La Comisión de Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas de la ciudad de Mendoza, convocan el último jueves de cada mes, a concentrarse frente a Tribunales Federales donde tramitan los expedientes por secuestros, desapariciones forzadas, homicidios, robo de bebés, torturas, todos delitos cometidos durante la dictadura militar. Delitos que afectaron gravemente sus vidas. Además de haber perdido a sus seres queridos, al cabo de 32 años no encontraron respuestas ni justicia.
Acompañan los demás organismos: Ex Presos Políticos, Madres de Plaza de Mayo, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y otras personas. El reclamo que se plantea es siempre el mismo desde hace cinco años en que se nulificaron las leyes de impunidad: verdad y justicia, celeridad para los juicios. Nuestro acto se realiza en la vereda frente a las empinadas escalinatas que conducen a las alturas del hall central. Los participantes, algunos ya de edad avanzada y en su mayoría mujeres, colocamos pancartas con los rostros y los nombres de los desaparecidos, carteles diversos, instalamos un equipo de sonido, difundimos la música que es afín a nuestra convocatoria y escuchamos a algunos oradores. A veces solicitamos entrevistas a los Jueces las que en general, son concedidas. A ellos les ratificamos nuestros reclamos, expresamos nuestro acuerdo con algunas medidas judiciales, planteamos nuestras quejas. Cinco años en los que nos hemos expresado con todo respeto. Cinco años en que las causas no se reabrieron en el estado en que estaban en 1987 sino que se reinstruyeron. Cinco años en que ninguna llegó al Juicio Oral.
Ayer fue el último jueves del año 2008. Habíamos dicho que a partir del acto en la vereda, subiríamos al hall central y allí levantaríamos nuestras consignas. Es decir, nuestras palabras. Las de siempre. Queremos verdad y justicia, queremos celeridad en la tramitación de las causas, juicio y castigo para los que sean hallados culpables de delitos de lesa humanidad.
Cuando llegamos sobre el medio día, los Jueces se habían protegido de nosotros. ¡¡DE NOSOTROS!! El frente del edificio estaba vallado. Numerosos policías federales, más numerosos que los integrantes de los organismos, formaban barrera en lo alto de las escalinatas mientras que otros, cubrían los accesos laterales. Alguno ostentaba un arma larga. Otros usaban chalecos antibalas. Sobre la vereda opuesta dos policías muy pertrechados contenían a los perros "antimotines".
Realizamos el acto en la vereda. Las intervenciones ante el micrófono se refirieron a la realidad de la justicia en materia de delitos del terrorismo de Estado: ningún represor está preso, aquellos que lo estaban fueron excarcelados, uno de los más destacados por su actuación en el temible D-2 fue autorizado para salir de veraneo por dos meses, los hermanos de las víctimas son excluidos de las causas por falta de legitimidad, los planteos de los defensores oficiales de Menéndez y demás genocidas dilatan los trámites hasta el infinito, etc.
Después, decidimos entrar de todos modos, pacíficamente, al hall. Subimos un tramo. Parlamentamos con los policías. Cámaras periodísticas nos acompañaban. De pronto empezamos a entrar. Y entramos nomás. Realizamos un breve segundo acto. A los Camaristas excarceladores les dijimos cómplices. Ellos son concientes de que lo son, pero está bueno decirlo en voz alta entre los mármoles de la augusta casa.
Rodeados de policías, de armas de fuego, de chalecos antibalas, de perros, de vallas, para defenderse de un puñado de personas que reclaman justicia para 200 desaparecidos de esta provincia: los Jueces Federales de Mendoza no tienen vergüenza!
PARA QUIEN NO PUEDA CREERLO, SIGUEN FOTOGRAFIAS.
Acompañan los demás organismos: Ex Presos Políticos, Madres de Plaza de Mayo, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y otras personas. El reclamo que se plantea es siempre el mismo desde hace cinco años en que se nulificaron las leyes de impunidad: verdad y justicia, celeridad para los juicios. Nuestro acto se realiza en la vereda frente a las empinadas escalinatas que conducen a las alturas del hall central. Los participantes, algunos ya de edad avanzada y en su mayoría mujeres, colocamos pancartas con los rostros y los nombres de los desaparecidos, carteles diversos, instalamos un equipo de sonido, difundimos la música que es afín a nuestra convocatoria y escuchamos a algunos oradores. A veces solicitamos entrevistas a los Jueces las que en general, son concedidas. A ellos les ratificamos nuestros reclamos, expresamos nuestro acuerdo con algunas medidas judiciales, planteamos nuestras quejas. Cinco años en los que nos hemos expresado con todo respeto. Cinco años en que las causas no se reabrieron en el estado en que estaban en 1987 sino que se reinstruyeron. Cinco años en que ninguna llegó al Juicio Oral.
Ayer fue el último jueves del año 2008. Habíamos dicho que a partir del acto en la vereda, subiríamos al hall central y allí levantaríamos nuestras consignas. Es decir, nuestras palabras. Las de siempre. Queremos verdad y justicia, queremos celeridad en la tramitación de las causas, juicio y castigo para los que sean hallados culpables de delitos de lesa humanidad.
Cuando llegamos sobre el medio día, los Jueces se habían protegido de nosotros. ¡¡DE NOSOTROS!! El frente del edificio estaba vallado. Numerosos policías federales, más numerosos que los integrantes de los organismos, formaban barrera en lo alto de las escalinatas mientras que otros, cubrían los accesos laterales. Alguno ostentaba un arma larga. Otros usaban chalecos antibalas. Sobre la vereda opuesta dos policías muy pertrechados contenían a los perros "antimotines".
Realizamos el acto en la vereda. Las intervenciones ante el micrófono se refirieron a la realidad de la justicia en materia de delitos del terrorismo de Estado: ningún represor está preso, aquellos que lo estaban fueron excarcelados, uno de los más destacados por su actuación en el temible D-2 fue autorizado para salir de veraneo por dos meses, los hermanos de las víctimas son excluidos de las causas por falta de legitimidad, los planteos de los defensores oficiales de Menéndez y demás genocidas dilatan los trámites hasta el infinito, etc.
Después, decidimos entrar de todos modos, pacíficamente, al hall. Subimos un tramo. Parlamentamos con los policías. Cámaras periodísticas nos acompañaban. De pronto empezamos a entrar. Y entramos nomás. Realizamos un breve segundo acto. A los Camaristas excarceladores les dijimos cómplices. Ellos son concientes de que lo son, pero está bueno decirlo en voz alta entre los mármoles de la augusta casa.
Rodeados de policías, de armas de fuego, de chalecos antibalas, de perros, de vallas, para defenderse de un puñado de personas que reclaman justicia para 200 desaparecidos de esta provincia: los Jueces Federales de Mendoza no tienen vergüenza!
PARA QUIEN NO PUEDA CREERLO, SIGUEN FOTOGRAFIAS.
(Fuente:Rdendh).
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