El Tribunal Oral Federal de Tucumán inició hoy un nuevo juicio contra el ex represor Luciano Benjamín Menéndez y otros 43 imputados en la causa por violaciones a los Derechos Humanos cometidas en el ex “Arsenal Miguel de Azcuenaga”, en perjuicio de 235 víctimas.
En este proceso se suman también los crímenes cometidos en la Jefatura de Policía provincial, que incluyen, asimismo, a víctimas de la vecina provincia de Santiago del Estero.
El ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército y los demás acusados serán juzgados por “secuestros y desapariciones” ocurridas durante la dictadura militar y delitos de “violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidio”.
En representación de Santiago del Estero, estuvieron presentes Alejandra Carreras y Mario Villa Micó, miembros de HIJOS. Así como Dardo Salloum y Raúl Figueroa, de la Asociación de Ex Presos Políticos. “El testimonio de los ex presos políticos es importantísimo, ya que son verdaderos documentos vivientes de lo que sucedió”, manifestaron. “Sin sus valerosos aportes, realizados con gran esfuerzo, ya que significa muchas veces revivir lo peor que pasaron en su existencia, estos juicios no serían posibles”.
“Existen muchas expectativas, creemos que puedan haber aportes sobre las desapariciones de compañeros, así como pasó en Santiago del Estero con la Megacausa, cuando se revelaron datos que para nosotros eran nuevos”, expresó Cristina Torres, integrante del Colectivo Juicio y Castigo que nuclea a diversos organismos de derechos humanos de Santiago del Estero que hoy asistirán a la primera jornada del proceso judicial en Tucumán.
La militante de derechos humanos destacó que “éste es uno de los juicios más importantes del norte argentino porque el Arsenal fue uno de los centros de exterminio en donde se estima que pasaron unas tres mil personas”.
El Tribunal Oral Federal, analizará las pruebas reunidas y los testimonios acerca de los delitos cometidos en estos dos lugares.
Menéndez seguirá las audiencias por videoconferencia desde la celda que ocupa en el penal bonaerense de Ezeiza, donde cumple tres condenas por genocidio y recibe atención médica debido a que padece diferentes afecciones de salud.
Además de Menéndez, la atención del juicio estará centrada en la figura del cura párroco José Eloy Mijalchyk, conocido en la provincia como el “padre Pepe”, el primer representante de la Iglesia Católica que será juzgado en Tucumán por crímenes cometidos en la última dictadura militar.
Mijalchyk fue visto por sobrevivientes de la represión en el Arsenal Miguel de Azcuénaga, y su tarea allí era persuadir a los prisioneros para que colaborasen con sus secuestradores.
Los jueces Gabriel Casas, Juan Carlos Reynaga y Carlos Jiménez Montilla, del Tribunal Oral Federal de Tucumán, comenzaron el juicio oral por el que se estima desfilarán unos 600 testigos y que se extenderá hasta mediados del año próximo.
“Vinimos hasta Tucumán con la idea de apoyar a nuestros compañeros y porque existen casos de santiagueños que van a ser juzgados; la impresión fue muy buena, hubo mucha gente, de diferentes agrupaciones, de todos los colores y edades, hasta chicos de escuelas secundarias”, contó Alejandra Carreras, integrante de la delegación Santiago del Estero de la agrupación Hijos.
En ese sentido, Carreras adelantó que trabajarán con sus pares de Tucumán “en acciones conjuntas porque nuestros casos tienen mucho en común, son lugares por los que pasaron muchísimas personas y esperamos que arroje luz también sobre los casos de Salta y Jujuy”.
En este proceso se suman también los crímenes cometidos en la Jefatura de Policía provincial, que incluyen, asimismo, a víctimas de la vecina provincia de Santiago del Estero.
El ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército y los demás acusados serán juzgados por “secuestros y desapariciones” ocurridas durante la dictadura militar y delitos de “violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad, tormentos y homicidio”.
En representación de Santiago del Estero, estuvieron presentes Alejandra Carreras y Mario Villa Micó, miembros de HIJOS. Así como Dardo Salloum y Raúl Figueroa, de la Asociación de Ex Presos Políticos. “El testimonio de los ex presos políticos es importantísimo, ya que son verdaderos documentos vivientes de lo que sucedió”, manifestaron. “Sin sus valerosos aportes, realizados con gran esfuerzo, ya que significa muchas veces revivir lo peor que pasaron en su existencia, estos juicios no serían posibles”.
“Existen muchas expectativas, creemos que puedan haber aportes sobre las desapariciones de compañeros, así como pasó en Santiago del Estero con la Megacausa, cuando se revelaron datos que para nosotros eran nuevos”, expresó Cristina Torres, integrante del Colectivo Juicio y Castigo que nuclea a diversos organismos de derechos humanos de Santiago del Estero que hoy asistirán a la primera jornada del proceso judicial en Tucumán.
La militante de derechos humanos destacó que “éste es uno de los juicios más importantes del norte argentino porque el Arsenal fue uno de los centros de exterminio en donde se estima que pasaron unas tres mil personas”.
