Una construcción colectiva La Asociación de Ex presos políticos homenajea a los desapaecidos con murales realizados en distintos lugares de la ciudadA CIUDAD Osvaldo Aguirre / La Capital Mate, memoria y mural. Con esos tres elementos los integrantes de la Asociación de Ex Presos Políticos y Sobrevivientes realizan en distintos puntos de laciudad actos de homenaje a víctimas de la represión durante la dictadura. Unanueva forma de dar testimonio cobra fuerza a través de pinturas, volantes yencuentros callejeros en los que el debate y los recuerdos circulan en tornoa una posición definida. “Queremos personalizar y tener presente la identidadde los desaparecidos y los muertos; fueron compañeros perseguidos por susideas políticas y su militancia, y a ellos no les gustaría, como tampoco a nosotros, que se los recordara omitiendo esa identidad”, dicen Hugo Papalardo,Carlos Arroyo y Horacio Dalmonego, miembros de la entidad.“Veníamos haciendo reuniones los sábados. En un momento nos pareció que nos juntábamos sólo para discutir y pelearnos. «Mejor encontrémonos paratrabajar y hacer algo práctico», dijimos. Le pusimos «Mate, memoria y mural»porque no es solamente cuestión de ir a pintar una pared: mientras hacemoseso, discutimos, y el mate es lo que aglutina”, cuentan los ex presos políticos,quienes consideran a esta actividad como “un modo de salir del internismoy de discusiones muy destructivas que generalmente tenemos los que venimosde la generación del 70”.El punto de partida fue la conmemoración de las muertes de Julio CésarRossi y Ricardo Amarilla, militantes de la Unión de Estudiantes Secundariosasesinados el 7 de septiembre de 1976 cuando realizaban una pintada en LaPaz entre Corrientes y Entre Ríos. Desde entonces, los homenajes se realizanen el mismo lugar donde ocurrieron los hechos. “Tratamos de que la gente delbarrio sepa que esos jóvenes militaban, que tenían una historia. Antes y después de hacer el mural repartimos un volante por la zona con esos datos. Intentamos construir una memoria colectiva. Nosotros tenemos una visión de esos compañeros y de cómo sucedieron los hechos; los vecinos y los familiares tienenotras, y al no ser coincidentes, porque no hay una única verdad, buscamos eseconflicto, en el buen sentido, para armar una historia que concilie todos losaspectos de la vida de ese compañero”.Escrito en la pared Los ex presos destacan la repercusión inmediata de los murales. “Hay vecinosque se sienten como liberados cuando alguien les pregunta por lo que pasó—dicen—, porque han sido testigos de la muerte de personas a las que conocían,de las que eran amigos o compañeros de escuela, pero nunca hablaron, o lo comentaron en voz baja, porque el miedo todavía es muy grande”. A vecesno sólo son palabras las que se recogen: en el caso de Estela Miguel (asesinadaen Juan José Paso al 7000; en el mismo procedimiento fue secuestrado SergioJalil, quien apareció muerto en la localidad cordobesa de Los Surgentes),“un vecino había guardado el reloj y el paquete de cigarrillos que ella llevaba,cuando la mataron”.La realización del mural apunta precisamente a crear un ambiente para elrecuerdo. “A veces cuando vas a buscar testigos por un juicio la gente no quierehablar. Pero si le explicás que estás construyendo la memoria del hecho, lahistoria de vida, se abre mucho más”.Esa memoria se propone rescatar a militantes comunes y convocar a quienespuedan dar un nuevo testimonio. “Los homenajes se suelen hacer en elcentro, con un grupo reducido de personas, siempre las mismas —dicen losmiembros de la Asociación—. Los vecinos de los barrios no van a esos actos.La memoria para el común de la gente queda como un hecho ajeno y por esovamos a donde sucedieron las cosas, porque todos tienen algo para contar.Aparte la represión mayor no fue en el centro sino en los barrios”.Los murales han recordado hasta el momento episodios ocurridos entre1976 y 1977, “cuando el grueso de la represión en 1976 fue responsabilidad dela policía con respecto a Montoneros, y del ejército y una parte de la policíacon el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo); a partir de principios de 1977eso empieza a cambiar, porque el ERP prácticamente ya no existe y empiezana usar el centro clandestino La Calamita para llevar a los que considerabancuadros de Montoneros”. El último, en Salta y España, conmemora a los desaparecidos en Rosario.En Dorrego 4771 fueron recordados Isabel Soto Parra y Héctor Cian. El 10de diciembre de 1976 un grupo de tareas asesinó en el lugar a Soto, embarazadade ocho meses, y secuestró a Cian, quien permanece desaparecido.A su vez, en San Martín y Centenario, el homenaje tuvo como protagonistasa ex militantes de las unidades básicas Astudillo (Cabildo y Ayacucho) y Brandazza (Cabildo y San Martín): Carlos Sapo Gutiérrez, Carlos Eduardo Wagner y Olga Pattacini (desaparecidos) y Juan Carlos Amador y Roberto ZapatoLuna (asesinados).La esquina de José Ingenieros y Alberdi señala el escenario de otro crimen.El 15 de diciembre de 1976 fue asesinado Raúl Héctor García, docentey militante gremial; los represores detuvieron en el mismo sitio a Norma ElenaLarrosa, psicóloga y también docente, quien luego apareció asesinada en lallamada masacre de Ibarlucea.En San Lorenzo y Vera Mujica, otro mural recuerda a Rodolfo Juan Luceroy Claudia González, asesinados el 12 de febrero de 1977, y Beatriz Aguilera, AnaValle, Silvia Fabris, Roberto Altamirano, Juan Carlos Morel y otro militante noidentifi cado, que fueron secuestrados entre esa fecha y el 17 de febrero, cuando aparecieron fusilados en pasaje Marchena y San Lorenzo. Todos militabanen la Juventud Universitaria Peronista.La Asociación de Ex Presos Políticos y Sobrevivientes recordó además lasmuertes de Claudia Omar, Ana María Teresa Drago, Daniel Hugo Cambas yMaría Cristina Luchessi, miembros de la Juventud Trabajadora Peronista quefueron asesinados en Balcarce 742, el 31 de diciembre de 1976.En Saavedra 3571 fueron evocados Héctor Luis Fluxá, Silvia Lidia Somoza,Mónica Cristina Woelfl in, Nadia Doria, Gladys Hiriburu y Luis EnriqueUlmansky, militantes de la Organización Comunista Poder Obrero, quienesestuvieron detenidos en el Servicio de Informaciones de la policía de Rosarioy cayeron asesinados el 23 de enero de 1977 en Saavedra y pasaje Famaillá.Una misma frase se repite en todas las paredes: “Murieron para que la patriaviva”.
Imagenes de ayer y hoy. Un detalle del mural de La Paz entre Corrientes y Entre Ríos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario