LUNES, 4 DE MARZO DE 2013
Alcaldesa estadounidense defiende inocencia de antiterrorista cubano
Por Deisy Francis Mexidor (PL)
La alcaldesa de Richmond, en California, Gayle McLaughlin, abogó porque el gobierno de su país escuche los argumentos que amparan la inocencia de Gerardo Hernández, uno de cinco antiterroristas cubanos, prisioneros políticos en Estados Unidos desde 1998.
Hernández "no tuvo nada que ver con el derribo de dos aviones de (la organización terrorista) Hermanos al Rescate en 1996", afirmó McLaughlin.
La funcionaria señaló que el gobierno de su país debe darle la posibilidad al condenado "de saber cuáles fueron las supuestas pruebas que se usaron en su contra que lo sentenciaron a pasar el resto de su vida en prisión".
McLaughlin respaldó la demanda interpuesta en 2010 por el Centro de Derechos Humanos y Constitucionales (CDHC) de Los Ángeles, en la cual se exige a la administración estadounidense transparencia, a partir del Acta de Libertad de Información (FOIA, por su sigla en inglés).
El Centro solicita que sean revelados los documentos acerca de los vuelos ilegales de las avionetas de la organización anticubana, que en reiteradas ocasiones violaron el espacio aéreo de la nación caribeña sin que la Casa Blanca tomara medidas al respecto, pese a las advertencias de La Habana.
Grupos solidarios han planteado que de darse a conocer todos los expedientes relacionados con el derribo, incluidas las imágenes satelitales celosamente guardadas por Washington hace 17 años, se despejarían muchas interrogantes, la principal la inocencia de Hernández.
Según la alcaldesa el CDHC está "haciendo un trabajo muy importante en la búsqueda de transparencia, porque además todas las personas amantes de la justicia tienen derecho a saber qué oculta Estados Unidos en este caso".
Por el cargo de conspiración para cometer asesinato, referido al incidente de las avionetas, un tribunal de Miami le impuso a Gerardo Hernández en diciembre de 2001 una de las dos sentencias de por vida que pesan en su contra.
Gayle McLaughlin ha expresado reiteradamente su solidaridad con la causa de los Cinco, como son conocidos a nivel mundial Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González (este último en libertad supervisada en Estados Unidos desde 2011).
El 5 de junio de 2012, la gobernate local envió una carta al presidente Barack Obama en la cual le pidió "un gesto humanitario para poner fin a esta arbitrariedad" (de la prisión de los antiterroristas).
Según escribió entonces, una solución en ese sentido sería un mensaje claro al mundo, una importante base para mejorar (las inexistentes) relaciones entre los dos países.
Los Cinco fueron arrestados el 12 de septiembre de 1998 en la ciudad de Miami cuando monitoreaban los actos criminales planificados, financiados y ejecutados por grupos extremistas de origen cubano que han ocasionado más de tres mil 400 víctimas fatales en la isla en las últimas cinco décadas.
Washington rompió nexos diplomáticos con La Habana el 3 de enero de 1961, un año después, el 3 de febrero de 1962, el entonces presidente John F. Kennedy firmó un decreto que oficializó el bloqueo económico y comercial de su país contra Cuba.
McLaughlin, quien visitó por primera vez la nación antillana en 1986, aseguró en una entrevista anterior con esta agencia que desde ese año siente una conexión enorme con Cuba.
LUNES, 4 DE MARZO DE 2013
La política en Cuba Hoy
Por Jorge Gómez Barata
Para ser ministro, diputado o presidente en Cuba, lo primero es no desearlo ni buscarlo. En la Isla las funciones políticas son ejercidas como deberes, a veces a regañadientes y siempre de modo temporal. Algunos presuntos entendidos de buena o mala fe, aunque igualmente equivocados, anuncian que Raúl Castro: “Ha designado a Miguel Díaz-Canel Bermúdez como su sucesor…”.
Aunque disfruta de enorme influencia, el mandatario cubano no tiene ese poder, con certeza no lo quiere y, excepto circunstancias sobrevenidas, quien lo suceda a término tendrá que ser electo o reelecto diputado, elevado por la Asamblea Nacional al Consejo de Estado y en otra votación (todas secretas) designado presidente de ese órgano. En Cuba el presidente no designa al vicepresidente sino que lo hace una asamblea de más de 600 diputados, tampoco el vice presidente es un sucesor, excepto en la eventualidad de que falte el presidente.
Como cualquier otro de los secretarios provinciales del Partido, por lo general universitarios que han realizado su servicio social, militado en la juventud comunista y en las organizaciones estudiantiles y, en el caso de los varones, cumplido el servicio militar, Miguel Díaz-Canel que ejerció esa función en las provincias de Villa Clara y en Holguín a lo largo de unos veinte años cuenta con formación y experiencia suficiente como para asumir tareas mayores.
Los secretarios del Partido en las provincias cubanas son las máximas autoridades políticas y gubernamentales en ese nivel, orientan a las organizaciones sociales y de masas, son responsables por la aplicación de las políticas económicas y sociales y ejercen la presidencia del Consejo de Defensa; de ese modo se entrenan en todas las funciones que normalmente realizan los jefes de gobierno, excepto en la conducción de la política exterior.
En el caso de este ingeniero en Electrónica de 52 años concurre el hecho de que al ejercer las funciones de dirección de la Unión de Jóvenes Comunistas y del Partido en su provincia natal, donde también se desempeñó como profesor universitario, alcanzó la condición de líder local, cosa que dicho sea de paso no siempre logran los directivos formados y promovidos con arreglo a la llamada política de cuadros.
