19 de noviembre de 2008

NEUQUEN-INFORME DE LA MARCHA DE LOS JUICIOS.

"LLEVABAN COMIDA A 'LA ESCUELITA"
El primer testigo fue Jorge Oscar Maripil, que en 1976 fue soldado del Batallón 181 Compañía 'C', relató que "ingrese una semana antes del golpe de estado. Jugaba al futbol, los dirigentes hablaron con el jefe del Comando.
Éste dijo que ahora somos los machos del país, charlamos media hora y me enviaron al Batallón, el jefe era el Teniente Coronel Olea.
La condición fue que iba a hacer la instrucción y luego me iban a dar un trato preferencial. Me llevan a la 'bomba' de agua, que le daba a todo el Batallón.
Luego sostuvo que "yo he hablado con muchos sargentos, oficiales, me comentaban que tenían subversivos que tenían escondidos, subversivos o guerrilleros. Que no fuera para allá, que no mirara, que iban a pasar autos, por la calle donde termina el Ejército con lo que ahora hay un supermercado. La calle era todo ripio, polvo. Esos autos iban al fondo, me llamaba la atención porque pasaban todos los días, no, no ingresaban al Batallón".
Dijo que "mi primer trabajo fue en la cocina del Batallón. Pele papas, zanahorias, ahí capte algo que era ajeno al Ejército.
El listado era, saber cuántos guerrilleros había. Atrás, en la casa ('La Escuelita' se dijo mucho tiempo después). Ahí tomo conocimiento de que ahí había guerrilleros. Del primer momento supe que había gente ahí".
Contó cómo "una vez aparece un soldado, para que le cubra la guardia. A reemplazar al soldado. Hacer el reten, tipo 12 de la noche. Me toca el puesto 4, debajo de un árbol. El sargento que me lleva, me dice usted se queda ahí, no se mueva. Me dan ganas de orinar, me muevo, me pegan una patada, vuelvo al lugar. Al otro día, el sargento Varela, me dice que hay una casa con guerrilleros, siempre tiene que haber un soldado ahí parado.
Y reconoció que "en la cocina estaba Torino, no sé que cargo tenia, siempre andaba de delantal y que el Jefe del Cuartel, Olea, me dijo por lo menos tengo un jugador de futbol, no un guerrillero".
"NO SUPE QUE FUNCIONÓ UN CENTRO DE DETENCIÓN"
Para el General de Brigada, Raúl Alejandro Poggi, en actividad en el Ejército, dijo no saber que funcionó un centro de detención y torturas, en los fondos del Batallón de Ingenieros 181, en la ciudad de Neuquén.
En relación a sus tareas actuales, dijo que "son múltiples, diversas. Departamentos: técnicos, bienes raíces, apoyo a la comunidad, control, jurídica, informática y estado mayor".
DESCONOZCO
Cuando fue consultado por refacciones en el Batallón, sostuvo que "no puedo afirmar si se han hecho remodelaciones, puede ocurrir que a veces una instalación tenga algo menor o mayor. No sé ni tengo antecedentes que se haya modificado".
"No, no sabía que funciono un centro de detención, solo lo que sale por los medios de comunicación. Que existe un juicio para determinar que había un centro de detención. Ahora, si hubo o no hubo. No lo sé".
-Quien pudo haber ordenado su destrucción? (por 'La Escuelita)
Desconozco, dijo sin inmutarse.
No, tuve conocimiento de la existencia de un matadero, no de una construcción en el fondo del Batallón. En los dos años que estuve en el Batallón, jamás se habló del centro clandestino 'La Escuelita' años 1996-1997.

COBARDE GENERAL POGGI
Una vez finalizada la ronda de testimonios, se quedó una 'guardia' periodística, para intentar dialogar con el Brigadier Poggi. Pasados 45 minutos, bajó las escaleras y fue inútil poder acceder a consultarlo.
Simplemente, Inés Ragni, fue quien lo 'abordó', diciéndole:
Usted, no supo nunca del centro de detención 'La Escuelita'?
Dos años estuvo en el Batallón y dice que no supo nada?
Qué pasó con los desaparecidos?
Quién los mató?
Dónde están nuestros hijos?
Diga algo, usted es un General del Ejército ¡!
Pues bien, tanto el interés de Inés Ragni de dialogar, como el de los periodistas, fue inútil, en vano, ya que este General del Ejército, no tuvo ni la 'delicadeza', ni la educación, ni mucho menos el respeto de pararse un minuto y por lo menos decir: 'no voy a contestar'.
Demostrando la bajeza humana, cobardía, huyendo como lo que es, retirándose en el silencio cómplice de la 'cadena de mando', obediencia debida e inutilidad que siguen demostrando.
Siguió con sus pasos de impunidad, acelerado, sin inmutarse, inmune. Casi, un ente, salvo por que hasta hacia media hora, se presentó en el Tribunal Oral Federal como General del Ejército Argentino.
Lamentable.
(Fuente:rdendh).

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