1 de octubre de 2008

MENENDEZ PRETENDE QUE LO CONDENEN POR TODO DE UNA SOLA VEZ.

El represor llego a las 8 y se retiró a las 11 de Tribunales Federales para emprender su regreso a Córdoba.
Cómo sigue la causa

A partir de que se cumplieron los actos de indagatoria, el juez federal subrogante Nº 1, Daniel Bejas, tiene diez días hábiles para decidir sobre la situación procesal de los represores Antonio Domingo Bussi, Luciano Benjamín Menéndez, Alberto Cattáneo y Mario Zimmermann. El magistrado analizará si hay pruebas suficientes para dictar un autoprocesamiento o la falta de mérito.
Ahora, continuará el desfile de otros 42 imputados, entre ex policías del Sistema Penitenciario provincial y ex militares. Todos serán indagados por los hechos de torturas y trato inhumano a las que fueron sometidas las víctimas que estuvieron en cautiverio en el penal de Villa Urquiza. Se estima que desfilarán tres por día por Tribunales Federales hasta el 21 de octubre. En la lista también figura Roberto "El Tuerto" Albornoz (ex jefe del Servicio de Información Confidencial de la Policía de Tucumán entre 1975 y 1978), quien será defendido por el abogado Exequiel Avila Gallo (h).

Ayer volvió a Tucumán para responder por los casos de 30 víctimas (entre presos políticos y sindicalistas) que estuvieron en cautiverio en el penal de Villa Urquiza durante la última dictadura militar y le esperan otras cientos de causas y numerosos juicios. Como siempre lo hace, el ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército se negó a declarar pero pidió que se acumulen las causas en su contra. Ayer estuvo solo tres horas en la provincia porque ya no tiene donde alojarse y recorrió unos 1.200 kilómetros en un día para venir y volver a Córdoba. Uno de sus abogados dijo que se trata de una "venganza montonera".
Como lo hace siempre, el represor Luciano Benjamín Menéndez no quiso hablar sobre los hechos que se le imputan pero pidió que se acumulen las causas en su contra para no tener que trasladarse cada vez que sea citado por las cientos de denuncias que se tramitan en la Justicia Federal de Tucumán.
Ayer estuvo sólo tres horas en la provincia, llegó a las 8 de su viaje desde Córdoba y a las 9 se presentó ante el juez federal subrogante Nº 1, Daniel Bejas, a quien presentó su conocido escrito en el que fundamenta su negativa a declarar. Allí desconoció nuevamente la competencia de la Justicia Federal al sostener que sólo puede ser juzgado por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y reiteró que se hace cargo de todos los actos de sus subordinados en el marco de lo que él sostiene fue una guerra. Después, cerca de las 11 fue trasladado nuevamente en la unidad del Sistema Penitenciario Federal hacia la provincia mediterránea, por lo que tuvo que recorrer unos 1.200 kilómetros en un día..
El fugaz paso del ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército -debido a que ya no tiene un lugar para alojarse en la provincia- también irritó a sus abogados defensores Horacio Guerineau y Ricardo Fanlo. "Es una medida de venganza de los montoneros que están hoy en el poder", lanzó Fanlo refiriéndose a la decisión de la ministra de Defensa de la Nación, Nilda Garré, de prohibir el alojamiento de Menéndez –y los demás represores condenados y procesados- en el ex Arsenal Miguel de Azcuénaga. En ese sentido, solicitaron ayer al juez que de ahora en más se constituya él a tomarle declaración en Córdoba.
Sin embargo, esta sería la última actuación de los letrados, quienes están a punto de abandonar la defensa al sostener que se hace difícil su trabajo ante la lluvia de expedientes que esperan por Menéndez y los consecuentes juicios que se avecinan. Por este motivo, los abogados ya pidieron la acumulación de todas las causas y la ejecución de un solo juicio en el recurso de casación que presentaron contra la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, que condenó a prisión perpetua a Menéndez y a Antonio Domingo Bussi. Pero la acumulación en una causa única fue desestimada por el juez Bejas, quien sostuvo que no es posible debido a la complejidad de cada una de las causas. Cabe recordar que Menéndez ya fue condenado dos veces a prisión perpetua. La primera por los delitos de lesa humanidad cometidos en Córdoba y la segunda por el secuestro y desparición del ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse, en el marco del primer juicio de derechos humanos que se realizó en agosto pasado en Tucumán.
Menéndez, también solicitado por la Justicia Federal en varias provincias, fue citado ayer para responder por los hechos de detenciones ilegales, privación ilegítima de la libertad, torturas y apremios ilegales que se cometieron contra 30 víctimas. Se trata de sindicalistas y políticos peronistas que ocuparon cargos públicos durante la gobernación de Amado Juri, y que estuvieron en cautiverio en el penal durante la última dictadura militar.
En la mayoría de los casos que constan en la megacausa, se trata de víctimas que estuvieron detenidas en el penal de Villa Urquiza y luego liberadas; y en menor medida hay denuncias de desaparecidos y homicidios. El penal funcionó en ese entonces como uno de los principales centros clandestinos de detención y según varios testimonios, allí funcionó el pabellón E llamado "pabellón de la muerte", donde se ejecutaba a las víctimas. Además, según fuentes judiciales, los detenidos, antes de ser liberados, habrían sido llevados a la cárcel de Sierra Chica (La Plata) y a la de Villa Devoto (Buenos Aires).
Menéndez también fue interrogado por el homicidio en un enfrentamiento de Ramón Rufino Gómez en el marco de una ampliación de indagatoria.
Cattáneo se defendió y Zimmernann no quiso hablar sobre los hechos
Cattáneo declaró en el despacho del juez Bejas. En la foto, cuando fue testigo en el juicio a Bussi.
Ambos llegaron en móviles de Gendarmería Nacional escoltados por dos ambulancias del Siprosa; declararon simultáneamente, uno en el despacho del juez federal subrogante Nº 1, Daniel Bejas, y el otro en la Secretaría de Derechos Humanos del Juzgado, pero tomaron posturas distintas luego de que escucharon las imputaciones que hay en su contra en la megacausa del penal de Villa Urquiza.
Alberto Cattáneo, quien fue el subordinado más directo de Antonio Domingo Bussi en su cargo como segundo comandante de la V Brigada de Infantería del Ejército entre 1975 y 1976, prefirió hablar y se defendió de cada uno de los hechos que se le imputan en el expediente. En cambio, Albino Mario Alberto Zimmermann, ex teniente coronel del Ejército a cargo de la Jefatura de Policía durante la intervención militar, planteó nulidades y competencias y; se negó a hablar de los hechos denunciados.
Cattáneo estuvo acompañado por el defensor oficial ad hoc Adolfo Berttini, por un médico cardiólogo del Siprosa y un enfermero que lo asistía con un tubo de oxígeno; mientras que Zimmermann por el abogado Eduardo Brandan. Ambos se retiraron a las 13 del edificio de Las Piedras y Congreso rumbo al ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, donde permanecen alojados en calidad de procesados con prisión preventiva en varias causas de delitos de lesa humanidad. Cattáneo fue uno de los principales testigos durante el juicio oral y público que terminó con la condena a prisión perpetua de Bussi y Menéndez.
(Fuente:rdendh).

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