28 de abril de 2013

CHILE.

Roxana Miranda: “El futuro es la integración regional” 
Año 6. Edición número 258. Domingo 28 de abril de 2013 
Por Nicolás Rojas Scherer. Sur en América latina
contacto@miradasalsur.com
Palabra de candidata: “Es fundamental dotar de política al movimiento social para transformar las condiciones de vida.”
Chile. La candidata presidencial por el Partido Igualdad analiza, a su regreso de Venezuela, como veedora del proceso que consagró a Nicolás Maduro, las posibilidades de cambio que se operan en su país en este año electoral.
La candidatura presidencial de Roxana Miranda, surgida de lo más sentido del movimiento social chileno, se ha diferenciado de sus competidores por contar con un amplio apoyo político de pobladores, dirigentes e intelectuales alejados del duopolio Concertación – Alianza. En su historia, en sus propuestas, en cada una de sus palabras se refleja la necesidad de organización e integración de los pueblos. No podía ser de otro modo, pues ella misma viene del combate socio-político de “los de abajo”, de una de las agrupaciones mejor organizadas del último tiempo como fue Andha Chile. En esta entrevista exclusiva para Miradas al Sur, Roxana cuenta quién es, cómo lee el acontecer latinoamericano y cuál es su diagnóstico y propuestas para el Chile actual.

“Me llamo Roxana Miranda Meneses. Mi historia es la de una hija de éste, nuestro pueblo. Nací en 1967 y crecí en San Bernardo, Santiago de Chile. Mis padres pertenecieron a las capas más dignas de la sociedad. Soy hija de un padre obrero municipal y una madre modista. Cuando yo tenía 6 años, falleció mi papá y, desde ese momento, la familia vivió con los ingresos que aportaba mi madre trabajando como modista. Junto a ella aprendí sobre lo duro de la vida y también cómo sobrevivir trabajando con mis propias manos. Más tarde realicé mis estudios secundarios en el Liceo Comercial de San Bernardo donde formé parte del centro de alumnos. Luego, me casé a los 27 años. Tuve 4 hijos, un varón y tres mujeres. Y como el tiempo pasa, ya el mayor de mis hijos acaba de cumplir 18 años. A corto andar, mi condición de deudora habitacional me llevó a participar de manera activa en la Asociación de Deudores Habitacionales, convirtiéndome en dirigente nacional de la organización Andha Chile, hoy Andha Chile a Luchar Democrático. Este proceso significó para mí una transformación radical en el desarrollo de mi conciencia social y política, así como en el plano personal y familiar. Pasé, como he dicho muchas veces, “de las ollas a la calle”. Junto a los miles de deudores de todo el país, conseguimos hacer visibles a millones de familias que, antes de que creáramos organización, se avergonzaban de su condición de deudores. Logramos que miles de mujeres salieran de sus casas y que, pese a los insultos de los medios de comunicación o a los reproches de sus maridos, se asumieran como protagonistas de la lucha por la vivienda. A partir de estas experiencias, de todo lo bueno y lo malo avanzando con las organizaciones de base, me parece fundamental dotar de política al movimiento social para transformar las condiciones de vida de nuestro pueblo. Somos más de 99% de los chilenos los afectado por la imposición del modelo neoliberal que otorga valor a las cosas por sobre las personas. Que las considera mercancía, que impone la desigualdad, la explotación y niega el ejercicio de derechos básicos como la salud, la vivienda y la educación de calidad a las grandes mayorías. Junto a un grupo de organizaciones y movimientos sociales participé desde el inicio en la fundación y legalización del Partido Igualdad, una herramienta política de los pueblos, que tiene la voluntad de propiciar el autogobierno de los y las de abajo. Todos juntos y todas juntas llegaremos a La Moneda para que el pueblo mande”.


–Acaba de regresar de Venezuela. ¿Cómo percibió el ambiente político en este país, dados los actuales comicios electorales?
–Nuestra llegada fue justo el día del cierre de campaña y fue fantástico ver cómo la gente salía a apoyar el proceso electoral. Lo cierto es que el ambiente antes de la elección era de fiesta. Pero en la medida que el resultado de las elecciones se fue conociendo las cosas se pusieron duras. La derecha atacó con rabia y buscó provocar un conflicto con los sectores populares más chavistas. Por suerte, la apuesta no les funcionó. Aunque dolió mucho la muerte de 8 compañeros, se entendió que lo que estaba en juego era el futuro de la patria. Para mí, como chilena, me resultó impresionante ver a este pueblo, a señoras de avanzada edad que me decían “los pocos años que me quedan de vida se los doy a la revolución”. Y el pueblo venezolano, ahora encabezado por Maduro logró superar una primera gran prueba. Todavía quedan muchas más.


–La muerte de Chávez sacudió profundamente el panorama político en el país sudamericano. ¿Cómo interpreta el avance de la derecha opositora, dado el alto porcentaje que ha alcanzado Capriles en estas últimas elecciones?
–El comandante Chávez hace años ya venía recogiendo el malestar que muchos sectores del pueblo venían sintiendo producto de fallas en la forma en la que se estaba construyendo la revolución venezolana. Él decía: “No basta con poner la palabra socialismo por todas partes y creer que la tarea está hecha”. Bueno, algo de eso queda demostrado en la última elección. No es tanto que la derecha estuviera haciendo las cosas bien, como que algunas cosas dentro del gobierno estaban funcionando mal. Ahora esto que acaba de pasar creo que le abrirá mucho los ojos a quienes creían que Capriles podía ser una alternativa pacífica. De eso nada. El diablo mostró la cola. Y eso fue claro para todos.


