3 de diciembre de 2012

CÓRDOBA: El juicio por La Perla: CON 46 ACUSADOS, MAñANA COMIENZA EL PROCESO ORAL.

CON 46 ACUSADOS, MAñANA COMIENZA EL PROCESO ORAL EN CORDOBA
El juicio por La Perla
Por Alejandra Dandan
El centro clandestino empezó a funcionar el 24 de marzo del ’76
“Mi viejo formó parte de una generación de revolucionarios, ése es el mejor mensaje que nos dejó; como hijos nunca hemos dejado de soñar en el país que ellos soñaron, un país con justicia para todos, educación, salud, trabajo, vivienda, el mejor ejemplo que cualquier hijo puede esperar encontrar de su padre. Pero más allá de la reparación de mi viejo, este juicio representa para los que somos cordobeses, por fin, la puerta de la justicia que se abre por tantos crímenes cometidos en La Perla. Como militante política, hoy estamos festejando por lo que el martes va a comenzar.”

Silvia Di Toffino es presidenta de Hijos Córdoba y una de los cuatro hijos de Tomás Di Toffino, dirigente gremial de Luz y Fuerza que desde la intervención del sindicato y fundamentalmente después de la muerte de Agustín Tosco en 1975 quedó a cargo en la clandestinidad de lo que se nombró como la “resistencia gremial”. Fue secuestrado en noviembre de 1976 y lo asesinaron en febrero de 1977. A partir de mañana, su “caso” será revisado en el contexto del juicio que comienza en Córdoba con características de megacausa y que tomará a su padre no sólo en términos individuales, sino como parte del plan de persecución y exterminio a los integrantes de los gremios combativos que nutrieron las luchas políticas de esa provincia, uno de los ejes importantes del juicio.

“Vamos a estar viendo el campo de concentración por el que pasaron 2500 víctimas, entre las que estuvo la mayor cantidad de comisiones internas y gremiales del país”, dice Claudio Orosz, abogado querellante de los organismos de derechos humanos. “El 38 por ciento de los desaparecidos de Córdoba son integrantes de las comisiones internas e integrantes del frente de gremios en lucha, por eso en el juicio vamos a ver cómo realmente funcionó el terrorismo de Estado acá que, a diferencia del resto del país, estuvo caracterizado por la presencia de un sindicalismo combativo que no se quedaba en las reivindicaciones socioeconómicas sino que iba por más, bajo el espíritu de época que estaba muy arraigado.”

El juicio que comienza es acaso el más importante de la provincia en términos numéricos, y uno de los más grandes que se lleva a cabo en el país. Por el impulso de los organismos de derechos humanos que insistieron para que se acumulen los expedientes, el juicio reunió 16 causas de 420 víctimas que pasaron por los centros clandestinos de detención de La Perla y La Rivera. Entre ellas, 350 pasaron por La Perla, que empezó a funcionar el 24 de marzo de 1976, y otras 70 u 80 son víctimas que cayeron antes del golpe de Estado en manos del Comando Libertadores de América de sectores la derecha peronista, nutrido de policías y militares.

Además de dirigentes gremiales como los hermanos Ortega de Sitrac-Sitram, se examinarán casos esperados durante años, como la apropiación del nieto de Sonia Torres, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba, que es a la vez la primera causa de apropiación de niños en la provincia. También el atentado con una bomba a la familia de Mariano Pujadas, fusilado en la Masacre de Trelew. Y los dirigentes montoneros Marcos Osatinsky y Horacio “Chacho” Pietragalla, en la reconstrucción de cuya historia su hijo Horacio Pietragalla –hoy diputado por el FpV– supo que estuvo en la D2 durante unos días y luego lo fusilaron al costado de una ruta. Su hijo recuperó los restos de su padre enterrados en una fosa común en el cementerio de San Vicente de Córdoba en 2003, poco después de haber recuperado su propia historia. “Recuperé los restos y toda la documentación, todas las pruebas para poder llegar un día a un juicio –dice él–, así que obvio que esperaba este juicio hace años, un poco de reparación viene bien.”

En el banquillo de acusados, frente al Tribunal Oral Federal Nº 1 de Córdoba, habrá 46 represores. Entre ellos, Luciano Benjamín Menéndez y los ex directores del centro clandestino de La Perla, Héctor Pedro Vergez y Ernesto Barreiro, que serán juzgados por primera vez en esa provincia. Vergez, que luego pasó a Buenos Aires, fue uno de los líderes del Comando Libertadores de América. Barreiro es una de las figuras paradigmáticas de la represión en esa provincia, la persona que en la Semana Santa del ‘87 se negó a declarar en los tribunales federales, a partir de lo cual comenzaron las escaladas de levantamientos contra la democracia y que derivaron en la leyes de Obediencia Debida y Punto Final, recuerdan también desde la querella. Además serán juzgados 18 policías provinciales y Jorge Exequiel Acosta y Luis Gustavo Diedrichs, los últimos ex jefes de sección del Destacamento de Inteligencia 141, cuya base operativa era La Perla.

