DD.HH./Hijos.nietos/2013.VIII.20
y 21 y 2 y 3 SEPT. Testimoniales IIº Juicio a los genocidas en Ba.Bca. V Cuerpo de Ejército
Agrupación
y Periódico Señales Populares - Región
del Comahue
recibió
y re envía esta información de
H.I.J.O.S.
Bahía Blanca
Seamos solidarios y
como apoyo a la lucha por
MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA,
démosle la mayor difusión
posible
“…querer contener con la bayoneta el
torrente de la libertad, es como pretender esclavizar la naturaleza… el empleo
de fuerza armada, siendo incompatible con nuestras instituciones, es el peor
enemigo que ellas tienen… la
Patria no hace al soldado para que la deshonre con sus
crímenes”
General José de San Martín
". . .una dictadura militar es una grave
enfermedad que se pasa, pero que deja las terribles secuelas de sus
males".
“La fuerza es el derecho de las bestias”
Juan Domingo Perón
Panamá,
1956
RESÚMENES DE AUDIENCIAS POR
DELITOS DE LESA HUMANIDAD
EN BAHÍA BLANCA,
Sepan disculpar los
errores, ortográficos, semánticos y/o gramaticales, el objetivo es sólo de
difusión de la información, lo mejor que podamos, no somos especialistas y
mucho menos periodistas, es sólo un registro propio compartido y socializado,
para difundir en esta búsqueda de
MEMORIA, VERDAD
y JUSTICIA.
“
La MEMORIA se construye a través del CONOCIMIENTO”
Todo el contenido es
para compartir sin restricción, si se hace, pedimos la amabilidad de
informar que proviene de H.I.J.O.S Bahía Blanca.
Saludos
a todos.
30.000 Compañeros Detenidos
-Desaparecidos Presentes!
H.I.J.O.S. Bahía Blanca.
(Hijos por la
Identidad y la
Justicia contra el Olvido y el Silencio)
JUICIOS AL TERRORISMO DE ESTADO
Audiencias Testimoniales día 20 y 21
de agosto de 2013
Tribunal Oral Federal (T.O.F.) de
Bahía Blanca, Pcia. de Bs. As.
Funciona
en el edificio del Rectorado de la Universidad Nacional
de Sur, Avda, Colón 80
MARTES 20 DE AGOSTO DE 2013, 9:40HS.
Primer
Testigo
Enrique
MACCHI
Se realiza por videoconferencia desde
Mendoza. Relata que es detenido en Bolívar y trasladado a Bahía Blanca al campo
de concentración (CCD) “la escuelita”. Dice no haber sido torturado
físicamente, sí, psicológicamente.
Percibió que había más gente en ese lugar, no se podía hablar ni hacer
nada. El se encontraba en un camastro y siempre los estaban vigilando.
Supo de la
presencia de Zulma o Graciela Izurieta (eran 2 hermanas) Los interrogadores
eran 3, y le hacen firmar una declaración que no pudo leer. Lo secuestran junto
a su hermano y también los sueltan a los dos juntos.
Los dejan en una
ruta y caminan toda la noche, hasta que los encuentra un vecino, van a una
Iglesia y llaman a su padre. Era militante de la JUP , estaba en el centro de estudiantes de
Ingeniería.
Segundo
testigo
Vicente
Eduardo MACCHI
Fue secuestrado el 2 o 3 de enero de 1977 a las 2 y media de la
tarde mientras se encontraba trabajando en la localidad de Bolívar. Llegan dos
móviles policiales y lo llevan a la comisaría de Bolívar, allí lo tienen entre
10 o 12 días, incomunicado. Recuerda que los visitó un sacerdote, tenía una
sobrina de 1 año y medio, que como pedía verlo, un policía la entraba en brazos
para que lo vea dentro de la comisaría. Lo trasladan junto a su hermano en
avión a Bahía Blanca. Lo traen vendado y atado con sogas en el avión y se le
lastiman las manos, todavía dice tener las marcas. Es llevado al CCD “la
escuelita” y torturado una o dos veces con picana eléctrica. Siente en ese
lugar todas las características del CCD, la ruta, el ruido del tren, los ruidos
de “los militares”.
Estuvo siempre
vendado, lo hicieron bañar antes de salir y lo custodió un encapuchado,
morrudo, petiso, de remera negra, pantalón de fajina y borceguíes. En los
interrogatorios también le preguntaban por nombres, era militante de la JUP , y militó en una Unidad
Básica donde estaba el Padre Pepe Zamorano, cree que en Villa Nocito. Recuerda
haber escuchado la voz de Zulma Izurieta. Luego de otros 10 o 12 días en La Escuelita los liberan en
la ruta 33, caminan toda la noche hasta que alguien los lleva a Torquinst y de
ahí llaman a su padre. Dice no recordar mucho más.
Tercer
Testigo
Juan
Angel Arrieta
Tenía 17 años, vivía en el barrio Comahue e
iba a la escuela ENET de calle Chiclana en el turno noche. Relata que era común
que en la escuela se hicieran allanamientos por parte de efectivos militares y
no los dejaran salir del aula, poniendo un soldado en la puerta de cada aula, a
veces les hacían poner las manos en la nuca y si se les caían los brazos de
cansancio, les pegaban culatazos. Dice haber conocido al mayor Ibarra, ya que
compartían espacio de equitación, y una vez que no daba más de tener las manos
en la nuca, hizo movimientos para que lo viera y al verlo, lo dejó ir a su
casa. En esos momentos no veían a ninguna autoridad del colegio, estaban
ausentes. El papel de la dirección del colegio fue pobre “o estaban de acuerdo,
o no se metieron”. Era compañero de banco de Sergio Voitzuk, que fue
secuestrado con muchos otros alumnos de ese colegio. Dice que cuando Voitzuk, salió
le contó lo que le habían hecho y le mostró las marcas. Le contó que lo tenían
vendado, lo torturaban, lo picaneaban, lo colgaban durante mucho tiempo de las
muñecas y también lo introducían en un tambor lleno de agua.
