Despidos en Inglaterra
British mishiadura05/02/2013
Por Pablo Bilsky
Cierres de empresas y despidos ocupan los titulares de los medios británicos. El desempleo roza el 8 por ciento. Las ventas navideñas no fueron las esperadas y ahora los comerciantes apelan a la temporada de ofertas, con descuentos de hasta el 75 por ciento. La batalla entre grandes supermercados reduce la Guerra de las Rosas a un juego de niños. Escándalo: hamburguesas con carne de pingo. Y Malvinas, como último recurso para lanzar una cortina de humo que se adhiera a la bruma y la adense.
“La primera baja de 2013”, señalaron los diarios del Reino Unido, con relación a la cadena de locales de venta de cámaras fotográficas y accesorios Jessops. Había sido fundada en 1935 en Leicester. Primero entró en convocatoria de acreedores y finalmente cerró sus 187 locales en Reino Unido. Dejó a 1.370 trabajadores en la calle, según se informa en el diario británico The Guardian.
La segunda baja fue HMV, la famosa cadena de venta de CD, DVD, Blue Rays y libros, que cerrará por lo menos 100 de sus 247 locales y dejará en la calle a unos 1.500 trabajadores, según informó el diario británico The Telegraph. HMV es el acrónimo de “His Master’s Voice”, “la voz de su amo”, eslogan tradicional que aparece junto al logo del simpático perrito Nipper mirando fijamente un gramófono. Abrió en Londres en 1921. Aquellos eran otros tiempos. La voz del amo es hoy la voz del mercado. Y esa voz, implacable, indica bajar las persianas.
La tercera baja del año fue el gigante de alquiler y venta de videos Blockbuster, que entró en convocatoria y es posible que finalmente decida cerrar la mayoría de sus mil locales, dejando en la calle a más de 4 mil trabajadores.
Entre las tres bajas, los diarios británicos señalan que, en un futuro temible y cercano, podrían llegar a cerrar mil locales y despedir a unos 10 mil trabajadores.
Éramos pocos y apareció Richard
“Un caballo, mi reino por un caballo”, clamó Ricardo III en Bosworth Field, durante la última gran batalla de la Guerra de las Dos Rosas (1455-1485) entre los partidarios de la Casa de Lancaster y los de la Casa de York. Aquel día, el rey no tuvo su caballo y en cambio llovieron sobre él letales espadas, flechas, picas, lanzas e insultos.
Este lunes 4 de febrero se confirmó que los antiguos restos óseos hallados en una playa de estacionamiento de Leicester pertenecen a Ricardo III. Las excavaciones, que comenzaron en agosto de 2012 y seguían la pista de una referencia histórica, dieron el resultado esperado. El rey cuya vida sirvió de inspiración a Shakespeare descansaba bajo automóviles estacionados.
Pero el caballo que solicitó el monarca, más lerdo que tanque del general Alais, llegó tarde cinco siglos. Y encima apareció faenado y convertido en hamburguesa, en medio de una guerra comercial entre dos grandes cadenas de supermercados.
Guerra de precios, rebajas, ofertas, campañas publicitarias y carne equina. Una guerra propia del capitalismo tardío en crisis. Una guerra de cifras, una batalla mediática entre gigantes, sin rosas y con mucha mishiadura, sin los bellos remilgos aristocráticos de los Lancaster y los York. Las cadenas Tesco y Sainsbury’s protagonizaron una amarga disputa sobre las cifras de las ventas navideñas, acusándose mutuamente de inflar los resultados. El tole-tole incluyó agresivas campañas publicitarias. En el marco de esta saga estalló el escándalo por la carne de caballo en las hamburguesas de Tesco.
Un análisis de la carne de las hamburguesas a la venta en los supermercados Tesco de Inglaterra e Irlanda dio como resultado que un 29 por ciento era equina. La empresa de supermercados rescindió su contrato con Silvercrest, propiedad de ABP Food Group, la mayor compañía proveedora de carne de ternera en Europa. Silvercrest perdió un contrato de alrededor de 15 millones de euros. El director técnico del grupo, Tim Smith, deberá comparecer ante un comité parlamentario sobre medio ambiente, alimentación y asuntos rurales para responder sobre el escándalo.
Ofertas, ofertas
Las etiquetas se superponen, una encima de otra, en una sucesión que parece infinita. Forman una pila-pegatina alta, enclenque. Entre el precio que indica la última, que queda abajo, sepultada, reservada a hermeneutas con vista de rayos X, y el que indica la que está más arriba, visible, la diferencia es enorme.
A mediados de enero largó la temporada de ofertas y descuentos en Europa, y en medio de la crisis y la recesión este hecho adquiere hoy cierto dramatismo suplementario, más allá de las habituales escenas de furor consumista de cada año.
Piccadilly Circus, pleno centro de Londres. Sobrevolando la fuente, punto de encuentro de muchos londinenses, Cupido dirige sus flechas hacia los paseantes. A pocos metros del dios se erige el palaciego local de Lillywhites, una tienda de ropa deportiva fundada en el siglo XIX. En la mansión de seis pisos los descuentos llegan al 75 por ciento.
Las ventas navideñas no fueron lo que los comerciantes esperaban. Ahora, como un último recurso para enfrentar con algo más de aire un año que se muestra difícil, esperan salvarse con la temperada de ofertas.
Por debajo la elegancia sobria y el ajetreo cuchicheante del centro de Londres, se despliega una sorda guerra comercial. “Es difícil ser generosos en la miseria”, señala un antiguo adagio chino. El terreno abonado por la crisis, el desempleo y la recesión resulta lo suficientemente miserable como para desatar una verdadera batalla que ocupó las primeras planas de los principales medios británicos.
En plena crisis, y cuando los medios rebosan de malas noticias para los trabajadores, Malvinas aparece como la cortina de humo perfecta para inyectar un poco de espíritu patriotero bien sazonado con viejas especias colonialistas e imperialistas. Los periódicos más sensacionalistas y cercanos al gobierno de vez en cuando informan que el Reino Unido “se prepara en las islas para responder a cualquier acción argentina”, y hasta suelen hacer un detallado inventario del armamento disponible. En las paredes, en los muros callejeros, se inscriben otras inquietudes: “Conservadores ladrones, fuera”. “Basta de ajustes”. “Basta de despidos”.
Fuente:RedaccionRosario
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