El Tribunal Oral Federal, analizará las pruebas reunidas y los testimonios acerca de los delitos cometidos en estos dos lugares.
Menéndez seguirá las audiencias por videoconferencia desde la celda que ocupa en el penal bonaerense de Ezeiza, donde cumple tres condenas por genocidio y recibe atención médica debido a que padece diferentes afecciones de salud.
Además de Menéndez, la atención del juicio estará centrada en la figura del cura párroco José Eloy Mijalchyk, conocido en la provincia como el “padre Pepe”, el primer representante de la Iglesia Católica que será juzgado en Tucumán por crímenes cometidos en la última dictadura militar.
Mijalchyk fue visto por sobrevivientes de la represión en el Arsenal Miguel de Azcuénaga, y su tarea allí era persuadir a los prisioneros para que colaborasen con sus secuestradores.
Los jueces Gabriel Casas, Juan Carlos Reynaga y Carlos Jiménez Montilla, del Tribunal Oral Federal de Tucumán, comenzaron el juicio oral por el que se estima desfilarán unos 600 testigos y que se extenderá hasta mediados del año próximo.
“Vinimos hasta Tucumán con la idea de apoyar a nuestros compañeros y porque existen casos de santiagueños que van a ser juzgados; la impresión fue muy buena, hubo mucha gente, de diferentes agrupaciones, de todos los colores y edades, hasta chicos de escuelas secundarias”, contó Alejandra Carreras, integrante de la delegación Santiago del Estero de la agrupación Hijos.
En ese sentido, Carreras adelantó que trabajarán con sus pares de Tucumán “en acciones conjuntas porque nuestros casos tienen mucho en común, son lugares por los que pasaron muchísimas personas y esperamos que arroje luz también sobre los casos de Salta y Jujuy”.
Asociación de Ex Presos Políticos y Sobrevivientes del Terrorismo de Estado de Santiago del Estero
Envío:AexPPCdba.
sábado, 17 de noviembre de 2012
El tribunal rechaza planteos de defensores en la Megacausa
Familiares de desaparecidos, indignados por los dichos de una defensora. Comenzó la quinta jornada del juicio Arsenales II - Jefatura II.
Con planteos de nulidad y recusaciones de parte de la defensa comenzó esta mañana la quinta jornada del juicio por la causa unificada Arsenales II - Jefatura II, conocida como Megacausa, en la que quedaron 41 personas imputadas, entre ex policías, ex militares, un civil y un sacerdote.
Casi todos los imputados, entre ellos el sacerdote José Mijalchyk y el escribano Juan Carlos Benedicto, los primeros acusados en Tucumán que no pertenecen a las fuerzas armadas o de seguridad, están presentes en la sala y el penal de Ezeiza (a través de videoconferencia). En esta etapa pueden estar en sala contigua.
El TOF también rechazó la recusación contra los fiscales ad hoc.
Julieta Jorrat, defensora de uno de los ex policías, pidió la nulidad de la audiencia, de la síntesis, la separación de los juicios y recusó a los fiscales. Cuando dijo que su defendido es "un perejil", que hay familiares de victimas de la dictadura que cobran pensiones y que no se sabe si los desaparecidos están en otro país, la indignación recorrió el sector donde están sentados los allegados a las victimas.
El juez Carlos Jimenez Montilla amenazó con desalojar la sala.
Fuente:CasaPueblos
Envío:Andrea Benítes-Dumont
sábado, 17 de noviembre de 2012
Megacausa: 235 crímenes por resolver
Los nombres de las víctimas -y casos- se irán agregando a diario, (en el orden en el que figuran en los expedientes judiciales). Algunos casos cayeron debido a la separación de tres de los imputados.
José Gabriel Agüero (desaparecido)
El estudiante de medicina fue secuestrado el 21/09/77. Iba con su esposa, Estela Josefina López, a la Terminal de Ómnibus. Fue visto por última vez en la Jefatura de Policía.
Estela Josefina López (desaparecida)
Estaba junto a su esposo, José Gabriel Agüero, la noche en que las fuerzas represivas los secuestraron cuando iban a buscar unos conocidos que llegaban de viaje.
Yolanda Esther Argüello (desaparecida)
La sacaron de su casa de Cebil Redondo en mayo de 1977; fue llevada a la Jefatura, donde la torturaron. La liberaron, pero fue secuestrada a los cuatro meses, estando embarazada.
Lilia Estela Sesto (desaparecida)
Fue abatida por las fuerzas represoras en su casa, ubicada en calle Uruguay al 1.353. El cuerpo fue llevado a la Jefatura, y luego llevado a una fosa del Cementerio del Norte.
Olga del Valle Rabsium (desaparecida)
Estaba en la casa de Lilia Sesto. Junto con ellas fue ultimado un hombre que jamás fue identificado. Sus restos también fueron depositados en el Cementerio del Norte.
Enrique Camilo Sesto (secuestrado)
El padre de Lilia Sesto fue detenido por un policía que habría confesado ser el homicida de su hija. Lo liberaron tras pagar una coima y obligarlo a no seguir indagando.