“El juicio que cubrirá el período de 1975 a 1978 es una muestra importante de lo que fue la represión en la provincia, de la que va a surgir la dimensión de un genocidio pensando que fueron 500 víctimas”, dice el fiscal Carlos Gonella, a cargo de la acusación. “Con esta causa vamos a tener una muestra representativa de lo que fue el horror sufrido durante la última dictadura cívico-militar en el mayor campo de concentración de Córdoba, La Perla”, que definió como “nuestro Auschwitz”.

Como está empezando a suceder en el juicio de ESMA III, la magnitud de la causa permitirá ver lo singular y lo sistemático. Gonella explica que uno de los puntos será la complicidad civil, porque muchos de los familiares de los desaparecidos hicieron pedidos de hábeas corpus que fueron rechazados sistemáticamente por operadores del Poder Judicial. Recuerda que es el primer juicio que investiga la sustracción de un bebé en un caso donde la querella de Abuelas sitúa la intervención de las monjas del Buen Pastor. Además es posible que surjan denuncias por violencia sexual.

Los acusados serán juzgados por privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados, lesiones gravísimas y homicidios calificados en los casos en los que aparecieron los cuerpos. Durante el debate, la fiscalía no descarta que puedan probarse otros homicidios, aun sin la presencia de los cuerpos, siguiendo las reformulaciones que sobre este aspecto vienen haciéndose en otros juicios.
Fuente:Pagina12

Se estima que tardará un año y medio en llegar a etapa de sentencia La Perla: Por la demanda de 500 víctimas y con más de 700 testigos comienza el martes el juicio oral
Vista parcial de la sala de audiencias del TOF, en Córdoba.
Córdoba.- Más de 700 testigos aportarán sus declaraciones, a partir del martes, en el juicio oral y público por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar, en el marco de la mega causa del ex centro clandestino de detención La Perla, cuyo principal imputado es el multicondenado represor Luciano Benjamín Menéndez. Según indicó a Télam el fiscal subrogante de la causa, Carlos Gonella, La Perla "es una de las causas más grandes del país y la más importante de Córdoba, con aproximadamente 500 víctimas y más de 700 testigos entre familiares, víctimas sobrevivientes y personal perteneciente a fuerzas de seguridad".
Durante el juicio, ante el Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba se sentarán en el banquillo de los acusados 46 represores, entre los cuales están Luciano Benjamín Menéndez, Ernesto Guillermo Barreiro, Jorge Exequiel Acosta y Luís Gustavo Diedrichs, los últimos tres jefes de sección que tuvo el Destacamento de Inteligencia 141, cuya base operativa era el ccd La Perla. También se encuentran imputados Luís Alberto Manzanelli y Arnoldo José López (torturadores de La Perla); Carlos Alfredo Yanicelli y Yamil Jabour, ex miembros del Departamento de Informaciones de la policía de la provincia (D-2); y Hector Pedro Vergez, ex jefe de La Perla, entre otros.

Gonella destacó que la megacausa "cubre un amplio espectro de hechos que van desde fines de 1975, en los que intervinieron elementos policiales y militares integrantes de los Comandos Libertadores de América (CLA), versión local de la Triple A". El funcionario judicial precisó que en esta causa también figuran "los hechos cometidos durante los años 1976 y 1978 en el Departamento de Informaciones de la policía de la provincia (D-2), en La Perla y en el ex centro clandestino de detención La Ribera". "Los delitos que se imputan -agregó- son privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados, lesiones gravísimas y homicidios calificados, entre otros".

Esta megacausa, cuyo juicio se estima durará alrededor de un año y medio, "es el resultado de la acumulación de 16 causas que se tramitaban por separado en la instrucción, hasta que se dispuso su integración siguiendo los lineamientos sugeridos por la Unidad Fiscal de DD.HH. de la Procuración General de la Nación y luego por la Cámara Nacional de Casación Penal", puntualizó el fiscal.

Gonella precisó: "Con esta causa vamos a tener una muestra representativa de lo que fue el horror sufrido durante la última dictadura cívico-militar en el mayor campo de concentración de Córdoba, La Perla", al que calificó como "nuestro Auschwitz".

El edificio donde funcionó el campo de concentración La Perla, ubicado sobre la Ruta Nacional 20 -que une las ciudades de Córdoba y Carlos Paz-, funcionó como centro clandestino desde 1976 a 1978 bajo la órbita del III Cuerpo de Ejército, a cuyo frente estaba el represor Menéndez.

La Perla fue el epicentro de la política de desaparición forzada de personas en la provincia y, según testimonios de sobrevivientes y organismos de derechos humanos, por ese lugar pasaron entre 2.200 y 2.500 personas. La Perla estaba operativamente conducida por la sección de Operaciones Especiales del Departamento de Inteligencia 141 "General Iribarren", con asiento en la ciudad de Córdoba.

