25 de abril de 2013

PARAGUAY.

MIÉRCOLES, 24 DE ABRIL DE 2013 
El tiempo dirá la verdad Asunción
(Javier Rodríguez - PL) 
Los resultados de las elecciones paraguayas del pasado 21 de abril merecen un calmado análisis más allá de las definiciones arrojadas por los cómputos, esperadas en muchos casos. 

Usando al máximo la extraordinaria maquinaria política que lo mantuvo 60 años en el poder hasta el 2008, con un despliegue colosal de fondos comparado sólo con el del partido de gobierno y compitiendo también con éste en las oscuras prácticas tradicionales de la política paraguaya para conseguir votos, el Partido Colorado venció claramente en los comicios. 

Punto especial de apoyo para los colorados en los últimos meses de su campaña fue la catarata de escándalos por denuncias de actos de corrupción en las filas gubernamentales, al parecer exacerbadas por el cercano fin del Ejecutivo surgido de la destitución de Fernando Lugo en junio pasado. 

Las compras ilegales de tierras para favorecer a familias de congresistas, la oscura venta de terrenos pertenecientes a pueblos indígenas, el uso indiscriminado de medios estatales por el candidato presidencial oficialista y hasta la compra por el gobernante Federico Franco de una lujosa mansión de 400 mil dólares confirmada por su propietario de nacionalidad alemana, fueron algunos de los hechos que favorecieron al Partido Colorado. 

Eso explica, en buena parte, que esa organización, que fue apoyo político de la dictadura de 35 años de Alfredo Stroessner (1954-1989), recuperara además no sólo el control de la Cámara de Diputados, sino alcanzara una bancada de 19 senadores en la Cámara Alta, venciera en 13 de las 17 gobernaciones y controlara un número importante de juntas distritales. 

Un obstáculo para controlar todo el Congreso fue el papel jugado por la izquierda en estas elecciones que permitió al Frente Guasú obtener cinco curules senatoriales, lo cual junto a dos diputados al Parlamento Suramericano y una buena cantidad de concejales en los distintos departamentos, se convirtió en la tercera fuerza política del país y tendrá derecho hasta de ser parte de la Junta Directiva de la Cámara Alta. 

La derrota contundente del gobernante Partido Liberal tuvo que ver, según algunos análisis, a la alianza hecha en los días anteriores a la jornada electoral con el partido Unacé, tras la muerte en un accidente aéreo de su líder Lino Oviedo, de larga trayectoria en la política de los sectores de derecha en el país. 

Resultó un grave error, sobre todo después que se divulgó el fondo del arreglo, basado en una distribución de cargos en el supuesto continuismo del gobierno liberal y en la inmediata e ilegal entrega de 11,5 millones de dólares a la familia Oviedo por la adquisición por el Estado de unas tierras en litigio. 

Así las cosas, de nada valió la intensificación de la propaganda liberal con las duras pero tradicionales acusaciones contra el candidato colorado, el multimillonario empresario Horacio Cartes, que lo involucran en negocios vinculados al narcotráfico, lavado de dinero y contrabando y a las cuales, estratégicamente, no respondió ni una sola vez en la campaña. 

Vale recordar que, sin embargo, aun después de su triunfo y en una conferencia de prensa, Cartes admitió haber estado preso por acusaciones de lavado de dinero, pero explicó su liberación posterior por falta de pruebas y negó rotundamente exista verdad en las muchas imputaciones recibidas por tráfico de drogas.

Las días posteriores a la victoria electoral de Cartes fueron copados por numerosas declaraciones suyas a la prensa en las cuales destacó un tema bien sensible en el seno de la sociedad paraguaya: su disposición a lograr el regreso de Paraguay al Mercosur y Unasur, los dos grandes bloques integracionistas de la región. 

El país fue sancionado con la suspensión de la membresía en las dos instancias, precisamente por el golpe de Estado parlamentario materializado en junio pasado para sacar del poder al gobierno legítimamente constituido y en el que los partidos tradicionales fueron responsables. 

Eso dio paso al aislamiento internacional que todavía confronta e impidió a Federico Franco participar de la última Cumbre Iberoamericana, las Cumbres de Mercosur y Unasur y la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, entre otros muchos eventos. 

Recientemente, ese aislamiento quedó ratificado con el fracaso del intento de Franco de ofrecer una conferencia sobre la situación paraguaya en el seno de la Comisión Permanente de la OEA, organizada por el Secretario General, José Miguel Insulza, pues sólo 12 países de los 34 miembros asistieron.

Un punto importante que ya está saliendo a flote es la resistencia que encuentra Cartes a volver a Mercosur dentro de su propio partido y por supuesto en el sector más conservador de la bancada liberal en el Congreso, sin cuya aceptación no podrá avanzar en el camino de volver a las instancias integracionistas. 

Aunque tenga mayoría de miembros adeptos al coloradismo en el Parlamento, es evidente que no dependen directamente todos del hombre que hizo regresar al poder al Partido e incursiona por primera vez en la gran política confesando nunca haber ejercido en su vida el derecho al voto.

Por todas esas razones, habrá que esperar el desarrollo de los acontecimientos para conocer la verdad del futuro gobierno de Cartes y también de la situación del mediterráneo Paraguay, con 49 por ciento de habitantes en la pobreza, 29 por ciento en la extrema pobreza y 25 por ciento de desnutrición infantil.
Fuente:Argenpress

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