José Carlos Méndez (secuestrado)
El trabajador rural y militante peronista fue detenido por policías en marzo de 1976. Estuvo en el CCD "La Escuelita" (Famaillá), donde lo torturaron. Fue liberado en mayo.
Gloria y Fernando Curia (desaparecidos)
Los estudiantes, de 23 y 18 años, fueron secuestrados de su casa de la capital en mayo de 1976. Estuvieron alojados en el CCD que funcionó en la ex Jefatura de Policía.
Víctor Manuel Moreira (desaparecido)
El joven de 23 años era estudiante y militaba en la Juventud Peronista. Fue secuestrado en la calle en abril de 1977. Habría sido ejecutado en el CCD de la Jefatura.
Pablo Benito Brito (secuestrado)
En 1976 fue detenido en su trabajo por soldados al mando de Juan Durán (interventor militar de la Fotia). Fue torturado en la Jefatura y en la Brigada de Investigaciones.
María Barrionuevo (desaparecida)
En mayo de 1977 uniformados la secuestraron en su casa de Tafí Viejo. Fue trasladada al CCD de la Jefatura de Policía, donde prestó declaración bajo tortura. Se cree que allí fue ejecutada.
Raúl René Romero y Roberto Valenzuela (desaparecidos)
Fueron secuestrados junto en julio de 1977 de su casa de Luisiana (Cruz Alta). Fueron trasladados al CCD Jefatura de Policía. Habrían sido ejecutados.
Reyes Alcario Romero (desaparecido) y María del Valle Bazán de Romero
El matrimonio fue secuestrado de su casa, en Estación Pacará, departamento Cruz Alte, el 20 de julio del 77. María Bazán estaba embarazada de seis meses. Desvalijaron la casa y quemaron lo que quedó. Reyes continúa desaparecido.
María Cristina Bejas (desaparecida)
La psicóloga, e integrante del Movimiento Familiar Cristiano, fue secuestrada en abril del 77 en la puerta del Colegio Belgrano (Chacabudo y General Paz) por una persona vestida de civil. Un testigo la vio en la Jefatura, donde fue sometida a torturas. Sigue desaparecida.
Elda Calabró (desaparecida)
La abogada laboralista, sin militancia política o social. Fue secuestrada el 15 de junio del 76, cuando iba en el auto con su hermano, Juan Antonio Calabró. Los llevaron al parque 9 de Julio, donde la trasladaron a otro auto y dejaron a su hermano, que los siguió hasta ver que entraban a la Jefatura. Habría sido ejecutada. Sus familiares fueron extorsionados para que dejasen de buscarla.
Juan Manuel Carrizo (desaparecido)
Era contador público nacional y hasta 1968 había sido jefe de contadores fiscales de la Casa de Gobierno. El 20 de mayo del 76 fue secuestrado por el Ejército en Cebil Redondo, para ser trasladado a la Jefatura de Policía. Su cuerpo sin vida fue visto por varios testigos en ese CCD.
Juan Ignacio Cativa (liberado, con secuelas físicas por las torturas)
Era empleado de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán y delegado gremial. El 26 de mayo de 1976 fue despedido por sus actividades políticas y gremiales. El 18 de marzo de 1978, cerca de las 14.30, cuando descendía de un colectivo de la línea 7, en Castro Barros y pasaje Santillán (barrio Kennedy), dos individuos lo interceptaron y lo obligaron a subir en un Ford Falcon verde. Lo trasladaron hasta el CCD de Jefatura de Policía, donde le vendaron los ojos y lo encadenaron. Lo interrogó Roberto Heriberto Albornoz (lo reconoció por la voz, porque en dos oportunidades anteriores ya había sido interrogado por el imputado). Fue torturado e interrogado durante 10 o 15 días y luego liberado en avenida Ejército del Norte, frente al Hogar San Roque. Como consecuencia de las torturas, la víctima sufre actualmente de graves problemas de salud.
Ezequiel Matías Claudio Pereyra (desaparecido) y María Cristina Verónica Pereyra (liberada)
Matías Claudio Pereyra (militante peronista) fue secuestrado el 6 de julio del 77, las 21.30, mientras se encontraba conversando con su amigo Segundo Juri, en 25 de Mayo y Santa Fe. Fueron abordados por tres hombres armados que vestían de civil y llevaban ponchos negros largos. Dos de ellos introdujeron a Pereyra en el interior de un automóvil Ford Falcón verde, sin chapa patente mientras lo encañonaban con un revólver en el cuello. Fue trasladado al CCD de Jefatura de Policía, según declararon testigos.
A los tres meses del secuestro, su hermana, María Cristina Verónica Pereyra, fue secuestrada y llevada al CCD de Jefatura de Policía. Allí pudo escuchar a su hermano. Ezequiel prestó declaración bajo tortura y figura en una lista elaborada por la policía de la provincia titulada "Indice de declaraciones de Delincuentes Subversivos" con la sigla DF, que indica que su ejecución fue decidida por la llamada "Comunidad Informativa de Inteligencia".
María Cristina fue liberada y Matías Claudio continúa desaparecido
Javier Hipólito Centurión (desaparecido)
Tenía 39 años, estaba casado, tenía dos hijos, trabajaba en un taller mecánico y cursaba el 6º año de la carrera de ingeniería mecánica en la Universidad Tecnológica Nacional. Era militante de la Juventud Peronista.