Reputado como eficaz, asequible y tolerante; así como dado a los métodos colegiados, a la vez que responsable y exigente, Miguel Díaz-Canel es un socialista convencido, ideológicamente seguro y con antecedentes que indujeron al presidente Raúl Castro a proponerlo y al parlamento a elegirlo para sus actuales responsabilidades.
Tal vez de haber tenido la opción, Díaz-Canel hubiera preferido otro destino pero con certeza asumirá el que la Revolución le depare. Mañana será otro día, por ahora, como ha hecho a lo largo de toda su vida se dedicará a trabajar y a servir al país. Entre tanto: buena suerte y éxitos. Allá nos vemos.
LUNES, 4 DE MARZO DE 2013
Se desnuda la ley de ajuste cubano
Por Manuel E. Yepe
El estatus migratorio especial que otorga a los cubanos la ley estadounidense de ajuste cubano se ha hecho más contradictorio aún para Washington a la luz de las nuevas medidas cubanas en relación con los viajes de sus ciudadanos al exterior.
Un editorial aparecido el 16 de febrero en el periódico Chicago Tribune abordó el tema, tan importante en la política contra Cuba de la Casa Blanca, con una óptica muy inusual en los medios de Estados Unidos: el de los privilegios y derechos migratorios que la llamada ley de ajuste cubano otorga a los cubanos y niega a todos los demás ciudadanos del planeta.
Afirma el editorial del Chicago Tribune que para los cubanos que desean inmigrar a Estados Unidos, lo más difícil es conseguir llegar a ese país porque, desde 1966, la obtención de asilo para ellos es automática.
Casi medio siglo después –dice el diario- los cubanos que llegan a Estados Unidos raramente alegan ser víctimas de persecución política. Afirman que quieren un futuro económico mejor, o que ya tienen miembros de la familia en Estados Unidos, o ambas cosas, al igual que la mayoría de las personas que desean inmigrar allí desde cualquier otro lugar del mundo.
Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los inmigrantes, los cubanos no tienen que esperar decenas de años por una visa, o cruzar furtivamente la frontera. Una vez que están aquí, obtienen por vía rápida la residencia legal, con un pronto acceso a la ciudadanía, hace notar el editorial del Chicago Tribune.
Es tema doloroso ver cuánto debate el Congreso sobre lo que se hará con los once millones de inmigrantes indocumentados con quienes el sistema no ha sido tan generoso, lamenta el editorial. Esos inmigrantes -más de la mitad de ellos mexicanos- viven y trabajan bajo el radar del gobierno, a menudo por un bajo salario y constantemente temiendo ser deportados.
“Para venir aquí legalmente, los trabajadores mexicanos tendrían que esperar décadas para obtener una visa. Pero los cubanos que se presentan en nuestra frontera sur -un punto común de entrada gracias a la política de ‘pies mojados, pies secos’ de Estados Unidos- se les permite ingresar con solo mostrar una identificación. Cada vez se hacen más difícil defender estas consideraciones especiales ahora que los cubanos puedan viajar libremente entre los Estados Unidos y su patria”.
Según el diario chicagüense, luego que en 2009 el Presidente Barack Obama levantó la mayor parte de los impedimentos para que los cubanos residentes en Estados Unidos viajaran a la isla a visitar a sus familias, el año pasado más de 400.000 lo han hecho, algunos de ellos decenas de veces.
“En enero, el gobierno cubano suspendió para sus ciudadanos el requisito de obtener un permiso de salida para viajar al exterior. Los pasaportes ahora se otorgan más liberalmente, y los que salen pueden permanecer fuera hasta dos años sin perder su residencia. La mayoría de los cubanos pueden ir y venir a voluntad”, admite el editorial.
Es difícil sostener que los cubanos puedan inmigrar en base a consideraciones especiales reservadas para las víctimas de una represión política que no experimentan, cuando lo único que han hecho es esquivar los barcos guardacostas hasta lograr pisar suelo estadounidense.
“Para ser justos, -reconoce el Chicago Tribune- los inmigrantes no mienten acerca de sus circunstancias. Ellos no fingen que son refugiados políticos”. Vienen porque pueden hacerlo gracias a los privilegios que les concede la ley anti-cubana. Pero el periódico de Chicago estima que eso no es justo. “Los cubanos que quieran venir aquí por razones económicas debían regirse por las mismas reglas que los inmigrantes económicos de los demás países”, argumenta.
Desde su puesta en vigor en 1966 como instrumento de la agresión contra la revolución, la Ley de Ajuste Cubano ha inducido un número incalculable de muertes de cubanos –en ocasiones familias enteras- en viajes temerarios a través del Estrecho de la Florida, presionados por la combinación de las limitaciones impuestas a Cuba desde hace más de medio siglo por el bloqueo económico y la promesa del acceso al paraíso terrenal.
Concluye el editorial del Chicago Tribune proponiendo que, si bien para Estados Unidos no constituye un problema permitir que los cubano-estadounidenses viajen de ida y vuelta a Cuba, el Congreso debía ahora cancelar la prohibición de viajar a la isla impuesta a todos los estadounidenses para que puedan visitarla como turistas, al igual que lo vienen haciendo en masa hace muchos años ciudadanos de todos los demás países del mundo.
Fuente:Argenpress
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