19 de octubre de 2008

ARCHIVOS DEL TERROR.

Asunción del Paraguay. El Plan Cóndor no quedó registrado en un manual de estilo o de operaciones, sino en informes y documentos esparcidos por el continente por lo que hasta hoy, en los países donde tuvo vigencia, se siguen buscando papeles que vinculen el accionar de cada sistema de represión local.
Los responsables de las dictaduras en cada país donde se aplicó afirman que los documentos fueron destruidos. Sin embargo, ningún organismo de derechos humanos lo cree y continúa la búsqueda con el objetivo de arrojar algo más de luz sobre la construcción de algunos aspectos de la historia aún pendientes.

Es así que finalizada la dictadura de Adolfo Stroessner en Paraguay, el periodista y abogado Martín Almada decidió regresar a su país y, a pesar de haber sido torturado, padecido la disgregación familiar, la muerte de su esposa y el exilio, decidió rearmar su vida en el lugar que lo vio nacer.

Reclamó, entonces, su “ficha” registrada por la dictadura stronista, pero ante la negativa policial de aportar la documentación por “no contar con antecedentes”, solicitó —ante el juzgado penal de Asunción— el allanamiento del Archivo Central de la Policía.

Como en otros casos, un llamado anónimo denunció que el 'expediente Almada' estaba oculto en dependencias de una comisaría en las afueras de Asunción.

En la mañana del 22 de diciembre de 1992, casi cuatro años después de la caída de Stroessner, el destino interpondría un acto de justicia ante Almada, los defensores de los derechos humanos y la memoria.

Ese día el juez de turno, José Agustín Fernández, acompañado por otro juez —Luis María Benítez Riera— custodiados por la Policía y rodeados por un enjambre de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión se apersonaron en una dependencia policial de Lambaré, a escasos kilómetros de Asunción.

Ingresaron a la repartición y ordenaron la apertura de una habitación donde se toparon con una desordenada montaña de papeles, libros, carpetas, fotos, fichas y prontuarios.

Gracias a la esposa de un policía, cuyo nombre se mantiene hasta hoy en un estricto secreto, Almada logró que la justicia se tropezara con mucho más que papeles viejos: “encontramos —afirmó— documentos reveladores de la represión en Paraguay bajo la dictadura de Adolfo Stroessner y del Plan Cóndor”.

Este material, de valor incalculable, aún está siendo clasificado bajo la tutela del Poder Judicial paraguayo.
(Fuente:Elciudadano).

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