El 19 de agosto del 76, alrededor de las 20.30, cuando salía del bar "Il Sorpasso" (Mendoza 536), donde había estado con unos amigos, fue interceptado en Mendoza y 25 de Mayo, por un automóvil Torino cuatro puertas, color azul/celeste, chapa patente de Capital Federal, del que descendieron cinco hombres vestidos de civil y portando armas cortas y largas, entre ellos Ricardo Oscar Sánchez y Froilán Ruiz (a) "Carpincho" y lo introdujeron en el coche.
El secuestro fue presenciado por amigos de Centurión, desde la vereda del bar. Dos de ellos, Dante Orlando Santilli y Romelio Rolando Maciel, subieron a su automóvil y siguieron al Torino. Así pudieron comprobar que el automóvil donde era trasladado Centurión se dirigió hasta la ex Jefatura de Policía. En ese CCD fue visto por un testigo entre agosto y octubre de 1976. Centurión prestó declaración bajo tortura y figura en una lista elaborada por la policía de la provincia titulada "Indice de declaraciones de Delincuentes Subversivos", con la sigla DF que indica que su ejecución fue decidida por la llamada "Comunidad Informativa de Inteligencia".
Luego del secuestro, el entonces Comisario Mayor Roque Rubén Rodríguez (jefe del Departamento Operaciones Policiales), le confió al hermano de la víctima, José Centurión, que su hermano se hallaba en la Sección "Confidenciales" y que pronto saldría en libertad. Unas dos semanas después del secuestro, el mismo oficial les dijo a los familiares que Centurión ya no se encontraba en esa dependencia policial.
Hasta la fecha Javier Hipólito Centurión permanece desaparecido.
Carlos Oscar Jiménez (desaparecido)
Era delegado gremial de la fábrica Grafanor, ubicada en Famaillá. El 25 de enero de 1977, a las 21.15, cinco hombres vestidos de civil, que se trasladaban en un furgón Chevrolet blanco, todos encapuchados, con borceguíes, pantalones verdes de fajina, portando armas largas, ingresaron a su domicilio en calle Colón 835, de la ciudad de Concepción, luego de voltear la puerta a patadas. Lo sacaron de la casa y le vendaron los ojos. Todo ocurrió en presencia de su madre, María Corbalán de Jiménez.
Fue visto en la base militar del ex Ingenio Nueva Baviera en el año 1977 y en el CCD de Jefatura de Policía por Raúl Osvaldo Santillán. Prestó declaración bajo tortura, figura en el "Indice de declaraciones de Delincuentes Subversivos" con la sigla DF que indica que su ejecución fue decidida por la llamada "Comunidad Informativa de Inteligencia". Continúa desaparecido.
Demetrio Angel Chamatrópulos (liberado, "bajo vigilancia")
Era guardaparques de la UNT. El 5 de mayo de 77, después de la medianoche, y mientras descendía del cerro San Javier en su camioneta rastrojera, acompañado por la enfermera Eduviges, viuda de Bülow, fueron interceptados por un Ford Falcon color azul, en cuyo interior habían cuatro personas encapuchadas. Mientras uno de los sujetos se retiró con la señora de Bülow en el rastrojero, bajaron a Chamatrópolus, lo golpearon y obligaron a aocstarse el asiento trasero de un Ford Falcon, le pusieron un arma en la cabeza y lo taparon con una capa.
Fue trasladado al CCD de Jefatura de Policía, donde fue encerrado en una especie de celda, con los ojos vendados y maniatado. Fue torturado y acusado de colaborar con los guerrilleros. Pudo divisar a través de un ventiluz la calle Santa Fe. Entre sus captores estaba Luis Armando De Cándido. Le asignaron el número 25, que llevaba escrito en un pedazo de madera terciada y colgado con un hilo. Estuvo cautivo con otras personas, entre ellos Apaza, un abogado de Santiago y escuchó gritos de otros hombres y mujeres que eran torturados.
En una oportunidad pudo ver a Antonio Bussi, Albino Mario Zimmermann y Roberto "el Tuerto" Albornoz, cuando visitaban el lugar donde estaba detenido. Prestó declaración bajo tortura y figura en el "Indice de declaraciones de Delincuentes Subversivos" con la palabra "Libertad".
Fue liberado el 13 de junio del 77 a las 2.30 de la madrugada, luego de un simulacro de fusilamiento, pero continuó bajo vigilancia.
Pedro Antonio Cerviño y José Ramón Cerviño (secuestrados, torturados)
Los hermanos fueron secuestrados el 8 de febrero del 77, en horas de la siesta, cuando regresaban de su trabajo, en la Empresa Industrias Refractarias del Norte S.A. en Lastenia, en su auto AMI 8. Al llegar a la Banda del Río Salí los interceptó un automóvil Peugeot 504, del que bajaron cuatro personas armadas vestidas de civil que los obligaron a bajar del auto y los introdujeron por la fuerza en el asiento trasero del Peugeot, donde los llevaron agachados hasta el CCD de Jefatura de Policía.
Pedro Antonio Cerviño compartió cautiverio con Azucena Nélida de Forti, Pedro Corroto, Ricardo Salinas y su mujer, Griselda Ponce y una señora Margarita. El 7 de marzo de 1977 fue trasladado a la Brigada de Investigaciones de la Policía de Tucumán y sometido a distintos tipos de tormentos que les produjeron secuelas físicas. Recibió amenazas de muerte sobre su familia, las que se materializaron con el posterior secuestro de su madre, Matilde Palmieri de Cerviño.
Posteriormente, fue trasladado al Comando de la V° Brigada de Infantería del Ejército, donde fue interrogado por una persona que decía ser capitán del Ejército, que venía de Buenos Aires por orden del general Suárez Mason.
José Ramón Cerviño, por su parte, estuvo detenido en el CCD de Jefatura de Policía por dos o tres semanas, durante las cuales también fue torturado. Luego lo liberaron y le dieron prisión domiciliaria.
Ambos hermanos fueron sometidos a un Consejo de Guerra, en la V° Brigada de Infantería, el cual fue presidido por el entonces teniente coronel Jorge Carmen Rafael Montero. A Pedro Cerviño lo condenaron a 14 años de prisión por el delito de asociación ilícita calificada en base a una declaración falsa que le hicieron firmar. A José Ramón lo absolvieron. En marzo de 1977 fue trasladado al penal de Villa Urquiza y posteriormente a Sierra Chica donde fue liberado en diciembre de 1982.
José Gabriel Agüero (desaparecido)
El estudiante de medicina fue secuestrado el 21/09/77. Iba con su esposa, Estela Josefina López, a la Terminal de Ómnibus. Fue visto por última vez en la Jefatura de Policía.
Estela Josefina López (desaparecida)
Estaba junto a su esposo, José Gabriel Agüero, la noche en que las fuerzas represivas los secuestraron cuando iban a buscar unos conocidos que llegaban de viaje.
Yolanda Esther Argüello (desaparecida)
La sacaron de su casa de Cebil Redondo en mayo de 1977; fue llevada a la Jefatura, donde la torturaron. La liberaron, pero fue secuestrada a los cuatro meses, estando embarazada.
Lilia Estela Sesto (desaparecida)
Fue abatida por las fuerzas represoras en su casa, ubicada en calle Uruguay al 1.353. El cuerpo fue llevado a la Jefatura, y luego llevado a una fosa del Cementerio del Norte.
Olga del Valle Rabsium (desaparecida)
Estaba en la casa de Lilia Sesto. Junto con ellas fue ultimado un hombre que jamás fue identificado. Sus restos también fueron depositados en el Cementerio del Norte.
Enrique Camilo Sesto (secuestrado)
El padre de Lilia Sesto fue detenido por un policía que habría confesado ser el homicida de su hija. Lo liberaron tras pagar una coima y obligarlo a no seguir indagando.
José Carlos Méndez (secuestrado)
El trabajador rural y militante peronista fue detenido por policías en marzo de 1976. Estuvo en el CCD "La Escuelita" (Famaillá), donde lo torturaron. Fue liberado en mayo.
Gloria y Fernando Curia (desaparecidos)
Los estudiantes, de 23 y 18 años, fueron secuestrados de su casa de la capital en mayo de 1976. Estuvieron alojados en el CCD que funcionó en la ex Jefatura de Policía.
Víctor Manuel Moreira (desaparecido)
El joven de 23 años era estudiante y militaba en la Juventud Peronista. Fue secuestrado en la calle en abril de 1977. Habría sido ejecutado en el CCD de la Jefatura.
Pablo Benito Brito (secuestrado)
En 1976 fue detenido en su trabajo por soldados al mando de Juan Durán (interventor militar de la Fotia). Fue torturado en la Jefatura y en la Brigada de Investigaciones.
María Barrionuevo (desaparecida)
En mayo de 1977 uniformados la secuestraron en su casa de Tafí Viejo. Fue trasladada al CCD de la Jefatura de Policía, donde prestó declaración bajo tortura. Se cree que allí fue ejecutada.
Raúl René Romero y Roberto Valenzuela (desaparecidos)
Fueron secuestrados junto en julio de 1977 de su casa de Luisiana (Cruz Alta). Fueron trasladados al CCD Jefatura de Policía. Habrían sido ejecutados.
Reyes Alcario Romero (desaparecido) y María del Valle Bazán de Romero
El matrimonio fue secuestrado de su casa, en Estación Pacará, departamento Cruz Alte, el 20 de julio del 77. María Bazán estaba embarazada de seis meses. Desvalijaron la casa y quemaron lo que quedó. Reyes continúa desaparecido.
María Cristina Bejas (desaparecida)
La psicóloga, e integrante del Movimiento Familiar Cristiano, fue secuestrada en abril del 77 en la puerta del Colegio Belgrano (Chacabudo y General Paz) por una persona vestida de civil. Un testigo la vio en la Jefatura, donde fue sometida a torturas. Sigue desaparecida.
