Si bien la Justicia Federal de Neuquén centró su investigación sobre el papel que -durante la última dictadura- jugaron los militares infiltrándose en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), las persecuciones y cesantías por motivos "subversivos" en el ámbito de la casa de estudios comenzaron antes del golpe del 24 de marzo de 1976. Y al frente de este accionar estaba Remus Tetu, un verdadero avanzado de los grupos de tareas del Ejército que desembarcarían luego. Ninguno de esos casos es actualmente ventilado en el juicio a los represores de "La Escuelita" que se realiza actualmente.
"Cuando llegó Tetu a la Universidad, la casi totalidad de militantes comprometidos con estructuras de la Juventud Peronista ya no estaban por aquí, pues como recuerda la historia, en septiembre de 1974 habían pasado a la clandestinidad", explicó Antonio Coria que en 1975 fue exonerado de la casa de estudios por el rector interventor.
"No obstante –añadió- nombres como el de Mónica Morán, asesinada en Bahía Blanca la madrugada del 24 de junio del '76; Panchito Rabi, secuestrado en Florencio Varela; Juan Jacinto Burgos, secuestrado en Mar del Plata) o Juan Carlos Castillo, asesinado en Bahía Blanca, todos en los primeros meses del golpe, eran trabajadores no docentes de la Universidad Nacional del Comahue cuyos casos no están tratados en el juicio oral a los genocidas aquí en Neuquén, porque ocurrieron fuera de esta jurisdicción".
Se cree que Tetu jugó un papel clave en estos crímenes.
Tal como publicó en su edición de ayer La Mañana de Neuquén, el juez federal, Guillermo Labate, investiga la infiltración de represores en la UNCo, haciéndose pasar por estudiantes de Letras. El magistrado confirmó que uno de ellos está siendo juzgado actualmente por su actuación en La Escuelita.
De las primeras investigaciones surge que los militares ni siquiera habían terminado la secundaria e igualmente fueron matriculados como estudiantes gracias a los oficios de Tetu.
Coria, sin embargo, insiste que "lo peor" dentro de la UNCo existió antes del golpe.
Coria le dijo a este diario que en 1975 fue exonerado por Tetu cuando se desempeñaba como responsable de la imprenta de la UNCo.
Recordó que "si bien cuando los militares asaltaron el poder Tetu había sido separado de su cargo, a menos de un año de su designación, sin dudas que aquí les abrió la puerta".
"Esta medida –la exoneración- contemplada en el Estatuto del Empleado Público de aquella época, se tomó como consecuencia de un sumario administrativo que se me iniciara bajo la acusación de ser responsable de la impresión de volantes de tipo subversivo que dada la gravedad de la imputación inclusive podría justificar la aplicación de la Ley Nacional de Seguridad, según firmaron Alicia Mayorga de Arias y Luis Piacenza del Departamento de Sumarios de la Universidad en aquella época", recordó.
Los "volantes subversivos" a que se referían los firmantes, eran recortes de diarios nacionales con información de la clausura del Diario "Noticias" y sobre el crimen del dirigente Julio Tomás Troxler que cometió la "Triple A".
Esos volantes, remarcó Coria, contenían declaraciones de la Juventud Peronista y personalidades de la política que, en esta región, repudiaban las medidas del gobierno de Isabel Perón y José López Rega.
"El mismo Tetu se encargó de comentar ante periodistas en la primera rueda de prensa en Neuquén –y sus palabras no se reprodujeron por el pánico que generó– que con una metralleta en su mano izquierda, a setenta metros, era capaz de escribir su nombre y apellido", recordó Coria.
(Fuente:rdendh).
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