Ambos son símbolos del vaciamiento mediático más reciente ocurrido desde la llegada del macrismo al poder y hoy confluirán a la gran marcha nacional que partirá del Obelisco a las puertas del Centro Cultural Kirchner.
Por Roberto Álvarez Mur
Jul 5, 2018
La situación laboral en los medios de comunicación es cada vez más crítica: en Radio del Plata la cantidad de desvinculados ya alcanza al 45% de la planta efectiva de la emisora, mientras que en Télam continúan sin obtener respuestas por parte de las autoridades y, además, el titular de Medios Públicos, Hernán Lombardi, decidió denunciar a los trabajadores por realizar la medida de fuerza. Tanto Télam como Del Plata confluirán hoy a las 13 en la marcha nacional de medios.
Así lo comunicó el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), que sigue paso a paso la situación de la emisora que fue dejada a la deriva por el grupo propietario Electroingeniería, que a impulsado un paulatino vaciamiento en los últimos dos años y medio. “El colectivo de trabajadores de prensa de Radio Del Plata continúa su lucha en defensa de los puestos de trabajo y en solicitud del cumplimiento de todos los derechos de los trabajadores. El Estado no actúa, la empresa no cumple sus obligaciones con los trabajadores y, hasta el momento, en el aire de nuestra propia radio no se ha emitido un comunicado que repudie los despidos”, expresaron desde SIPREBA.
La situación de Del Plata se suma al escenario de conflicto provocado por los 357 despidos de Télam, cuyos trabajadores ayer recibieron el apoyo de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, donde despedidos, colegas y referentes de los medios críticos al gobierno se reunieron para realizar una radio abierta y una gran foto de apoyo a la protesta. Respecto a la situación en la agencia estatal de noticias, el mismísimo Nelson Castro incluso advirtió al ministro Lombardi que “sería bueno que vuelva sobre sus pasos” respecto de su accionar y la masividad de los despidos, en diálogo radial.
Por su parte, el cierre casi total de las corresponsalías del interior de la Provincia y la Nación fue también un duro golpe asestado al funcionamiento de la agencia. “Las corresponsales no somos meros reproductores de gacetilla, damos registro de todo: perfiles económicos sociales, realidades, las luchas, la idiosincrasia de cada lugar. Eso es lo que hacemos para nuestros abonados. Es decir, para los 300 pequeños diarios, radios digitales, de TV, que ahora van a tener limitado el material que reciben”, expresó a Contexto Diana López Gisbert, corresponsal de Télam en La Plata y desvinculada sin telegrama. “Somos un simple número para el gobierno, no es un hecho menor que se empiece el ajuste por una agencia que da voz federal”, agregó.
La actividad en la casa de estudios platense contó con la participación de autoridades, periodistas y personalidades de los medios como el Javier “El Profe” Romero, Edgardo Mocca, Carlos Barragán, entre otros. “Este es un momento de inflexión. Los despidos en Télam representan un salto de calidad en la persecución política-ideológica y en el vaciamiento de la comunicación pública. Este gobierno está entrando en una vorágine de corrupción interior y pérdida de brújula que auguran tiempos muy críticos y complejos”, dijo a Contexto Edgardo Mocca.
Por otro lado, Lombardi continúa en la tarea de justificar los despidos y ayer manifestó: “Es un hecho doloroso, por supuesto que lo es. Pero estamos defendiendo lo público, porque tenemos que hacer que haya la cantidad de gente para cual el trabajo está diseñado”.
Mientras tanto, los trabajadores de Radio Del Plata desvinculados junto a la solidaridad de la mayoría de los compañeros participaremos en la Marcha Nacional de Prensa convocada por los compañeros de Télam, para esta tarde a las 13 en el Obelisco y marcharán al Centro Cultural Kirchner.
Fuente:Contexto
Ni cuerpo que lo aguante, despidos en la era Macri: Télam
5 julio, 2018
No hay Cambiemos que dure cien años. Pero desde que comenzó la gestión en 2015 pareciera que el gobierno CEO no se acaba más y que el “sinceramiento” viene de la mano de inflación, represión y despidos masivos. Entre el achicamiento del Estado y la persecución política e ideológica, crece el miedo y la resistencia. En esta tercera entrega conversamos con Paulo Pécora, despedido de Télam.
Por Débora Cerutti para La tinta
Sonó el timbre y Paulo interrumpió su desayuno. Atendió desde el portero. El Correo Argentino tenía una entrega para él. Mientras bajaba las escaleras del edificio ya sabía que en las manos del cartero estaba su despido. Desde hacía unas horas, en un grupo de Whatsapp interno de Télam, circulaban mensajes: “Me llegó a mí”; “a mí también”; “lo acabo de recibir”. Subió con la carta documento a su casa. Tomó un mate y salió rumbo a su ex trabajo. Algo había que hacer.
Ese martes 26 de junio, mientras organizaciones se movilizaban en varios puntos del país para conmemorar un nuevo aniversario de la Masacre de Avellaneda, a horas de que la selección argentina copara la atención del público futbolero en el partido con Nigeria, otra vez escuchábamos la palabra “despedidos”: 354 trabajadores y trabajadoras de la Agencia Nacional de Noticias Télam quedaban sin sus fuentes laborales.
Paulo Pécora, periodista y cineasta con 25 años de antigüedad, fue uno de ellos: “Yo trabajaba entre los martes y los sábados. Tenía franco los domingos y los lunes. Sentía que por tener 25 años de antigüedad y ser planta permanente, quizás no me iba a tocar tan pronto. Pero en un punto, sabía que me iba a tocar. De algún modo venía haciendo el duelo anticipadamente”, dice Paulo.
Llegó a la agencia, se concentró con sus compañeras y compañeros y juntos decidieron tomar pacíficamente Télam y movilizarse al día siguiente hacia el Centro Cultural Kirchner para repudiar el vaciamiento. En el CCK tiene sus oficinas Hernán Lombardi, titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos del que depende Télam. Ante la movilización, el Gobierno respondió con las fuerzas represivas, como ya es común en los últimos meses.
Esto no es ficción
El trabajo de Paulo Pécora en Télam había comenzado cuando tenía 22 años, en el turno de madrugada. Mientras, estudiaba la Licenciatura en Comunicación de la Universidad del Salvador en Buenos Aires y hacía talleres de periodismo de manera paralela para profundizar su formación. Después de un año, lo promocionaron como cronista a la sección policiales.
Trabajó en varias revistas, entre ellas ¡Esto!, que editaba el diario Crónica, y Shock policial. Allí comenzó a escribir columnas de cine vinculadas a clásicos y estrenos de películas policiales. La inquietud por el mundo cinematográfico fue creciendo en Paulo, aunque siempre estuvo muy presente: desde muy pequeño estuvo inmerso en el mundo del cine con un acceso cotidiano a cientos de películas que su padre tenía en un videoclub de barrio.
Su carrera como cineasta se fue alimentando mientras lo promocionaban a redactor en la sección de espectáculos de Télam: “A partir de entonces hice entrevistas, críticas, comentarios, escribí artículos y notas especiales, en relación siempre al cine argentino. Cubrí numerosos festivales locales e internacionales, Cannes, Berlín, Venecia, San Sebastián y muchos otros festivales de cine Argentino, entre ellos Mar del Plata y Bafici”. Hoy cuenta con 40 cortometrajes y videoclips, 4 largometrajes y su labor como cineasta no dejó de crecer en paralelo a su oficio de periodista en Télam.
Hasta el 26 de junio, se ocupaba junto a otros compañeros, de los estrenos de cine argentino. Veían y comentaban las películas, hacían entrevistas con los realizadores: una tarea de difusión de la producción local en diferentes aspectos y niveles. “Películas comerciales, grandes producciones, películas medianas y sobre todo nos interesaba difundir las películas independientes, las que tenían menos posibilidades de difusión, darles el espacio que no tenían en otros medios”, explica Paulo.

Ver venir
“No entraron como elefante en un bazar”, nos dijo Pécora cuando se refirió a los inicios de los cambios durante la gestión macrista. Pero sabíamos que venían por todo. La primera pista: la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual aprobada en 2009 se tiraban por la borda a meses de asumida la gestión Cambiemos, después de años de discusión. Nada bueno podía venir para el sector de la prensa argentina.
En Télam durante el primer año y medio del gobierno de Macri, los cambios sucedieron gradualmente según relata Pécora: “En otros organismos estatales, nosotros veíamos con preocupación lo que estaba pasando en el país”. Se designaron nuevas autoridades y se cambió la línea editorial. Pero hacia 2017 la falta de comunicación entre gerentes y trabajadores comenzó a ser cada vez mayor, y comenzaron los despidos. “Lo primero que ocurrió es que dejaron sin trabajo alrededor de 100 personas del área de publicidad de la agencia que estaban a cargo de la administración de la pauta oficial”. Esa área pasó a la órbita del Jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña. Eso fue el comienzo, a cuentagotas. Hasta que llegó la ola de despidos y el elefante entró rompiendo todo.
Desde principios de junio, la nula comunicación por canales institucionales y la gran incertidumbre acechaban. Un par de semanas antes de los despidos masivos, dos personas habían sido desvinculadas, un periodista y una editora por un supuesto error en una información. “Cosa increíble porque si alguien está trabajando falsamente tendrían que haberlo comprobado judicialmente. Pero ellos simplemente se ataron a un error en un cable y los despidieron”, nos dice Paulo.
Otro antecedente fue en 2017: Enzo Moreira y Alejandro Ledesma, ambos del sector Audiovisual, fueron cesanteados por “incomodar” a Horacio Rodríguez Larreta por denuncias de sobreprecio en la obra pública porteña. En mayo del 2018 la Comisión Gremial Interna de la agencia de noticias estatal había denunciado un progresivo desguace, sumarios internos persecutorios y casos de censura.
La movilización y el estado de alerta comenzaron a ser hechos recurrentes durante 2018. Una semana antes de que se ejecutaran los 354 despidos, empezó a correr un rumor fuerte en la Comisión Gremial Interna, que hablaba de un número poco certero de futuros despedidos; entre 300 y 400 personas. El estado de alerta se incrementó. Las asambleas y la retención de tareas, también. Hubo adhesión al paro nacional convocado por las centrales obreras el día anterior a los despidos (el 25 de junio). Las y los trabajadores comenzaron a demandar la presencia de autoridades para dialogar, esto jamás ocurrió.

