19 de enero de 2009

FRANJA DE GAZA.

LA CIUDAD EN EL SUR DE GAZA TRAS LA OFENSIVA
En Rafah, nada queda en pie

Por Donald Macintyre *
Desde Rafah, Gaza
Aun en la oscuridad pueden verse las pilas de escombros. A mi derecha, me indica Jawwad Harb, un vecino, estaba la estación de policía; más allá había casas y donde sólo alcanzo a ver una torre de escombros aún más grande que la anterior, había un parque lleno de juegos para niños, su lugar preferido en el barrio. Todo esto desapareció con los primeros bombardeos israelíes, ya que sostienen que desde estos lugares se los atacaba. “Aquí jugaban los niños. Sólo ellos”, me indica Harb.
La ciudad de Rafah, en el extremo sur de Gaza, fue quizá la que más sufrió los ataques de Israel a lo largo de los últimos ocho años. A pesar de ello, la destrucción sufrida recientemente es evidente. Nada queda en pie. Al cruzar la frontera desde Egipto, por primera vez desde que comenzó la ofensiva ya que los israelíes habían prohibido el ingreso a toda la prensa extranjera, lo primero que uno ve son las luces rojas de las ambulancias que iluminan la noche. Ellas son el signo más claro de lo que pasó aquí durante las últimas tres semanas. Miro delante de mí y veo un muchacho, tal vez de unos 15 años, siendo trasladado de una camilla a otra. Los paramédicos se esfuerzan para que sus miembros no se desprendan de su cuerpo.
Ya pasada la medianoche, aquí, en esta ciudad de donde decenas de miles huyeron escapando a la muerte, se oye un solo ruido: el de los aviones israelíes tripulados sin piloto que sobrevuelan el área, a modo de recordatorio de lo frágil del cese el fuego.
Anoche, Ismail Haniyeh, primer ministro de Hamas en la Franja, oculto desde el comienzo de la ofensiva, volvió a aparecer. Declaró la victoria sobre Israel y dijo que la decisión de su movimiento de plegarse al cese del fuego fue sabia y prudente. Pero le tomó poco tiempo aclarar que el alto el fuego es precario, y que si Israel no se retira de la franja en una semana, los combates se reanudarán.
Camino por las calles y veo a la gente salir a hacer las compras. Los negocios están abiertos de vuelta y todo parece casi normal. Aun así, nadie, aquí, parece dudar de que, en efecto, los combates se reanudarán de un momento a otro.
* De The Independent de Gran Bretaña.

LIDERES DE EUROPA Y MEDIO ORIENTE NEGOCIAN LA DURABILIDAD DE LA TREGUA
Cumbre para llevar paz a Gaza
Sarkozy (izq.) y Zapatero (der.) viajaron a Jerusalén para reunirse con Olmert (cen.) luego de la cumbre.
Imagen: AFP