Sergio estaba en el
centro de estudiantes, que era una persona que le interesaba la política, tenía
un “pensamiento de izquierda” que leía mucho y que era muy buen alumno, como
todos los que secuestraron, no eran revoltosos y eran los mejores alumnos. Supo
que algunos no volvieron a aparecer.
“Recuerdo los muchachos Paira, que los conocí, murieron en un enfrentamiento,
se decía, eran mayores que yo”. Él dice que en esa época “estaba alejado de la
política, era ignorante, no leía.”
Voiziuk era muy buen alumno y él
no tanto. En equitación practicaba marcha a caballo y los militares practicaban
salto, ahí conoció a Ibarra. “Ibarra iba con su esposa, sus hijos y sus
ayudantes que le lustraban las botas, nosotros era diferente, nos teníamos que
hacer todo”. Dice nunca haber hablado con Ibarra ni agradecerle por la vez que
lo dejó ir a su casa. No sabe su padre, ya que una vez, su padre le recriminó a
Ibarra el uso de las armas en el lugar. Recuerda a todos los chicos que fueron
secuestrados, nombra a López, Bambozi, Petersen, el profesor Villalba y dice
que el director se llamaba Herrero. Dice creer que iban a buscar a personas
específicas, determinadas, que debían haber consultado o preguntado antes,
porque se hacían allanamientos, entraban armados y se apostaban en las puertas
de las aulas. “Los alumnos que secuestraron eran excelentes personas todos, no
eran para nada revoltosos”
Cuarto
Testigo
Antonio
Zóccali
El testigo es padre de Renato Zóccali,
quien estuvo secuestrado en el CCD La Escuelita junto a otros adolescentes de la ENET 1. Relata que en diciembre
del año 1976, casi al concluir las clases, se encontraba en su casa con su
familia a la tardecita y apareció una camioneta del Ejército en su calle de
Italia 776, armados con FAL y le preguntaron por su hijo y que se lo tenían que
llevar para hacerle unas preguntas, lo suben a una camioneta y se lo llevan.
“Fue un avasallamiento total, como si fueran la Gestapo , sin dar
explicaciones se llevaron a un chico de 17 años”. Sus vidas se convirtieron en
un calvario y cuenta que su esposa estaba muy mal anímicamente y al pasar de
los días que no volvía su hijo, ella se golpeaba sola, la cabeza contra las
paredes, más tarde le diagnosticarían un cáncer y los médicos le dijeron que
podía ser por algún fuerte golpe. Él dice que tuvo que atenderse con el
psiquiatra Dr Mata, ya que no podía mantenerse en pie al no saber nada de su
hijo y de los demás adolescentes secuestrados. Relata que lo tuvieron “drogado”
por algunos días ya que estaba muy deprimido.
El testigo
trabajaba en Entel y le preguntó al Cnel Mancini, de la empresa, el cual le
dijo que su hijo estaba en “la escuelita”. Un determinado día le llegó la
noticia que habían encontrado chicos deambulando detrás del cementerio y que el
ejército los levantó y los llevó al Batallón 181. El Coronel de Entel, le dice
que vaya a buscarlo, que el chico iba a salir. “El chico casi estaba
irreconocible, no hablaba, estaba destrozado las orejas, los pies, las partes
íntimas… no quería hablar con nadie”… El testigo rompe en llanto
desconsoladamente. “Uno no podía creer lo que le habían hecho”. Nadie se hizo
cargo de lo que le hicieron, dice.”Nos destrozaron la vida, a él y a toda la
familia”. Su hijo estuvo en cautiverio entre 43 a 45 días. Dice que el
primer tiempo el chico no hablaba con nadie y el tema en la casa se convirtió
en tabú. Se pasaba días tirado en su cama a oscuras. Dice saber que le pasó a
muchos alumnos de la misma escuela, la mayoría de los chicos, excelentes
alumnos y que en el colegio le dijeron no saber nada. También recurrió a un
capellán de la iglesia Santa Teresita de la calle Villarino y lo mandaron a “rezar
y que tenga fe.”
Quinto
Testigo
Ruth
Irupé Sanabria (Se
realiza por videoconferencia desde Washington DC.)
Es hija de Alicia Partnoy y Carlos
Sanabria, ambos secuestrados en el año 1976 y llevados al CCD “la escuelita”,
cuando ella contaba con 1 año y medio de
edad.
Comienza recordando
una foto con sus dos padres de su primer cumpleaños donde “mi madre lucía muy
enferma y mi padre no podía sonreír, sus vidas corrían peligro y era cuestión
de tiempo para que ellos fueran secuestrados o desaparecidos”. Dice tener una
memoria “muy visceral, memoria de imágenes”.
El 12 de enero de
1977 estaba jugando en el pasillo y escucha golpes fuertísimos, “veo una luz,
algo brillante, siento que mi mamá me recoge y me lleva a la cama, estoy
gritando y mi recuerdo es que mi mamá también gritaba muy alto, escucho los
gritos de los soldados y siento que se llevan a mi madre”. “Los gritos de ella
se ponen cada vez más lejos y más lejos y estoy sola”.
Dice que sabe que
la llevan de una vecina de enfrente y la tuvieron allí hasta “que mi abuela me
rescató”. Dice que la mujer le estaba por comprar ropa, y que si sus abuelos no
hubiesen vivido cerca y la rescataban, hoy sería una de los niños que están
siendo buscados. Luego del episodio, se centraron en buscar a su mamá.
“Me robaron el
derecho de vivir en mi país, con mi madre y de tener una infancia normal” Dice
haberle quedado heridas psicológicas. Fue a vivir con su abuela y recuerda
mucha oscuridad ya que su abuela tenía siempre todas las ventanas cerradas,
mucho silencio, vivían con mucho temor, su abuela siempre acostada deprimida.
Otro recuerdo es
cuando su abuela la llevaba a buscar a su madre, iban a muchas oficinas y
rogaban por información. Recuerda los grandes esfuerzos de sus abuelos para no
caerse. “También me acuerdo que no podía hablar, que no tenía que decir quién
soy, ni qué ha pasado con mis padres, no podía hacer amigos, tenía como doble
identidad, no podía hacer conexiones auténticas con lo que estaba pasando, ya
habían secuestrado a mi tío Coco y a mi primo, tío segundo Gustavo”.
“Yo también buscaba
a mi mamá, abría los gabinetes de la cocina, de la heladera”. “No podía salir a
jugar, ni tenía amigos, mi tío Daniel era mi único amigo. No podía ver imágines
en la Tv donde
hubieran ataques, policías, ruidos fuertes, me agarraban ataques de pánico”.
Dice que se comportaba muy bien, que era muy buenita y que sentía que tenía que
ser madura y aguantarse todo. “Un día apareció un cardenal rojo y lo nombramos
copete y mi abuela dijo que significaba que mi mama estaba viva, que estaba
bien”.
“Mi abuelo me
permitía hacer más cosas, jugar, compartir comida con el perro. Recuerdo las
peleas entre mis abuelos, no eran gritos pero era mucha presión, ellos se
sentían culpables, estábamos todos con miedo de ser secuestrados”.
Luego relata sus
recuerdos de cuando pasaron a sus padres a la cárcel, las colas que debían
hacer para verlos, “las cosas asquerosas
que nos decían”. “Había una guardia que le gustaba hacernos sentir criminales,
me chequeaban en mi cuerpo, en mi bombacha, si tenía contrabando, era una
violación, una forma de hacerme sentir criminal”.
Recuerda un
episodio con una tía, que en ausencia de su abuela la encerró en un gallinero,
para castigarla, diciéndole cosas horribles, como para darle una lección, ya
que existía la idea que eran malos y que los Hijos eran más peligrosos que
otros niños. También recuerda que el resto de la familia se alejó.
La cárcel la
recuerda con un olor horrible, con baños horribles, pero “la peor sensación
para mí fue no poder reconocer a mi mamá”. No recordaba su cara debido a la
ausencia. Su madre le escribía cartas, que no se las dejaban enviar. “El año
pasado me dio unas cartas que escribió para mí” “Fue una violencia, trataron de
criminalizar el amor entre madre e hija” Dice que en las cartas estaba
claramente visible las marcas de las lágrimas.
Luego relata que un
día la llevan al aeropuerto y “me sacaron de los brazos de mi abuela y me
pusieron en los de mi mamá y nos pusieron en un avión. Me destruyeron por
segunda vez la familia que tenía”. Cuando llegó a Washington se encontró con su
padre que ya lo habían liberado, recuerda muchos medios periodísticos cuando
llegaron, ya que el caso se hizo famoso en EEUU. “En el exilio creamos una
nueva familia, la familia de los refugiados” junto a otros compañeros exiliados
que recuerda como Pablo Gonzalez y Marta Ramos. Sus padres se separaron y su
madre inmediatamente comenzó su trabajo de denuncia de lo que ocurría en la Argentina , “se hizo la
misión de su vida”.
Ruth termina su
relato: “quiero agradecer a los fiscales y a la gente en Bahía Blanca y a toda la Argentina que están
luchando por la Justicia ”.
Sexto
Testigo
Sergio
Laluk
El testigo, ex policía que ingresó en 1975 a la fuerza y fue
exonerado en junio de 1977, según dice por una causa armada por hurto de
automotor reiterado. Dice haber sido secuestrado y le hicieron firmar a punta
de pistola una declaración que lo imputaba y le dijeron “firmá que a mi no me cuesta nada pegarte un
tiro y decir que te mataron los subversivos”. Dice que le arruinaron la carrera
y la vida. Fue citado por el caso de la Víctima Iannarelli ,
pero no aporta ningún dato relevante y a todas las preguntas responde que no
recuerda, solo destaca su supuesta victimización por parte de sus pares.
Séptimo
Testigo
Alberto
Vitali
Era médico de
policía en el año 1977. Cumplía con la guardia una vez por semana en la ciudad
de La Plata , en
Sanidad Central. Hacía reconocimientos de detenidos, accidentados. Se lo
interroga por los falsos enfrentamientos en esa ciudad, específicamente si
recuerda sobre el Caso de Stella Maris Iannarelli, no recordando que en los casos que concurría
había mujeres, sólo recuerda hombres y en muy escasas oportunidades. Su memoria
selectiva hace que no haga ningún aporte de relevancia.
DÍA MIÉRCOLES 21 DE AGOSTO de 2013
Primer
Testigo
Miguel
Angel Pérez
A las 9.30 hs comienza a declarar el
testigo que en 1976 contaba con 23 años de edad y cursaba el 3º año en la UTN de Bahía Blanca. La CGT pretendió en ese momento
hacerse cargo de al UTN y el alumnado consideró que no era lo adecuado, que era
mejor que se mantuviera el satus quo.
Ya en el año 1974,
recuerda que en una elección para el centro de estudiantes, como se presumía
que había ganado una lista progresista, el grupo de la CGT , con los matones de Ponce,
se llevó las urnas con escopetas recortadas en mano. Hicimos una gran asamblea
y dicha patota nos sacó a escopetazos y golpes. “Al otro día el diario La Nueva Provincia
publicó que un grupo de estudiantes quiso tomar la UTN ” mintiendo a favor de los
grupos de derecha de la
CGT. Tenía militancia en la JUP.
Relata que a raíz
de su participación de resistencia a ese cambio, lo van a buscar a su casa un
grupo de personas para detenerlo. En ese momento estaba en la casa de su novia
y cuando llega a su casa y se encuentra con la novedad, dice que va a
presentarse, ya que él no había cometido ningún delito. Antes de eso, volvieron
a buscarlo y lo describe como impactante el despliegue que realizaron para
detenerlo. Muchos efectivos de uniforme y de civil, en un gran operativo para
llevarlo solo a él. Lo suben a un auto en un trayecto que dura de 20 a 25 minutos, y cuando lo
bajan lo primero que le hacen es un simulacro de fusilamiento.
Lo introducen en un
lugar donde lo interrogan, atado y vendado y lo dejan tirado en el piso. En un
momento pasó las manos hacia adelante, ya que estaba acalambrado de tenerlas
atrás y le pegaron patadas fuertísimas entre las piernas y le lastimaron el
pié, el cual luego se le infectó por la
falta de atención. Hacía sus necesidades en un tacho y comía en el mismo lugar.
Dice que lo
interrogan tratando de involucrarlo con grupos de la guerrilla y le preguntaban
nombres de otras personas, querían que dé nombres. En un momento se produce un careo
con José Luis Robinson a quien conocía, al liberarlo en una oportunidad lo
cruzó en la calle y dice que Robinson le desvió la mirada, aunque él no le
guarda rencor.
Se escuchaban
gritos de otras personas que torturaban, “los mismos que debo haber pegado yo”.
Estuvo en ese lugar cerca de 45 días, escuchaba el ruido de un tren, ladridos
de perros, el motor de un vehículo con escape libre, todo el tiempo estuvo
atado y con la venda apretada, sólo escuchaba, había un televisor o algo que
estaba permanentemente informando. Una noche hubo una “despedida” a alguien que
le llamaban “Pelado” y al otro día escuchó por ese televisor que había muerto
en ese enfrentamiento, (sería un muchacho que lo conocía de participar en las
marchas que usaba el pelo muy corto).
También recuerda
dos voces femeninas, se percibía que tenían un trato diferente, se desplazaban,
“no sé si eso implicaba una connotación sexual, pero las trataban diferente”,
una de las últimas noches también sintió que estaban despidiendo a una de ellas
y al otro día nuevamente el televisor informó de un “enfrentamiento”. Otro dato
que recuerda es el que los guardias mencionaban que se iban de franco para el
lado de Zapala, de la cordillera. Los Alias de guardias que recuerda son Perro
y Abuelo. En un momento se habló de la
visita al lugar del general Acdel Vilas.
Los últimos días
que él estuvo allí, se referían a las mujeres como las panzonas. Y luego en un
momento escuchó el llanto de un bebé.
En otro momento los
guardias se habían ensañado con un muchacho que era judío y se burlaban
permanentemente de él. No recuerda su nombre. También recuerda una persona que
estaba como desquiciada, estaba fuera de sí y hablaba sin control, “supongo que
por exceso de tortura”.
El 8 de Enero de
1977 lo liberan, lo suben a una camioneta y lo dejan cerca de su casa en Miguel
Cané y Pueyrredón. Supo que su amiga de la infancia Mirna Aberasturi, le pasó
lo mismo que a él y supone que tuvo que pasar por las mismas cosas. Dice no
haber hecho terapia y que el primer tiempo la pasó muy mal y que también tenía
muchos sentimientos de culpa por sus padres que habían hecho mucho esfuerzo
para que él pudiera estudiar.
“Metí esta historia
en mi memoria interna, casi nadie sabe, ni mi familia política, ni mis
amistades, fue un mecanismo de defensa”
Segundo
testigo
Alejandro
Mussi
El testigo es hijo de Julio Mussi, quien fue secuestrado a los 32 años, en
Comodoro Rivadavia, vivía en pareja con su esposa y su hijo de tres años, lo
trasladan en avión a Bahía Blanca. El testigo se refiere a la búsqueda que su familia
emprendió para dar con su padre, sobre todo el sufrimiento de su abuela y su
tía buscándolo por toda la
Argentina. Sus tíos viajaban a Bahía Blanca e iban al V
cuerpo en búsqueda de información; sabe que una vez lo recibieron pero que no
fueron bien tratados.
