4 de diciembre de 2012

ECUADOR.


LUNES, 3 DE DICIEMBRE DE 2012Diferenciales bancarios, impuestos, retribuciones a ejecutivos y crecimientoPor William K. Black (SINPERMISO)
Uno de los rasgos distintivos de la banca, por lo que respecta a las naciones en desarrollo, es el gran diferencial entre los tipos de interés que pagan por los depósitos y los tipos que cargan a los prestatarios. Los académicos se han fijado con frecuencia, en los artículos publicados durante las tres últimas décadas, en los diferenciales excepcionalmente amplios de los países de América Latina.

Según la teoría económica estos diferenciales deberían suponer un gran obstáculo para el crecimiento. Los altos tipos de interés cargados a los prestatarios debería llevar a "mínimos de rentabilidad" muy altos para los proyectos potenciales de quien pide prestado. Las dos implicaciones obvias de los altos mínimos de rentabilidad, discutidas algunas veces en la literatura, son que los empresarios potenciales harán menos inversiones que valgan la pena y que es probable que una mayor parte de préstamos en América Latina se dirija a prestatarios de alto riesgo. Las inversiones de alto riesgo deberían producir, si los mercados financieros son eficientes, mayores retornos, por encima del mínimo rentable. La teoría económica neo-clásica asume como normal que los mercados financieros son eficientes.

La literatura ignora otras dos implicaciones más sutiles que probablemente son más poderosas y dañinas. La literatura neo-clásica asume que cualquier problema con los diferenciales bancarios en América Latina Latina tiene su raíz en el "riesgo moral" – que ellos asumen (implícitamente) que únicamente implica "riesgo". Los economistas autores de estos artículos ignoran sistemáticamente la criminología, la economía y la literatura regulatoria sobre el "fraude", en particular el fraude contable. Tal como explicaron George Akerlof y Paul Romer en su artículo de 1993 ("Estafa: el mundo económico subterráneo de la quiebra rentable"), el fraude contable es una "cosa segura". Produce unos ingresos declarados récord y garantizados (aunque ficticios) a corto plazo. Teniendo en cuenta la forma moderna de retribución de los ejecutivos, los ingresos ficticios harán rico al director ejecutivo y lo harán rápidamente puliendo su estatus social y su ego. Ya he explicado en otras ocasiones como los altos ejecutivos que se dedican al fraude contable pueden utilizar la "receta" de los cuatro ingredientes para maximizar el ingreso declarado (y pérdidas reales) y por lo tanto no repetiré aquí esta discusión.

La literatura económica neoclásica también ignora como el poder de mercado de la banca puede actuar como un "vector" que propaga el poder de mercado a través de la economía real. Cuando los bancos tienen poder de mercado sus ejecutivos pueden sacar beneficios a través de fraudes anti-competitivos. Si los bancos tienen poder de mercado, sus gestores pueden maximizar sus ingresos explotando este poder de mercado para simultáneamente reducir el coste de sus depósitos y aumentar el tipo de interés que cargan a sus prestatarios. El efecto combinado es el aumento del diferencial bancario sin riesgos crediticios adicionales en sus préstamos. Lo que la literatura neoclásica no reconoce es que los prestatarios que a su vez tengan poder de mercado podrán pagar tipos de interés considerablemente más elevados para los préstamos bancarios porque este poder de mercado les permite obtener beneficios supra-normales. Los prestatarios potenciales pueden tener poder de mercado por el hecho de introducir un nuevo producto, por ser amiguetes capitalistas capaces de obtener "beneficios" a través de su habilidad para obtener favores especiales del gobierno, o por ser amiguetes de los dirigentes bancarios.

La teoría económica establece que los bancos pueden obtener importantes diferenciales no competitivos en varias circunstancias. Pueden tener poder de mercado en el mercado de los depósitos o de los préstamos, lo que les permitirá pagar tipos de interés más bajos para los depósitos y cargar tipos de interés más elevados a los prestatarios. Pueden ser prestamistas más eficientes, lo que hará que disminuyan tanto sus costes directos por préstamo como los gastos generales. Pueden ser más hábiles en tomar préstamos, lo que les permitirá pedirlos con menos pérdidas. Estas circunstancias no se excluyen mutuamente. Un banco lo suficientemente grande para tener poder de mercado al prestar, es probable que también lo tenga respecto a los depósitos. La función de prestar y tomar préstamos de un banco puede ser tan superior que dicho banco gane tanta cuota de mercado a sus competidores como poder de mercado obtenido.

El gobierno ecuatoriano ha decidido que la persistencia de los amplios diferenciales que obtienen sus bancos es dañina para la nación y va a adoptar un impuesto que reducirá los beneficios de monopolio ("rentas") de los grandes bancos y las retribuciones de sus altos ejecutivos. Los ingresos resultantes se distribuirán al pueblo de Ecuador. Los bancos y sus aliados políticos aducen que el impuesto y los límites a las retribuciones de los ejecutivos dañarán a los depositantes del banco. Este argumento es incorrecto. En primer lugar, los depositantes no ganan nada cuando los bancos obtienen diferenciales supra-normales. Los depositantes son acreedores del banco – el banco toma prestado de los depositantes. Tal como es norma para los prestamistas, el prestatario no pagará al prestamista ningún interés adicional si el prestamista gana una fortuna invirtiendo el dinero que tomó prestado. Si Ford Motor Co toma prestado emitiendo un bono a un interés del 6 % y utiliza los ingresos del préstamo para desarrollar un nuevo automóvil que resulta excepcionalmente rentable, no va a pagar a los tenedores de bonos un interés mayor en concepto de "bonus" por haber proporcionado los fondos que han producido unos beneficios récord. Lo mismo vale para los depositantes – excepto en el caso de que la propiedad del banco sea cooperativa, lo que no es el caso de los grandes bancos de Ecuador.

La única manera en que los depositantes podrían salir perjudicados sería que el impuesto fuera tan elevado que causara la quiebra del banco. Pero incluso en este caso las pérdidas serían mayoritariamente soportadas por el gobierno de Ecuador debido al seguro de los depósitos. El impuesto de Ecuador se ha establecido a un nivel concebido para que incluso los bancos con los más bajos márgenes de interés neto puedan continuar siendo viables. Si las cifras que los bancos proporcionan al gobierno son auténticas el impuesto no pone en peligro a ningún banco del Ecuador. El seguro de depósitos gubernamental proporciona un incentivo concluyente a Ecuador para no gravar demasiado fuertemente a sus bancos y evitar así su quiebra.

Los límites a las retribuciones de los altos dirigentes bancarios deberían hacer que los depositantes estuvieran mucho más seguros. Una de las principales causas de las catastróficas bancarrotas son los perversos incentivos creados por las modernas retribuciones de los ejecutivos. Las retribuciones modernas de los altos dirigentes bancarios son demasiado altas, se basan principalmente en los ingresos declarados a corto plazo (que pueden ser inflados fácilmente por los mismos dirigentes) y carecen de cláusulas de devolución incluso si los ingresos declarados son ficticios. Economistas,, reguladores financieros competentes y criminólogos han estado advirtiendo durante años de que las retribuciones son criminógenas porque producen incentivos intensamente perversos. La gran mentira acerca de las modernas retribuciones es que "alinean" los intereses de accionistas y ejecutivos. En realidad los alejan más. Este alejamiento, sin embargo, palidece comparado con el conflicto de intereses, que agrava aún más, entre ejecutivos bancarios y depositantes. Los intereses de los altos ejecutivos de los grandes bancos ecuatorianos son hostiles a los intereses de los depositantes. El incentivo de los altos ejecutivos es explotar a los depositantes utilizando el poder de mercado del banco para pagarles un tipo de interés indebidamente bajo. Los altos ejecutivos de los cuatro grande bancos de Ecuador demostraron su desprecio hacia sus depositantes al intentar atemorizarlos, de tal forma que podrían haber causado una retirada infundada.

De forma similar, los altos ejecutivos de los cuatro grandes bancos, en sus infames cartas coordinadas se jactaban del desarrollo económico de Ecuador al pretender que eran sus préstamos los que hacían crecer a las empresas y el empleo en Ecuador. Según su propia lógica, estos altos ejecutivos han sido los causantes de que los cuatro bancos que dominan en Ecuador hayan hecho préstamos mucho menos productivos ya que solo han estado dispuestos a prestar con diferenciales supra-normales. Si hubieran procurado que los bancos que ellos controlan concedieran préstamos a los intereses, más bajos, que hubieran prevalecido sin el poder de mercado de los cuatro bancos, muchos más negocios potenciales hubieran podido superar el, mucho más bajo, "mínimo rentable". Estos nuevos negocios habrían significado decenas de miles de nuevos empleos en Ecuador si se está de acuerdo con la lógica expresada en las cartas de los altos ejecutivos bancarios. Los altos ejecutivos de los cuatro grandes bancos ecuatorianos son uno de los peores lastres de la economía ecuatoriana. Han reducido los préstamos, la formación empresarial y el empleo en Ecuador.

Bill Black es el autor de "La mejor forma de robar un banco es poseerlo" y profesor asociado de economía y derecho en la Universidad de Missouri-Kansas City. Ha pasado varios años trabajando en políticas de regulación y prevención del fraude como Director Ejecutivo del Instituto para la prevención del fraude, Director de litigios en el Consejo de administración del Banco federal de préstamos locales y Director delegado de la Comisión nacional para la reforma, recuperación y cumplimiento de las instituciones financieras, entre otros puestos.

Traducción: Anna Maria Garriga.
Fuente:Argenpress

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