El narrador de `Leche derramada`, un anciano de 100 años, proviene de una familia que llegó al país en la primera década del siglo XIX (...) Como en Machado, el narrador se expone y deja ver la latitud permitida en países donde la norma civilizada convive con la ausencia de garantías civiles".

Sin embargo, esto no es lo único. La sección "Intelectuales y constelaciones posnacionales", reproduce un artículo de los especialistas cordobeses Alejandro Dujovne y Diego García, titulado "Introducción a la `literatura mundial`".

Y otro de Mariano Siskind, "La globalización de la novela y la novelización de lo global. Una crítica de la literatura mundial", que discute con el primero, en términos estéticos y filosóficos.

La apertura pública del Fondo de archivo de José Ingenieros en la sede del CEDINCI, permite a Horacio Tarcus desplegar un argumento sobre la correspondencia del autor de "La locura en la Argentina", gran parte de la cual mantuvo con el poeta e ideólogo Leopoldo Lugones.

Escribe Tarcus: "Mientras preparo la edición de un grueso volumen con la nutrida correspondencia de Ingenieros, no puedo sustraerme a la tentación de ir dando a conocer algunas piezas claves, sobre todo de sus años de juventud".

Según piensa (esos años) "iluminarán no sólo algunos episodios escasamente conocidos de su militancia socialista, sino sobre todo aportarán a la estrecha relación establecida entre Lugones e Ingenieros, sus vínculos con Rubén Darío y el rol que los dos jóvenes amigos asignaban al par modernismo-socialismo".

Otros años. Otras nombres. "El libro y la edición en la Argentina. Libros para todos y modelos hispanoamericano", de Gustavo Sorá, se pregunta en qué medida las singularidades de cada mercado editorial nacional interpelan los supuestos generales de la historia del libro y la edición.

En "Políticas..." se agrupan trabajos y estudios de años, con la secreta esperanza no sólo de despertar el interés de los especialistas sino de los curiosos por una manera de entender la memoria que está registrada en los documentos, y que por supuesto, también es política.
Fuente:Telam

08 de Diciembre 
"El mundo amarillo", su nuevo libro
Albert Espinosa: la vida después de la muerte
Por Julieta Grosso
Los diez años que el guionista español Albert Espinosa convivió con la posibilidad de una muerte inminente -epílogo de un cáncer que al final venció pero que lo dejó con el cuerpo diezmado- aparecen testimoniados en "El mundo amarillo", libro que tuvo su correlato en la serie televisiva "Pulseras rojas", cuyos derechos acaba de comprar el realizador norteamericano Steven Spielberg.

4,7 vidas son las que dice tener Espinosa: la suya propia más la de 3,7 niños que murieron en el hospital donde permaneció internado entre los 14 y los 24 años por un cáncer que se llevó como trofeo de guerra una pierna, un pulmón y medio hígado, además de "extirparle" el derecho a una adolescencia disipada y feliz.

Nacido en 1974, el hombre que acaba de llegar a la Argentina para presentar "El mundo amarillo" -publicada originalmente en 2008- y "Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fueramos tú y yo" (ambas lanzadas por Random House Mondadori) es autor de una decena de guiones para el cine y la TV como "Planta 4ta.", "Tu vida en 65’" y la exitosa "Pulseras rojas", cuyos derechos acaba de adquirir Spielberg para emitir por la cadena norteamericana ABC.

"Hazle una fiesta de despedida a la pierna. Invita a gente que tenga que ver con tu pierna y despídela por todo lo alto. ¿No te apoyó durante toda una vida?, pues apóyala tú ahora que ella se marcha", le aconsejó el médico a Espinosa -que por entonces tenía 14 años- poco después de confirmarle que el cáncer se había ensañado con su tibia y habría que amputarla.

La singularidad de "El mundo amarillo" es que el autor aborda todo ese proceso sin dejo de dramatismo: por el contrario, en la obra el humor irrumpe como antídoto contra la angustia y le permite desplegar sus estrategias para enfrentar el dolor y la enfermedad sin caer en la autoayuda, un género en el que confiesa no creer demasiado.

"El cáncer me dejó muchas buenas lecciones que después aprendí a aplicar en mi vida diaria", asegura Espinosa en una entrevista con Télam, donde también se refiere a la manera en que las palabras predeterminan la percepción del mundo y al momento en que perdió el miedo a la muerte.
- Télam: Superada la angustia inicial que genera el tema, el libro sorprende por la presencia constante del humor y la ausencia de cualquier pretensión de adoctrinamiento muy recurrente en este tipo de obras. ¿Cómo surgió el tono?
- Espinosa: De alguna manera fui feliz con el cáncer, aún habiendo atravesado por la dureza de perder una pierna o someterme a la quimioterapia. En el hospital teníamos gritos de guerra del estilo `Nos somos cojos, somos cojonudos`. El humor estaba siempre presente.

Con el libro busqué quebrar esa imagen mítica según la cual los enfermos de cáncer viven en angustia permanente. Esa visión, por lo general, es promovida por gente que se acerca al tema desde afuera y tiene una imagen algo errónea de lo que es la vida con cáncer. A mí no me gusta la autoayuda, no me gusta esa idear de intentar cambiar la vida de los otros.

Cuando ingresas a un hospital te encuentras con gente ya mayor que pasa largas temporadas allí y que ha desarrollado una sabiduría especial fruto de esa experiencia. Yo tuve la suerte de compartir habitación con gente muy sabia. Normalmente un chaval de 14 años no entabla amistad con un hombre de 90. En el hospital, en ese sentido, uno tiene la posibilidad de forjar vínculos poco habituales que te cambian la vida para siempre.

- T: ¿Por qué la proximidad de la muerte irrumpe siempre como un motor de concientización sobre el valor de la vida?
 - E: La vida te cambia cuando contraes una enfermedad como el cáncer. Cuando te enfermas te preguntas ¿por qué yo? y cuando te curas también. A los 14 años, cuando el médico me dijo que tenía un 1,5 por ciento de chances para sobrevivir me recomendó que dejara la quimioterapia y me fuera con mi madre a una isla y estuviéramos allí ese último mes que supuestamente me quedaba. Después de eso, hablé con mis padres decidimos quedarnos y luchar.

Todo te cambia mucho cuando ves morir a tantos chicos de tu edad alrededor. Enfrentarte a la muerte desde tan cerca te deja la sensación de vivir al día. Y creo que la gran lección que te deja el cáncer es la de perderle el miedo a la muerte. A mí hoy no me da miedo morir... me parece muy interesante hablar de la muerte.

Es curioso, porque la gente se la pasa hablando de viajes que hará y de los hijos que tendrá, pero después a lo mejor no hace nada de eso. Y de morir, que justamente es algo que sí hará, no habla porque es como un tema tabú. En el hospital hablábamos mucho de la muerte: solíamos confesar qué nos gustaría que hiciesen por nosotros los otros chavales que quedaban vivos.

- T: En "El mundo amarillo" sostenés que algunas palabras como dolor o miedo tienen de por sí una impronta dramática que predetermina "negativamente" aquello que describen ¿Construimos una percepción del mundo a partir de las palabras que elegimos para nominarlo? 
- E: Sí, hay palabras que son claves para hacernos apreciar las cosas de una manera y no de otra. Sobre ciertas palabras como dolor. A mí muchas veces los médicos me advertían que algo me iba a doler: inmediatamente, eso me predisponía más que nunca sentir dolor. Pero un día conocí a alguien en el hospital que me dijo que no existía el dolor sino la palabra dolor. Desde ese, empecé a sentir mucho menos dolor.

El dolor te bloquea y te genera miedo. Los médicos le advierten al paciente que va a sentir dolor para cubrirse, pero en definitiva terminan predisponiendo al cuerpo de ese paciente a sentir dolor. Creo que hay que buscar adjetivos que se parezcan más a lo que se siente: no es lo mismo molestia que dolor. El umbral del dolor es mucho más amplio en un ser humano de lo que parece.
En las escuelas deberían enseñar a soportar el dolor o a sufrir. En el colegio te pueden enseñar matemática, física o química y eso está bien, pero también deberían hablarte de amor y de dolor. El cine y la televisión a veces generan una visión distorsionada del cáncer como una cosa muy dolorosa, en la cual te tienen que dar morfina todo el tiempo para soportarlo: yo jamás me he pasado por eso en mis diez años de enfermedad.
Fuente:Telam

08 de Diciembre
Libro
Entre la muerte y Dios, Heker vuelve al mundo de la ficcion
Por Milena Heinrich
El libro "La muerte de Dios" de la escritora argentina Liliana Heker reúne cuentos cuyos protagonistas son personajes apasionados con ganas de llevarse el mundo por delante que a través de la voluntad y el deseo le hacen frente a la vida.

Luego de diez años sin publicar ficción, Heker reflexiona sobre esa década en una entrevista con Télam: "Creo que durante un período bastante largo sentí que la ficción, que siempre me había constituido y con la que conviví desde mi primer libro, escrito a los 17 años, se había apagado. Algo se había cortado. Esa es la sensación gráfica que tengo".

Y agrega: "Nunca me había pasado durante un período tan largo no publicar ni escribir ficción. Por un lado me provocó angustia porque no sabía si iba a volver a escribir, y por el otro, me permitió pensar en qué era ese algo que yo tenía tan naturalizado".

Eso se divisa en las dos nouvelles y cinco cuentos que integran "La muerte de Dios", que hablan sobre la necesidad de probar, insistir, retomar, revisar, en definitiva volver a empezar.

Todas cuestiones que según la autora están vinculadas con ese espacio que permaneció vacío por un largo tiempo.

"No es casual que haya tomado esos temas en un período de planteos acerca de qué me pasaba: la voluntad, el proponerme, el no poder o creer que había llegado a una meseta y pensar si era posible remontarla", enfatiza Heker moviendo las manos en su estudio abarrotado de libros de un departamento antiguo del barrio de San Telmo.

El libro, publicado por la editorial Alfaguara, había comenzado como una novela, pero al poco tiempo de escribir, la narración se bifurcó en cuentos, un trabajo de escritura que le produjo mucha alegría y consideró "fascinante".

"Siempre me persiguió el tema de Dios, las ganas de dar testimonio del vínculo particular que puede generarse. Y siempre quise meterme en la omnipotencia de una niña de 13 años", cuenta Heker sobre el primer cuento que integra el volumen y da título al libro cuyo hilo conductor es la muerte a través de diferentes representaciones.

Los relatos incluyen también la historia de una ceremonia de premiación de un concurso literario que deviene en pesadilla; los inconvenientes que puede ocasionar una mujer bien educada, acosada por el fantasma de la inseguridad; y las vicisitudes de una mujer que, persiguiendo la esencia de su juventud, vuelve a la casa de su adolescencia.

Para Heker, "la literatura hay que entenderla como un modo de comunicación complejo, por eso dice cosas"; tal es el caso de "La Muerte de Dios" con el reflejo de temas diversos que en el fondo guardan un mismo mensaje: encontrar la propia esencia aunque eso signifique dejar de lado lo que creemos constitutivo: ya sea Dios, los roles establecidos o el reconocimiento de los demás.

"Creo que uno saca todos los cuentos de uno mismo, esas son las razones que mueven a escribir. En la narrativa no hay que preocuparse sobre qué decir porque, se lo proponga o no, uno siempre está diciendo algo. Uno persigue algo con cada cuento", argumenta.

Así por los relatos desfilan todo tipo de personajes; desde el típico neurótico, el obsesivo, racional y paranoico hasta los más pasionales o inseguros, que según la autora no fueron ninguna complicación a la hora de crearlos ya que "lo importante es encontrar la situación. A partir de ahí surge el personaje".