Se enteró bien de
todo, cuando fue más grande. Cuenta que su vida fue muy difícil, “sentir la
discriminación por ser hijo de desaparecidos, nos miraban como si hubiéramos
hecho algo”. “No se festejó mas nada en mi familia, ni navidad, ni día del
Padre, ni día del Niño”. Cuando era más grande y buscaba trabajo, dice que lo
rebotaban en todos lados por ser hijo de desaparecido, hasta que empezó a
mentir y decir que su padre había fallecido, solo éso; y así pudo empezar a
conseguir algún trabajo. Recuerda que un tiempo fue a vivir con los padres de
su mamá y como tenían miedo siempre le pegaban y lo mantenían encerrado en un
galpón, no lo querían tener.
“Mi abuela miraba
siempre por la ventana y yo le decía que era una vieja chusma… Y ahora de
grande me dí cuenta que era porque esperaba a mi viejo…”
Tercer
Testigo
Monica
Mussi
Es la hermana menor del desaparecido Julio
Mussi. Ella tenía 11 años cuando la madre la llevaba a tomar el colectivo y ven
cómo un camión de los militares vestidos
de verde llega a la casa y en ese momento el hermano sale afuera y alcanza a
decir “decile a mi hermana que me llevan…” “mi mamá me llevó al colegio y quizá
debíamos habernos quedado ahí con él”. La madre empezó la búsqueda por todos
lados. Lo llevaron al comando, de ahí al Regimiento 1 y de ahí a Bahía.
“El año pasado (en
el juicio anterior) me enteré lo que había pasado. El señor Quiroga nos contó
que Julio se rebeló contra un policía. Me dijo, tu hermano se rebeló, le pegó a
un policía y ahí lo mataron, no aguantaba lo que le hacían” “En el diario
Crónica salió que los liberaron a todos, los otros volvieron, él no”. “Uno
siempre tiene la esperanza que vuelva, mi vieja se murió esperando a mi
hermano, no es la misma vida uno lleva eso por siempre, mi mamá y mi hermana
murieron de cáncer esperando”
Cuarto
Testigo
Norma
Ester Romero
La testigo es hermana de María Elena y
Graciela Alicia Romero, ambas desaparecidas y también el bebé que Graciela tuvo
en el centro clandestino de detención “la escuelita” de Bahía Blanca.
Cuenta que sus
hermanas tenían militancia: Graciela en el PRT y María Elena en Montoneros.
Graciela fue secuestrada en Neuquén con su esposo Raúl Metz y embarazada de seis
meses.
En el año 1979
reciben una carta del suegro de su hermana, Oscar Metz que había recibido
noticias de Alicia Partnoy desde EEUU donde cuenta que vió a las dos. Y también
les cuenta que Graciela dio a luz un varón el 17 o 18 de Abril de 1977 sin
asistencia médica, sino de los guardias y que tuvo el bebé en una casilla en el
patio del CCD.
Dice que quien hizo
gestiones de búsqueda fue el suegro de su hermana, por su hijo y por su
hermana. Que ellos no hicieron gestiones.
JUICIOS AL TERRORISMO DE ESTADO
Audiencias Testimoniales día 2 y 3
de septiembre de 2013
Tribunal Oral Federal (T.O.F.) de
Bahía Blanca, Pcia. de Bs. As.
Funciona
en el edificio del Rectorado de la Universidad Nacional
de Sur, Avda, Colón 80
LUNES 2 DE SEPTIEMBRE DE 2013 15.15 HS.
Primer
Testigo:
Gladys
Angélica Luna:
La testigo relata que en el año 1976
contaba con 11 años de edad, vivía con su padre JUAN FÉLIX LUNA (secuestrado, de quien la testigo relata sus
recuerdos)
su madre y su hermano.
Días antes del 19
de Julio, lo citan a su padre en la comisaría de Carmen de Patagones, para que
se presente en Bahía Blanca. El empleado le dice que la causa por la que lo
citaron fue cerrada, que estaba libre de culpa y cargo y le hace la sugerencia
que se vuelva enseguida a su pueblo, lo que le produce la sospecha que algo
malo estaba pasando.
Se va a tomar un
café a un bar y se produce un procedimiento, pidiendo documentos, cuando llegan
a él, dicen “éste está en la lista” y “lo levantan”. Fue llevado a La Escuelita , es torturado,
reconoce el lugar en un momento que le levantan la venda porque había hecho el
Servicio Militar.
Sus captores le
dijeron “Acá tenemos un amigo tuyo, otro guerrillero como vos” por Jorge Abel. La
testigo recuerda que mientras tanto ella acompañaba a su madre a buscar a su
padre por Hospitales y demás lugares, luego de una semana, va a la casa de
ellos Jorge Abel y le dice a la madre “seguro que al gordo lo secuestraron”,
“Allí empezó una odisea”.
La testigo cuenta
que su padre, luego que lo liberan, contaba a su familia todo lo que le
hicieron y lo que le tocó vivir. Así es como ella puede hacer un relato
pormenorizado, de todo lo que su padre le contó a su familia.
Supo de apodos de
los guardias y torturadores como Laucha, Perro, Chamamé. “Ese señor Chamamé, le
ponía una pistola en la cabeza y le decía te voy a matar y también le limpiaba
los ojos y por la voz era el mismo”. También Chamamé lo lleva en un momento al
baño, donde su padre le pregunta si lo van a matar y el guardia le contesta
“No, ¿vos te crees que si te llevan para matar, yo voy a estar lavándote los
ojos?”.
