Vistas satelitales del "Lago Negro de Rhasa" ( extraídas del portal Cancercrisis)
"La democracia es la continuacion de (los negocios de) la dictadura por otros medios…" podría decir un escéptico al ver la historia de los terrenos sobre los que funcionó el centro represivo de la dictadura militar en nuestra zona, conocido como "Area Delta 400". Este centro clandestino de detencion de personas, sede operativa de centenares de secuestros, funcionaba en la Fábrica Militar de Tolueno Sintético, ("El Tolueno", para los campanenses), un predio de aproximadamente 90 hectáreas de superficie al sur de la destilería de capitales estadounidenses Exxon, en Campana.
Esta Fábrica Militar fue creada por Juan Domingo Perón en el año 1952 para fabricar tolueno sintético, en épocas en que el General especulaba con que una Tercera Guerra Mundial obligaría a la Argentina a convertirse en proveedor de ambos contendores, como ocurrió con las dos primeras.
Como la única guerra que estalló fue la Guerra Fría, la fábrica se dedicó a refinar combustibles para las fuerzas armadas bajo la marca "Famitol" (Fabrica Militar Tolueno)
En sus tanques y piletones, durante los años de plomo, permanecieron inconscientes durante días enteros, maniatados y encapuchados, decenas de prisioneros de la dictadura. Los que sobrevivieron reconocieron luego el lugar por el fuerte olor a gases de hidrocarburos que los mantenían mareados, como "drogados".
En los primeros 90 la fábrica militar pasó a manos privadas, y con el tiempo se transformó en la refinería no integrada "Rhasa", vinculada a importación y distribución de hidrocarburos con 56 tanques de almacenamiento y un puerto propio. Esa empresa de la familia Sambucetti -aunque se la vinculó en su momento al sindicalista Diego Ibáñez, a cambio del aval sindical para privatizar YPF-, tuvo serios problemas con la Justicia por evasion fiscal.
Y en sus terrenos, bajo los cuales no se debería descartar que existan restos fósiles de desaparecidos, actualmente se halla una verdadera atracción turística de Campana, el "Lago Negro de Rhasa" (foto), un manto de contaminación producto del depósito de combustibles durante décadas sin control ni remediación.
Ahora, con los acuerdos firmados por el Ministro Julio De Vido en Moscú, allí se emplazará la cuarta petrolera más grande del mundo, la rusa Lukoil, con el supuesto fin de aliviar la dependencia energética que tenemos los argentinos de la Venezuela chavista.
A su vez, el fuel oil que produciría Lukoil abastecerá en invierno a la Termoelectrica Gral. Belgrano, a escasos 5 kilómetros de allí.´
A continuación, una nota del portal lapoliticaonline.com.ar que arroja luz sobre los nuevos negocios energéticos multinacionales impulsados por De Vido en Campana.
Pobater, la nueva y sombría empresa de De Vido
Justo al lado de Julio De Vido, cuando éste firmaba en Moscú el acuerdo de inversiones petroleras con el gigante ruso Lukoil, quien miraba atento toda la ceremonia era Horacio Sambucetti, uno de los empresarios que viajó especialmente invitado por la comitiva presidencial y que se erigió como el gran beneficiario del negocio energético bilateral.
Sambucetti es dueño de Pobater, una empresa privada que será socia de Lukoil y la estatal argentina Enarsa "en el desarrollo de una ampliación de una planta de tancaje de combustibles en Campana, a orillas del río Paraná, muy cerca de la usina térmica general Belgrano que inauguramos con la Presidenta en marzo de este año", explicó el ministro de Planificación.
Claro que la historia de la familia Sambucetti en el mercado de los combustibles y en los vínculos con el kirchnerismo no son nuevos, así como tampoco queda bien claro si el traje de "empresa privada" le queda bien a esta nueva empresa a mano del todopoderoso ministro.
Es que si bien en los papeles no tiene porción accionaria el Estado, Pobater fue una especia de moneda de cambio para que el kirchnerismo rescate Rhasa, una histórica empresa de combustibles propiedad de la familia Sambucetti, quien tras quedar al borde de la quiebra fue adquirida en sociedad, casualmente, por Pobater y Enarsa, junto con la petrolera venezolana PDVSA. Lo que es decir, en distintas palabras, por Horacio Sambucetti y Julio De Vido.
El negocio entre Lukoil, Enarsa y Pobater prevé la construcción de una planta de almacenamiento de combustibles en Campana y proveerá gas oil y fuel oil a la Argentina por cinco años. Será una inversión de 500 millones de dólares, de los cuáles los primeros 15 estarán destinados a la construcción que encabezará Pobater.
Persecución evasiva
La familia Sambucetti, integrada, además de por Horacio, por Jorge y Fabián Sambucetti, se dedica a los combustibles desde hace muchos años. Jorge –aparentemente el mayor de la familia- era dueño de Rhasa. Cuando ésta cayó víctima de la presión fiscal y judicial, Horacio Sambucetti creó Pobater y se asoció con Enarsa en la empresa de su propia familia.
Pero la situación que viven hoy los Sambucetti es muy distinta a la que pasaron a fines de los noventa, cuando sus vínculos políticos estaban lejos del kirchnerismo pero no por eso eran menos poderosos.
Esta familia quedó expuesta luego de una denuncia que los involucraba en un caso de evasión fiscal multimillonario y con una estrecha carga política, ya que uno de los implicados era un ex funcionario alfosinista.
El ex titular de la DGI y ex director del Banco Central, Marcelo Da Corte, vivió un momento duro cuando se dio cómo prófugo cuando un juez federal dictó su captura por una supuesta evasión fiscal millonaria. El delito que se le imputa es el de contrabando y evasión de tributos por 37 millones de dólares. ¿Qué tiene esto que ver con los Sambucetti? Que esta familia fue, según la Justicia, la otra pata del grosero desfalco.
"Da Corte, junto a otras cinco personas –entre ellas Jorge, Fabían y Horacio Sambucetti-, habría cometido evasión con importación de combustibles. La Justicia investigó tras una denuncia de la Aduana y de la AFIP. Los allanamientos se realizaron en la Capital, en San Luis y en Campana, en estancias Realicó, Emexal –de Da Corte- y en la firma Rhasa –de los Sambucetti-", afirmaba el diario Clarín el sábado 20 de marzo de 1999.
Según contaba el matutino, "la petrolera Rhasa importaba combustibles y habría hecho figurar que se lo vendía a las empresas que preside Da Corte, para aprovechar los beneficios de la promoción industrial de San Luis. La Justicia sospecha que las transacciones son falsas y que Estancias Realicó no tendría la infraestructura mínima para almacenar y comercializar el combustible. También se habría comprobado que el destinatario final del combustible habría sido la petrolera Rhasa y que la compañía de Da Corte se usaba para evadir".
Por toda esta situación, también tuvo pedido de captura Jorge Sambucetti y Fabían y Horacio estuvieron prófugos, mientras solicitaban una exención de prisión. Da Corte, director del Banco Central entre 1983 y 1985, y jefe de la DGI entre 1986 y 1989, fue acusado de asociación ilícita con los Sambucetti. Mientras que Rhasa siguió siendo investigada por adulteración de combustibles.
Rhasa
La empresa que De Vido nombraba "a orillas del Paraná" no es otra que Rhasa. En su pagina oficial, la empresa que es sociedad de Pobater, Enarsa y PDVSA describe: "se levanta sobre la margen del Río Paraná de las Palmas a 72.5 km de Capital Federal. Emplazada en una zona industrial, ocupa aprox. 90 hectáreas de superficie, con 9.600 m2 de instalaciones".
"Nuestra refinería cuenta con una capacidad de proceso de crudo de 7.000 barriles/día. Para atender con agilidad y eficiencia a su red de distribución, RHASA dispone de 57 tanques en pleno funcionamiento, sumando un total de 97.000m3 de capacidad de almacenamiento para combustibles líquidos", dice la página. Estos son, justamente, los tanques donde el dinero de Lukoil pagará su expansión.
A su vez, Rhasa es uno de los principales proveedores de combustibles del Estado. "Opera dentro del mercado mayorista proveyendo entre otros al Estado, en el área de Seguridad Nacional", detallan. Como en los años de plomo.
La empresa Pdvsa y Enarsa anunciaron en septiembre de 2005 su intención de comprar la firma argentina, con un desembolso cercano a los 31 millones de dólares. Sin embargo, la operación estaba frenada por una deuda impositiva de 100 millones de pesos (32 millones de dólares) que tenía Rhasa con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de Argentina. Luego, el asunto pudo llegar a buen puerto.
(Fuente:Rdendh-ZarateInforma).
Pobater, la nueva y sombría empresa de De Vido
Justo al lado de Julio De Vido, cuando éste firmaba en Moscú el acuerdo de inversiones petroleras con el gigante ruso Lukoil, quien miraba atento toda la ceremonia era Horacio Sambucetti, uno de los empresarios que viajó especialmente invitado por la comitiva presidencial y que se erigió como el gran beneficiario del negocio energético bilateral.
Sambucetti es dueño de Pobater, una empresa privada que será socia de Lukoil y la estatal argentina Enarsa "en el desarrollo de una ampliación de una planta de tancaje de combustibles en Campana, a orillas del río Paraná, muy cerca de la usina térmica general Belgrano que inauguramos con la Presidenta en marzo de este año", explicó el ministro de Planificación.
Claro que la historia de la familia Sambucetti en el mercado de los combustibles y en los vínculos con el kirchnerismo no son nuevos, así como tampoco queda bien claro si el traje de "empresa privada" le queda bien a esta nueva empresa a mano del todopoderoso ministro.
Es que si bien en los papeles no tiene porción accionaria el Estado, Pobater fue una especia de moneda de cambio para que el kirchnerismo rescate Rhasa, una histórica empresa de combustibles propiedad de la familia Sambucetti, quien tras quedar al borde de la quiebra fue adquirida en sociedad, casualmente, por Pobater y Enarsa, junto con la petrolera venezolana PDVSA. Lo que es decir, en distintas palabras, por Horacio Sambucetti y Julio De Vido.
El negocio entre Lukoil, Enarsa y Pobater prevé la construcción de una planta de almacenamiento de combustibles en Campana y proveerá gas oil y fuel oil a la Argentina por cinco años. Será una inversión de 500 millones de dólares, de los cuáles los primeros 15 estarán destinados a la construcción que encabezará Pobater.
Persecución evasiva
La familia Sambucetti, integrada, además de por Horacio, por Jorge y Fabián Sambucetti, se dedica a los combustibles desde hace muchos años. Jorge –aparentemente el mayor de la familia- era dueño de Rhasa. Cuando ésta cayó víctima de la presión fiscal y judicial, Horacio Sambucetti creó Pobater y se asoció con Enarsa en la empresa de su propia familia.
Pero la situación que viven hoy los Sambucetti es muy distinta a la que pasaron a fines de los noventa, cuando sus vínculos políticos estaban lejos del kirchnerismo pero no por eso eran menos poderosos.
Esta familia quedó expuesta luego de una denuncia que los involucraba en un caso de evasión fiscal multimillonario y con una estrecha carga política, ya que uno de los implicados era un ex funcionario alfosinista.
El ex titular de la DGI y ex director del Banco Central, Marcelo Da Corte, vivió un momento duro cuando se dio cómo prófugo cuando un juez federal dictó su captura por una supuesta evasión fiscal millonaria. El delito que se le imputa es el de contrabando y evasión de tributos por 37 millones de dólares. ¿Qué tiene esto que ver con los Sambucetti? Que esta familia fue, según la Justicia, la otra pata del grosero desfalco.
"Da Corte, junto a otras cinco personas –entre ellas Jorge, Fabían y Horacio Sambucetti-, habría cometido evasión con importación de combustibles. La Justicia investigó tras una denuncia de la Aduana y de la AFIP. Los allanamientos se realizaron en la Capital, en San Luis y en Campana, en estancias Realicó, Emexal –de Da Corte- y en la firma Rhasa –de los Sambucetti-", afirmaba el diario Clarín el sábado 20 de marzo de 1999.
Según contaba el matutino, "la petrolera Rhasa importaba combustibles y habría hecho figurar que se lo vendía a las empresas que preside Da Corte, para aprovechar los beneficios de la promoción industrial de San Luis. La Justicia sospecha que las transacciones son falsas y que Estancias Realicó no tendría la infraestructura mínima para almacenar y comercializar el combustible. También se habría comprobado que el destinatario final del combustible habría sido la petrolera Rhasa y que la compañía de Da Corte se usaba para evadir".
Por toda esta situación, también tuvo pedido de captura Jorge Sambucetti y Fabían y Horacio estuvieron prófugos, mientras solicitaban una exención de prisión. Da Corte, director del Banco Central entre 1983 y 1985, y jefe de la DGI entre 1986 y 1989, fue acusado de asociación ilícita con los Sambucetti. Mientras que Rhasa siguió siendo investigada por adulteración de combustibles.
Rhasa
La empresa que De Vido nombraba "a orillas del Paraná" no es otra que Rhasa. En su pagina oficial, la empresa que es sociedad de Pobater, Enarsa y PDVSA describe: "se levanta sobre la margen del Río Paraná de las Palmas a 72.5 km de Capital Federal. Emplazada en una zona industrial, ocupa aprox. 90 hectáreas de superficie, con 9.600 m2 de instalaciones".
"Nuestra refinería cuenta con una capacidad de proceso de crudo de 7.000 barriles/día. Para atender con agilidad y eficiencia a su red de distribución, RHASA dispone de 57 tanques en pleno funcionamiento, sumando un total de 97.000m3 de capacidad de almacenamiento para combustibles líquidos", dice la página. Estos son, justamente, los tanques donde el dinero de Lukoil pagará su expansión.
A su vez, Rhasa es uno de los principales proveedores de combustibles del Estado. "Opera dentro del mercado mayorista proveyendo entre otros al Estado, en el área de Seguridad Nacional", detallan. Como en los años de plomo.
La empresa Pdvsa y Enarsa anunciaron en septiembre de 2005 su intención de comprar la firma argentina, con un desembolso cercano a los 31 millones de dólares. Sin embargo, la operación estaba frenada por una deuda impositiva de 100 millones de pesos (32 millones de dólares) que tenía Rhasa con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de Argentina. Luego, el asunto pudo llegar a buen puerto.
(Fuente:Rdendh-ZarateInforma).
1 comentario:
Hola, les cuento que llegamos a fin de año con unos cuantos despidos en la empresa RHASA. Sobre lo publicado en esta entrada se le puede sumar mas información como para hacer un libro... si hasta una pequeña perlita: con el gobierno de Kirchner tuvimos durante un periodo como gerente general al Sr. Ruben Bufano (alias Polo)...
Quería saludarlos, que tengan un buen año... nos vemos en el próximo comentario...
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