Liliana Heker nació en Buenos Aires en 1943. Fundó las revistas literarias El escarabajo de Oro(1961-1974) y el Ornitorrinco (1977-1986), de la mano del escritor Abelardo Castillo. En 1966 publicó su primer libro de cuentos "Los que vieron la zarza" que obtuvo la Mención Única en el Concurso de Casa de las Américas.

Es autora de "Los bordes de lo real", "Un resplandor que se apagó en el mundo", "El fin de la historia", "La crueldad de la vida" y "Zona de clivaje", entre otros.

La magia del cuento reside en "ser capaz de iluminar toda la trascendencia posible de alguna situación mínima", desliza Heker, mientras sus gatos rasguñaban la puerta del escritorio, un lugar prohibido durante la entrevista.

"Cuando contás un cuento -continua la escritora- lo que uno quiere decir tiene que aparecer debajo de lo que se cuenta. Me fascina el cuento y por eso creo que el que escribe de manera genuina encuentra en situaciones que para otros son opacas algo que se puede narrar".

La autora que se empapó con escritores como William Saroyan, J.David Salinger, Ernest Hemingway y Guy de Maupassant, confiesa que su perfil de cuentista siempre la acompañará.
William Saroyan
"Tal vez nunca más vuelva a escribir una novela, ojalá sí.

Pero sé que mi persistencia está en los cuentos, eso irrumpe siempre, es lo que me constituye", acentúa.

Libros de Heker habrá para rato, porque está convencida de que le quedan historias por narrar: "Sigo escribiendo cuentos.

Volví a encontrarlos y tengo varias situaciones pendientes: algunos cuentos cortos y otros más largos o novelas cortas".

De hecho, en poco tiempo, publicará "La trastienda de la escritura", un ensayo en el que se refiere al proceso de escribir, de su camino como narradora y de las experiencias que adquirió como docente de talleres literarios.

"Es un libro, imagino, que va a encarar la escritura de ficción, es lo que yo conozco. Por ejemplo, admiro la poesía pero no podría transmitir nada en cuanto a ese género. Pero sí creo que hay cosas vinculadas a la ficción de las que querría dar testimonio por escrito".
Fuente:Telam

10 de Diciembre
"La aparición"
Un libro que acerca al llamado orfebre del cuento extraño
El libro de cuentos "La aparición", de Robert Aickman (1914-1981), vuelve a poner en foco la atención sobre este escritor inglés, cuyos relatos han generado un subgénero de terror donde el clima ominoso y la imposibilidad de asir el miedo que acecha a sus protagonistas es la razón de la seducción que provoca en sus lectores.

En este libro, que reúne varios de sus mejores cuentos -"La respuesta insuficiente", "Campanadas", "Ravissante", "Los cicerones", "El verdadero camino a la iglesia", Encuentros con el señor Millar", "Madera", "Mark Ingestre: la versión del cliente" y "La aparición"- el lector se sumerge en ese desasosiego que el autor maneja con una precisión exasperante.

Alejado de los lugares comunes del género, el inglés pusó siempre el acento en crear inquietud y en transmitir las emociones del horror, y no en su simple descripción.

Entre los cuentos de este volúmen figura "Los cicerones" -una adaptación fue llevada al cine-, que nos introduce en una inocua visita a una catedral, un paseo turístico que de golpe se torna en otra cosa, algo flota en medio de un espacio que parece vacío. De a uno aparecen cuatro personajes que a modo de guía parecen ayudar al visitante, pero esa sensación se desvanece poco a poco...".

En el cuento, que da título al libro, la aparición de una mujer a partir de la muerte de su madre, marca la vida del protagonista, alguien con diferentes destinos inmobiliarios, y relaciones de pareja que -sin embargo- son efectos chanfleados, no el motivo principal escenificado por la aparición de esa extraña mujer.

Casi siempre lo que aparece como el nudo principal, se va esfumando y cobra animación lo que al inicio parecía un simple desvío como el vínculo establecido entre el narrador y una mujer casada que deriva en otras situaciones relacionadas con los visitantes de un tal señor Millar.

"No es difícil admirar las virtudes de Aickman: su genio para la observación social, un velado sentido del humor, la precisión y pertinencia de los abundantes diálogos (que parecen tanto más delicados en literatura fantástica), su gusto por el detalle singular, y un diestro aprovechamiento de las puertas corredizas de la percepción (del tiempo, entre otras cosas)", escribe Matías Serra Bradford, en el prólogo del libro, publicado por Edhasa.
Matías Serra Bradford
Y agrega: "Es un experto en retratar el momento en que uno (o dos) se quedan solos; el momento en que se quiere hacer pasar por un malentendido aquello que está predestinado. En retratar el teatro negro del olvido, la negativa a informar o a volver a mencionar lo sucedido. En recuperar la dimensión acústica de una página; el sonido es una criatura más, acaso la mas ominosa".

Aunque fue autor de obras de teatro, novelas y crítico de ópera, Aickman es reconocido por esos relatos únicos entre los que sobresalen varias colecciones : "We are for the Dark Six Ghost Stories (1951), Dark Entriez (1964), "Powers of Darkness (1966), "Cold Hand in mine": Strange Stories" (1975) y Tales of love and dead" (1977).
Fue hijo de William Arthur Aickman, recordado por Robert en su autobiografía "The Attempted Rescue" (1966) como un hombre severo y ausente. Su joven madre, Mabel Violet Marsh -30 años menor que su marido- lo inició en la lectura y en su aficción a las letras.

Su abuelo materno, Richard Marsh, fue un prolífico novelista victoriano, que escribió "El escarabajo" (1897), una novela oculta que era casi tan popular como Drácula en su momento.

El escritor vivió en Bloomsbury, años después del famoso boom donde descollaron, entre otros, figuras Virginia Woolf, Lytton Strachey, Vanesa Bell o Roger Fry.

Además de cuentos, Aickman escribió tres novelas: "El Breakfasters tarde" (1964), sobre el amor lésbico, los fantasmas y los habitantes vilipendiado de una mansión misteriosa, "El modelo: una Novela de la Fantastic" (1987), un cuento de hadas situado en pre- Rusia revolucionaria, y "Volver a la vez" (sin publicar).

Por el lado de la no-ficción, una historia de las vías navegables interiores de Inglaterra (1955) y dos autobiografías, "El intento de rescate" (1966) reimpreso años más tarde y "El río corre cuesta arriba: una historia de éxito y fracaso" (1986).
Aickman ganó el Premio Mundial de 1975 La fantasía de la ficción breve, por "Páginas del diario de una adolescente" y el Premio 1981 Fantasía Británico por su cuento "El Manchas". Los "Cuentos completos extraños" ganó el Premio 2000 Fantasía británico a la mejor colección.
Fuente:Telam

09/12/11
El viaje sentimental de Arnaldo Calveyra
En 1959, el poeta entrerriano Arnaldo Calveyra viajó a conocer Francia. Un año después, aceptó una beca para volver a estudiar a París y desde entonces vive allí, donde escribió una obra profusa. En su casa recibió a Ñ Digital para hablar de aquellos años y "del coro de la poesía argentina, que tiene lo suyo".
POR ALEJANDRO DE NUÑEZ
EN PARIS. Arnaldo Calveyra encontró en el silencio también un ámbito de trabajo.
Con 82 años, el poeta entrerriano Arnaldo Calveyra lleva más de 50 viviendo en París. En el corazón de esa ciudad, su casa de la rue Pascal pertenece a un barrio, el quinto, del que se siente parte.

Nacido en 1929 en la localidad de Mansilla, Entre Ríos, ya de joven alternaba sus estudios en Letras en La Plata con un trabajo de fin de semana en un muelle de fumigación allí cerca, en Ensenada –por entonces, Carlos Mastronardi lo había aceptado de discípulo, incluso lo ayudó en la edición de su primer libro–, cuando un viaje sentimental lo llevó a conocer Francia en 1959, donde se dedicó a escribir con intensidad. A su regreso, "las condiciones personales eran muy difíciles para mí, tenía 40 horas semanales en liceos, los sábados y domingos eran para corregir y no había manera de hacer creación como había hecho durante ese año", explicó cómo decidió aceptar una beca que lo devolvió a París para escribir su tesis sobre los trovadores provenzales. Desde entonces, vive allí.

"Las cosas te van mostrando el camino", cuenta hoy, mientras repasa en voz alta los personajes que lo guiaron en su nueva vida europea, sin embargo marcada por la soledad y la austeridad. Fue amigo de Julio Cortázar y Alejandra Pizarnik, quien le presentó a Laure Bataillon: su traductora del español al francés y también quien se ocupó de encontrarle una editorial, Actes Sud, que publicó la mayoría de sus libros de poesía, prosa y teatro incluso antes que en su idioma original. Aunque nunca se sintió tentado de escribir en francés. "Eso es dificilíismo –asegura con énfasis en la expresión– un escritor francés sabe arreglárselas con su lengua, y yo sólo conozco un poco del castellano... Además, es el francés hablado el que conozco, pero escribir es una patriada que no me animo a emprender. Puedo escribir una carta quizás con alguna felicidad de expresión, pero un libro en francés no es para mí", aseguró.

Guiado por una doble necesidad, la de crear y la de sostener a su familia, Claveyra construyó una profusa carrera literaria de se editó en la Argentina mucho después que en Francia, cuando la editorial Libros de Tierra Firme de Buenos Aires reunió en 1988 dos libros de poesía: Iguana, iguana y Cartas para que la alegría. Desde 1999, varias casas editoriales, de las más grandes como Tusquets a las más independientes como Vox, se encargaron de hacer llegar a los lectores argentinos su singular voz.

Allí en París sigue escribiendo, de tanto en tanto recibe a los poetas que lo visitan, con los que hablar de revistas, de ediciones... y de bueyes perdidos también. "Desde muy joven me acostumbré a no comprar libros, por falta de dinero. Podía ir a las librerías a mirar pero no a comprar. Leo mucho en bibliotecas, y a veces trabajaba ahí también; pero no es una idea romántica esa del poeta que no come, que no se viste, que no tiene habitación fija. Es mejor que el poeta tenga un poco de dinero. O mucho".
Fuente:RevistaÑ

El libro recordado
La comparsa
Publicado el 11 de Diciembre de 2011
Por Edgardo Lois

Creo que La comparsa es un capítulo destacado en mi formación dentro del oficio de la escritura. El mismísimo Gómez Bas aparece en la novela, se describe: “Habitante inamovible en la irrealidad de su mundo. Bebedor sin vicio, pero de tiro largo cuando empieza. Vanidoso sin demasiado disimulo”, y hace de consejero de Calixto Ribas, el personaje central, que intenta escribir una historia: “… escribí lo que se te antoje”, le dice. Escribir es el intento de encontrarse una y otra vez con las palabras necesarias. La novela me llevó además hasta las entrañas de la galaxia Buenos Aires, ya que en sus páginas se pinta la vida y los personajes que se reunían en la peña que funcionó en el subsuelo del café Tortoni entre 1926 y 1943. Peña que tuvo un organizador de lujo: Benito Quinquela Martín. Gómez Bas es Ribas, es el habitué de “La Peña”, y la novela el mejor juego para intentar capturar un paisaje vivo, la mejor literatura está, sigue estando, en la calle, entre la gente que “hace” en el tiempo. Literatura, quiero decir.