El 24 de marzo de 1976 "La Perla" ya funcionaba como centro clandestino de detención, dejó de hacerlo a fines de 1978 y en marzo de 1979 el predio pasó a ser utilizado como guarnición militar de paracaidistas, destino que tuvo hasta el 23 de marzo de 2007. Posteriormente, el 24 de marzo de 2007, el ex presidente Nestor Kirchner encabezó el acto mediante el cual la Nación cedió el predio a la Comisión Provincial de la Memoria de Córdoba para su funcionamiento como Sitio de Memoria.

En la actualidad, La Perla es un Espacio para la Memoria y la Promoción de Derechos Humanos: se abrió al público el 24 de marzo de 2009 y forma parte de la Red Federal de Sitios de Memoria. El proceso de enjuiciamiento que comenzará el martes estará a cargo del Tribunal Oral Federal 1, integrado por los jueces Jaime Díaz Gavier, Julián Falcucci y José Quiroga Uriburu, y las audiencias se llevarán a cabo de martes a jueves de cada semana.

Este juicio, conocido también como "Menéndez III", será el quinto por delitos de lesa humanidad en Córdoba. La acusación estará a cargo del fiscal subrogante, Carlos Gonella, en tanto que las defensas serán ejercidas por los integrantes de la Unidad Móviles de Letrados de la Defensoría General Pública y por defensores particulares.

De los cuatro juicios realizados en Córdoba, en tres de ellos estuvo sentado en el banquillo de los acusados Menéndez: en los tres recibió sentencias condenatorias de prisión perpetua.

Los juicios precedentes
Cuatro juicios por delitos de lesa humanidad durante la dictadura cívico militar se realizaron en la provincia de Córdoba, y en tres de ellos fue condenado a prisión perpetua el represor Luciano Benjamín Menéndez, quien hasta el momento es el genocida que recibió mayor cantidad de sentencias.

En julio de 2008, por el secuestro, tortura y muerte de cuatro jóvenes militantes políticos ocurridos en 1977, fueron condenados a prisión perpetua, además de Menéndez, el ex sargento primero de la policía cordobesa Carlos Alberto Díaz, el agente civil de inteligencia de la Side Ricardo Lardone, y los sargentos primeros del Ejército Luis Alberto Manzanelli y Orestes Padován A 22 años de prisión fueron condenados el teniente primero Jorge Exequiel Acosta y el coronel (R) Hermes Oscar Rodríguez; y a 18 años el sargento primero del Ejército Carlos Alberto Vega.

En diciembre de 2009, por violaciones a los derechos humanos en un juicio que acumuló tres causas (Albareda, Morales y Moyano), Menéndez fue condenado nuevamente a prisión perpetua junto al policía de Córdoba Hugo Britos; el coronel Rodolfo Aníbal Campos y el comisario de Córdoba César Cejas. En tanto, a 16 años fue condenado el cabo de la Policía Federal Miguel Angel Gómez.

En diciembre de 2010, por la muerte de 31 presos políticos alojados en la Unidad Penitenciaria San Martín (UP1), aplicando la `Ley de Fugas` -además de secuestros y torturas en contra de un civil y cinco miembros del entonces Departamento de Informaciones Policiales (D2), sindicados como infiltrados en las organizaciones políticas opositoras en 1976-, fueron condenados a perpetua Menéndez y Jorge Rafael Videla. También fueron condenados a la pena máxima los militares (e3n situación de retiro) Vicente Meli, Mauricio Poncet, Raúl Fierro, Jorge González Navarro, Gustavo Alsina, Pedro Mones Ruiz y Miguel Angel Pérez.

El máximo de la pena se extendió a los policías retirados Carlos Yanicelli, Miguel Angel Gómez, Luis Lucero, Calixto Flores, Yamil Jabour, Marcelo Luna y Ramón Molina.

En cuanto a los restantes imputados, Hermes Rodríguez fue condenado a 12 años; José San Julián, a 6 años; Juan Húber, a 14 años; Víctor Pino Cano, a 12 años; Carlos Hibar Pérez, a 10 años; Mirta Antón, a 7 años; y Fernando Rocha, a 8 años.

En marzo de este año, por la causa conocidad como "Menéndez III" por el asesinato de los jóvenes militantes de la JUP Carlos Delfín Oliva, Ana María Villanueva y Jorge Diez, ocurrido el 2 de junio de 1976, fueron condenados a prisión perpetua los integrantes del Comando Radioeléctrico de la policía de la provincia Pedro Nolasco Bustos, José Olivieri y Jorge Woroná. 

Fuente:Telam


El martes 04 de diciembre a las 10hs. comienza el juicio “La Perla”. Se trata del quinto proceso oral y público por violaciones a los DDHH cometidas en la provincia de Córdoba durante la última dictadura cívico-militar que se llevará adelante en nuestra ciudad.
Los crímenes que se juzgan allí fueron cometidos, principalmente, en el centro clandestino de detención y exterminio “La Perla”, siendo algunos hechos ocurridos en “Campo de La Ribera” y el D2 entre los años 1975 y 1978. El proceso oral y público juzgará la responsabilidad de 45 imputados que cometieron delitos contra 416 víctimas. Las audiencias se llevarán adelante en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1.

Será Justicia – El Diario de los juicios en Córdoba, es una publicación impulsada por los organismos de Derechos Humanos de Córdoba, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Córdoba e H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), que realiza la cobertura periodística de los juicios por delitos de Lesa Humanidad que se siguen en la provincia de Córdoba.

Se adjunta en este correo una edición especial con motivo del inicio de este juicio.

Si querés enviar sugerencias, aportes, comentarios, u obtener números anteriores del periódico, escribinos a: Info.serajusticia@gmail.com

Se agradece su lectura y difusión.
Envío:AexPPCdba.


El asesinato de los Pujadas, de Osatinsky y Pietragalla son algunos casos

Comienza en Córdoba el juicio por delitos cometidos en La Perla

Será el proceso oral más grande que se haya hecho en la provincia. Menéndez, Vergez y Barreiro están entre los 46 imputados. Abarca al centro clandestino La Ribera.


El martes, luego de varias postergaciones, el Tribunal Oral Federal 1 de Córdoba dará inicio al juicio oral más grande que se haya hecho en esa provincia, al acumular 16 causas por delitos de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de La Perla y La Ribera. En el juicio, conocido como Menéndez III, se investigarán casos paradigmáticos de la represión ilegal en esa provincia, como la apropiación del nieto de Sonia Torres, titular de Abuelas de Plaza de Mayo de Córdoba, y el asesinato de la familia de Mariano Pujadas, fusilado en la Masacre de Trelew.
En el banquillo habrá 46 imputados, entre ellos el multicondenado Luciano Benjamín Menéndez, y dos personajes centrales del terrorismo de Estado en Córdoba, Héctor Pedro Vergez y Ernesto Barreiro, ex jefes de La Perla, quienes serán enjuiciados por primera vez en la provincia.

También habrá dos civiles entre los acusados: Francisco José Domingo Melfi y Jorge Omar Heredia, quienes no eran agentes orgánicos de la policía provincial pero prestaban funciones en el Departamento Informaciones Policiales (D2) en calidad de "contratados" e intervenían "especialmente en las prácticas ilegales que allí se realizaban", señala el requerimiento de elevación fiscal.

La magnitud del juicio, por delitos cometidos contra 420 personas, permitirá ver la dimensión real de la represión ilegal en Córdoba ya que incluirá crímenes cometidos antes del golpe de Estado, en relación con el grupo parapolicial y paramilitar Comando Libertadores de América, así como también hechos que involucran a la Policía provincial. Además, se juzgará el funcionamiento del centro clandestino de detención La Ribera, que dejó de funcionar el 24 de marzo de 1976, cuando se inauguró La Perla.

"Es el juicio más grande que se ha hecho en Córdoba, con 700 testigos. Es trascendental para la provincia, la segunda jurisdicción donde el terrorismo de Estado se desató con mayor violencia, y va a demandar mucho esfuerzo durante el año y medio que se extienda el debate", señaló a Tiempo Argentino Carlos Gonella, quien representará a la fiscalía en el juicio.

El joven fiscal destacó que se ventilarán hechos ocurridos desde marzo de 1975 hasta 1978 y opinó: "Cada juicio al terrorismo de Estado es fundamental desde el punto de vista histórico, pero en este caso lo más importante es la magnitud, que permitirá ver lo que fue la represión en todos sus componentes y contribuyentes, como la pata civil."

Una de las causas más voluminosas es la que investiga 82 casos que ocurrieron entre marzo de 1975 y marzo de 1976, y lleva el nombre de Ernesto Barreiro, quien integraba el Grupo Operaciones Especiales del Destacamento de Inteligencia 141 del Ejército.

Barreiro fue uno de los líderes del Comando Libertadores de América, grupo parapolicial y paramilitar que comenzó a funcionar en agosto del '75 con integrantes del Destacamento de Inteligencia 141 y el Departamento Informaciones (D2), y que contaba con el respaldo del Ejército a través del entonces capitán Vergez.

En el juicio, ese grupo será investigado por el asesinato de la familia Pujadas y de cinco estudiantes universitarios bolivianos que cursaban en Córdoba. También integran el expediente el asesinato de los dirigentes Montoneros Marcos Osatinsky y Horacio Miguel Pietragalla, padre del actual diputado y nieto restituido Horacio Pietragalla.

Otra de las causas lleva el nombre de Vergez y la integran 21 casos de secuestro, torturas y desapariciones de personas que pasaron por La Ribera, base de operaciones del Comando Libertadores de América. Los 21 hechos ocurrieron entre el 6 y el 10 de enero de 1976, cuando la Triple A cordobesa realizó una ola de secuestros de militantes políticos, sindicales y estudiantiles, en su mayoría montoneros.

La extensa lista de víctimas la compone una gran cantidad de trabajadores y dirigentes sindicales de base de Córdoba, uno de los blancos centrales de la represión junto con estudiantes y militantes políticos. Uno de los más reconocidos es el caso del sindicalista Tomás Di Toffino, mano derecha de Agustín Tosco, quien fue trasladado a las instalaciones de La Perla y luego asesinado. «
El dato
Religiosos
También se ventilará el secuestro de seis "Misioneros de Nuestra Sra. de La Salette".
FuentedeOrigen:TiempoArgentino

la causa por la apropiación del nieto de sonia torres tiene quince imputados

El primer juicio por apropiación en la provincia

El caso del nieto de Sonia Torres será la primera apropiación en llegar a juicio en la provincia de Córdoba. 


La causa, conocida como Díaz, tiene a 15 imputados por el secuestro y los tormentos de Daniel Orozco y su mujer Silvina Parodi de Orozco, quien estaba embarazada de seis meses. A los acusados, miembros del Grupo de Operaciones Especiales de Inteligencia (O.P.3) del Destacamento de Inteligencia 141, también les imputan la sustracción del niño, mientras que la sustitución de la identidad se sigue en otra causa.
“Para nosotros es importantísimo el inicio del juicio porque esta causa lleva muchísimo años en la justicia federal. Sonia, ni bien desaparecieron su hija y su yerno, presentó habeas corpus y buscó algún dato para ubicarlos, así supo que Silvina había dado a luz un niño y había sido ‘trasladada’ junto con el niño desde el Buen Pastor”, explicó en diálogo con Tiempo Argentino María Teresa Sánchez, una de las abogadas que tendrá Abuelas de Córdoba en el juicio. 

“La causa es de suma importancia por la cantidad de datos que se lograron recuperar de los pasos que siguieron los perpetradores y porque permite suponer que la justicia ha tenido un cambio muy importante respecto de investigar realmente este tipo de delitos y sancionar a quienes los cometieron. Además esto permitiría que otras causas ocurridas en Córdoba pudieran luego llegar a juicio”, analizó la abogada, quien consideró que en el proceso, con otras 15 causas sobre la represión en la provincia, se logrará ratificar que no fue un hecho aislado sino que sólo puede entenderse la apropiación en el contexto de la represión generalizada. 

El secuestro de la pareja ocurrió el 26 de marzo de 1976 a las 18, cuando integrantes del OP3 ingresaron al domicilio de Daniel Orozco y de Silvina Parodi de Orozco, los golpearon, maniataron y los llevaron a La Perla. A los pocos días, Orozco fue trasladado y permanece desaparecido mientras que Silvina permaneció en el centro clandestino hasta el momento de dar a luz. Junto a su hijo fue llevada a la cárcel de mujeres Buen Pastor, donde pasaron juntos algunos días, y luego personal militar se llevó al niño.  Tanto la madre como su hijo permanecen desaparecidos. 

El nacimiento del niño fue acreditado por varios testimonios. Uno de ellos fue el médico Fernando Agrelo, quien logra visitar a Silvina en el Buen Pastor y ver al niño. “El nieto de Sonia Torres era pequeñito, recién nacido, era un lactante materno por lo cual yo le llevé leche maternizada. Lo vi en la sala común  con presas comunes y con algunas monjitas que también estaban”, relató. 

Una presa común relató también haber amamantado a un niño. “Una vez que termino de amamantar el bebé, la monja Figueroa me lo saca y se lo entrega a una gente que estaba en la receptoría del Penal, ellos decían que era la familia biológica pero me quedan serias dudas que eso sea cierto”, sostuvo Mirta Noemí Picco
FuentedeOrigen:TiempoArgentino
Fuente:Agnddhh


Córdoba. Presentaron el libro La Perla: historia y testimonios de un campo de concentración

Recuerdos del horror

Luego de seis años de investigación, con una treintena de testimonios, los periodistas Ana Mariani y Alejo Gómez Jacobo acaban de sacar la primera obra literaria que ahonda sobre este ícono del terrorismo de Estado, por el cual pasaron  más de 2 mil personas. El 27 se inicia el juicio en la provincia. 
Antes, el sólo hecho de pasar por su frente y atravesar,en medio de ametralladoras, la pinza verde del ejército que la custodiaba, le generaba a uno un pánico casi delator. Su edificio púrpura se ocultaba detrás de una loma, y la mera detención accidental del automóvil en sus inmediaciones  podía motivar el secuestro o el acribillamiento de quienes iban en él. No era para menos. Se trata de La Perla, el segundo campo de concentración más cruento de Argentina, ubicado a la vera de la autopista Carlos Paz, cuyo esperado juicio comenzará el 27 de noviembre próximo y tendrá con 43 imputados, 675 testigos y 450 víctimas.
Precisamente, en este marco judicial, luego de seis años de ardua investigación, con una treintena de testimonios, los periodistas Ana Mariani y Alejo Gómez Jacobo, acaban de presentar el libro La Perla. Historia y testimonios de un campo de concentración, la primera obra literaria que ahonda sobre este ícono del terrorismo de Estado, por el cual pasaron  más de 2 mil personas. “Hoy mucha gente pasa por la puerta y se pregunta, ¿qué es la Perla? Es decir la sociedad misma no quiere saber mucho sobre el tema. Porque cuando menos sepan mejor. Justamente este libro lo hicimos para que la gente sepa que esto pasó a pocos quilómetros de donde vivíamos; a pocos kilómetros donde se jugó el mundial” comenta ante Veintitrés Ana Mariani, quien junto a Alejo Gómez-Jacobo, nos cuentan los pormenores de su flamante libro. 

–¿Por qué decidieron escribir sobre La Perla?
Ana Mariani: –Cuando llegué con Sergio Carreras –periodista y editor del libro– a la editorial a entregar el original del libro La vida por delante, obra que relata la desaparición de once alumnos de la escuela secundaria Manuel Belgrano, Sergio me dijo que no debía parar. Que tenía que seguir adelante con La Perla, porque tenía conexiones, dado que los algunos chicos que habían sido secuestrados en el Belgrano fueron a parar a la Perla. Así que le hice caso, seguí, y bueno aquí estoy.

–¿Y por qué La Perla?
A.M.: –Porque consideramos que hay tres hechos que simbolizan lo que fue la dictadura militar en Córdoba: la desaparición de los chicos del Manuel Belgrano, Luciano Benjamín Menéndez y La Perla.

–¿Y Alejo cómo se sumó al proyecto?
A.M.: –Alejo fue a la presentación del libro La vida por delante. Luego me mandó una carta diciéndome que se había quedado toda la noche leyendo el libro y que le había parecido bárbaro. Entonces, como con Sergio pensábamos que alguien me tenía que ayudar a hacer el libro de La Perla, y como Alejo ya había trabajado con él en otro libro, le pregunté si le parecía bien incorporarlo, cosa que Sergio aceptó de inmediato, porque sabía que este libro iba a ser un trabajo más ambicioso que el anterior. Así que lo llamé y él se embaló enseguida.

–El libro se compone exclusivamente por los testimonios de las víctimas. ¿A cuántas personas lograron entrevistar?
Alejo Gómez: –Uf…, mirá, testimonios publicados deben haber unos veinticinco o treinta. Pero el tema fue llegar a ellos, por lo que debemos haber hablado con más de 100 personas en todos estos años.

–¿Y cómo arrancaron?
A.G.: –Primero tuvimos que interiorizarnos nosotros en la historia de La Perla. Así fuimos descubriendo a varios sobrevivientes. Y después, lo que fue un paso más difícil, conocer que había un grupo grande de 17 sobrevivientes, que son los testimonios más importantes, porque son los que más saben, que hasta entonces no habían hablado casi nunca con la prensa.

–¿Por qué?
A.G.: –Es que desde que salieron de La Perla, la mayoría vivió con miedo, amenazados, y sobre todo sentían que sobre ellos había un manto de dudas de porque se habían salvado. Esa demonización de las víctimas nos costó quebrarla y hacerles entender que nosotros sólo queríamos contar lo que había ocurrido, y que la única manera de hacerlo era a través de ellos. Por eso fue más de un año para llegar a ellos, para explicarles toda esta situación, y que ellos no dijeran “bueno, lo vamos a pensar”. Para que te des una idea, arrancamos en el 2006 y recién en enero del 2008 nos pudimos juntar con uno de los sobrevivientes que representaba a la mayoría. Fue recién a partir de allí que empezamos a establecer un vínculo, y luego, recién de eso, vinieron las entrevistas que llegaron a durar tres días, cinco días, una semana entera. Con lo cual, los testimonios son impresionantes y de alto valor histórico.

–Ana, vos siempre trabajaste con el tema de derechos humanos, con lo cual estás empapada del tema. ¿Cuál fue el testimonio que más te impactó?
A.M.: –En realidad, cada  uno tiene algo que te mata. Hay algunos testimonios que son desgarradores. Pero uno de los que más me impactó fue el de Marta Sandrino, que vive en Francia y la pude entrevistar en Barcelona. Ella es de Villa María. Para secuestrarla hicieron un gran operativo, donde rodearon la manzana completa, en un lugar donde Marta estaba reunida con otros compañeros. Ellos pudieron escapar, pero cuando Marta salió, se encontró con un regimiento armado, y recibió un tiro en uno de los hombros, por el cual se cae al piso. De allí la levantan, la suben a un camión, la llevan al Hospital Militar, donde no le extraen la bala, por lo cual queda paralítica. Así, paralítica como estaba la llevan a La Perla y allí la torturaron. Su testimonio fue terrible. Te iba contando detalles de cada lugar a donde la llevaban y cómo la trataban. Sus relatos te muestra la perversidad que estos tipos tenían.

–¿Y por qué existía semejante perversión?
A.M.: –Eran mentalidades que estaban preparada para eso. Para llevar al ser humano al infierno. Muchos de ellos habían sido preparados en las Escuelas de las Américas o en la Escuela Francesa y tenían las últimas novedades de la tortura más atroces; tanto físicas como psíquicas.

–Volviendo un poco al punto anterior, Alejo mencionó que había sobrevivientes que se sentían culpables por haberse salvado. ¿Cómo se explica eso?
A.G.: –Porque ellos vieron morir a todos sus compañeros, todos sus amigos. Y además no había una lógica de por qué salías vivo. Hubo gente que estuvo un año y medio dando nombres, colaborando, ayudando a los militares, y un día las llevaron y las fusilaron.

A.M.: –Claro de repente muchos se preguntaban ¿por qué no a mí?, ¿por qué le tocó a uno que estaba al lado mío? Como dice Alejo, no había una lógica.

–Es decir no había un criterio por el cual te podían matar o no…
A.G.: –No. En los campos de concentración se pierde todo el sentido de la psicología racional que tenemos los seres humanos. Rozando la muerte podías salir, pero salías muerto. Una parte tuya ya moría ahí dentro.

A.M.: –Además muchos nos contaron en el libro que ellos mismos esperaban que se los llevaran. Es decir querían la muerte.

–Imagino, que para la mayoría, hasta el día de hoy deben tener secuelas de su paso por La Perla. ¿Es así?
A.G.: –Sí. Uno de los entrevistados nos comentaba que a él le quedó grabado en la memoria del cuerpo toda la situación vivida en La Perla. A raíz de ello, antes de dormir, durante 30 años, todas las noches cierra las puertas y ventanas de la casa y luego le agarran contracturas. O sea, todo le quedó en los nervios, en el sistema nervioso, más allá de la piel. El tipo decía que tenía, en la constitución de su cuerpo, la marca del campo de concentración.

–Alejo,¿qué te generó esta investigación? ¿Esperabas encontrarte con historias tan duras?
A.G.: –Cuando Ana me llamó yo sabía que me iba a meter en una cosa muy dura, donde podían haber buenos testimonios. Pero luego de verlos a ellos a la cara y hacerles entrevistas de cuatro o cinco horas, hasta el punto de que hacían una especie de regresión y perdían la mirada, me fue generando una mochila muy pesada. Y yo sabía que si el libro no salía, esa mochila me iba a acompañar toda la vida. Porque me sentía hasta un irrespetuoso por tomarles prestadas cosas tan brutales e íntimas. Por eso lo sentí como una responsabilidad muy dura.

–¿Cuánta gente estuvo detenida en La Perla?
A.M.: –Somos reacios a arrojar este tipo de cifras, porque detrás de ella se tejen todo tipo de especulaciones, aunque según testimonios que nosotros recogimos, por La Perla pasaron entre 2.000 y 3.000 personas.

–Mi pregunta apunta a entender ¿por qué siendo un lugar tan siniestro, el periodismo tardó 30 años en escribir sobre este campo de exterminio?
A.G.: –Tiene que ver muchas cosas. Una de ellas es que el nivel de represión que hubo en Córdoba fue tan brutal y tan duro que eso provocó que el tema no se abordara. Además, hoy es una época en la que se puede hablar sobre el tema, porque los sobrevivientes se animaron a hablar. En otros momentos del país hubiese sido mucho más difícil. Es decir, son situaciones sociales y políticas las que van dando y permitiendo abordarlo. Lo cual es bueno porque sobre la represión en Córdoba se puede escribir mucho, dado que todo está en blanco. Es muy poco lo que se ha investigado y profundizado.

–¿Y cómo creen que los cordobeses ven hoy a La Perla?
A.M.: –Hoy mucha gente pasa por la puerta y se pregunta, ¿qué es la Perla? Es decir, la sociedad no quiere saber mucho sobre el tema. Porque cuando menos sepan mejor. Justamente este libro lo hicimos para que la gente sepa que esto pasó a pocos kilómetros de donde vivíamos; a pocos kilómetros donde se jugó el Mundial. Por eso lo que realmente queremos con el libro es que la gente sepa que esto no puede pasar nunca más.

–¿Creen que la represión en general, y La Perla en particular,tuvieron como fin disciplinar a la sociedad?
A.G.: –Claro. Hay estudios muy interesantes donde hablan de cómo la sociedad se vigila a sí misma. O sea es guardián de su propio sistema. Por eso, el terror que desplegaron los militares fue tan brutal, que vos terminabas sospechando de tu vecino y ante cualquier duda lo entregabas. Es decir, la sociedad en algún punto se terminó acoplando a ese gobierno terrorista y de alguna manera se fue haciendo guardián de él. Se fue instalando, en todo el país, el “no te metas”, que duró muchos años y que recién la nuevas generaciones están empezaron a cuestionar.