Cuenta que el
guardia Chamamé a veces hacía de malo y a veces de bueno. Lo sacan en un auto
amarillo y el que lo lleva es un hombre rubio que luego lo identifica como “el
laucha”.
Cuenta que su padre
era militante social, barrial y pertenecía al Peronismo. Una mujer en el centro
clandestino de detención (la “escuelita”) le había dado un papel con su nombre,
Nélida Delucci, para que cuando saliera se lo dé a su familia y sepan así que
estaba viva y que esta mujer tenía mucho miedo por su hija.
El papel se lo
encontró el guardia “Chamamé” se lo quitó y se lo hizo romper. En otra
oportunidad, el mismo guardia le dijo “cómo el hijo de un correntino puede
estar en esto, ser extremista”.
La testigo recuerda
que en otra oportunidad su padre relató que los guardias se peleaban por el
estado en que estaba una mujer, que tenía pérdidas, pero no se sabía si era
menstrual o estaba embarazada y uno le recriminaba al otro verdugo “Vos sos un
H de P…, ¿de dónde venís? ¿No tenés madre?, ¿cómo la vas a dejar así en ese
estado?” y se pelearon los guardias entre ellos.
Dice que las
mujeres no recibían mejor trato que los hombres por su condición de mujer, sino
más bien lo contrario, lo que hacía sentir muy mal a su padre cuando lo
contaba, por el estado de debilidad de las mujeres.
La testigo cuenta
que en otra oportunidad mientras le aplicaban electricidad con la picana, el
padre dice “¡ay Dios, acordate de mí!” y que pensó que ojalá se le rompa la
picana y ellos le contestan “acá no hay Dios, Dios somos nosotros” y
casualmente se les rompe el aparato, lo que los enoja mucho y lo golpean
ferozmente por ese motivo.
En otro momento lo
sacan del CCD en una camioneta junto a otros cuerpos, los cuales nota que eran
personas muertas, en donde una sería mujer por su pelo largo y los llevan de un
lugar a otro y paran en un lugar donde se escuchan gaviotas y algo como un
barco. Dice que los tiraron en algún lugar, que cree que era descampado y que
el día anterior a ese episodio, había habido muchos disparos en el Centro
Clandestino. Él en un momento logra sentarse, entonces los verdugos dicen “éste
está vivo” y lo vuelven a llevar a la Escuelita , donde lo atan a un árbol y lo siguen
castigando.
Cuando sale de
prisión, a su padre se le declara una diabetes que le produce necrosis y le
deben amputar dos dedos. En la operación, en el hospital, delira y dice que
gritaba que lo estaban atando con alambre, pedía que lo soltaran y la testigo
cuenta que la psicóloga del hospital les dijo que estaba sufriendo una
regresión a una situación traumática que había vivido, esto sin saber lo que su
padre había sufrido.
La testigo dice que
lo que vivió su familia no terminó cuando a su padre lo sueltan, sino que “la
persecuta” duró hasta que llegó la democracia.
Segundo
testigo
Daniel
Mitre
Mitre hizo el servicio militar en el
Batallón 181, estaba en Comunicaciones a órdenes de Schabone. Dice tener
conocimiento que de ese lugar salían vestidos de civil, en autos particulares,
de recorrida y que luego “el comentario era que había habido una redada o algo
así”.
En la Compañía Combate
había un grupo antiguerrilla a mando del Capitán Otero, cabo primero Peralta,
subteniente Videla. Tauber, Stricker y luego Mansueto eran sus jefes y
subjefes.
Dice que creía que
iba a estar “paveando” como radioaficionado y que luego se da cuenta que se
trataba de Comunicaciones paralelas. Allí se reunían los suboficiales y ellos
debían retirarse del lugar.
Recuerda que el
Cura Vara iba todos los días al campito, donde los entrenaban y que hacía de
enlace con las familias de los conscriptos. En el campito estuvo 35 o 40 días.
Su estadía en el Batallón duró 14 meses.
El testigo se toma
un descanso, ya que está operado del corazón y se siente cansado. Su estado
requiere llamar a un equipo médico que diagnostica que se encontraba con un
estado de hipertensión, por lo que dejan la continuación de su testimonio para cuando
el tribunal lo crea conveniente.
Tercer
Testigo
Hector
Miguel Negrete
El testimonio se produce por
videoconferencia desde Bariloche. Fue “compañero de trabajo” de Bernardo
Cabezón en la
Sección Baqueanos. En 1976 pertenecía a la Banda de Música. Se salía en
comisión y figuraba en la “orden del día”. Se iba mucho a Neuquén y Bahía
Blanca.
Cabezón estaba
comisionado en Bahía Blanca, como así también Barrera, Casanova, Domínguez.
Dice que jamás comentaban nada de lo que hacían cuando estaban en Comisión.
A él le tocó venir
en Comisión en el año 1978. Al ser consultado por la defensa cuánto tiempo
tardaban en llagar a Bahía Blanca, expresó que 20 hs.
Le preguntan si
sabía el sobrenombre de Cabezón y dice no saberlo. Sí sabe el de Domínguez y
era apodado “el abuelo”. De los demás dice no conocerles ningún alias,
sugestivamente sólo se acuerda del alias de quien tenía una enemistad
manifiesta, del resto no. Dice que ese dato se lo dio Carlitos Shubert de quien
es conocido y que tiene una hostería en el Lago Huechulafquen.