Edgardo Lois es escritor. Publicó, entre otras novelas, Morir por Perón.
Fuente:TiempoArgentino


Escritores nacidos entre el barrio y el asfalto
Un pasaje literario al Conurbano bonaerense
Publicado el 11 de Diciembre de 2011
Por Elisabet Contrera
¿Existe realmente una literatura propia de la periferia de la ciudad? Contestan los autores Leonardo Oyola, Juan Diego Incardona, Luis Mey y Mariana Enriquez.

Una nueva generación de escritores nacidos y criados entre barro y asfalto, en el corazón del Conurbano, se asoma en las librerías. Autores que se corren de los caminos habituales de la literatura argentina para capturar historias más genuinas de aquello que sucede en los bordes. No más una literatura donde las localidades bonaerenses son terreno del visitante furtivo o paisaje eterno y triste.
Tiempo Argentino convocó a un grupo de escritores que eligieron esa senda de producción. Al momento de llegar la cronista, Leonardo Oyola compartía una cerveza fría con Juan Diego Incardona, mientras Luis Mey amortiguaba una tarde calurosa con un cortado. Sólo faltaba Mariana Enriquez que arribó minutos más tarde. Aunque algunos no se conocían entre sí, se tenían presentes por de haberse encontrado en las páginas del otro.
La consigna era reflexionar en torno a la literatura del Conurbano. Aunque al principio dudaron sobre la existencia de esa categoría, luego se convirtió en el motor de las reflexiones. Juan Diego Incardona (40 años) fue el primero en opinar. Ingresó al visor de la crítica literaria con su primer libro, Villa Celina, punto del partido populoso de La Matanza que lo vio caer y levantarse. Son 20 relatos donde tiene como personajes a La Chola, la curandera del barrio o Tino, el vecino eternamente vestido con los colores de Boca. “Si me muriera hoy, me quedarían muchas cosas por resolver, pero no la escritura, porque pude escribir sobre la Juanita, la Porota, mis hermanas”, dice satisfecho.
A Incardona no les gustan las etiquetas a la hora de analizar su trabajo, pero es consciente de esta línea literaria que nació 15 años atrás, con libros esporádicos, y que en el último tiempo derivó en un fenómeno “multitudinario”. “Generalmente, el Conurbano brillaba por su ausencia o aparecía como fruto de un viaje de alguien de la ciudad. Ese narrador tenía una mirada fascinada y temerosa sobre lo que se iban a encontrar”, analiza. “Hoy existen relatos de comunidad iluminados con distintas estéticas, mezclados con los intereses de cada uno, que dan cuenta de este universo mayor que es el Conurbano, tiene mayor autenticidad en la literatura y teniendo en cuenta que es la zona de mayor densidad demográfica de todo el país, era inevitable que surgieran”, describe.
Leonardo Oyola (38 años) arriesga una posible respuesta. “Por una cuestión generacional, es lógico que se empiece a dar importancia a este tipo de historias y más aun después de lo que pasó en 2001. Me fascina el delay entre el momento que lo llevás a la ficción y el momento en que pasó. Muchas de esas cosas estaban soslayadas, en nuestro imaginario, queriendo salir y el 2001 fue la mecha, lo que hizo explosión”, sostiene.
Oyola creció también en el oeste del Conurbano bonaerense, en la localidad de Laferrere. Su lenguaje literario es el policial y el género fantástico, su escenario es el Conurbano y su fuente, la cultura popular. Publicó varios libros, entre ellos, Siete & El Tigre Harapiento, y Chamamé, que recibió el premio Dashiell Hammett al mejor policial en la XXI Semana Negra de Gijón, un festival especializado en literatura policial y de género que desborda las calles y salas de la ciudad española.
Hoy es lectura segura también del mundillo comiquero. Su último libro, Kriptonita (por Random House Mondadori), imagina la vida de Superman si hubiera caído con su cápsula en Isidro Casanova. En este “universo alternativo”, a Clark Kent lo llaman “Pini” y no es un héroe solitario que lucha contra el Mal, sino que es el líder de una banda criminal integrada por versiones autóctonas de otros “superhéroes” clásicos como la Mujer Maravilla, Flash o Linterna Verde.
“El Conurbano es punta de lanza. Leerlo a Pablo Ramos, a Ariel Bermani, que son un poco más grandes que nosotros, leer al jefe (en referencia a Incardona), las leyendas de Mariana (Enriquez), el descubrimiento de Luis (Mey) genera una sensación de déjà vu. Retratamos desde zonas diferentes, pero todos tienen puntos de contacto con lo vivido, con lo que uno quiere contar”, define.
Luis Mey no proviene de los distritos populosos del conurbano profundo, sino que vivió en la zona norte del Gran Buenos Aires, en un barrio de clase media baja de San Isidro. Ese escenario determinó su producción literaria tanto como haber vivido la década del 90, que marcó el ritmo y el tono de sus historias. En Los abandonados primero y luego en Las garras del niño inútil, muestra a través del humor y la tragedia el efecto del menemismo en la vida social y la desintegración que genera.
“Escribir desde el Conurbano es un reaprendizaje de donde uno viene, esa vida intensa, donde hay que navegar río adentro. Lo que aprendí (en la universidad) venía de otro lado, de un lugar que no era el propio, pero el mío estaba lleno de historias”, resalta. “Tuve la suerte de haber crecido a 50 metros de La Cava y a diez cuadras de las Lomas de San Isidro”, agrega.
“El desafío de nuestra generación es reconocer esas historias, tomarlas e imponerlas. Sabemos que hay textos que históricamente se imponen y por ello, nosotros tenemos que ser muchos más sutiles y pulidos y encontrar el tono para que llegue a los demás, derribar esas fronteras que a veces creamos nosotros y a veces, los otros”, analiza. “Estamos reaprendiendo la forma de crear cultura, la forma de enseñarla, nosotros sabemos que la esquina en nuestros relatos es importantísima, es la famosa encrucijada donde puede pasar cualquier cosa”, remarca.
Mariana Enriquez (38 años) nació en la Ciudad de Buenos Aires, pero creció en Lanús, al sur del Conurbano bonaerense. En su novela Cómo desaparecer completamente, cuenta en forma cruda y áspera la historia de un joven que quiere escapar de una familia integrada por un cuñado dealer, una hermana con la cara desfigurada por un tiro, una madre empastillada y un padre que abusó de él durante años.
Por éste y otros tantos trabajos, fue invitada junto a Incardona a la 63º Feria del Libro de Frankfurt para debatir sobre este tema. “No sé si hay una literatura del Conurbano, pero sí hay obviamente escritores nacidos y criados en el Conurbano que están siendo honestos con dos cuestiones: la experiencia y la imaginación. A mi nunca se me hubiera ocurrido escribir sobre otro lado, es lo que conocí”, afirma. “No hay necesidad de camuflaje, de no escribir sobre nuestros lugares porque no son literalizables”, asegura.
Ella prefiere una literatura que devele los matices de un conurbano heterogéneo. “El otro día estaba leyendo Sangre Salada, que es una crónica de la Feria La Salada, de Sebastián Hacher y lo notable es que no está mostrando al Conurbano como un territorio de pobreza y de marginación, sino como un lugar floreciente. Lo que es interesante es que al ser tan diverso y tener tanta gente, es una literatura que me interesa leer. El Conurbano no es homogéneo, pese a que hay deseo del otro de homegeneizarlo, de mostrarlo como un territorio que está después del Riachuelo y que quiere tomar por asalto la Capital.
Fuente:TiempoArgentino


MUESTRAS y EXPOSICIONES
06 de Diciembre 
Muestra
Télam presenta una exposición fotográfica sobre los hechos sucedidos en Diciembre 2001
La exposición "19 y 20 de Diciembre de 2001: El Final", un recorrido por imágenes del Archivo Fotográfico de Télam sobre los acontecimientos ocurridos durante ese período, será inaugurada el próximo lunes a las 18 en la Casa de la Defensa.
Las 80 imágenes seleccionadas que integran la muestra -algunas inéditas- reflejan la síntesis de la cobertura fotográfica que realizó el equipo de reporteros gráficos de Télam del denominado "Argentinazo", a partir del 3 de diciembre de 2001 con el anuncio del "corralito" de Domingo Cavallo.

En este marco, el miércoles 14 a las 18 se realizará una mesa de debate bajo el nombre "A diez años del derrumbe de un modelo", con el objetivo de profundizar, analizar, debatir y reflexionar sobre lo sucedido durante el mes diciembre de 2001.

La mesa contará con la presencia del diputado nacional Eric Calcagno, el subsecretario para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia, Andrés Larroque; el historiador Alberto Lettieri; el presidente del Fondo de Capital Social, José Ottavis; el escritor y ensayista Francisco Pestanha y el vicepresidente de Télam, Sergio Fernández Novoa.

Tanto la exhibición como la mesa de debate serán en Defensa 372, en el barrio porteño de San Telmo, con entrada libre y gratuita.
Fuente:Telam

07 de Diciembre
Exposición
Inauguran una muestra de José María Cao, el padre de la caricatura
La exposición "José María Cao (1858-1957): Padre de la Caricatura", que reúne más de 80 litografías y dibujos originales del artista José María Cao, será inaugurada el próximo sábado en el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori.
La muestra, que integra obras de quien es considerado el “padre” de los caricaturistas argentinos, exhibirá dibujos publicados en el periódico Don Quijote y en las revistas Fray Mocho y Caras y Caretas, impresas en Argentina a fines del siglo XIX y principios del siglo XX.

Para Julio Neveleff, asesor cultural de la muestra,"a pesar de su incesante actividad en diferentes medios, fue en Caras y Caretas donde encontró su madurez como ilustrador y el reconocimiento popular".

"A su aguda y certera vista -asegura Neveleff- era inútil ocultar las pequeñas debilidades que todos poseemos. Sin mirar, veía; y las corazas más seguras carecían de eficacia ante sus infalibles arremetidas. Muchas veces ha sido necesario contenerle porque de su lápiz salían a menudo caricaturas verdaderamente demoledoras".

Manuel Mayol, otro de los grandes dibujantes de aquellos años, lo calificó como "el ironista más agudo y sutil, el caricaturista más fino, mordaz e ingenioso que ha existido en este continente".

José María Cao nació en Galicia pero emigró a la Argentina antes de cumplir los 20 años. Comenzó a trabajar en el periódico Don Quijote donde firmaba sus trabajos como Demócrito II. Se desempeñó como jefe de dibujantes en la revista Caras y Caretas y tiempo después fundó con otros colegas el semanario Fray Mocho, donde trabajó hasta su muerte en 1917.

La inauguración será a las 12 en avenida Infanta Isabel 555 del barrio porteño de Palermo y podrá visitarse de martes a viernes de 12 a 20 y sábados, domingos y feriados de 10 a 20, con entrada general a 1 peso.
Fuente:Telam




09/12/11
El rescate del arte italiano
La primera muestra de la sala renovada da visibilidad a una valiosa parte del patrimonio del museo que permanecía casi en el olvido.
POR Ana María Battistozzi
La tradición del arte. Italia en la Colección del MNBA 1860-1945
Desde que inauguró en 1960, el llamado “Pabellón de exposiciones temporarias” alojó mayormente exhibiciones integradas por piezas que no formaban parte de su colección. Incluso llegó a mostrar conjuntos como Huésped, que en 2009 vino del MUSAC (Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León) y planteó una deliberada tensión con su patrimonio.

Pero en esta ocasión –por una razón que quizás haya que rastrear en la intención de dar visibilidad a capítulos recientemente revalorizados por las investigaciones plasmadas en el catálogo razonado que se publicó el año pasado– se eligió destacar la presencia del arte italiano, estudiado en profundidad hace poco por la especialista Silvestra Bietoletti. La decisión implica un giro en la historia de la institución, que siempre se caracterizó por privilegiar al arte francés. Importa además porque Italia fue una gran referencia para la formación artística de nuestro país. No sólo porque Florencia y Roma fueron destinos fundamentales para los becarios argentinos que desde la presidencia de Mitre se dirigieron allí por la alta estima que gozaba su tradición artística, sino además porque la enseñanza artística durante el siglo XIX estuvo en buena parte a cargo de maestros italianos como Cayetano Descalzi, Fiorini o Baldassare Verazzi. Si a eso sumamos que la colección de Adriano Rossi –piedra basal junto a la de Guerrico del patrimonio del MNBA– reflejó un especial interés por la pintura italiana, podemos darnos idea del valor de este rescate.

El recorrido que propuso el curador Roberto Amigo pone el acento en la variedad de rasgos estilísticos de las diferentes escuelas regionales de Nápoles, Milán, Turín, Venecia y Roma, de donde provienen figuras como Doménico Morelli, napolitano cultor de un verismo místico muy en boga hacia fin de siglo, autor de la pintura “El ángel de la muerte”, que ocupa un lugar central frente al acceso a la sala. También el veneciano Ettore Tito, que pintó el impactante “Descendimiento”, que donó al museo la Comunidad italiana en 1923; el milanés Emilio Longoni, que indaga los pormenores de la luz en sintonía con las búsquedas impresionistas o el romano Giulio Sartorio, que pintó Malaria, obra clave en los debates que surgieron alrededor de Roma designada capital de Italia. Buena parte de la selección está impregnada de las discusiones que sucedieron a la unificación italiana. Dos estéticas contrapuestas habitan los retratos ecuestres de Garibaldi y Vittorio Emanuele II, pintados por el napolitano Filippo Palizzi. Pero la irrupción del siglo XX aporta también sus vicisitudes reflejadas en las inquietantes imágenes de De Chirico, Sironi, Carrá y el famoso “retorno al orden” que tuvo su correlato en la pintura argentina de los años 30 y 40. Por su parte, Modigliani ha sido sustraído de la tradición francesa en la que habitualmente se lo considera y se lo ha ligado al manierismo de Pontormo y Parmigianino.

A partir de todo esto, el curador desliza también una reflexión sobre el gusto del coleccionismo público y privado argentino y su devenir, desde las adquisiciones oficiales de Eduardo Schiaffino y el Centenario, desde Rossi a los Larco, padre e hijo, y Torcuato Di Tella.
Fuente:RevistaÑ



MÚSICA
05 de Diciembre
En San Antonio de los Baños
Silvio Rodríguez dio un concierto de película en su pueblo natal
Por Romina Grosso, enviada especial
Después de una pausa de más de 30 años, el trovador cubano volvió actuar en San Antonio de los Baños, su pueblo natal, donde conmovió a más de 3.000 personas con un magnífico concierto al aire libre en el que revivió buena parte del repertorio que cantó en la Argentina en noviembre último.
Después de una pausa de más de 30 años, el trovador cubano Silvio Rodríguez volvió actuar en San Antonio de los Baños, su pueblo natal, donde conmovió a más de 3.000 personas con un magnífico concierto al aire libre en el que revivió buena parte del repertorio que cantó en la Argentina en noviembre último.

La actuación del cantautor de recientes 65 años, estuvo ligada a las actividades del 33er. Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano ya que se realizó para saludar el 25 aniversario de la Escuela Internacional de Cine y televisión (EICTV).

Tres colectivos escolares a los que en Cuba se los conoce como “guaguas” partieron por la tarde desde el hotel Nacional, corazón del festival, para alcanzar en forma gratuita a cientos de personas hasta el pueblo ubicado a unos de 45 minutos de la capital cubana.

Se trató del comienzo de una travesía emocionante: ver a Silvio Rodríguez actuando en su tierra, donde miles de cubanos lo esperaban para escuchar su canto profundo en una fiesta íntima, musical y política.

Con la bandera de Cuba dominando el fondo del escenario como único decorado de una puesta absolutamente austera, el trovador y su magnífico quinteto se impusieron para deleitar a un cálido y joven público en un recital de dos horas en el que no faltaron clásicos como “Oleo de una mujer con sombrero”, “Quién fuera” y “La era está pariendo un corazón”.

En los techos de las casas aledañas al escenario se pudo apreciar a muchos jóvenes bailando, contemplando el concierto o sacando fotos, mientras que abajo estaban los que cantaban los temas de punta a punta, aquellos que hacían comentarios durante todo el recital como un modo de “ser parte”, los que suspiraban con los acordes de una canción y también los que pedían a gritos que cantara “Ojalá”, dando cuenta de que no es solo la canción favorita de los argentinos.

“Voy a cantar un tema de nuestra realidad tan contradictoria”, fueron las palabras que deslizó el artista para presentar el bello “En el claro de la luna”, tema con el que abrió el concierto que comenzó tibio pero que a medida que pasaban los temas fue alcanzando altas temperaturas.

Globos blancos, rojos y azules (como los colores de la bandera cubana) pasaban de mano en mano mientras Silvio pulsaba su guitarra con ese toque tan suyo y entregaba canciones desde su voz honda temas como “Sea señora” y “Carta a Violeta Parra”.

Uno de los pasajes más emotivos de la noche llegó cuando al escenario subió el cantautor y famoso conductor de la televisión cubana Amaury Pérez, quien también compartió con Silvio el reciente paso por la Argentina, y que anoche recibió todo el afecto del público cubano.

“Así con dos que se quieren” fue una de las cuatro canciones que entregó el músico, quien agradeció a Silvio los 45 años de amistad y sobre todo que “me haya permitido acompañarlo en una buena parte de estos años”.

Los bonitos arreglos de la virtuosa Niurka González en flauta traversa y clarinete, el sonido esencial del tres en las manos de Maikel Elizarde Ruano, la base sólida en el bajo de César Bacaró Lainé, la sutileza en el toque de Oliver Valdés Rey en la batería y la percusión, y la necesaria guitarra de Rachid López Gómez, oficiaron como el soporte fundamental para elevar aún más las canciones del artista.

Para el final Silvio guardó el requerido “Ojalá”, “El papalote” -que dedicó a su pueblo- y “Casiopea” y se despidió con un aplauso hacia la gente, a la que filmó con su propia cámara.

El concierto se realizó al cumplirse 25 años de la fundación de EICTV, un prestigioso centro de estudios dedicado a la comunidad cinéfila y cinematográfica cubana y latinoamericana y definida como una “escuela antiescolástica para la formación de cineteleastas”, que de alguna manera esperó al festival para ser iniciar los festejos.
Fuente:Telam

A partir del viernes
Preparan el homenaje "Mercedes Sosa, un pueblo en mi voz"
Recitales gratuitos a cargo de Raúl Carnota, Bruno Arias, el dúo Orozco-Barrientos y Liliana Herrero comenzarán a ofrecerse desde el próximo viernes en el marco de la muestra "Mercedes Sosa, un pueblo en mi voz" que se extenderá hasta el 29 de febrero en la Casa Nacional del Bicentenario (Riobamba 985, Capital).
La serie de conciertos que siempre tendrán lugar a las 19.30, se iniciará el 9 con la presencia de los mendocinos Raúl "Tilín" Orozco y Fernando Barrientos, mientras que un día después será el turno de Raúl Carnota Grupo.

Para el próximo fin de semana están previstas las actuaciones de Bruno Arias (el viernes 16) y Liliana Herrero (el sábado 17 y el domingo 18).

Estas presentaciones acompañarán los retratos dedicados a Sosa realizados por artistas como Annemarie Heinrich y Antonio Berni, videos inéditos, vestidos emblemáticos y grabaciones que trazan un recorrido visual por la vida de la artista tucumana fallecida el 4 de octubre de 2009, a sus 74 años.
Fuente:Telam

06 de Diciembre 
Músicos, poetas, bailarines y luthiers
Se realiza el Festival La Amaicha 2011 en Tucumán
Claudio Sosa, Lucho Hoyos, La Cangola Trunca, Topo Encinar, Patio Santiagueño, Gerardo Nuñez y Mono Villafañe son algunos de los músicos que tomarán parte del espectáculo Festival a la luz de la luna que se realizará desde la tarde de este sábado 10 en Amaicha del Valle, Tucumán, como cierre de la edición La Amaicha 2011.
Este encuentro de músicos, poetas, bailarines y luthiers, que acuden a la convocatoria de la Comunidad Indígena de Amaicha del Valle para homenajear las expresiones tradicionales del pueblo calchaqui, arranca el viernes 9 con una serie de actividades.

Se trata de la segunda edición de La Amaichada y contará con la presencia especial del padrino del evento, Jaime Torres, y el escritor uruguayo Eduardo Galeano, que será el invitado de honor, de esta fiesta de los pueblos calchaquíes.

"Este emprendimiento cultural nos permitirá compartir un modo de ser como pueblo originario que tiene posesión sobre su tierra y que es soberano en su territorio desde 1716", aseguró sobre el encuentro el cacique de la Comunidad Indígena de Amaicha del Valle, Eduardo Nieva.
La Amaichada 2011 se extenderá desde la tarde del viernes 9 hasta deshoras del sábado 10, amanecida quizá del domingo.

Para el viernes 9 están previstos diversos talleres-clínicas (gratuitos) y peñas, mientras que el sábado se realizará el festival musical de cierre, que se desarrollará desde entrada la tarde del en el Club Deportivo Amaicha.

Los talleres que se realizarán son de Taller de canto tradicional de los valles; Taller de ejecución de bandoneón criollo; Taller de ejecución de instrumentos de viento andinos; Taller de copla como expresión poética en nuestro folclore; Taller de danza; Taller de construcción de instrumentos de viento andinos y Taller de retobado de cajas.

El Festival musical a la luz de la luna, que se desarrollará el sábado en el Club Deportivo Amaicha, contará con la presencia de Claudio Sosa, Lucho Hoyos, La Cangola Trunca, Topo Encinar, Patio Santiagueño, Gerardo Nuñez, Mono Villafañe, Daniel D`amico, Miguel Llave, Miguel Angel Perez, el Diablero y Tarco Arias, Adriana Tula, Nancy y Pedro y Ariel Alberto.

Además de los artistas locales Máxima Sequeida, Lastenia Aguilar y Antonella Nieva, todas cantoras de Joi Joi; Felisa Arias, Paulita Suarez, Pastor Avalo y Andrea Mamondes copleros tradicionales; el bagualero calchaqui Dúo Kakan, El Acecho, Florencio Chocobar y su conjunto, Juan Pastrana el Duende del Viento y Shulka Wara.
Fuente:Telam


10 de Diciembre
"Dos pájaros contraatacan"
Serrat y Sabina vuelven en marzo con 18 shows en el Luna Park
Los españoles Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina volverán a la Argentina en marzo próximo para una enorme gira que recorrerá distintas ciudades del país y que en Buenos Aires ofrecerá 18 funciones en el estadio Luna Park.

Con el nombre "Dos pájaros contraatacan", que juega con el título de su primera gira conjunta de 2007 ("Dos pájaros de un tiro"), los cantautores españoles harán su primera incursión en Buenos Aires el 17 de marzo, con la última prevista para el 28 de abril, siempre en el estadio de Bouchard y Corrientes.

La serie completa de presentaciones porteñas del dúo Serrat-Sabina es la siguiente: 17, 18, 21 y 22 de marzo; 3, 4, 6, 7, 14, 15, 17, 18, 20, 21, 22, 25, 26 y 28 de abril.

Antes y entre estas fechas, los dos músicos españoles más populares en la Argentina estarán tocando en las ciudades de Salta (5 de marzo), San Miguel de Tucumán (7 de marzo), Neuquén (10 de marzo), Bahía Blanca (12 de marzo), Junín (14 de marzo), Rosario (25 de marzo), Córdoba (30 y 31 de marzo) y Resistencia (9 de abril).
Fuente:Telam

“Podría renunciar feliz a todo”
Por Sebastián Feijoo
Sin descansos. Durante el 2012 Gieco planea tocar en más de 30 universidades de la Argentina. Asegura que esE ámbito lo inspira.
Con 60 años recién cumplidos y nuevo álbum, El desembarco, el cantautor nacido en Cañada Rosquín repasó su carrera, habló del presente político de la Argentina y reveló su rol como intermediario entre Cámpora y Perón.

Llega a horario, saluda cordialmente y se toma un par de minutos para recomponerse del implacable calor que derrite la existencia ciudadana. El aire acondicionado de la oficina de su productora proporciona un alivio al que nadie parece dispuesto a renunciar. Acto seguido reconoce con una leve sonrisa que en la agenda de las últimas semanas las entrevistas se multiplicaron y se lanza sin tapujos ni sobresaltos a una charla franca, sin más norte que las naturales asociaciones que propone el diálogo mismo. León Gieco casi no habla de su flamante disco El desembarco. En tiempos donde muchos músicos parecen bastante más preocupados por vender y venderse que en componer, esa actitud llana y despreocupada resuena casi como un gesto libertario. Entonces las estrictas agendas periodísticas ceden en favor de darle espacio al pensamiento de un músico que acaba de cumplir 60 años y es una pieza clave en la cultura popular argentina de los últimos 40 años.
Las preguntas no parecen necesarias. Apenas unas pocas para desarrollar un tema puntual, abrir el juego a otros, completar algún dato o buscar nuevas perspectivas. Entonces, en ese caldo burbujeante de música, historias, reflexiones y vida que propone Gieco, aparecerán ingredientes para todos los gustos. Por supuesto que habrá un lugar para El desembarco –ver recuadro–, pero el gran corpus del encuentro derivará en el público que lo sigue, la juventud, la política nacional, una curiosa anécdota con Héctor J. Cámpora, su opinión sobre Juan Domingo Perón, la pelea de los estudiante chilenos y mucho más.
“Con la gente de mi edad prácticamente no puedo hablar más. Apenas con unos pocos, como por ejemplo Osvaldo Bayer. Pero la mayoría de ellos están en cualquiera. Algunos me encuentran y me dicen que me iban a ver y escuchaban de jóvenes, pero ahora no. Es raro. No porque no me sigan a mí. Sino porque en muchos casos parecen totalmente alejados o desinteresados de la cultura y también de lo político. Al mismo tiempo, yo no soy un artista realmente masivo en Buenos Aires. En Buenos Aires toco en algún evento especial, en el EcuNHi o para la presentación de un disco, que en este caso será el año que viene. Pero suelo hacerlo en teatros como El Coliseo o similares. Hay personas como Ricardo Arjona que hacen cuarenta Luna Park. Yo quizás reúno esa misma cantidad de público, pero en el interior y durante medio año”, puntualiza Gieco casi como entrando en calor.
–Recién decía que siente que la gente de su edad se aleja de la cultura. ¿Por qué pasa eso?
–No sé la explicación, no estoy en la materia. Pero suelen abandonar la música completamente. Yo escucho todo el tiempo para informarme y porque es mi pasión. Muchos se apasionan en su juventud, agarran una profesión y/o trabajo y dejan todo atrás. Suelen hacerme comentarios por el estilo. Quizás no esté mal. A mí no me importa que compren discos o vayan a shows. Me resulta raro que la edad funcione como causante de desinterés por la cultura. Por eso creo que la juventud y particularmente los universitarios son uno de los mejores públicos que puede haber.
–¿Por qué?
–La juventud universitaria es única. Viven el momento más alto del ser humano. Tienen la posibilidad económica de estudiar y asumen esa responsabilidad con compromiso y una mirada política. Son personas abiertas que ponen mucha energía en diferentes ámbitos de la vida. Creo que el presente de esta juventud es muy valioso para toda la Argentina. Yo quiero llevarles mi música y ya tengo algunas ideas.
–¿Cuáles?
–El año que viene voy a iniciar una recorrida por las treinta y pico de universidades que hay en nuestro país. No quiero venderles nada. No lo pienso como una estrategia para un futuro disco. Me encanta ver esas caras cuando estoy tocando o presentando la película Mundo Alas. Son pibes de 20, 21, 22, 23 o 24 años llenos de ganas de buscar y encontrar. Quiero interactuar con ellos: contarle mis perspectivas, debatir, aportar.
–No hace mucho apoyó públicamente la lucha de los estudiantes chilenos...
–Fui a Chile a tocar, enseguida me puse en contacto con los universitarios y los apoyé en toda oportunidad que tuve. Es muy importante que todos entiendan que la educación es una inversión y no un gasto. Suele ser muy reconocido en esos ambientes. Hace poco la Universidad de Paraná me entregó un Honoris Causa. Antes lo habían hecho las de Rosario y la de Luján. Pero recién ahora me di cuenta que tengo la intención personal de hacer algunos trabajos para los universitarios y puse manos a la obra para empezar a armar la gira.
–Más allá de esa empatía, es valioso abrir otros circuitos para la música porque los habituales están cada vez más condicionados.
–Claro. Es que existe una demanda por la cultura que muchas veces pasamos por alto o no vemos. Por ejemplo, Canal Encuentro es una maravilla y mucha gente lo ve. Vivimos un proceso político muy diferente a los ’90. Este gobierno no tiene nada que ver con el menemismo y estimula otros valores. No tenemos que olvidar. Hace casi diez años vivimos el corralito y la crisis más profunda de nuestra historia, en la que hasta dudamos si iba a seguir existiendo la Argentina. Hay que recordar lo malo que vivimos para que no se repita. Por eso no entiendo a esa gente que dice “no me gusta Cristina”, pero le preguntás por qué y no sabe. No tiene que ver con ideas. Es como una reacción epidérmica.
–¿Como vivió el resultado de las elecciones presidenciales?
–Con mucho entusiasmo. Cristina ganó por el 54 por ciento y fue algo histórico. Pero el segundo, con el 16 por ciento, fue Hermes Binner. Ni Macri, ni Duhalde. Entonces, si pienso que a Cristina la votó el 54 por ciento, a Binner el 16 y el tercero fue Ricardo Alfonsín, que más allá que armó una alianza poco feliz no deja de ser un radical democrático, me parece que estamos ante un país mucho más lindo o por lo menos más afín a los sueños de uno. No pasemos por alto que Duhalde de alguna manera ponderó a Jorge Rafael Videla y las urnas lo castigaron. Y a Lilita Carrió le pasó algo similar después de haber operado una transformación muy rara.
–Usted apoya firmemente el proyecto para la Ley de la Música.
–Totalmente. Es una necesidad y tenemos que insistir para que se logre su aprobación. Hay muchos músicos y gente del medio que le está poniendo mucha garra para que salga. Por cuestiones de tiempos yo no estoy tan interiorizado, pero apoyo su espíritu cien por cien. Hay que fomentar la producción nacional y no dejar que se la avasalle. El que en su momento supo tomar cartas en el asunto fue Perón, que impulsó una ley para que en las radios se respete un porcentaje mínimo para la música hecha en la Argentina.
–¿Que opinión tiene de Perón?
–Yo vivía en un pueblo (Cañada Rosquín, Santa Fe) donde estaba prohibido hablar de peronismo y mencionar la palabra “judío”. Me crié en ese ambiente. A medida que fui creciendo armé mi propia opinión. Perón era todo. Desde un obrero hasta un facho. Alguna vez el mismo Perón dijo algo muy cierto: “Está el partido conservador, el radical y los de izquierda”. Y cuando le preguntaron por el peronismo, explicó: “¿El peronismo? Ah, peronistas somos todos”. Pero al mismo tiempo Perón hizo cosas terribles, como cuando echó a los militantes de la Plaza de Mayo. Cuando estaba en España decía “si yo fuera joven estaría en la Argentina tirando bombas como los pibes”. Esos pibes fueron claves para que pudiera volver, lo votaron y cuando le cuestionaron qué hacía el hijo de puta de José López Rega a su lado los rajó de la plaza y los traicionó. De ahí salió “sólo le pido a dios: si un traidor puede más que unos cuantos”. Yo en algún momento estuve entre Cámpora y Perón.
–¿Cómo fue eso?
–Trabajaba en Entel, en Maipú y Corrientes. Hacía poco que estaba en Buenos Aires y fue mi único trabajo por fuera de la música. En esa oficina estaban todas las maquinas de télex del país, que eran unas veinte Olivetti. Yo operaba una. En ese entonces, Cámpora era el mediador para la vuelta de Perón. Entonces muy seguido venía Cámpora, con Miguel Bonasso, para comunicarse en vivo con Perón. Solían elegirme a mí porque tipeaba rápido. Esas visitas figuran en el libro de Bonasso sobre Cámpora y hace poco le conté que el que tipeaba los télex era yo. En realidad, no me enteraba de casi nada porque los mensajes estaban en clave, pero después se ponían a charlar y era todo más divertido. Me acuerdo que cubría el turno noche y muchas veces no había laburo. Entonces me escribía con operadores de otros países. Fue como que tuve Internet antes que nadie.
–Cumplió 60 años y los números redondos suelen invitar a los balances. ¿Lo hizo?
–Para mí es lo mismo cumplir 60 años que 58 o 64. Pero puedo decir con toda sinceridad que si yo tuviese la mala suerte de engancharme una enfermedad incurable, me moriría agradeciendo por todo lo que me pasó. Mis expectativas cuando era joven eran muy cortas. Quería venir a conocer Buenos Aires, grabar dos discos y no mucho más. Charly García pensaba más o menos igual. Mick Jagger en la película de Martin Scorsese decía que calculaba que los Rolling Stones no ibas a durar más de tres discos. En contraposición, conocí e hice shows en casi todos los países del mundo. Toqué con Bono, Serrat, Silvio Rodríguez, Gilberto Gil, los hijos de Violeta Parra… Fui amigo y compartí muchas cosas con Mercedes Sosa y Charly. La lista podría ser interminable. Me pasaron cosas maravillosas a tal nivel que si yo tuviera que mañana renunciar a todo, lo haría feliz. Ante todo soy muy agradecido.