–En el último tiempo, se crearon una serie de instituciones regionales en pro de la integración, tales como Celac y Unasur. ¿Cuál es su percepción respecto de la región latinoamericana en su conjunto, en la actualidad?
–Después de siglos de divisiones entre nuestros países, divisiones fomentadas por los grandes intereses capitalistas, por fin, en estos últimos años se habla por todos lados de la necesidad de ver a la integración regional como una política de futuro. Nuestros pueblos tienen como base la misma historia. Fuimos colonizados y saqueados durante siglos. Tenemos pueblos originarios de los que tenemos mucho que aprender si queremos avanzar en integración regional. Latinoamérica es indígena y mestiza. Hoy las políticas retrógradas, esas de las defensas de fronteras, de las peleas por los límites fronterizos son propias de las derechas. Nosotros tenemos que avanzar en la línea de construir un concepto de soberanía latinoamericana. Una nación de pueblos hermanos.


–La quiebra de países como Grecia y España, en Europa, nos demuestra la profundidad de la actual crisis en el centro desarrollado del capitalismo global. Sin embargo, los llamados “países emergentes” siguen con altos niveles de crecimiento. ¿Cuál es el balance que hace respecto de esta inédita situación internacional de crisis en el mundo desarrollado y mantención del crecimiento en el resto del mundo?
–El compañero presidente Evo lo decía muy bien: “Europa está en crisis porque ya no puede saquearnos como hacían antes”. Y en alguna medida tiene razón. La recuperación de muchos países latinoamericanos de sus recursos naturales constituye la base del mejoramiento de la vida de nuestros pueblos. Ahora, el capitalismo mundial sigue vivito y coleando y nada dice que estemos a salvo de sus garras. Al revés, debemos prepararnos para hacer cambios mucho más de fondo en nuestros modelos económicos. Sólo lograremos estar a salvo de la crisis del capitalismo cuando tengamos un modelo de desarrollo que no esté centrado en tener más cosas, más casas, más autos, edificios más grandes. Tenemos que recuperar el “buen vivir” como forma de desarrollo.


–La destitución del ministro de Educación Harald Beyer ha sido tomada por muchos como una victoria del movimiento estudiantil. ¿Ha dado la clase política chilena su primera lección de compromiso con el movimiento estudiantil y social?
–No, para nada. Con la destitución del ministro, lo que se hizo, y te lo digo como costurera, fue cortar el hilo por lo más delgado. Beyer es sólo un monigote al servicio de un modelo que tiene al lucro como su base fundamental de desarrollo. El movimiento estudiantil sigue fuerte porque no existe, ni ha existido en las 4 últimas décadas, ninguna voluntad de avanzar hacia una solución real del tema de la educación en Chile. Nadie ha cambiado ni una coma de lo que se definió como el modelo educacional chileno en la época de Pinochet. Un modelo que lo que plantea es que la educación es un bien de consumo y que como tal tiene que ser pagado.


–¿Cuál es su propuesta en materia educacional?
–Al igual que con otros temas, nosotros, en el Partido Igualdad, decimos que esta candidatura es una herramienta de los que luchan. En ese sentido nuestra propuesta educacional no puede ser otra que las demandas y propuestas que surgen del propio movimiento estudiantil organizado. Tanto a nivel de secundarios como de universitarios. Y esto pasa por tener un modelo educacional estatal, gratuito y de calidad. En definitiva asumir que la educación no puede ser un bien de consumo, sino que es un derecho de nuestros hijos.


–De forma más general y tomando las amplias movilizaciones sociales que se han visto en el último tiempo, ¿qué balance hace de Chile y su ciudadanía en la actualidad?
–Esto es recién el comienzo. Chile está despertando de un largo sueño de 20 años de concertación y derecha. Un duopolio que embruteció las mentes de los chilenos, alejándolos de la política, la que supuestamente era una tarea para profesionales, la clase política. Esto se terminó. Las grandes mayorías están descontentas con este modelo y eso tú lo puedes ver en cualquier espacio de la sociedad. El modelo neoliberal ha llevado la desigualdad a niveles nunca antes vistos. Pero todo ese descontento no ha podido canalizarse hacia una transformación porque el duopolio sigue actuando como barrera de contención. Por eso esta candidatura y por eso nace el Partido Igualdad, para quebrar ese duopolio y abrir camino a las grandes mayorías.


–¿Piensa que Chile debería acercarse a los modelos de integración regional en curso, o seguir el rumbo trazado por la dictadura y mantenido por la Concertación y Piñera?
–Como dije antes, el futuro de Latinoamérica está en la integración de los pueblos. Hacia allá tenemos que avanzar. Retomar el sueño de nuestros pueblos indígenas de vivir en armonía entre nosotros y la naturaleza. Para eso tenemos que acabar con la visión economicista de la integración y avanzar en lo cultural, lo político, lo educacional.

Fuente:MiradasalSur                               

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