La palabra de mano en mano
Por el título de este documental -tomado de la popular canción de Víctor Heredia Todavía Cantamos- como por el nombre de su protagonista, la agrupación coral “Quiero Retruco”, se desliza la idea de redoblar una apuesta. Una certidumbre que es, a la vez, una forma de ver el mundo, de vivirlo con el otro, y una toma de posición por cambiarlo. Lo anterior se enlaza en la figura del empecinado; aquél que pese a las muchas contrariedades pasadas y por venir, mantiene su coherencia. Una de las voces del documental, define así esa posición frente a cámara: “Si seguimos íntegros, es porque vamos por más”. La frase instala en primer plano un compromiso hoy evaporado entre las recetas de la especulación financiera, el mercado salvaje y una vocación de indiferencia estimulada desde las usinas del sistema.
Por el título de este documental -tomado de la popular canción de Víctor Heredia Todavía Cantamos- como por el nombre de su protagonista, la agrupación coral “Quiero Retruco”, se desliza la idea de redoblar una apuesta. Una certidumbre que es, a la vez, una forma de ver el mundo, de vivirlo con el otro, y una toma de posición por cambiarlo. Lo anterior se enlaza en la figura del empecinado; aquél que pese a las muchas contrariedades pasadas y por venir, mantiene su coherencia. Una de las voces del documental, define así esa posición frente a cámara: “Si seguimos íntegros, es porque vamos por más”. La frase instala en primer plano un compromiso hoy evaporado entre las recetas de la especulación financiera, el mercado salvaje y una vocación de indiferencia estimulada desde las usinas del sistema.
Todavía Cantamos recupera una solidaridad hecha canción, una palabra que va de mano en mano contra la palabra silenciada, pisoteada, camuflada en los ropajes del eufemismo. Y fue precisamente desde las hebras de una canción, que la palabra solidaria se hizo señal, guiño, y atravesó las rejas y los paredones de las prisiones para quebrar el aislamiento, establecer un ida y vuelta y convertirse en abrigo contra el desamparo del prisionero.
Con los hilos de esa canción –a ratos un tango, una zambita; por momentos una chacarera, un tema con sones de murga; o también estrofas de alguna canción de la Guerra Civil- arma su relato el director Modesto López para dar, desde la cotidianidad, una idea de conjunto y labor artística que va enlazada a esas convicciones que hacen posible la dignidad.
Todavía Cantamos logra entregar en un tono reposado, diáfano, informal, de charlas compartidas, una suma de historias de militancia que sintetizan la lucha de una generación que creyó y aun cree en un entramado social sostenido en las relaciones igualitarias; una solidaridad movilizadora, con contenidos políticos. En suma, un estado de vecindad alimentado por una acción aglutinante que es a la vez reciprocidad y diálogo.
La mayor parte de los integrantes del coro “Quiero Retruco” está formada por ex militantes de los años ’70 de diversas agrupaciones políticas, que purgaron largas penas de reclusión. Aunque no todos son ex detenidos, porque también forman parte del grupo algunos hijos de desaparecidos y otros familiares de víctimas de la represión, sin faltar aquel que se incorporó al coro por empatía con una época y una entrega. Debido a esta suma de voluntades el coro se convierte–como lo expresa uno de los testimonios: en “una sola voz; es lo colectivo hecho carne”.
Modesto López arma el cuerpo del relato con fragmentos de estos testimonios alternados con las interpretaciones musicales del coro, y logra un ritmo dinámico y un tono narrativo no exento de calidez, todo en un punto en el que la emotividad y la sobriedad confluyen en la templanza.
Hay que tener en cuenta que en cada uno de esos fragmentos caben largos años de aislamiento e incomunicación, pero también de innumerables actos de resistencia y compañerismo, de amarguras y esperanzas, de lucha continua en defensa de la libertad.
Hay que destacar además el hecho oportuno de Todavía Cantamos, ya que se estrena en un momento especial de la Argentina, con los juicios a represores –más de cuatrocientos han sido condenados por la justicia- y una sociedad cuyos reclamos están lejos de extraviarse en el espacio neblinoso de la impunidad.
Modesto López ratifica, en su documental Todavía cantamos, que el sueño del hombre está tejido con hilos de utopías que asoman alentadas por la lucha y la constancia: la palabra recuperada es una de ellas.
por Jorge Boccanera
Asociacion Ex Presos Politicos Cordoba
sitio web: https://sites.google.com/site/expresospoliticoscordoba/home
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