Líderes europeos y de Medio Oriente se reunieron ayer en Egipto con el objetivo de consolidar el reciente alto el fuego declarado unilateralmente por Israel luego de 23 días de bombardeos sobre Gaza. La necesidad de que el gobierno israelí retire sus tropas de la Franja así como lograr un acuerdo durable ocuparon lugares importantes en la agenda. “Es necesario continuar nuestros esfuerzos para consolidar el alto el fuego y garantizar la retirada de las tropas israelíes”, afirmó el jefe de Estado anfitrión, Hosni Mubarak, quien presidió la cumbre en conjunto con su par francés, Nicolás Sarkozy. Al finalizar el encuentro en territorio egipcio, los europeos se encontraron en Jerusalén con el premier israelí, Ehud Olmert, para continuar negociando.
La reunión comenzó con optimismo. “La última vez que visité Egipto sólo se hablaba el lenguaje de las armas. Hoy hablamos de cómo asegurar la paz”, declaró Sarkozy. Por su parte, el premier británico, Gordon Brown, criticó en duros términos a Israel. “Todavía queda por descubrir buena parte de la magnitud de esta tragedia. Pero si una cosa ya está clara es que demasiada gente inocente murió en esta ofensiva, demasiados niños perdieron sus vidas”. A pesar de ello, fuentes locales aseguraron que las negociaciones no fueron fáciles.
En cuanto a la permanencia de las tropas israelíes al interior de la Franja, la posición fue unánime. “Israel debe retirar a sus soldados de inmediato. Es la única manera de garantizar la estabilidad de cualquier acuerdo”, sentenció el mandatario francés. Hamas anunció ayer que respetará el cese el fuego por una semana, plazo en el cual Tel Aviv debe retirar a sus tropas; de lo contrario, los combates se reanudarán, según afirmó el movimiento islamista en declaraciones a la prensa.
Sharm el Sheik, balneario ubicado al sur de la península del Sinaí y a orillas del mar Rojo, fue el lugar elegido para la negociación diplomática. A la conferencia asistieron los jefes de Estado y de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero (España), Angela Merkel (Alemania), Gordon Brown (Gran Bretaña), Silvio Berlusconi (Italia), Abdulah Gul (Turquía), el Rey Abdalah II (Jordania), así como Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina (AP) y Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas.
Además de la necesidad de consolidar el alto al fuego ratificado ayer por Hamas, los líderes discutieron acerca de los mecanismos que se implementarán para combatir el contrabando de armas hacia Gaza desde territorio egipcio. Mubarak volvió a reiterar su oposición al despliegue de cualquier fuerza internacional de su lado de la frontera, argumentando que ello violaría su soberanía. Francia, Gran Bretaña y Alemania, por su parte, se mostraron dispuestas a enviar buques de guerra a la zona a fin de evitar el contrabando.
Respecto de la ayuda humanitaria, los gobiernos de París, Madrid y Londres ya anunciaron incrementos en sus envíos de insumos y equipamiento médico para los próximos días, así como alimentos y todo tipo de material humanitario. “España no ahorrará esfuerzos diplomáticos o financieros para ayudar al pueblo palestino y encaminar nuevamente un proceso de paz en la región”, declaró Zapatero.
“El objetivo es muy importante: impulsar el proceso de paz hacia delante. Por ello debemos unir todas nuestras fuerzas para lograr la reconciliación nacional de los palestinos”, declaró el presidente egipcio sobre el final del cónclave, quien insistió en la necesidad de garantizar un acuerdo de largo plazo que lleve hacia una solución integral del conflicto.
Este es el segundo intento de Mubarak por buscar un consenso internacional sobre Gaza desde que Israel comenzó el bombardeo del enclave palestino, el 27 de diciembre pasado. El anterior, un plan para el alto el fuego temporario con el objetivo de hacer llegar ayuda humanitaria a la población civil palestina, no fue aceptado por las partes en conflicto. Al finalizar el encuentro, los líderes de Alemania, Francia, Gran Bretaña, España y República Checa– país que ejerce la presidencia temporaria de la Unión Europea– volaron hacia Jerusalén luego de aceptar una invitación a cenar del premier israelí. “Tenemos la intención de salir de Gaza tan pronto como sea posible a partir del momento que la seguridad de los ciudadanos del sur del país esté garantizada. No existe ningún deseo de ocupar el territorio”, aseguró Olmert ante los líderes europeos.

EL REAL COSTO HUMANO COMIENZA A VERSE
“Aquí hay historias aún no contadas”
Por Kim Sengupta *
Al tiempo que el ruido de las armas deja de oírse, el costo humano de 3 semanas de carnicería recién empieza a tomar forma.
Luego de 23 días de bombardeos y disparos de artillería, los habitantes de Gaza comienzan a buscar a sus muertos y desaparecidos entre las ruinas de sus hogares. El número de víctimas fatales palestinas al momento del cese el fuego alcanza la cifra de 1300; 410 de ellas fueron niños. Los heridos, más de 5300.
“Aquí hay historias todavía no contadas que deben buscarse entre los escombros para salir a la luz. Es imposible saber cuánto tiempo llevará esta tarea”, señala Chris Gunness, vocero de la Agencia de la ONU para los palestinos (Unrwa).
“Nos enfrentamos a destrucciones masivas. De nuestros 200 locales, 53 fueron reducidos a cenizas, entre ellos nuestro cuartel general, quemado desde sus cimientos por las bombas israelíes de fósforo blanco”, explica.“Tenemos que alimentar a 50.000 personas aquí en Gaza y no sabemos cómo llegaremos hasta ellas”, se lamenta el trabajador humanitario.
La familia Shahadeh se prepara para abandonar la ciudad de Gaza y volver a su hogar en Beit Lahiya, al norte. “Me dijeron que los demonios ya se fueron. Voy a regresar para ver cómo empiezo de cero. No tengo otra opción”, declara Riyadh, padre de familia.
Se supone que las clases iban a comenzar de vuelta esta semana, pero muchas escuelas, incluidas las de la ONU, ya no existen. “Encontramos nuestros libros y escritorios despedazados por las bombas. Los israelíes hicieron esto porque no quieren que tengamos una educación. Para ellos somos el enemigo”, sentencia Mohammed Yayya, de 15 años.
“Los niños pagaron el costo más alto en este conflicto. Muchos de ellos pasaron semanas con frío, hambre, privados de agua y atención médica, viendo solo muertes a su alrededor”, concluye Kate Redman, de la organización Save the Children.
* De The Independent de Gran Bretaña.

AMBAS PARTES SE DECLARARON VICTORIOSAS, UNA POR ALCANZAR LOS OBJETIVOS MILITARES, LA OTRA POR SU TRIUNFO POPULAR
Hamas aceptó la tregua e Israel se repliega

El ejército israelí comenzó un repliegue por fases, abandonando posiciones estratégicas ocupadas en suelo palestino.

