5 de octubre de 2011

ROSARIO: DEPORTE, DICTADURA y LITERATURA, HACIENDO TIEMPO.

04/10/2011
Deporte, dictadura y literatura
Haciendo tiempo

La opera prima del colega Lovaisa se presenta el jueves en Rosario.

El próximo jueves 6 de octubre, a partir de las 19 y en la librería Ross –de Córdoba 1347–, el periodista santafesino Nicolás Lovaisa presentará su libro Tiempo recuperado: Historias del fútbol de Santa Fe, en el que rescata una treintena de hechos deportivos ocurridos en la capital provincial bajo el régimen militar.
Por Por Santiago Garat*.
Al joven e inquieto periodista, oriundo de la capital provincial pero formado como tal en Rosario, le llamaba mucho la atención que al vincular deporte y dictadura no aparecieran acontecimientos ocurridos en su pago. Y se puso a investigar. Y encontró tanto material que terminó escribiendo un libro. Y el eslabón, entonces, encontró la excusa perfecta para charlar con un colega del palo y recuperar algo del tiempo perdido.

“En realidad nunca pensé en sacar un libro”, dice abriendo el juego Nicolás, y agrega: “Mis notas siempre giraron sobre temas que me atraían y que el tiempo de alguna manera las fue juntando, por eso -ante la insistencia de amigos, colegas y gente que a uno le tiene aprecio-, empecé a contemplar la idea de editarlas y por suerte todo eso desembocó en Tiempo recuperado. Historias del fútbol de Santa Fe”.

Las notas, a las que Lovaisa se refiere, nacieron producto de aquella ausencia de hechos locales que relacionaran al fútbol –una de sus grandes pasiones– con los oscuros años del golpe, que notaba cuando se acercaban los 24 de marzo. “La idea primaria fue buscar cómo se habían vinculado dictadura y deporte en Santa Fe ya que se caía siempre en el embudo del Mundial 78, como si fuera la única ocasión en que se habían cruzado”, confía este joven de 30 años al que sólo le resta plantar un árbol (es padre de Joaquín y Emma), y agrega: “Y sobre todo me sorprendía que de mi ciudad no se dijera nada, como si esos dos caminos jamás se hubieran tocado”.

Con perón comíamos jamón
La primera nota que publicó, según rememora el propio Nicolás, fue sobre “un homenaje que Colón le había hecho a Roberto viola, el ex presidente de facto, a quien el sabalero nombró socio vitalicio”.

“El 18 de junio de 1981, la selección nacional que conducía César Luis Menotti jugó un amistoso en el Gigante de Arroyito ante un combinado de futbolistas santafesinos. El partido era en beneficio de los damnificados de las inundaciones que azotaron nuestra provincia, terminó 4 a 1 para los de Menotti”, nos sitúa Lovaisa en la página 15 de su flamante libro y, tras detallar que “ese día, el dictador en uso de la comandancia de la Junta Militar, General Roberto Viola”, fue “abucheado por casi la totalidad del público presente”, saca de la galera un desopilante cantito con el que se despachaban los muchachos desde las cuatro tribunas: “Con Perón comíamos jamón, con Videla Mortadela y ahora con Viola nos chupamos bien las bolas”.

Al día siguiente, siguiendo con la historia que trajo al presente este buceador de hechos que no deben ser olvidados, los directivos sabaleros, viendo que el equipo se iba indefectiblemente a la B y aprovechando la visita de Viola a la ciudad, decidieron que el único que los podía salvar era el jefe del golpeado Estado y lo recibieron con “una llave de oro del club, un sabalito de tipo distintivo, un carné de socio vitalicio y un petitorio”, en el que sin rodeos ni tapujos le solicitaban que eliminara los descensos. El rojinegro igual terminó perdiendo la categoría y el detestable ex mandatario, que alguna vez disparó “Esto es una guerra y nosotros somos los ganadores”, murió en la primavera del 94 y se llevó a la tumba su credencial vitalicia del Sabalero, pese a que en junio pasado Colón pidió unas más que tardías disculpas. Habían pasado tres décadas de aquella fantochada y cuatro años de la publicación del texto con que Lovaisa trajo a la memoria el lamentable homenaje de la institución santafesina.

Todo está guardado en la memoria
“En realidad mi primera experiencia fue el libro que realicé sobre la historia del Tatengue”, confiesa este periodista que se tilda de “esos número 5 que se dedican a recuperar y tocar de primera, que renunció a lujos propios de números 10 y buenos escritores, a los que envidia, y no sanamente”, refiriéndose a Club Atlético Unión - 100 años de pasión, que se editó en 2007, y agrega: “Fue una linda experiencia pero a Tiempo recuperado lo siento como mi primer libro con todas las letras”.