A.M.: –Durante la dictadura había denuncias de vecinos contra otro vecino. Iban a los militares y les decían directamente, acá se están reuniendo, no sabemos que pasan, y venían los militares y hacían los operativos. Esto fue terrible, por qué despertó lo peor que tenemos todos; la parte más oscura que cualquier ser humano puede tener la llevaron a la superficie.

–Muchos periodistas de la época dijeron que no sabían lo que allí pasaba. ¿Qué piensan de esas excusas?
A.G.: –Hay testimonios de periodistas que decían que sí sabían. Pero que de arriba había órdenes de no hablar. Además, hay que tener en cuenta que los militares sólo fueron el brazo ejecutor del plan implementado por el establishment, que venía con el plan de Martínez de Hoz, y necesitaban de una complicidad muy grande de muchos sectores, inclusive el de la prensa. Por eso si algún periodista sabiendo lo que estaba pasando hubiera querido hacerse el valiente como Rodolfo Walsh, seguramente hubieran seguido el mismo camino que Rodolfo Walsh. Porque si realmente sabías lo que estaba pasando y querías denunciarlo nadie te lo iba a publicar y vos y tu familia iban a quedar al borde de ser secuestrados.

–¿Por qué el libro se compone sólo de los testimonios de sobrevivientes?
A.M.: –Porque nosotros creemos que solamente ellos pueden contar el horror. Quien pasó por el campo de concentración es el único que puede llegar a saber lo que allí pasó y lo que sintió. Nosotros somos meros intermediarios. Creemos que la palabra la tienen ellos. La famosa frase de Flaubert dice“con mi mano quemada escribo sobre la naturaleza del fuego”. Bueno, para nosotros, el que se quemó ahí adentro es el  único que tiene la palabra.

–¿Alguno de los entrevistados, hoy que La Perla es un espacio de la Memoria, pudo volver a visitar La Perla?
A.G.: –Muchos regresaron. Hay un caso muy interesante, que son una pareja de sobrevivientes de La Perla, que luego de salir, se fueron a vivir a las sierras, anularon el pasado, hicieron un nuevo entorno de amigos y tuvieron hijos a los cuales nunca les contaron nada de su pasado. Estuvieron 32 años guardando el secreto hasta que recién, a raíz del primer juicio a Menéndez en el 2008, se sentaron a hablar con los hijos y le contaron toda la historia. Tras ellos, volvieron todos juntos a La Perla y lloraron.

–¿Y por qué lo ocultaron tanto tiempo?
A.G.: –Esta pareja, por ejemplo, luego de 20 años de haber salido de La Perla seguía recibiendo cartas de amenaza de ex militares. Una de ellas la leyeron en el juicio contra Menéndez del 2008 y decía “tengan cuidado, que ya son mayores y correr ya no le es tan fácil.  Les mandamos un abrazo,  sus amigos”. Algo de esto también le pasó a Sonia Torres, a quien el mismo Manzanelli, uno de los torturadores más feroces de La Perla, le ponía autos Falcon en la puerta de su casa. Todo eso se cerró con los juicios de lesa humanidad, porque cuando se acabó la impunidad se propició que muchas víctimas hablaran y contaran lo que le había pasado.

A.M.: –El libro también revela eso. No podés vivir sin contar una cosa así. Sin sacarlo. Sin hacer tu catarsis.

–Para terminar, el 27 próximo comienza el juicio de La Perla. Un juicio para muchos histórico, con 43 imputados, 675 testigos y 450 víctimas. ¿Cómo lo ven?
A.M.: –Es sumamente importante porque ahora se acumularon muchas causas. Y eso creo que es buenísimo para las pobres víctimas que tienen que prestar su testimonios y tienen que ir a declarar dos, tres, o cuatro veces sobre el dolor. Acá hay que tener una cuestión de humanidad sobre todo con los sobrevivientes. Vos no podés, tener todos los años a esta gente, con una espada de Damocles en su cabeza, sometiéndolo a declarar delante de las mismas personas que las torturaron. Además, se han podido acumular muchas causas, reunir muchos testigos, por lo que se calcula que va a durar aproximadamente un año y medio.

–¿Permitirá desnudar de lo que fue la magnitud de este ícono del terror cordobés?
A.G.: –Sin dudas. Así como la causa de la causa del UP1 sirvió para poner en evidencia la complicidad del poder judicial con la dictadura, y gracias a eso hacer que algunos miembros de la Sagrada Familia judicial cordobesa estén hoy presos, el juicio de La Perla, que va a ser más largo y más fuerte todavía, va hacer que salten todos los actores militares, civiles y de poder que estuvieron detrás. No tengo dudas que nos va a permitir ver lo que fue, en toda su magnitud, el terrorismo de Estado. 
FuentedeOrigen:Revista23
Fuente:Agnddhh                                        

No hay comentarios: