28 de septiembre de 2008

6º SEMANA DE JUICIO A LOS GENOCIDAS DE ALTO VALLE.

SERÁ JUSTICIA?... EL TRIBUNAL SE PUSO LA GORRA!!!

La 6º semana de audiencia del juicio a los genocidas del Alto Valle se caracterizó por la confirmación en sus posiciones de los distintos participantes del juicio.

El Tribunal ha decidido no permitir que se realicen preguntas a los testigos que no estén directamente relacionadas a la razón por la cuál fueron citados. Varias personas, con un criterio que no compartimos, fueron llamados por el tribunal como testigos de lo que a otras víctimas le sucedió, aunque ellos mismos hayan sufrido el secuestro y la tortura, no pueden responder cómo y quiénes los secuestraron y torturaron.
La defensa sólo cumple la función de impugnar las preguntas de las querellas del Ceprodh y de Ledesma, ante lo cual el tribunal, sistemáticamente, hace lugar. Esto impide poder avanzar contra TODOS los responsables del terrorismo de Estado en la zona, para poder fundamentar el delito de GENOCIDIO.
Molesto con las fotos que muestran la camaradería entre los defensores y los defendidos, Guillermo Álvarez (defensor del médico Genocida de La Pas Sosa), se mimetizó con su defendido y AMENAZÓ al fotógrafo del diario Río Negro Leo Petricio.
Los testigos vinculados a los genocidas, continúan con el PACTO DE SILENCIO, Y MIENTEN, ALEVOSAMENTE (aunque esta vez ninguna de las querellas ni el fiscal pidió su detención por Falso testimonio) los que pasaron por el tribunal sufrieron AMNESIA MOMENTÁNEA y olvidaron hasta lo que ya habían declarado. Ya lo dijimos: NO SON TESTIGOS SON GENOCIDAS!
Los únicos testigos que reconocemos, nuestras/os compañeras/os, con enorme valentía y endereza continúan revalidando lo que significó sobre sus cuerpos y su dignidad humana, el Genocidio llevado adelante por todas las fuerzas represivas de la zona: el Ejército, el Servicio penitenciario Federal, las Policías de Río Negro y Neuquén, la Gendarmería, la Policía Federal, y los necesarios civiles (médicos, funcionarios universitarios, etc.)
Abogado defensor Álvarez
Foto de Leo Petricio
Lunes 22 de setiembre

Por la mañana y con mucho acompañamiento solidario declaró el compañero Juan Isidro López, quién fue convocado por el tribunal como testigo por el "caso Ledesma".
Impecable en sus palabras y en sus principios, Don López narró cómo en el año 75 fue allanada su casa y fueron apresados y golpeados él y su mujer, en la comisaría de Cipolletti. La única parte que le interesaba al tribunal era el traslado que había compartido con Ledesma, desde el penal de Rawson hasta "la escuelita" custodiados por Farías Barrera. Inexplicable para nosotros, esta "JUSTICIA FRACCIONADA" lo niega a Don López como víctima, aunque el recorrido, las fechas y el paso por "la escuelita" coincidan con el de otros compañeros de los cuales López no se olvidó de nombrar.
El público aplaudió su relato que fue contundente a la hora de explicitar las razones del calvario: "Yo soy un trabajador, vengo de una familia de trabajadores, y me debo a los trabajadores (…) Sigo acompañando sus luchas aunque esté jubilado."
Juan Isidro López con Madres de Nqn y Alto Valle
Después del testimonio de Juan, declaró Francisco Ledesma. Él fue detenido en el año 75` y estando preso en la cárcel de Rawson fue trasladado con Juan y otros detenidos a la cárcel de Neuquén. Al día siguiente son llevados vendados, al centro clandestino de detención "La Escuelita". En su testimonio queda claro el funcionamiento de la Triple A en la zona, fundamentalmente en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). Ledesma demostró el accionar de estos sujetos con los números de resoluciones firmados en el año 75 por el entonces interventor Remus Tetu. En febrero de ese año cesantearon a 86 docentes y no docentes y con posterioridad el secretario del rectorado, Raúl Guglieminetti, controló todos los vehículos de la UNCo y le colocó radios de comunicación, usando así la esctructura de la universidad para el funcionamiento de la Triple A. A tal punto, que fue cedido, por resolución, un Rastrojero al servicio de inteligencia del Ejército, el cual fue visto con posterioridad en "la escuelita". También en su testimonio aparecen otros genocidas, civiles, que fueron parte de la Triple A en la UNCo, como Rolando Teófilo Funes y Raúl Giorgi, los cuales trabajaban simultáneamente en la UNCo y en la Universidad Nacional de Sur de Bahía Blanca. Estos personajes eran los encargados de preparar los informes para Remus Tetu, con los cuales se los expulsaba a los alumnos y cesanteaba a los trabajadores. Los mismos elevaban dichos informes al juzgado federal para que les abrieran causas por "terroristas".
Por la tarde declaró Islanda Becerra, quien en el momento del secuestro tenía un bebé que cumplía 4 meses, ese mismo diciembre en que fue secuestrada. Fue llevada a la comisaría de Neuquén, revisada por el médico de la policía Roberto Soria (el cual sufrió amnesia espontánea cuando declaró, posteriormente a Islanda Becerra…), vendada y llevada a la escuelita. Allí fue torturada y abusada en forma reiterativa tanto por los "interrogadores" como por la guardia, que "cuidaban" a los secuestrados. A las torturas comunes a todas las víctimas se sumó la picana en los pechos, los cuales estaba llenos de leche ya que amamantaba a su pequeño hijo, "era un dolor insoportable" contó Islanda. Los guardias le desprendía los botones de la camisa y la "manoseaban" y cuando venía algún genocida nuevo a "la escuelita" la exhibían diciendo "mirá la pendeja que tenemos".
Luego del calvario vivido en el centro de torturas fue llevada nuevamente a la comisaría de Nqn, revisada por el mismo médico, y alojada en la alcaldía, lugar donde estuvo detenida hasta su liberación. Se repite el abuso contra las mujeres de "los machos genocidas".
Posteriormente declaró el médico policial Roberto Oscar Soria, el cual fue médico policial hasta el año 2000, y se retiró como Comisario Mayor.
Como venimos denunciando con estos "testigos" no recordó nada, sólo dijo atender a Islanda una vez en sanidad de la policía neuquina, cuando fue sacada de la escuelita, y que no revestía ningún signo de golpes o torturas, que sólo tenía una irritación en los ojos por la venda!. Dijo que fue a la única detenida que atendió traída por el Ejército y que consultó a sus superiores qué hacer en estos casos. El Comisario MINTIÓ con respecto a su declaración testimonial ya que ella dijo haber visto detenidos lastimados en pies y muñecas, haber tenido una reunión con sus colegas y superiores de cómo actuar frente a los detenidos traídos por el Ejército, y con respecto a la cantidad de veces en la que revisó a Islanda, a la cual ya conocía porque era su vecina. A diferencia de López Proumen, el otro médico del Ejército detenido por falso testimonio en este juicio, NINGUNA DE LAS QUERELLAS NI LA FISCALIA PIDIÓ SU DETENCIÓN POR FALSO TESTIMONIO, ni siquiera pidieron un careo con Islanda Becerra, la cual estaba en la sala, ya que había declarado con anterioridad.


Martes 23 de setiembre
Por la mañana declaró María Cristina Rucchetto, ella era docente en una escuela rural de Planicie Banderita, Nqn. En noviembre llegan dos Gendarmes a la escuela, los cuales ya la conocían por ser la villa un lugar pequeño y porque las actividades del pueblo se hacían en conjunto inclusive con la policía y la gendarmería, la directora de la escuela les dijo que después de clase ya que estaba trabajando, y que ella la iba a acompañar. Los gendarmes aceptaron que vaya después de clase pero sola. Así lo hizo María Cristina, fue hasta el destacamento de gendarmería, al llegar pidió llamar a la escuela y se lo negaron. Pidió a hablar con el alférez Balbi, responsable del destacamento y le dijeron que no estaba, me voy dijo ella, y los gendarmes que estaban se lo impidieron. A los minutos llego Balbi y después de él, el Ejército rodeó el destacamento con armas largas. Al ver el despliegue lo hizo responsable a Balbi por lo que le pueda pasar, y sin poder ver quién, le pusieron una capucha y la sacaron del destacamento, la tiran en un vehículo y la "trasladaron a la escuelita". María contó que estaba tan asustada que llegó al lugar con presión alta, por lo cual un médico la revisó brevemente (De la Pas Sosa?) y le dieron un té. Luego le quitaron su guardapolvo y la ataron con esposas a una cama metálica. La llevan al galpón contiguo donde se realizaban las sesiones de torturas, la atan, la golpean y le dicen "acá vienen a descansar los montoneros". Ella dijo, "no podía entender por qué el Ejército Argentino estaba haciendo semejante cosa", y les dije que "siendo docente no se les ocurriera que hablara bien del ejército", "y nunca más lo hice".
El día que la iban a liberar, ella les preguntó cómo iba a justificar los días de ausencia en la escuela y cómo iba a explicar a compañeros y vecinos que haya sido detenida por el ejército, a lo cual uno de los genocidas imputados le hizo un certificado, en la misma "escuelita", lo firmó, lo selló y se lo entregó. La misma voz que daba las órdenes en el traslado de Planicie Banderita a la "escuelita", la misma que le hizo el certificado, le dio la orden a otros y la subieron a un Falcon y la llevaron de regreso a Planicie Banderita. A mitad de camino, la misma voz, le dijo que se quitara las vendas y le puso rostro a este genocida, LUIS ALBERTO FARÍAS BARRERA, era esa voz, el mismo que firmó el certificado, que fue exhibido por el tribunal oral a María Cristina. Es la primer víctima que reconoce a Farías barrera en el centro de detención "la escuelita".
Al llegar a su casa pudo observar que le habían robado sus cosas y plata, y con total ingenuidad fue a reclamarlas, primero al destacamento de gendarmería y luego al Comando de Neuquén, donde nuevamente la atendió Farias Barrera. Le dieron un número de teléfono para que llamara cada vez que salía de Neuquén.
Después de María Cristina declaró la directora de la escuela de Planicie Banderita y una compañera de trabajo que dieron cuenta los hechos en el secuestro de María Cristina.
El martes a la tarde declaró Kristian Kristensen, que fue detenido en su trabajo junto a su mujer, y llevados a la comisaría de Cipolletti. A su mujer la liberan en la misma comisaría. Luego es llevado a la U-9 cárcel federal de Nqn. Como ocurriera con otras víctimas es tabicado y llevado a "La Escuelita". Después de varios días es llevado nuevamente a la U-9 y posteriormente trasladado a la U-6 de Rawson. Queda detenido hasta que se exilia en Dinamarca.
Posteriormente declaran la hermana, Elsa Kristensen, y su mujer Isabel Álvarez. Ellas dan cuanta de las averiguaciones que realizan por Kristian en la comisaría de Cipolletti y en el Comando en donde son atendidas por Farias Barrera.
Miércoles 24 de setiembre
Por la mañana pudimos escuchar el relato del doctor, él si que se merece el título, Enrique Teixido.
Un militante del 70 que ante el atropello de los encapuchados y civiles con armas que la noche del 2 de septiembre golpearon la puerta de su casa, se negó a abrirles, pero que a los pocos días, acompañado por un colega y por "recomendación" del OFICIAL PASTOR, se presenta al comando. Allí es recibido por Reinhold quien le informa que será interrogado por el ejército "Que tiene que decir la verdad…de lo que usted diga depende…" y seguido de eso da la orden: "Preparen el quincho que va a ver visita"
Lo que sigue se repite en cada testimonio, las vendas, las amenazas, el traslado a "la escuelita", los simulacros de fusilamiento con pistola.
El CINISMO de los genocidas preguntándole "¿qué le pasa a esta yegua? Eso ante los quejidos de Marta De Cea…
Después de 10 días lo trasladan (en el mismo auto iba Liberatore pero no los bajan juntos), allí lo tienen 6 meses en una celda de castigo, sin luz y en un "camastro inmundo lleno de chinches". Enrique no se olvida de nada, trató de llevar el registro de los compañeros que reconocía y en la cárcel de Rawson también registró los nombres de los compañeros que entraban y salían…muchos de los cuales hoy están desaparecidos.
La declaración de Roberto Liberatore se restringió a corroborar lo vivido por el médico Enrique Teixido. Por más que él fue víctima, su testimonio estuvo limitado por la restricción del tribunal de sólo preguntar por lo que sabía en función del secuestro de Enrique, y también por la posición de la querella de la APDH de que los testigos sólo hablen de la escuelita y de lo pasado después del 24 de marzo de 1976.
Esa mañana también declaró…¿el testigo?, el coronel retirado Raúl Axel Pastor, quien fue el jefe de logística del Comando en 1976. Fue parte del Estado Mayor del Ejército, es un GENOCIDA y debería estar imputado por el delito de genocidio. Pero gracias a la intervención del defensor de "pobres viejitos genocidas", el fiscal (la Pando neuquino) se le tomó juramento y declaró sólo como testigo.
El genocida Pastor, hoy sólo testigo de la causa
Ya por la tarde del miércoles, y en una semana larga (3 días de audiencias) declaró otra víctima de estos genocidas, pero que sólo fue citado como testigo, al igual que López, Liberatore y otros: Pedro Maidana
Pedro fue secuestrado en la ciudad de Plaza Huincul, en la escuela técnica en donde él estudiaba de noche (cuando tenía 19 años), en lo que se llamó el Operativo Cutral-Có. Este operativo fue realizado en forma conjunta por la Policía Provincial de Neuquén y el Ejército, y en ese operativo fueron secuestrados decenas de compañeros. Por supuesto y como venimos denunciando de que estos juicios son parcializados, varios de estos compañeros fueron trasladados a la cárcel federal de Nqn, y torturados en "La Escuelita", no entra como víctimas en este juicio, SÓLO COMO TESTIGOS.
Pedro Estuvo detenido en la cárcel U-9 de Neuquén (de donde fue sacado tabicado y llevado a "la escuelita" a torturar) y en la U-6 de Rawson. También fue torturado en "la escuelita de Bahía Blanca".
Cuando las querellas de Ledesma y del Ceprodh intentaron preguntar cómo y por quiénes había sido secuestrado, fueron interrumpidos por la ASOMBROSA MAQUINARIA DE LA JUSTICIA, y por pedido de la defensa y aprobación del tribunal se impidió que se le siga preguntando por su detención ilegal y que sólo conteste a quién de las víctimas (sólo 17 en este juicio) vio en "la escuelita de Nqn" y en las cárceles federales.
Pedro Maidana
Cuando le tocó el turno a la defensa, todos, absolutamente todos los defensores, repitieron la frase célebre que vienen sosteniendo desde comenzó la ronda de testigos, NO HAY PREGUNTAS!... ¿SERÁ JUSTICIA?
La ronda de testigos culminó por la tarde con el testimonio con 2 peritos

Aunque la Defensa y el Tribunal se oponga, LA VERDAD SALE A LA LUZ!
(Fuente:rdndh).

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