Un disco grabado en Los Ángeles y repleto de estrelllas
El desembarco es el primer disco de Gieco con canciones nuevas después de seis años. Reúne doce canciones y supera la hora de duración. La lista de invitados es notable. Charly García, Nito Mestre, Raúl Porchetto, María Rosa Yorio (Porsuigieco), Rubén Rada, Hugo Fattoruso, Gustavo Santaolalla, Luis Alberto Spinetta, Roxana Amed, Jacques Morelenbaum y la Orquesta Sinfónica de Praga son sólo algunos de ellos. El disco fue grabado en los estudios Ocean Way (Los Ángeles, Estados Unidos) y la banda que acompañó a Gieco constituye un seleccionado de sesionistas de primer nivel: Jim Keltner en batería (Crosby, Stills, Nash & Young; Simon & Garfunkel), Jimmy Johnson en bajo (James Taylor; Allan Holdsworth), Dean Parks en guitarra (Steely Dan; Stevie Wonder) y Mark Goldenberg también en guitarra (Chris Isaak; Willie Nelson; Peter Frampton).
–Grabaste en Los Ángeles. ¿Pero dónde compusiste los temas?
–Los fui ideando y terminando durante las giras con Mundo Alas y las que hice con D-Mente. Casi sin darme cuenta llegué a las catorce o quince canciones y me di cuenta que ya era el momento de grabar un nuevo disco. Decidí viajar a Estados Unidos porque lo vengo haciendo desde hace muchos años y me da muy buenos resultados. Puedo convocar a músicos de gran nivel, encuentro condiciones ideales para grabar y por un tiempo paso totalmente desapercibido en la calle.
–¿El título El desembarco es un homenaje a las Madres de Plaza de Mayo?
–Sí. En realidad la canción “El desembarco” no habla estrictamente de ellas. Pero cuando las Madres llegaron a lo que era la Esma y hoy es el EcuNHi hablaban de un desembarco. Era el desembarco de la vida sobre la muerte. En la canción canto “hay quienes desembarcan ardiendo con un grito, sin barcos y sin armas por la vida” y esa frase me lleva ineludiblemente a Hebe.
–”8 de octubre” cuanta con música de Spinetta y su propia voz.
–Es una canción sobre la tragedia de los chicos del Colegio Ecos. Spinetta hizo la música y yo la letra. Me mandó a Los Ángeles unas pistas de guitarra, bajo y electrónica, y cuando las abrimos había una voz grabada, casi perdida. Nos emocionó mucho, le pregunté si podía incluirla en el disco y me dio el OK. Creo que quedó muy linda.
–¿Cómo lograste contar con Jaques Morelenbaum en “Mi estrella” y “Las cruces de Belén”?
–No fue fácil. Tuvimos que superar la barrera de los tiempos y las geografías. Fue un honor poder trabajar con él y la Orquesta Sinfónica de Praga. Lo pudimos hacer gracias a la tecnología. Cada uno desde un lugar diferente del planeta, usando un sistema especial para grabar en vivo por Internet y Pro Tools. Después Morelenbaum chequeó los resultados y quedó muy conforme. Más allá de esto, el disco lo grabamos en cinta porque quería recuperar un sonido más orgánico y creo que lo logramos.
–Para “Bicentenario” reuniste a Porsuigieco.
–Sí, fui muy lindo volver a trabajar con Charly García, Nito Mestre, Raúl Porchetto y María Rosa Yorio. La música la hizo Raúl (Porchetto), la pasaron muchas veces en la época del bicentenario y ahí se me ocurrió grabarla con Porsuigieco. Queríamos que la producción la hiciera Gustavo Santaolalla, pero por una cuestión de tiempos no se pudo. Grabé las voces acá, la de Charly vino desde México y me las llevé a Los Ángeles. De otra forma hubiera sido imposible.
–”A los mineros de Bolivia” toma un poema del Che Guevara. ¿Ese tema iba a ser parte de la película de Tristán Bauer?
–Si. Tristán me propuso que armara una canción especialmente para su película Che, Un hombre Nuevo y la idea me encantó. Empecé a trabajar con el poema, pero no podía dar con una buena melodía. Entonces convoqué a Luis Gurevich para que me ayudase y la música quedó muy linda. Cuando se la mandé a Tristán ya era tarde. Me llamó por teléfono y me dijo: “Hijo de puta, estoy llorando por la canción. ¿Por qué mierda no me la mandaste antes? La película ya cerró”. Después le pregunté por quién me había remplazado y me dijo que por Alfredo Zitarrosa. Así que no me puedo quejar.

Los caminos alternativos de Mundo Alas
Me puse a averiguar y en casi todos los cines del país donde habían exhibido la película Mundo Alas no duró más de dos o tres semanas y con poca asistencia de público. Entonces hablé con gente amiga de Mendoza y les dije: “Yo sé que tienen un teatrito en la universidad que tiene capacidad para setecientas personas. ¿Por qué no hacemos un evento? ¿Voy, presento la película, canto unas canciones, explico de qué se trata y hacemos un debate?. La idea se llevó a la práctica, juntamos 1.400 personas en dos shows y lo recaudado fue para un colegio de Mendoza al que asisten chicos con discapacidades y se llama León Gieco. Mejor imposible”, explica el músico sobre los avatares del film que dirigió junto a Sebastián Schindel y Fernando Molnar, que desarrolla la historia de un proyecto musical integrado por artistas con discapacidades.
–Las películas no comerciales suelen encontrar muchos cuellos de botella para exhibirse y parece que vos le encontraste una vuelta.
–Totalmente. Repito esa modalidad cada vez que puedo. Porque en el cine no la había ido a ver casi nadie. Pero esas proyecciones especiales se llenan y la gente suele terminar aplaudiendo de pie la película. Yo les pregunté en Mendoza por qué no habían ido a verla al cine y no sabían qué decir. Uno gritó: “Porque somos unos pelotudos” y nos reímos todos. Pero mucha gente reniega sistemáticamente del cine nacional. Entonces hay que buscar caminos alternativos. Tengo ganas de proponerle a Liliana Mazure que habría que buscar una fórmula desde el Incaa para publicitar las películas con sus mismos protagonistas. Es decir, que el director viaje a un cine de una provincia, un actor a otro provincia y así. A mí me funcionó. Quizá para las pequeñas producciones sea una buena idea. Hace poco expresé esta propuesta en el diario Uno de Mendoza y titularon que yo le exigía a Liliana Mazure que hiciera esto. ¿Cómo le voy a exigir nada a la titular del Incaa? Es sólo una propuesta, pero en esa nota pusieron cosas que no dije para generar una pelea que no existe. Desgraciadamente algunos medios ponen por delante sus intereses a la verdad.
Fuente:MiradasalSur



CINE
07 de Diciembre 
Festival del Nuevo Cine Latinoamericano
El realizador Pablo Yotich promete un filme sobre el amor entre Néstor y Cristina
Por Romina Grosso, enviada especial

El director Pablo Yotich, quien emocionó al público cubano con ”El abismo… todavía estamos”, ficción que hace foco en la última dictadura cívico militar, que se vio en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, anunció que está redondeando el guión de “Balada de un pueblo”, película que abordará la historia de amor y militancia entre Cristina Fernández y Néstor Kirchner.

Emocionado ante la respuesta de una audiencia que ovacionó su ópera prima -unas 1500 personas colmaron la sala en la primera función del filme-, el realizador y protagonista de “El abismo…”, manifestó que “desde el principio nuestra meta era que la viese el público cubano”, y confesó que “me hubiese encantado que la misma cantidad de gente pudiera ver la película en la Argentina, pero lamentablemente eso no sucedió”.

La trama del filme que en el festival habanero se proyecta en la sección Latinoamérica Perspectiva, se sitúa en 1978 y se desata cuando Ernesto (Yotich), incitado por el nacimiento de su hija decide irse a vivir con su novia, Paloma (Belén Santos), sin saber que ambos son buscados por los militares.

Juan Palomino, Alejandro Fiore y Raúl Rizzo integran el elenco de este largometraje que hace hincapié en una familia que vive en la década del 70 y expone todas las posturas ideológicas respecto del gobierno militar y sus consecuencias, en un guión que Yotich escribió junto al historiador Alejandro Reinhold y Rodrigo Peralta.

Junto a ellos Yotich encaró el rodaje de la comedia “Cuatro de copas” -escrita íntegramente por Peralta y protagonizada por Gerardo Romano, Federico Luppi, Anabel Cherubito y el recientemente fallecido Adrián Yospe-, proyecto que los llevó a rodar en la ciudad de Calafate y Río Gallegos, cuyo estreno en la Argentina está previsto para el 2012.

Si bien las ganas de hacer una película que contara la historia de “amor, militancia y compañerismo” entre Néstor y Cristina Kirchner ya estaban latentes en el realizador, lo cierto es que esa experiencia en la Patagonia, donde recogió testimonios de muchas personas que conocieron al matrimonio, terminó de convencerlo.
“La historia estará basada en el amor y en el compromiso que ellos tuvieron por este país, para lograr lo que lograron hay que amarse demasiado y eso es lo que queremos contar en `Balada para un pueblo`”, adelantó.

“Venir a la Habana también me sirvió para modificar un poco el perfil de la película. Lo que queremos mostrar es una película que la entienda en todas partes del mundo”, agregó Yotich, quien también estará contenido por el licenciado en Ciencias Políticas Luis Dallanegra Pedraza.

En relación a la elección del título de la cinta, el cineasta explicó que lo pensó porque “la palabra `balada` transmite paz y alegría y hoy siento que el pueblo argentino está en paz”.

Asumido como militante kirchnerista, el director contó que “Balada de un pueblo” arranca desde que ellos se conocen, y abarca hasta cuando Néstor (Kirchner) fue gobernador; además vamos a incluir algunas cositas épicas, imágenes que vamos a tratar de recrear con él asumiendo la presidencia de la Nación”.

Desde pequeño, los padres le inculcaron a Yotich el valor de la militancia y también el gusto por las artes.

“Yo a mi viejo lo acompañaba de chico a las unidades básicas, desde chico vengo mamando la política y veía cómo los milicos se venían a llevar compañeros. El falleció hace unos tres años porque necesitaba un transplante de hígado que no pudimos conseguir”, recordó.

“Una de las últimas cosas que dijo fue el nombre de Néstor Kirchner y era una etapa en la que no se coordinaba bien, así que fue como un legado para mí”, agregó el cineasta que durante su estadía en El Calafate le entregó una carta a la Presidenta anunciándole su idea de dar forma al filme.

“En el texto le decíamos lo que estábamos haciendo y que íbamos a encarar ese otro proyecto que nos permita ser los primeros en contar esta historia”, reveló.

Aunque las bases del guión de “Balada…” ya están escritas, Yotich espera concretar una entrevista con Cristina Fernández y realizar algunos reportajes en Santa Cruz que ya tiene pautados para enero próximo.

“Me gustaría mucho que el guión lo lea Cristina antes de que empecemos a filmar”, redondeó Yotich, quien ya tiene confirmada a la actriz que encarnará a la primera mandataria argentina, aunque todavía prefirió no dar a conocer su nombre.

“Lo más lindo es que hay grandes actores y muy conocidos que se ofrecieron para hacer estos personajes, pero además me gustaría volver a trabajar con Luppi, Palomino y Cherubito”, ahondó el director.
Fuente:Telam

07 de Diciembre
Cine
Viaggio se pregunta en su ópera prima “¿A quién llamarías?”

Martín Viaggio, el realizador que estrenará su ópera prima “A quién llamarías”, calificó el filme que protagoniza el uruguayo Roberto Birindelli como “una comedia amarga sesgada por la ironía”.

“Se trata de una tragedia amorosa pero muy íntima que tiene como disparador a un hombre urbano y cosmopolita que empieza a replantearse toda su vida”, comentó a esta agencia el director.

Es que el filme en el que también actúan Iván Esquerré, Carla Pandolfi y Bárbara Merlo gira en torno a una hipótesis que desvela a este hombre de 40 años preso de una crisis de la mediana edad: “Si te pasa algo en la calle, te meten en una ambulancia y te preguntan a quién llamar, ¿a quién llamarías?”.

“Es un tipo que, a partir de esa pregunta, empieza a revalorizar todos sus vínculos, porque la respuesta a ese interrogante es la forma que él encuentra para contestar quién es quién dentro de su escala de valores”, indicó Viaggio.