Esto tampoco es ficción
Si lo guionás no te sale, dice el docente Eduardo de la Cruz, poniéndole humor a la nefasta realidad que supera la ficción. En lo que va del año se perdieron casi cien mil puestos de trabajo. En el sector de medios de comunicación y prensa, en los últimos dos años, más de 3.000 trabajadoras y trabajadores quedaron desempleados. Al día siguiente de los despidos de Télam anunciaron la fecha de remate de Radio Rivadavia, en quiebra desde noviembre de 2017. En Radio del Plata se esperan más de 30 despidos.
El presidente de Télam, Rodolfo Pousá, afirmó que los 354 empleados despedidos formaban parte de un sector que “decidió mantenerse con un perfil muy ideológico”. Dicha frase fue la que utilizó para justificar la situación. Al respecto, sentenció Paulo: “Esto hace ver que la intención no es modernizar la agencia ni hacerla más efectiva ni más plural, ni garantizar una información veraz sino perseguir trabajadores por sus ideas o simplemente porque tienen que cumplir con el ajuste y el desguace de los organismos estatales que propone el FMI”.
El vaciamiento de Télam tiene dos grandes objetivos, por un lado generar una voz unificada donde se incremente el control sobre los contenidos que se generan y por otro, contribuir al desguace estatal. “Todos los días se hace algo en contra de la gente y todos los días se hace algo en el camino del desguace de los organismos del Estado. No va a haber cómo protegerse, ni instituciones ni organismos que puedan proteger a la gente. Todos los días una mala noticia”, dice Paulo.

Ajuste sin medios
Muy mal, me responde Pécora cuando intento indagar en las violencias más subjetivas, menos visibles que provocan los despidos en los cuerpos de las personas. “Yo había preparado una retrospectiva de mi obra como cineasta en la sala Leopoldo Lugones en el Teatro San Martín, que era como tocar el cielo con las manos. Como llegar muy rápidamente a un lugar que no me imaginaba nunca. No pude disfrutar de eso. Estaba sufriendo y no sabía por qué. Ahora me doy cuenta que inconscientemente sabía que esto iba a ocurrir. Estaba adelantando el duelo de algún modo”.
El duelo no se agota rápidamente. Los rostros de trabajadoras llorando, los cientos de abrazos solidarios desde distintos rincones del país, la incertidumbre ante lo que se viene, el no llegar a fin de mes, la precariedad como síntoma de época conviven en una postal de esta época.
Ante los meses difíciles que anuncia el gobierno en su perverso giro discursivo, Paulo Pécora se siente más fuerte. Hoy habrá una marcha nacional de prensa encabezada por las y los trabajadores despedidos de Télam en la que, una vez más, Macri sabrá que cada cuerpo que aguanta, es un paso atrás para su mal gobierno.

*Por Débora Cerutti para La tinta / Foto de portada: Nacho Yuchark.
Fuente:LaTinta



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