Entre todas esas letras, aparece “El Gato con Botas”, uno de los primeros textos en sacar a la luz la oscura doble vida de Edgardo Norberto Andrada, el ex arquero de Rosario Central que se desempeñó como agente de inteligencia y se puso al servicio de la dictadura señalando gente y participando incluso de operativos de secuestro, como en el caso de los militantes Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereira Rossi. “Fue una historia q a mí siempre me impactó”, señala Lovaisa al respecto y añade: “El tipo llegó a Colón en 1977, época en la que el Sabalero tuvo varios grandes equipos, y siempre estuvo el rumor de que el tipo había trabajado para la dictadura pero nada más que eso”. Así como la curiosidad mata al gato, en este caso fue la que impulsó a Nicolás a ir hasta la médula del asunto.
“Cuando escucho las declaraciones de Eduardo Tucu Costanzo en Rosario, confirmé las sospechas y lo primero que hice fue comunicarme con el propio Andrada que, obviamente, me desmintió absolutamente todo. Pero ya tenía indicios y datos concretos de que había sido servicio, incluso por comentarios de colegas santafesinos y de ex jugadores de Colón que lo habían conocido y que, pidiéndome reservar sus identidades, me contaron detalles funestos del ex guardameta rojinegro”, asevera el intrépido cronista, y agrega: “Después cuando se desclasificaron documentos del y quedó claro que Andrada fue parte del Batallón de Inteligencia 601, ya no hubo lugar para que el Gato maula siguiera gambeteando a la Justicia. Como lo sigue haciendo, bah, más allá de que uno no entienda bien por qué”.

También, a lo largo de las 171 páginas de las que consta Tiempo recuperado, el lector puede conocer las historias de, por ejemplo, “El día que los hinchas rompieron el carnet”, que da cuenta de una llamativa derrota de Colón a manos del débil Sarmiento de Junín que provocó que los iracundos hinchas sabaleros destrozaran en plena cancha “el documento que los acredita como dueños de la pasión”; el “Apagón tatengue de la salvación”, que refresca la noche en que las luces del estadio de Unión dejaron de funcionar en el momento justo para que el árbitro detuviera el juego y lo reanudara cuando ya se conocí el resultado de otro encuentro que determinaba la condena de su rival de turno al descenso, consiguiendo que al reiniciarse el juego el ánimo de sus contrarios estuviera por el piso y le permitiera al rojiblanco imponerse en el marcador y evitar la propia pérdida de la categoría.

Marcando la cancha
La tapa, obra de la diseñadora santafesina Evangelina Trobec, muestra una cancha esbozada con birome azul sobre el típico block de periodista, con un bollo de papel que hace las veces de pelota sobre uno de los laterales esperando que el lector abra la puerta para ir a jugar, y al abrirla se encontrará con que el laburo de Nicolás fue valorado por las Secretarías de Deporte de la Nación y de Derechos Humanos de la Provincia.

“Me sorprendieron gratamente las adhesiones”, señala orgulloso Lovaisa, y lo argumenta sosteniendo que “al haber indagado tantas veces en torno a crímenes de lesa humanidad, uno se terminó encontrando con muchas personas vinculadas a los DDHH que cuando se enteraron que estaba por salir el libro lo que hicieron fue darle una caricia a uno”. Pese a reconocer que “las dos adhesiones me emocionaron mucho porque cuando estás terminando un laburo y recibís elogios y apoyo de gente a la que a uno admira, eso no tiene precio”, concluye emocionado: “La de la Nación fue muy importante para mí porque el secretario de Deportes es ni más ni menos que Claudio Morresi, quien tiene una larga historia de militancia, sobre todo en relación a la defensa de los DDHH”.

Rosario siempre estuvo cerca
Antes de cada uno de las 37 historias que rescata Lovaisa del baúl de los recuerdos olvidados, se leen pequeños textos que aportaron, entre otros, periodistas de la talla de Pablo Llonto, Gustavo Veiga, Alejandro Fabbri, Ariel Senosiain y Osvaldo Wehbe, y de los rosarinos Carlos del Frade, Alejo Diz y Matías Manna, quienes seguramente se acercarán el próximo jueves 6 de octubre a la librería Ross, de Córdoba al 1300, para asistir a la presentación de la opera prima de Nicolás, en pleno centro de la ciudad en la que le terminó de dar forma a su pasión por el periodismo. Opera prima que, como aclara su responsable en la “Nota del autor” que antecede a los agradecimientos y al prólogo de su colega y coterráneo Claudio Cherep: “No pretende ser más de lo que es: un puñado de historias contadas de la mejor manera posible”. Y vaya si lo logró…

* Nota publicada en la edición 112 del periódico mensual El Eslabón.
Foto:Javier Garcia Alfaro
Fuente:RedaccionRosario

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