“Es una pregunta -agregó- pero también una afirmación cuando nos referimos a la intensidad del vínculo que nos une o desune a ciertas personas muy cercanas”.

Pero esta disquisición no resurge porque sí en la vida del protagonista, sino que aparece con fuerza cuando, ni bien comienza la historia, se descubre espiando a su mujer mientras mantiene un encuentro clandestino con otro hombre.

Desde ese entonces, una serie de devaneos mentales y extraños planteos metafísicos le reflotarán viejas inquietudes relacionadas con su núcleo familiar más íntimo.

“El cree -argumentó Viaggio- en una especie de existencialismo un poco berreta, que estamos acá para sufrir, pero eso es porque es un pequeño burgués que, al tener su cotidianeidad resuelta, los problemas que le surgen son otros”.

El resultado es un hombre de una emocionalidad urticante, de deficientes intentos por resolver problemas germinales como las diferencias irreconciliables que tiene con su madre.

Además se avistan las falencias en la paternidad que se reflejan constantemente como un espejo donde evalúa qué tipo de relación sostiene con su hijo.

“Igual nada es tan terrible, él está metido dentro de un universo cómodo, y si bien no se lo ve feliz, las mujeres que le tocan son lindas”, sentenció -irónico- el director sobre el nudo de fácil disolución que encierra la película.

Consultado acerca de la elección de Birindelli, un actor uruguayo que reside desde hace 20 años en Río de Janeiro para encabezar su debut en la pantalla grande, el cineasta remarcó que el actor “hizo una devolución absolutamente interesante del guión”.

“Al principio me junté con actores conocidos y no tuve receptividad, me hacían devoluciones muy frías, poco interesantes y entonces empecé a pensar que para mí la película tenía una trascendencia más allá de lo económico, y quería que los que participaran sintieran lo mismo que yo”, confesó Viaggio.

Por último, consultado sobre sus futuros proyectos, adelantó que está trabajando en su segunda película, “Al oeste del fin del mundo”, una historia sobre un ex combatiente de Malvinas que debe reordenar su vida.

“El no termina de asimilar lo sucedido -acotó- intenta reordenar su vida en un pueblito cerca de la cordillera pero no lo logra, hasta que conoce a una brasileña y el amor logra reencauzar su vida”.
Fuente:Telam

08 de Diciembre 
Cine
Gaggero explora los conflictos existenciales de un pescador en "Montenegro"
Por Paulo Pécora
El cineasta Jorge Gaggero, autor de filmes como “Vida en Falcon” y “Cama adentro”, acaba de recibir un premio en Holanda por “Montenegro”, su nuevo largometraje documental que registra los conflictos existenciales de un hombre que eligió una vida solitaria y primitiva, totalmente aislado de la civilización, en una isla del delta del río Gualeguay, en Entre Ríos.

La semana pasada, "Montenegro" obtuvo el premio principal en su categoría en el prestigioso International Documentary Film Festival Amsterdam (IDFA), una de las citas mundiales más importantes para el cine documental, con la historia de Juan De Dios Manuel Montenegro, un pescador de 71 años que vive con sus perros en una isla desierta.

“Mi idea es estrenarla en marzo de 2012. Creo que con esta película se cierra un ciclo que inicié con `Vida en Falcon` y seguí luego con `Botnia`, un capítulo de una serie documental para el canal Encuentro”, recordó Gaggero, quien en esos filmes -como en éste- se detuvo en las dificultades y los dramas humanos de “personajes extremos” que viven al margen de la sociedad.

“Mi intención era encontrar un personaje que no tuviera fronteras, que viviera en soledad en la naturaleza y, a partir de esa búsqueda, dimos con Montenegro. La idea era encontrar a una especie de Robinson Crusoe o de Coronel Kurtz”, señaló el cineasta en relación al personaje que Marlon Brando encarnaba en “Apocalipsis Now”, de Francis Ford Coppola.

En su casa precaria en la isla, ubicada en un canal artificial que algunos presos y delincuentes hicieron hace muchos años para poder escapar más fácilmente desde el río Gualeguay hacia el Uruguay, Montenegro vive solo junto a sus perros Mugre, Barba y Blanco, y comparte algunos momentos de pesca y ocio con César Engle, un trabajador golondrina uruguayo.

Durante casi tres años de trabajo, en los que visitó la isla durante algunos fines de semana con un equipo mínimo compuesto por un sonidista y un camarógrafo, Gaggero documentó la vida cotidiana de este hombre crudo y adusto, que esconde sus sentimientos debajo de una coraza que le permite ocultar sus debilidades y su fragilidad frente a las desgracias y dificultades que lo envuelven.

“Por momentos, la vida en ese aislamiento tiene una dureza muy grande, es muy duro vivir en la naturaleza y en soledad. Es una elección muy fuerte y Montenegro parece elegir eso porque parece que no puede vivir de otra manera. No se sabe -afirmó- si es parte de un deseo o de una imposibilidad de vivir en la ciudad”.

El cineasta sostuvo que “se trata de un hombre muy rudo y silencioso, que vive en una constante contradicción entre la necesidad de afecto y compañía, y la coraza que mantiene para no demostrar sus sentimientos, porque demostrarlos lo pondría indefenso y lo mostraría vulnerable”.

Con una puesta en escena cruda y austera, que se apropia de la precariedad propia del espacio selvático que rodea a Montenegro, Gaggero buscaba “una película que con pocos elementos pudiera narrar esta idea de evadirse de la sociedad, de que algo traumático que le aconteció provoca un quiebre con todo, con lo afectivo y todo lo demás”.

“La película tiene una belleza que se va degradando. Uno va ingenuamente a buscar una historia y después la historia te supera. Esta, al final, se convirtió en una historia de oscuridad y retraimiento”, agregó el director, quien en ese momento estaba pasando por “una crisis” personal, debido a que otros de sus proyectos cinematográficos se habían estancado.
Gaggero señaló que “también quería contar el vínculo de Montenegro con su amigo César, un trabajador golondrina que vivía en la isla pero también tenía mucho contacto con la ciudad. No fue algo buscado, pero fue surgiendo esta relación y me pareció importante para retratarlo a partir de la relación con el otro, como espejo y antagonista”.

“Quería usar esas dos energías opuestas y complementarias, que estaban también en `Cama adentro` y `Vida en Falcon`, pero de manera diferente, porque esta es una película con muy pocos diálogos y toca un aspecto más metafísico sobre la soledad, la posibilidad de relacionarse afectivamente con el otro y el lugar que ocupa el hombre en la sociedad”, destacó Gaggero.

El cineasta dijo que “también quería indagar esa sociedad mínima que Montenegro forma con sus perros y su amigo. Me interesaba esa relación entre dos ermitaños, sus contradicciones y el hecho de querer crear su propio mundo, con sus propias leyes y códigos, donde no ser perturbado por otros seres humanos, pero también la angustia al no poder conseguirlo y que ese plan se vaya derrumbando”.
“La relación con César -añadió- es de cierta necesidad material y afectiva, aunque ellos no lo demuestren. Montenegro es como un náufrago, un tipo que se evadió de la sociedad, que vive sin patrón. Ahí hay dos filosofías de vida enfrentadas, pero una misma soledad”.

Para Gaggero, “Montenegro” es la película que tiene “mayor riesgo” de las que filmó hasta el momento, “porque se trata de un personaje difícil oscuro, mañoso y egoísta. Registra una crudeza primitiva muy fuerte que él quiere mostrar y está bueno que el espectador también se confronte con eso”.

“Son hombres de muy pocas palabras y muchos silencios, tienen un comportamiento casi animal, con una percepción diferente de las cosas. De Montenegro, por ejemplo, me atrajo su físico, el hecho de que su cuerpo tenga los signos de una vida salvaje y una parte animal por el hecho de vivir en medio de la naturaleza, una cuestión muy rudimentaria y primitiva, donde la fuerza física es primordial”, aseguró.
Fuente:Telam

08 de Diciembre
Cine
El filme argentino “El notificador” se impone en La Habana con una historia profunda y agobiante
Por Romina Grosso, enviada especial
“El notificador”, filme de Blas Eloy Martínez, que se presenta en la 33ra. edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana y que aún no llegó a las salas argentinas, sobresale en la grilla del encuentro a partir de una historia envolvente que cuenta el peregrinaje de un oficial notificador sumido en su trabajo y en un eterno presente.

El humor, la ironía y el drama conviven en esta película protagonizada por Ignacio Toselli, quien se luce en la piel de Eloy, un muchacho que desde hace muchos años se desempeña como repartidor de células judiciales, un trabajo que lo obliga a vincularse diariamente con unas 100 vidas en distintos rincones de la ciudad de Buenos Aires.
“El personaje de Eloy trabajó durante tanto tiempo en ese lugar que construye una burbuja que le permite continuar con su vida y creer que el mundo ideal es ese en el cual vive, pero se ve amenazado cuando llega un tipo que pone en peligro esa burbuja y ahí empieza un poco la película, cuando comienza a derrumbarse ese universo y él pasa a hacer mal las cosas que antes hacía bien”, sintetizó el director en diálogo con Télam.

La llegada de un joven con el que Eloy tiene que compartir la zona de trabajo, de alguna manera lo paraliza y lo enfrenta con una realidad: “El ya no es parte del mundo en el que está viviendo, ya no sabe a donde pertenece”, explicó Eloy Martínez.

“Todos intentamos construir -continuó- un lugar en cual nos sintamos seguros, muchas veces no lo logramos, en general no lo logramos; y muchas veces en la vida se nos presenta la posibilidad de romper con ese mundo seguro, voluntaria o involuntariamente y esa ruptura implica un avance en nuestras vidas”.

El cineasta apuntó que “en el caso de `El notificador` eso es lo que sucede, la posibilidad de romper con ese mundo y avanzar en la vida o no y quedarse estancado, no sabemos lo que va a pasar con él”.

Se trata de un filme agobiante y absolutamente autobiográfico, ya que las situaciones que atraviesa el protagonista , incluso las vinculadas a su relación de pareja, son experiencias vividas por el cineasta -hijo del periodista Tomás Eloy Martínez-, quien ofició como empleado estatal y particularmente como notificador desde 1990 hasta 1999.

Aunque el filme ya se había exhibido este año en otros festivales (Cine en Construcción de Toulouse y Festival de Biarritz), aún no está terminado y la versión que vio en La Habana es casi definitiva, según contó el director, quien tiene previsto el estreno del largometraje en la Argentina para mediados del año próximo.

Si bien en la fiesta cinematográfica habanera el filme concursa en la sección Operas Primas, Blas Eloy Martínez ya había realizado el documental “La oficina” (no llegó a estrenarse comercialmente pero se exhibió en importantes festivales como el Bafici) y la historia de “El notificador” data de 1997 cuando su filmación tuvo que frenarse porque la Corte Suprema de Justicia prohibió que se tomaran imágenes de esa oficina judicial.

En el lapso que medió hasta 2005 cuando pudo retomar el rodaje tras el permiso otorgado por el Consejo de la Magistratura, contó que “se nos ocurrió hacer la película de ficción, que surge como necesidad de llevar esa historia a algún formato donde no tenga una prohibición”. “Era la forma de mostrar ese mundo y también era la posibilidad de mostrar la psiquis del notificador, que en el documental no está tan planteado, sino más su trabajo”, abundó.

Al comparar sus dos películas, comentó que “lo que las dos películas tienen en común es un cierto humor latente que se desprende de ese trabajo, pero en este caso estaba más planteado sobre qué le pasa internamente a un notificador en ese trabajo”, ahondó.

