31 de agosto de 2018
Se trata de lo ocurrido entre 1978 y 1980 a Silvia Suppo, Reinaldo Hattemer, Hugo Suppo, Rubén Carignano, Jorge Destefanis, Graciela Rabellino y Ricardo Díaz. Los acusados: Ricardo Silvio Ferreyra, Juan Calixto Perizzotti, María Eva Aebi, y Oscar Adolfo Farina.
Ayer, en la ciudad capital de la Provincia, comenzó la denominada "Megacausa" contra 4 represores que sometieron a una serie de delitos a 7 víctimas de nuestra ciudad, entre 1978 y 1980. Previo a la primera audiencia, se realizaron manifestaciones de diferentes organizaciones de derechos humanos.
En la mañana de ayer, Marina Destéfani, hija de Silvia Suppo, una de las víctimas de aquella atrocidad, contó la situación judicial y anticipó que las audiencias se llevarán a cabo los jueves y viernes y se espera que para finales de octubre o noviembre haya una condena. Vale destacar que Silvia Suppo, con su testimonio, dio inicio a esta causa y fue una de las impulsoras del proceso. Su novio de aquel entonces, Reinaldo Hattemer, fue secuestrado por una patota de la dictadura el 25 de enero de 1977, a la salida de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, en el barrio 9 de Julio. Hasta hoy, Hattemer continúa desaparecido. Luego de esta desaparición, siguió una seguidilla de detenciones ilegales de jóvenes con militancia política y social de nuestra ciudad: le siguieron las detenciones de Hugo Suppo -hermano de Silvia, pudo escapar desde el Cullen y hoy vive en el exterior- y Rubén Carignano -quien se juzga también su asesinato en cautiverio: apareció ahorcado en su celda- (el 23 de mayo del '77), Silvia Suppo y Jorge Destefani (al día siguiente) y Graciela Rabellino y Ricardo Díaz (una semana después). Pasaron por la Jefatura de Policía de la Unidad Regional V de Policía y fueron trasladados a "la casita" -un centro clandestino de detención en Santo Tomé- y en la Guardia de infantería Reforzada, donde ahora funciona la Jefatura de Policía Provincial. En esos ámbitos, a Silvia Suppo, que en ese momento tenía 17 años, la torturaron, la violaron, la dejaron embarazada y le realizaron un aborto forzado. En diciembre de 1978 quedó en libertad condicional.
En diálogo con "Algo dirán" (Radio Galena, 94.5 Mhz), señaló que "se le da ese título por la cantidad de víctimas, desaparecidos y sobrevivientes locales que tuvo. Es la causa con mayor cantidad de implicados, tanto de víctimas como de victimarios. Por eso entendemos que estamos frente a algo histórico".
El primer testimonio fue el de Reinaldo "Chino" Benítez, quien realizó un pormenorizado detalle de qué tipo de militancia tenían los jóvenes, con el repaso de quienes y en qué fecha habían sido detenidos. Le siguieron los de la cuñada y la suegra de Reinaldo Hattemer, quienes relataron la desaparición en el casamiento y el dolor de la búsqueda.
"Esto se juzga a nivel federal, porque se trata de todos delitos de lesa humanidad: desaparición forzada, privación ilegítima de la libertad, torturas, tormentos, abusos sexuales. Todo perpetuado bajo lo que fue el plan sistemático del terrorismo de Estado de aquellos años, del cual Rafaela no fue ajena", añadió.
Silvia relató lo ocurrido ante la CONADEP. En 2005 y 2006 se sumaron los demás como querellantes. "Después de la muerte de mis viejos, venimos peleando con Andrés -su hermano- esta causa desde hace 13 años. Ahora estamos en la etapa final, que es la elevación a juicio y pronta condena", comentó Marina.
"Los que unieron a cada una de estas historias eran integrantes de una misma patota. Hoy están todos muertos. Se trata de los policías de Rafaela Oviedo, Bravo, Hoffmann y Falchini, que fue Jefe de la Unidad Regional V de Policía. Nunca se sentó a dar explicaciones. Hay una impunidad jurídica y social, porque cuando se murió, los diarios locales lo saludaron con muchos honores. Fue necesaria su participación porque conocían lugares, gente, aportaron recursos y violentaron a los familiares cuando iban a preguntar por las víctimas", relató.
Los acusados en la megacausa Rafaela son cuatro ex policías: Ricardo Silvio Ferreyra, comisario inspector retirado, Juan Calixto Perizzotti, comisario mayor retirado, María Eva Aebi, ex sargento primero y Oscar Adolfo Farina, comisario inspector retirado. "La novedad es que nunca fue condenado y está libre por las calles. Será una gran alegría y un acto de justicia enorme que esta persona pueda ser condenada", dijo Marina. Otro de los acusados era el represor Jorge Diab, también condenado por crímenes durante la última dictadura, que murió en mayo de 2015.
En la mañana de ayer, Marina Destéfani, hija de Silvia Suppo, una de las víctimas de aquella atrocidad, contó la situación judicial y anticipó que las audiencias se llevarán a cabo los jueves y viernes y se espera que para finales de octubre o noviembre haya una condena. Vale destacar que Silvia Suppo, con su testimonio, dio inicio a esta causa y fue una de las impulsoras del proceso. Su novio de aquel entonces, Reinaldo Hattemer, fue secuestrado por una patota de la dictadura el 25 de enero de 1977, a la salida de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, en el barrio 9 de Julio. Hasta hoy, Hattemer continúa desaparecido. Luego de esta desaparición, siguió una seguidilla de detenciones ilegales de jóvenes con militancia política y social de nuestra ciudad: le siguieron las detenciones de Hugo Suppo -hermano de Silvia, pudo escapar desde el Cullen y hoy vive en el exterior- y Rubén Carignano -quien se juzga también su asesinato en cautiverio: apareció ahorcado en su celda- (el 23 de mayo del '77), Silvia Suppo y Jorge Destefani (al día siguiente) y Graciela Rabellino y Ricardo Díaz (una semana después). Pasaron por la Jefatura de Policía de la Unidad Regional V de Policía y fueron trasladados a "la casita" -un centro clandestino de detención en Santo Tomé- y en la Guardia de infantería Reforzada, donde ahora funciona la Jefatura de Policía Provincial. En esos ámbitos, a Silvia Suppo, que en ese momento tenía 17 años, la torturaron, la violaron, la dejaron embarazada y le realizaron un aborto forzado. En diciembre de 1978 quedó en libertad condicional.
En diálogo con "Algo dirán" (Radio Galena, 94.5 Mhz), señaló que "se le da ese título por la cantidad de víctimas, desaparecidos y sobrevivientes locales que tuvo. Es la causa con mayor cantidad de implicados, tanto de víctimas como de victimarios. Por eso entendemos que estamos frente a algo histórico".
El primer testimonio fue el de Reinaldo "Chino" Benítez, quien realizó un pormenorizado detalle de qué tipo de militancia tenían los jóvenes, con el repaso de quienes y en qué fecha habían sido detenidos. Le siguieron los de la cuñada y la suegra de Reinaldo Hattemer, quienes relataron la desaparición en el casamiento y el dolor de la búsqueda.
"Esto se juzga a nivel federal, porque se trata de todos delitos de lesa humanidad: desaparición forzada, privación ilegítima de la libertad, torturas, tormentos, abusos sexuales. Todo perpetuado bajo lo que fue el plan sistemático del terrorismo de Estado de aquellos años, del cual Rafaela no fue ajena", añadió.
Silvia relató lo ocurrido ante la CONADEP. En 2005 y 2006 se sumaron los demás como querellantes. "Después de la muerte de mis viejos, venimos peleando con Andrés -su hermano- esta causa desde hace 13 años. Ahora estamos en la etapa final, que es la elevación a juicio y pronta condena", comentó Marina.
"Los que unieron a cada una de estas historias eran integrantes de una misma patota. Hoy están todos muertos. Se trata de los policías de Rafaela Oviedo, Bravo, Hoffmann y Falchini, que fue Jefe de la Unidad Regional V de Policía. Nunca se sentó a dar explicaciones. Hay una impunidad jurídica y social, porque cuando se murió, los diarios locales lo saludaron con muchos honores. Fue necesaria su participación porque conocían lugares, gente, aportaron recursos y violentaron a los familiares cuando iban a preguntar por las víctimas", relató.
Los acusados en la megacausa Rafaela son cuatro ex policías: Ricardo Silvio Ferreyra, comisario inspector retirado, Juan Calixto Perizzotti, comisario mayor retirado, María Eva Aebi, ex sargento primero y Oscar Adolfo Farina, comisario inspector retirado. "La novedad es que nunca fue condenado y está libre por las calles. Será una gran alegría y un acto de justicia enorme que esta persona pueda ser condenada", dijo Marina. Otro de los acusados era el represor Jorge Diab, también condenado por crímenes durante la última dictadura, que murió en mayo de 2015.
Fuente:Laopinion