Cuarto
Testigo
Carlos
Abel Benítez (Declara por el caso de Darío Rossi)
En 1976 era ingeniero Agrónomo en la Pcia de Río Negro, estudió en
Bahía Blanca y trabajaba en Viedma. Tenía militancia en el barrio
Universitario, en la comisión interna del Barrio con la cooperadora y trabajaba
con la gente humilde, consiguiéndoles alojamiento a los estudiantes de familias
humildes, de bajos recursos.
Conoció a Darío
Rossi en el año 1972, 1973, era oriundo de Punta Alta, y compartían la vida
universitaria, el Club universitario, “era una persona muy sana, muy abierta,
muy solidaria”. La esposa de Rossi, se llamaba Esperanza Martínez Benítez les
planteó la posibilidad de buscar trabajo en una escuela de Patagones.
Luego se acomodan y
ubican en una casa y allí deja de verlo, pero tenía conocimiento que trabajaba
en una empresa constructora, “era una persona muy comprometida”. En un momento
coincidieron en un colectivo, donde comenta que él estaba muy preocupado,
Benítez debía hacer el Servicio militar y Rossi había sido exceptuado por
problemas cardíacos.
Mas adelante un
vecino le contaría que lo vinieron a buscar 2 o 3 vehículos Falcon y se lo
llevaron. Al tiempo aparece la noticia en el diario que fue muerto en un
tiroteo. Estuvo ese tiempo desaparecido. Supo de más gente que pasó por la
misma situación como Oscar Bermudez, Oscar Meilán y su Señora, Carlos
Entraigas.
Culmina su
testimonio diciendo que hubiese esperado justicia para todos ellos y que
lamenta que no hayan podido estar para que este sea un país más justo y más
solidario.
MARTES 3 DE SEPTIEMBRE DE 2012. 9.30 HS.
Primer
Testigo
Fernando
Zurueta.
(Videoconferencia
desde el Tribunal de la provincia de Jujuy) Testigo de la Defensa del Imputado Alejandro
Marjanov. Que no aporta ningún dato relevante, solo dice que lo considera una
excelente persona.
Segundo
Testigo
Carlos
Alberto Casoli (También por Videoconferencia desde la Provincia de Jujuy)
Se repite la misma relación y declaración
que el testigo anterior, sin aporte de ningún dato relevante.
Tercer
Testigo
Luis
María Croce (También por Videoconferencia desde la Provincia de Jujuy)
Es militar Retirado y también hace un
relato similar a los dos anteriores, destacando las “virtudes” del imputado Marjanov.
Cuarto
Testigo
Roberto
Eduardo Vincent
Es médico ginecólogo obstetra, conoce a
Marjanov en 1977 con quien comparte cursillos de cristiandad a los que ambos
asistían, en el Arzobispado de Bahía blanca, camino a Punta Alta en el
Seminario a cargo de monseñor Ogñenovich y luego más adelante asistió a su
mujer en su último parto aquí en Bahía Blanca.
Dice que Marjanov
es una persona común, normal. No hablaban de política en ese momento, hablaban
de cristiandad. Dice que Marjanov no compartía ciertas cosas que se hacían,
pero como había un criterio de “obediencia debida”, lo aceptaba.
Dice que Marjanov
tuvo la oportunidad de irse a Australia cuando se recibió, pero como el
Ejército le dio la oportunidad de estudiar, se quedó, como lealtad. Ante la
pregunta cuáles eran las cosas que creía que no compartía del ejército, dijo
que estaba en contra de cómo tomaron el poder del Gobierno, “de la revolución
que hicieron” “no estaba en contra de lo que se hacía respecto a la guerrilla ni mucho menos”.
Dice que hablaban
de la elevación de espíritu, de ayudar al prójimo.
Quinto
Testigo
Emilio
Alberto Sangre.
El testigo comienza su testimonio como
todos. Los jueces le toman juramento y al hacerle la pregunta de rigor si
conocía algún imputado, dice conocer a Alejandro Marjanov. Los jueces tienen la
obligación de preguntar si eso le impide decir la verdad en su declaración, a
lo que Sangre responde – Sí! Totalmente! Le vuelve a hacer la pregunta el
presidente del TOF a lo que responde que no, que no le impide decir la verdad….
Se presenta como
trabajador en la “Planta Política de la Cámara de Diputados”. En el
año 1976 trabajaba en Brandauer y Cía. de Mercedez Benz. Se incorpora al
Servicio militar en el año 1976 (luego de confundirse 3 veces y decir en el año
79) en el Batallón de Comunicaciones.
Cumple 14 meses de
Servicio y luego lo vuelven a llamar con el conflicto con Chile. Junto a dos
soldados más (Espartaro y Andreata) estaban al mando de Alejandro Marjanov en
la actividad de Comunicación.
Dice nunca haber
tenido una “orden fuera de lo normal de lo que era una administración cotidiana
diaria” Ante la pregunta si vió calabozos, dice que sí había y que solamente de
vez en cuando había algún soldado que no cumplía bien una orden que pasaba por
ahí, que él una vez tuvo que estar ahí, que era una habitación.
_Había Detenidos políticos?
_no no no no no no no no no… (contestó de
esa manera ante algunas preguntas puntuales).
Dice que Marjanov
era el único ingeniero que había y que estaba siempre con los equipos de radio,
los tester y que “hacía esa función con mucha dedicación”
_Sabía si existían sistemas de Comunicación
paralelas?