Elda Calabró (desaparecida)
La abogada laboralista, sin militancia política o social. Fue secuestrada el 15 de junio del 76, cuando iba en el auto con su hermano, Juan Antonio Calabró. Los llevaron al parque 9 de Julio, donde la trasladaron a otro auto y dejaron a su hermano, que los siguió hasta ver que entraban a la Jefatura. Habría sido ejecutada. Sus familiares fueron extorsionados para que dejasen de buscarla.
Juan Manuel Carrizo (desaparecido)
Era contador público nacional y hasta 1968 había sido jefe de contadores fiscales de la Casa de Gobierno. El 20 de mayo del 76 fue secuestrado por el Ejército en Cebil Redondo, para ser trasladado a la Jefatura de Policía. Su cuerpo sin vida fue visto por varios testigos en ese CCD.
Juan Ignacio Cativa (liberado, con secuelas físicas por las torturas)
Era empleado de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán y delegado gremial. El 26 de mayo de 1976 fue despedido por sus actividades políticas y gremiales. El 18 de marzo de 1978, cerca de las 14.30, cuando descendía de un colectivo de la línea 7, en Castro Barros y pasaje Santillán (barrio Kennedy), dos individuos lo interceptaron y lo obligaron a subir en un Ford Falcon verde. Lo trasladaron hasta el CCD de Jefatura de Policía, donde le vendaron los ojos y lo encadenaron. Lo interrogó Roberto Heriberto Albornoz (lo reconoció por la voz, porque en dos oportunidades anteriores ya había sido interrogado por el imputado). Fue torturado e interrogado durante 10 o 15 días y luego liberado en avenida Ejército del Norte, frente al Hogar San Roque. Como consecuencia de las torturas, la víctima sufre actualmente de graves problemas de salud.
Ezequiel Matías Claudio Pereyra (desaparecido) y María Cristina Verónica Pereyra (liberada)
Matías Claudio Pereyra (militante peronista) fue secuestrado el 6 de julio del 77, las 21.30, mientras se encontraba conversando con su amigo Segundo Juri, en 25 de Mayo y Santa Fe. Fueron abordados por tres hombres armados que vestían de civil y llevaban ponchos negros largos. Dos de ellos introdujeron a Pereyra en el interior de un automóvil Ford Falcón verde, sin chapa patente mientras lo encañonaban con un revólver en el cuello. Fue trasladado al CCD de Jefatura de Policía, según declararon testigos.
A los tres meses del secuestro, su hermana, María Cristina Verónica Pereyra, fue secuestrada y llevada al CCD de Jefatura de Policía. Allí pudo escuchar a su hermano. Ezequiel prestó declaración bajo tortura y figura en una lista elaborada por la policía de la provincia titulada "Indice de declaraciones de Delincuentes Subversivos" con la sigla DF, que indica que su ejecución fue decidida por la llamada "Comunidad Informativa de Inteligencia".
María Cristina fue liberada y Matías Claudio continúa desaparecido
Javier Hipólito Centurión (desaparecido)
Tenía 39 años, estaba casado, tenía dos hijos, trabajaba en un taller mecánico y cursaba el 6º año de la carrera de ingeniería mecánica en la Universidad Tecnológica Nacional. Era militante de la Juventud Peronista.
El 19 de agosto del 76, alrededor de las 20.30, cuando salía del bar "Il Sorpasso" (Mendoza 536), donde había estado con unos amigos, fue interceptado en Mendoza y 25 de Mayo, por un automóvil Torino cuatro puertas, color azul/celeste, chapa patente de Capital Federal, del que descendieron cinco hombres vestidos de civil y portando armas cortas y largas, entre ellos Ricardo Oscar Sánchez y Froilán Ruiz (a) "Carpincho" y lo introdujeron en el coche.
El secuestro fue presenciado por amigos de Centurión, desde la vereda del bar. Dos de ellos, Dante Orlando Santilli y Romelio Rolando Maciel, subieron a su automóvil y siguieron al Torino. Así pudieron comprobar que el automóvil donde era trasladado Centurión se dirigió hasta la ex Jefatura de Policía. En ese CCD fue visto por un testigo entre agosto y octubre de 1976. Centurión prestó declaración bajo tortura y figura en una lista elaborada por la policía de la provincia titulada "Indice de declaraciones de Delincuentes Subversivos", con la sigla DF que indica que su ejecución fue decidida por la llamada "Comunidad Informativa de Inteligencia".
Luego del secuestro, el entonces Comisario Mayor Roque Rubén Rodríguez (jefe del Departamento Operaciones Policiales), le confió al hermano de la víctima, José Centurión, que su hermano se hallaba en la Sección "Confidenciales" y que pronto saldría en libertad. Unas dos semanas después del secuestro, el mismo oficial les dijo a los familiares que Centurión ya no se encontraba en esa dependencia policial.
Hasta la fecha Javier Hipólito Centurión permanece desaparecido.
