En el marco del debate planteado en torno de los Observatorios de Medios, ciertas voces se alzaron, algunas de manera inquisidora y con intención de pontificar, para advertir –palabras más palabras menos– que la universidad no debe participar en política. Desconocer que la universidad, en particular la universidad pública, tiene un rol político fundamental en la construcción de la sociedad es desconocer su esencia y, sobre todo, negar la íntima relación que existe entre producción del conocimiento y relaciones del poder. Saber y poder no sólo son complementarios, sino que se necesitan mutuamente para alcanzar legitimidad. Los que pretenden una universidad neutra y alejada de la política son casualmente los mismos que usaron –y siguen utilizando– los claustros para sus fines políticos cuando pudieron hacerlo. Como bien dicen en esta misma página María C. Mata y María S. Segura, los Observatorios de Medios son una herramienta para aportar al “fortalecimiento de la democracia y la ciudadanía”. Eso es hacer política y felizmente la universidad se involucra en ello.
(Fuente:Pagina12-Washington Uranga).
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