Sergio Arellano Stark.
El militar chileno que dirigió la infame Caravana de la Muerte fue finalmente condenado. La Sala número 2 en lo Penal de la Corte Suprema le dio seis años por el asesinato de cuatro militantes de izquierda. Teófilo Arce, José Sepúlveda, Segundo Sandoval y Leopoldo González fueron asesinados por orden del hoy general retirado Sergio Arellano Stark en un cuartel militar en San Javier, 250 kilómetros al sur de Santiago.
La Corte determinó que la muerte de los cuatro jóvenes había sido la primera parada de la llamada Caravana de la Muerte. En 1973, un mes después de derrocar al gobierno socialista de Salvador Allende, Augusto Pinochet ordenó a un grupo de oficiales recorrer el país para exterminar a los opositores al régimen. El sistema de represión era siempre el mismo. Llegaban a una ciudad en su helicóptero Puma, se instalaban en la base local, buscaban a los presos políticos que estaban detenidos allí y a la madrugada los ejecutaban.
En total la Caravana de la Muerte asesinó a 75 militantes de izquierda. "Hoy ya sabemos que la orden de asesinar y matar la dio Arellano Stark", celebró el abogado querellante Hugo Gutiérrez. El defensor de las familias de las víctimas reconoció que la sentencia no era tan alta como quería, pero resaltó que es la primera vez que el general fue condenado por homicidio.
El abogado defensor del ex militar intentó desacreditar la sentencia de la Corte con el único argumento que tiene: la edad de su cliente. "Es una condena extraordinariamente injusta. Es absolutamente evidente que cuando se condena a una persona de 88 años por hechos ocurridos hace 35 no puede estar en condiciones de asumirla adecuadamente".
La condena llegó justo un día antes del décimo aniversario de la detención de Pinochet en Londres. El arresto ordenado por el juez español Baltasar Garzón abrió las puertas a las investigaciones en Chile y, eventualmente, permitió las primeras condenas contra represores, casi una década después del fin de la dictadura. En 2001, Pinochet fue detenido y procesado en Santiago por la causa de la Caravana de la Muerte. Sin embargo, meses después fue exonerado por la Corte Suprema, que consideró que el dictador sufría de demencia senil. A la fecha de su muerte, diciembre de 2006, el veterano militar estaba cumpliendo prisión domiciliaria por la causa de las cuentas secretas del banco Riggs. Nunca llegó a ser condenado por crímenes de lesa humanidad.
El militar chileno que dirigió la infame Caravana de la Muerte fue finalmente condenado. La Sala número 2 en lo Penal de la Corte Suprema le dio seis años por el asesinato de cuatro militantes de izquierda. Teófilo Arce, José Sepúlveda, Segundo Sandoval y Leopoldo González fueron asesinados por orden del hoy general retirado Sergio Arellano Stark en un cuartel militar en San Javier, 250 kilómetros al sur de Santiago.
La Corte determinó que la muerte de los cuatro jóvenes había sido la primera parada de la llamada Caravana de la Muerte. En 1973, un mes después de derrocar al gobierno socialista de Salvador Allende, Augusto Pinochet ordenó a un grupo de oficiales recorrer el país para exterminar a los opositores al régimen. El sistema de represión era siempre el mismo. Llegaban a una ciudad en su helicóptero Puma, se instalaban en la base local, buscaban a los presos políticos que estaban detenidos allí y a la madrugada los ejecutaban.
En total la Caravana de la Muerte asesinó a 75 militantes de izquierda. "Hoy ya sabemos que la orden de asesinar y matar la dio Arellano Stark", celebró el abogado querellante Hugo Gutiérrez. El defensor de las familias de las víctimas reconoció que la sentencia no era tan alta como quería, pero resaltó que es la primera vez que el general fue condenado por homicidio.
El abogado defensor del ex militar intentó desacreditar la sentencia de la Corte con el único argumento que tiene: la edad de su cliente. "Es una condena extraordinariamente injusta. Es absolutamente evidente que cuando se condena a una persona de 88 años por hechos ocurridos hace 35 no puede estar en condiciones de asumirla adecuadamente".
La condena llegó justo un día antes del décimo aniversario de la detención de Pinochet en Londres. El arresto ordenado por el juez español Baltasar Garzón abrió las puertas a las investigaciones en Chile y, eventualmente, permitió las primeras condenas contra represores, casi una década después del fin de la dictadura. En 2001, Pinochet fue detenido y procesado en Santiago por la causa de la Caravana de la Muerte. Sin embargo, meses después fue exonerado por la Corte Suprema, que consideró que el dictador sufría de demencia senil. A la fecha de su muerte, diciembre de 2006, el veterano militar estaba cumpliendo prisión domiciliaria por la causa de las cuentas secretas del banco Riggs. Nunca llegó a ser condenado por crímenes de lesa humanidad.
(Fuente:rdendh).
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