Carlos Oscar Jiménez (desaparecido)
Era delegado gremial de la fábrica Grafanor, ubicada en Famaillá. El 25 de enero de 1977, a las 21.15, cinco hombres vestidos de civil, que se trasladaban en un furgón Chevrolet blanco, todos encapuchados, con borceguíes, pantalones verdes de fajina, portando armas largas, ingresaron a su domicilio en calle Colón 835, de la ciudad de Concepción, luego de voltear la puerta a patadas. Lo sacaron de la casa y le vendaron los ojos. Todo ocurrió en presencia de su madre, María Corbalán de Jiménez.
Fue visto en la base militar del ex Ingenio Nueva Baviera en el año 1977 y en el CCD de Jefatura de Policía por Raúl Osvaldo Santillán. Prestó declaración bajo tortura, figura en el "Indice de declaraciones de Delincuentes Subversivos" con la sigla DF que indica que su ejecución fue decidida por la llamada "Comunidad Informativa de Inteligencia". Continúa desaparecido.
Demetrio Angel Chamatrópulos (liberado, "bajo vigilancia")
Era guardaparques de la UNT. El 5 de mayo de 77, después de la medianoche, y mientras descendía del cerro San Javier en su camioneta rastrojera, acompañado por la enfermera Eduviges, viuda de Bülow, fueron interceptados por un Ford Falcon color azul, en cuyo interior habían cuatro personas encapuchadas. Mientras uno de los sujetos se retiró con la señora de Bülow en el rastrojero, bajaron a Chamatrópolus, lo golpearon y obligaron a aocstarse el asiento trasero de un Ford Falcon, le pusieron un arma en la cabeza y lo taparon con una capa.
Fue trasladado al CCD de Jefatura de Policía, donde fue encerrado en una especie de celda, con los ojos vendados y maniatado. Fue torturado y acusado de colaborar con los guerrilleros. Pudo divisar a través de un ventiluz la calle Santa Fe. Entre sus captores estaba Luis Armando De Cándido. Le asignaron el número 25, que llevaba escrito en un pedazo de madera terciada y colgado con un hilo. Estuvo cautivo con otras personas, entre ellos Apaza, un abogado de Santiago y escuchó gritos de otros hombres y mujeres que eran torturados.
En una oportunidad pudo ver a Antonio Bussi, Albino Mario Zimmermann y Roberto "el Tuerto" Albornoz, cuando visitaban el lugar donde estaba detenido. Prestó declaración bajo tortura y figura en el "Indice de declaraciones de Delincuentes Subversivos" con la palabra "Libertad".
Fue liberado el 13 de junio del 77 a las 2.30 de la madrugada, luego de un simulacro de fusilamiento, pero continuó bajo vigilancia.
Pedro Antonio Cerviño y José Ramón Cerviño (secuestrados, torturados)
Los hermanos fueron secuestrados el 8 de febrero del 77, en horas de la siesta, cuando regresaban de su trabajo, en la Empresa Industrias Refractarias del Norte S.A. en Lastenia, en su auto AMI 8. Al llegar a la Banda del Río Salí los interceptó un automóvil Peugeot 504, del que bajaron cuatro personas armadas vestidas de civil que los obligaron a bajar del auto y los introdujeron por la fuerza en el asiento trasero del Peugeot, donde los llevaron agachados hasta el CCD de Jefatura de Policía.
Pedro Antonio Cerviño compartió cautiverio con Azucena Nélida de Forti, Pedro Corroto, Ricardo Salinas y su mujer, Griselda Ponce y una señora Margarita. El 7 de marzo de 1977 fue trasladado a la Brigada de Investigaciones de la Policía de Tucumán y sometido a distintos tipos de tormentos que les produjeron secuelas físicas. Recibió amenazas de muerte sobre su familia, las que se materializaron con el posterior secuestro de su madre, Matilde Palmieri de Cerviño.
Posteriormente, fue trasladado al Comando de la V° Brigada de Infantería del Ejército, donde fue interrogado por una persona que decía ser capitán del Ejército, que venía de Buenos Aires por orden del general Suárez Mason.
José Ramón Cerviño, por su parte, estuvo detenido en el CCD de Jefatura de Policía por dos o tres semanas, durante las cuales también fue torturado. Luego lo liberaron y le dieron prisión domiciliaria.
Ambos hermanos fueron sometidos a un Consejo de Guerra, en la V° Brigada de Infantería, el cual fue presidido por el entonces teniente coronel Jorge Carmen Rafael Montero. A Pedro Cerviño lo condenaron a 14 años de prisión por el delito de asociación ilícita calificada en base a una declaración falsa que le hicieron firmar. A José Ramón lo absolvieron. En marzo de 1977 fue trasladado al penal de Villa Urquiza y posteriormente a Sierra Chica donde fue liberado en diciembre de 1982.
Fuente:CasaPueblos
Envío:Andrea Benítes-Dumont
17.11.2012
le enviaron una carta a su oficina del consejo de la magistratura Imputados por la represión le pidieron al juez Recondo que intervenga por ellos
Elogiaron su papel en defensa del Grupo Clarín ante "el embate avasallador y dictatorial del gobierno".
Esperan sus recomendaciones.
Cuatro imputados en una causa por delitos de lesa humanidad le escribieron una carta al camarista en lo civil y comercial y consejero de la Magistratura, Ricardo Recondo, para que intervenga por ellos en el marco de la investigación que se desarrolla en la provincia de Tucumán, pedido que el magistrado dejó asentado en un expediente en el Consejo de la Magistratura, reveló ayer la agencia de noticias Télam.
La carta que recibió Recondo, fechada el 26 de octubre en San Miguel de Tucumán, lleva la firma de Augusto Neme, Jorge Lazarte, Juan Abraham y Fernando Torres, todos imputados en el marco de la megacausa por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar cuyo juicio oral comenzó esta semana en esa capital provincial.
Según se desprende de la misiva a la que accedió la agencia de noticias Télam, los imputados intentaron convocar a Recondo tras ver el papel que desempeñó en defensa de los intereses del Grupo Clarín al intentar designar arbitrariamente a los jueces que deben fallar respecto del pedido de inconstitucionalidad del grupo sobre un artículo de la nueva Ley de Medios.
"Estimado doctor, verlo defendiendo junto a otros distinguidos argentinos, el órgano constitucional del Consejo de la Magistratura, soportando personalmente el embate avasallador y dictatorial del gobierno actual nos abre una esperanza", le escriben con tono de camaradería.
En concreto, estos hombres acusados, entre otras cosas, de privación ilegítima de la libertad y de torturas, le señalan al magistrado que "lo óptimo sería contar con su grata presencia o alguien que lo represente, y de última seguir el debate por teleconferencia".
En el mismo tono, le señalan que "cualquier cosa que usted decida para nosotros será un verdadero mundo" y le aseguran que "el simple anuncio de su presencia en cualquier momento del debate, ayudará a equilibrar la balanza".
Según consigna Télam, al recibir la carta, el magistrado decidió no desechar la misiva, sino que, por el contrario la remitió al presidente del Consejo, Manuel Urriza, para que decidiera qué hacer con ella. El reenvío de la correspondencia de Recondo a Urriza, "a los efectos que estime corresponder", se produjo el 13 de noviembre y también quedó registrado en el expediente.
Los firmantes se encuentran imputados en la megacausa por delitos de lesa humanidad cometidos en Tucumán entre 1976 y 1982, en perjuicio de 235 víctimas que habrían sido vistas o se supo que estuvieron en los centros clandestinos que funcionaron en la Jefatura de Policía y el Arsenal Miguel de Azcuénaga.
Fuente:TiempoArgentino
17.11.2012
le enviaron una carta a su oficina del consejo de la magistratura Imputados por la represión le pidieron al juez Recondo que intervenga por ellos
Elogiaron su papel en defensa del Grupo Clarín ante "el embate avasallador y dictatorial del gobierno".
Esperan sus recomendaciones.
Cuatro imputados en una causa por delitos de lesa humanidad le escribieron una carta al camarista en lo civil y comercial y consejero de la Magistratura, Ricardo Recondo, para que intervenga por ellos en el marco de la investigación que se desarrolla en la provincia de Tucumán, pedido que el magistrado dejó asentado en un expediente en el Consejo de la Magistratura, reveló ayer la agencia de noticias Télam.
La carta que recibió Recondo, fechada el 26 de octubre en San Miguel de Tucumán, lleva la firma de Augusto Neme, Jorge Lazarte, Juan Abraham y Fernando Torres, todos imputados en el marco de la megacausa por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar cuyo juicio oral comenzó esta semana en esa capital provincial.
Según se desprende de la misiva a la que accedió la agencia de noticias Télam, los imputados intentaron convocar a Recondo tras ver el papel que desempeñó en defensa de los intereses del Grupo Clarín al intentar designar arbitrariamente a los jueces que deben fallar respecto del pedido de inconstitucionalidad del grupo sobre un artículo de la nueva Ley de Medios.
"Estimado doctor, verlo defendiendo junto a otros distinguidos argentinos, el órgano constitucional del Consejo de la Magistratura, soportando personalmente el embate avasallador y dictatorial del gobierno actual nos abre una esperanza", le escriben con tono de camaradería.
En concreto, estos hombres acusados, entre otras cosas, de privación ilegítima de la libertad y de torturas, le señalan al magistrado que "lo óptimo sería contar con su grata presencia o alguien que lo represente, y de última seguir el debate por teleconferencia".
En el mismo tono, le señalan que "cualquier cosa que usted decida para nosotros será un verdadero mundo" y le aseguran que "el simple anuncio de su presencia en cualquier momento del debate, ayudará a equilibrar la balanza".
Según consigna Télam, al recibir la carta, el magistrado decidió no desechar la misiva, sino que, por el contrario la remitió al presidente del Consejo, Manuel Urriza, para que decidiera qué hacer con ella. El reenvío de la correspondencia de Recondo a Urriza, "a los efectos que estime corresponder", se produjo el 13 de noviembre y también quedó registrado en el expediente.
Los firmantes se encuentran imputados en la megacausa por delitos de lesa humanidad cometidos en Tucumán entre 1976 y 1982, en perjuicio de 235 víctimas que habrían sido vistas o se supo que estuvieron en los centros clandestinos que funcionaron en la Jefatura de Policía y el Arsenal Miguel de Azcuénaga.
Fuente:TiempoArgentino
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