_no no no no no no no no no… no entiendo…
Relata que cree que
Marjanov no tenía toda la vocación militar como otros militares, ya que nunca salía
vestido de verde a la calle, no llevaba el arma, no usaba custodia. “Era una
persona con mucha raíz familiar” “Ese es el motivo que me lleva a venir acá y
decir la verdad” “Yo venía de una situación familiar complicada, de padres
separados y me sirvió mucho…”
Lo vuelve a ver a
Marjanov cuando ya retirado viene a la ciudad como coordinador general de
Defensa Civil de la
Provincia de Jujuy.
Ante la pregunta si
sabía si salían de operativo siendo el jefe Mansueto dice que nunca lo vió, “si
le digo le miento…”
_Y Marjanov?
-no no no no no no no no
Ante la pregunta si
había visto religiosos en el Batallón, dice haber visto al Cura Vara y que tomó
su primera comunión con él, adentro del Batallón.
En los 14 meses que
estuvo, nunca vió ningún grupo humano que haya salido, para nada, no conoció
ningún centro clandestino, tampoco vió familiares de desaparecidos que hacían
la cola en la puerta del Batallón para pedir noticias de sus seres
desaparecidos, no vió nada a pesar de haber estado en los dos peores años del terrorismo
de estado dentro del Batallón.
El testigo desde el
año 1983, milita políticamente en el radicalismo, fue 3 veces delegado
municipal de General Daniel Cerri, fue Concejal entre el 2005 y 2009 por
Coalición Cívica, también asesor de la Diputada radical Virginia Linares, actualmente
trabaja en la Cámara
de Diputados y se esmeró toda la
Audiencia en defender al imputado Marjanov en todas las
preguntas que se le realizaron.
Este
último testimonio provocó un comunicado de repudio que por parte de nuestra
Agrupación H.I.J.O.S. junto a la
Red x el Derecho a la Identidad , ya que el testigo Sangre fue y es funcionario público de la democracia, es
ex concejal, ex Delegado Municipal y asesor
en la Cámara
de Diputados de la
Diputada Virginia Linares. A continuación les agregamos
nuestro documento.
COMUNICADO
de H.I.J.O.S. Bahía Blanca
4.IX.2013
Hoy, luego de tres décadas de impunidad, los
argentinos estamos atravesando un momento histórico gracias a la lucha
inclaudicable de los Organismos de DDHH y a una acción y voluntad política
concreta llevada a cabo en esta última década. Por fin estamos condenando a los
genocidas de la dictadura cívico-militar más sangrienta de nuestra historia
convirtiéndonos en el único país de Latinoamérica y del Mundo en hacerlo.
No tenemos duda de que la política es la única
herramienta que puede cambiar la realidad. La realización de estos juicios lo
demuestra perfectamente. Lamentablemente existen personajes que deshonran la
política y la democracia con sus actitudes, que van desde lo complaciente a lo
cómplice con la dictadura, sus ejecutores y sus partícipes civiles.
En estas últimas horas ocurrieron dos hechos
concretos que nos obligan a repudiar a sus protagonistas y a sus acciones. El
primero se produjo en la audiencia del 3 de septiembre del Juicio a los
genocidas, donde un militante político de la Coalición Cívica
declaró como testigo de la defensa. Emilio Alberto Sangre, de extracción
radical, ex delegado de General Daniel Cerri, ex concejal y asesor de la diputada Virginia Linares,
quien trabaja actualmente en la planta política de la Cámara de Diputados,
efectuó una encendida y vergonzosa defensa del coronel retirado Alejandro
Marjanov, imputado por delitos de lesa humanidad cometidos contra una gran
cantidad de víctimas, entre ellos el robo de los dos bebés nacidos en el centro
clandestino de detención (CCD) “la escuelita”. El señor Sangre es una vergüenza
para la democracia actual que tiene bien en claro que ya no quiere convivir con
los asesinos en libertad.
En la misma línea política la diputada Virginia
Linares, promovió hace unos días un homenaje al medio radial bahiense LU2,
representante de los intereses de los Massot junto con el diario local “La Nueva Provincia ”,
medio investigado por su participación en delitos de lesa humanidad cometidos
durante la última dictadura cívico militar. En ocasiones anteriores dicha
diputada publicitó homenajes en temas referidos a los derechos humanos
(DD.HH.), dando cuenta que parece darle lo mismo homenajear a un referente de
DD. HH. como a un medio investigado por su responsabilidad civil en la
dictadura. Repudiamos estas actitudes cobardes y mezquinas que opacan y tiñen
la verdad de nuestra historia reciente. Repudiamos el intento de resurgir y
sostener la vieja teoría de los dos demonios Seguimos en el camino de la VERDAD construyendo la MEMORIA
y trabajando por la JUSTICIA.
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS.
JUICIO Y CASTIGO A LOS GENOCIDAS Y TODOS SUS
CÓMPLICES CIVILES.
H.I.J.O.S.
Bahía Blanca Red x el Derecho a la Identidad Bahía Blanca.
30.000 Compañeros Detenidos
-Desaparecidos Presentes!
H.I.J.O.S. Bahía Blanca.
(Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido
y el Silencio)
Adhiere y difunde
Centro
Cultural Enrique Santos Discépolo
Filial del
Comahue
FIN DE LAS AUDIENCIAS DE ESTA
SEMANA.
Fechas del mes de septiembre:
Continúan el martes
10 y miércoles 11 desde las 9 hs.
miércoles 25 y
jueves 26 desde las 9 hs.
en
el
Aula Magna de la Universidad Nacional
del Sur
Avda. Colón
80, Bahía Blanca
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