-¿Cuánto de vos está volcado en el personaje? 
-Diría que casi todo, hay ciertos recuerdos personales que tiene el notificador que es mi propio pasado, diría que casi todo es real.


-¿Se puede decir que la soledad del personaje está reflejada en la escena del abrazo que Eloy le da a una extraña (una gitana interpretada por Mónica Cabrera) hacia el final de la película?
 -Uno recibe el abrazo de un extraño cuando no tiene a nadie más, el tipo está totalmente solo en realidad. Eso me pasó. El tipo ha perdido todo, todo contacto, es la noción de que él no tiene a nadie. Es un abrazo casi inútil.

-¿Cómo fue el proceso hasta seleccionar a Nacho Toselli para encarar el rol protagónico? 
-Fue una búsqueda muy grande por muchos actores muy conocidos y muy buenos. Yo a Nacho lo vi en “Buena vida delivery”(Leonardo Di Cesare) y me encantó. Tenía la imagen del protagonista como la de una rama que está a punto de quebrarse.

En ese momento Nacho no tenía ni celular, ni mail, entonces tardamos meses en encontrarlo. El es sumamente obsesivo en la construcción del personaje y a la vez es un tipo relajado en el rodaje y totalmente maleable para dirigir, era la combinación ideal.

-El personaje lleva tu nombre, ¿cómo llegaste a esa decisión? 
-Durante un año se llamó Manuel, pero quería un nombre que tratara de representar lo circular de ese mundo en el que vive el personaje, y buscando me di cuenta que el nombre lo tenía yo mismo: El- Hoy. El personaje vive el hoy permanente, no hay un mañana, y también me pareció una forma de sinceramiento sobre lo autobiográfico.

-Hoy a la distancia, ¿Cómo recordás esa etapa de tu vida como notificador?
-Con algo de melancolía. El trabajo te permite conocer diferentes realidades, con lo cual lo adquirís un poco una percepción sobre la gente, hablás con tanta gente por día que le escuchás la voz y ya sabés lo que te va a pasar. Hay algo de ese trabajo que generaba mucha locura pero mucho conocimiento interior.

Ahora soy productor de televisión, estoy atrás de la computadora y no tengo tanto contacto con la gente, creo que es lo que le da a todo el mundo para contar historias.

-¿Cómo fue la experiencia de presentar el filme en La Habana? 
-El público cubano lo vivió de manera diferente al europeo.

El cubano lo vio como una tragedia y el europeo como una comedia, yo creo que la película es una mezcla de las dos. Es como que tiene un arco, la risa se va perdiendo, va yendo hacia lo dramático a medida que se va asfixiando.

-¿Tenés otros proyectos? 
-Sí, voy a rodar una película sobre un mundo judicial en el interior de la Argentina, en la que cruzo el western y el melodrama, más de género que “El notificador”.
Fuente:Telam





TELEVISIÓN
10 de Diciembre
Una nueva señal
Se fortalece la producción televisiva argentina en el mundo
Una nueva señal, con sello argentino, será lanzada en América Latina a partir del primer trimestre del año próximo, la que se suma a la producción de dibujitos animados del Payaso Plim Plim, destinada al mismo mercado y presentada hace menos de un mes.

En el primer caso, el productor de entretenimientos y contenidos televisivos Juan Fabbri anunció el lanzamiento de “Glossy”, una nueva señal que estará en pantalla destinada al segmento LGTB (Lésbico, Gay, Trans y Bi) de Latinoamérica.
En tanto, los dibujos animados argentinos también marcaron presencia estas semanas en Disney Juniors, de la mano del Payaso Plim Plim, gracias a la apuesta de la productora Smilehood que ya ha abierto un canal de comunicación directo con sus seguidores en las redes sociales.

La idea, del payaso Plim Plim ha sido transmitir mensajes positivos desde el protagonista, un niño de 5 años, y se enfoca en los valores humanos, primeros hábitos y respeto por el medio ambiente.

En cambio, “Glossy” presentará una atractiva propuesta dirigida a la diversidad temática, pero con un tratamiento especial y cautivador.

Para ello, se pondrá énfasis en la estética, la sofisticación, la modernidad y el glamour.

La señal contendrá ciclos dedicados a la gastronomía, el arte, la literatura, los deportes, el turismo, la moda, la decoración, el diseño, la arquitectura, el estilo de vida y la tecnología.

La aspiración del grupo empresario argentino que invierte en este proyecto es la de convertir al producto en el medio de comunicación por excelencia del segmento LGBT, apuntando no sólo al mercado argentino y latinoamericano sino a todo el mercado audiovisual de habla hispana de América y Europa.

Fabbri lleva tres décadas en la industria del entretenimiento. Otro de sus importantes emprendimientos es Turismo Visión Argentina (TVArg), el único canal dedicado 24 horas al turismo argentino, que está en todos los sistemas de cable del país y que llega a más de 4 millones de abonados en Argentina.

Recientemente, el empresario firmó un convenio con el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur) destinado a trabajar de manera conjunta en la promoción turística de nuestro país en el exterior y en la consolidación de la Marca País.

Toda la creatividad y el diseño de las señales de Fabbri es realizada en nuestro país con diseñadores y productores argentinos.
Fuente:Telam


TEATRO
08 de Diciembre
Teatro
Fanego, Mazer y De la Serna, entre los ternados para los Premios María Guerrero
Los actores Daniel Fanego, Emilia Mazer (dos de los protagonistas de “Vuelo a Capistrano”) y Rodrigo de la Serna (por su labor en "Lluvia constante") son algunos de los ternados para la próxima edición de los Premios María Guerrero que se entregarán en julio de 2012.

Los galardones, que se develarán durante una ceremonia en la Sala María Guerrero del Teatro Nacional Cervantes, corresponden a las producciones realizadas durante la temporada 2011.

Bajo ese parámetro, los ganadores de los premios surgirán de la votación del jurado compuesto por Rómulo Berruti, Rosa Celentano, Magdalena Faillace, Jorge Lafauci, Juan Lavanga, Carlos Llorens, Linda Máximo, Luis Mazas y Ana Seoane.

Además de las ternas por espectáculos recientes, en la ceremonia se otorgará un reconocimiento a la trayectoria, menciones especiales y se otorgarán "Diplomas de reconocimiento".

Las categorías y los ternados para los premios 2011 son:
ACTRIZ PRINCIPAL: Maricel Alvarez ("Hécuba o El gineceo canino"), Claudia Lapacó ("Filosofía de vida"), Emilia Mazer ("Vuelo a Capistrano") y Roxana Randón ("Bastarda sin nombre").

ACTOR PRINCIPAL: Daniel Fanego ("Vuelo a Capistrano"), Rodrigo de la Serna ("Lluvia constante"), Pablo Alarcón ("Edipo.com") y Enrique Papatino ("La importancia de llamarse Ernesto").

ACTRIZ DE REPARTO: Vicky Almeida ("Espejos circulares"), Rita Terranova ("Noche de reyes"), Analía Couceyro ("Las islas") y Lucrecia Capello ("El burgués gentilhombre").

ACTOR DE REPARTO: Guillermo Arengo ("Un tranvía llamado deseo"), Néstor Ducó ("El círculo"), Gabo Correa ("Código de familia") y Abian Vainstein ("Yocasta").

DIRECTOR: Hugo Alvarez ("La importancia de llamarse Ernesto"), Emilio García Wehbi ("Hécuba o El gineceo canino") y Mariano Dossena ("Espectros"/"Los invertidos").

AUTOR ARGENTINO: Cristina Escofet ("Bastarda sin nombre"), Héctor Levy-Daniel ("Yocasta") y Mauricio Kartun ("Salomé de chacra").

ESCENOGRAFO: Alicia Leloutre ("4D óptico"/"Filosofía de vida"), Félix Padrón ("Retazos de la Dolce Vita"/"El perro pequinés") y Nicolás Nanni ("Los invertidos").

ILUMINADOR: Eli Sirlin ("Filosofía de vida"/"El cordero de ojos azules"), Leandra Rodríguez ("Antígona Vélez"/"Spaghetti"), Jorge Pastorino (Retazos de la Dolce Vita)

VESTUARIO: Julio Suárez (“Antígona Vélez”), Nicolás Nanni (“Los invertidos”), Daniela Taiana (“Por amor a Lou”) y Alberto Belatti (“Oscar Wilde”).

REVELACION: Claudia Cantero (“La familia argentina”), Lorena Vega (“Salomé de chacra”) y Joaquín Berthold (“Por amor a Lou”).

PREMIO ESTiMULO: Leonardo Martínez (“El perro pequinés”/”Retazos de la Dolce Vita”) y Yael Ken (“Como si fuera nadie”).

PREMIO TRAYECTORIA: Beatriz Bonet y Pepe Soriano.


MENCIONES ESPECIALES: “La Reina de la belleza”, de Leenane de Martin McDonagh, con producción de Gloria López; “La Historia del Señor Sommer” (PepTosar) y Ciclo “El Cervantes en el Cervantes”

DIPLOMAS DE RECONOCIMIENTO: Alejandro Finzi (dramaturgo de Neuquén), Carlos Alsina (autor y director de Tucumán), Casa-Museo Isaac Fernández Blanco.
Fuente:Telam



POESÍA
Era, súpose, un dia de Mayo, el 21.

Los bancarios han dejado los bancos,
los ferreteros las ferreterías, los
tenderos las tiendas.

Diríase
que un aire de rebelión
viene y va
mira y sigue.

Un grito toca tierra:
¡Una columna avanza desde el río!

La calle del paseo obligado efervece.

Paso a paso avanza una columna que
viene desde el río, una columna humana
que viene con hombres y mujeres
desde el río.

Traen
troncos
maderas
líquidos
escondidos.

Van paso a paso
estrechando filas.

Es angosta la calle
quizá angosto el río.

Véase
véalos
cargando fósforos y vocales
fósforos y líquidos,
troncos y botellas,
la mayoría entonan estribillos.

Véase
véalos:

-Oid el ruido de rotas cadenas
ved en trono a la noble igualdad-.

En la noche leñas bajan de los edificios,
otrora, en la invasión, aceite hirviendo.
Hugo Diz
Contexto: El 21 de mayo de 1969 se realiza una marcha para repudiar el asesinato del estudiante Adolfo Bello, ocurrido el 17 en la galería Melipal a metros de Corrientes y Córdoba. Una multitud toma las calles enfrentando a la policía que, sobre el final de la jornada, asesina en Córdoba al 1800 a otro manifestante, el metalúrgico Luis Blanco, de 15 años. Los episodios pasaron a la historia con un nombre: Rosariazo
Nació y vive en Rosario.
Ha ejercido el periodismo en distintos medios de nuestra ciudad y el exterior, es artista plástico y escribió letras para los músicos Litto Nebbia, Virgilio Expósito y Néstor Marconi.
Su extenso y rico aporte a la poesía está siendo publicado por Editorial Ciudad Gótica de Rosario, en sucesivas entregas que abarcan su producción edita e inédita desde 1969 a la actualidad.
Parte de su obra poética ha sido traducida al portugués, ruso, búlgaro, francés, italiano y recientemente al alemán.
Andrea Ocampo dice : “A lo largo de la obra, el detalle resuena, mostrando una misma escena contada una y otra vez a partir de sus elementos mínimos. Diz economiza recursos pero no evita el humor ni la crítica. Y hace aparecer, siempre, la pregunta acerca del poeta y su lugar en la sociedad”.
Aclaración:Las fotos que ilustran las notas que no son de origen, son bajadas de la web.                                                   

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