Por Eduardo Febbro
Desde Sderot, sur de Israel, y Jerusalén
Una última salva de cohetes lanzados por Hamas contra el sur de Israel y la rápida respuesta del ejército israelí precedieron la confirmación de que, al menos por un período incierto, la guerra había marcado una pausa. Veinticuatro horas después de que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, decretara un alto el fuego unilateral, los misiles caseros de Hamas dibujaron en el cielo su humareda gris y encendieron las alarmas de las localidades sureñas. Luego, Hamas sacó a la superficie su retórica habitual y anunció, junto a otras facciones palestinas radicales de Gaza –como las Brigadas de Azdein El-Kasam– que cesarían sus ataques con cohetes contra el sur de Israel durante un período de siete días. Hamas y sus aliados dieron un plazo de una semana a Israel para abandonar el territorio palestino, de lo contrario reanudarán las hostilidades.
A la guerra real le siguió la confrontación de comunicados y amenazas, como si tres semanas de bombardeos y 1300 muertos sólo fuesen una metáfora más en el extenso y desequilibrado antagonismo entre israelíes y palestinos. Un portavoz del gabinete de Olmert respondió diciendo que Israel no considerará un calendario de retirada del suelo palestino hasta que Hamas ponga punto final a los disparos de cohetes. Entre ambas exigencias y pese a la ausencia formal de un pliego de compromisos mutuos entre el movimiento islamista e Israel, la brisa de una paz frágil se extendió sobre Gaza. Al anuncio de Hamas le siguió el principio de un retiro del ejército israelí de Gaza. Se trata de un repliegue por fases que se inició ayer con el abandono de posiciones estratégicas ocupadas por el ejército, pero que no significa el abandono total del territorio palestino.
El primer ministro israelí, que por la noche se reunió con los líderes europeos que habían participado en Egipto en una cumbre convocada por el presidente egipcio Hosni Mubarak (ver aparte), dijo a sus interlocutores que Israel retirará todas sus tropas “lo antes posible”, es decir, cuando se verifique que la tregua es “estable”. Los canales de televisión ya transmitían anoche imágenes de tanques y soldados de infantería dejando el enclave palestino con una gran sonrisa en los labios y una V de la victoria en las manos. Anoche había, en realidad, dos victorias paralelas: la de Israel, cuyos responsables políticos y militares proclamaron mil veces que todos los objetivos de la operación que se inició el 27 de diciembre habían sido alcanzados, y la de Hamas, que también hizo suya la victoria. El líder de Hamas en Gaza y primer ministro del territorio salió de su madriguera para clamar victoria. Ismail Haniyeh reivindicó una victoria palestina contra Israel. En un discurso transmitido por la televisión, el jefe de Hamas aseguró que “el enemigo no alcanzó sus objetivos”, habló de “victoria popular”, proclamó que “Dios nos acordó una gran victoria, no para una facción o un partido sino para todo el pueblo”, y terminó admitiendo que la tregua anunciada el domingo por el movimiento radical era una decisión “sabia y responsable”. Su retórica recuerda en muchos puntos la empleada por el difunto presidente iraquí Saddam Hussein durante las dos guerras del Golfo (1991 y 2002). En la primera, pese a la evidencia de la superioridad militar de la coalición internacional que se le iba a venir encima, Hussein hablaba de “la madre de todas las batallas”. En la segunda, cuando las tropas norteamericanas estaban en los suburbios de Bagdad, los portavoces del dictador seguían repitiendo a la prensa que las habían derrotado. Los responsables de Hamas dieron una muestra más de su incoherencia. Mientras sus emisarios negociaban en Egipto, los líderes de Hamas en el exilio decían que nunca aceptarían las condiciones de Israel, y cuando Egipto anunció que Hamas no rechazaba el plan de paz propuesto por El Cairo y París, los mismos líderes lo rechazaban en bloque.
En el medio quedó la población palestina, aplastada entre dos lógicas inconciliables, entre promesas y acuerdos jamás cumplidos, entre anuncios y perspectivas alentadoras borradas de la esperanza con represión, bloqueo, ocupación y bombas. Israel ha impuesto en esta guerra censurada a los medios de comunicación del mundo su innegable superioridad militar, pero se queda y se quedará siempre sin la victoria política que acompaña toda campaña militar exitosa. El Estado hebreo podrá inundar de bombas los territorios palestinos para reforzar su seguridad, pero no tiene ningún modelo que ofrecer mientras no abra un abanico posible de negociación y lo respete. La guerra en Gaza dejó también una víctima colateral en el camino, que es la misma Autoridad Palestina. Enfrascada en un letárgico proceso de paz marcado por los incumplimientos israelíes, la Autoridad aparece hoy como un ente normalizado, con corredores de comunicación directos con Occidente pero sin peso específico para ahorrarle a la población la aplanadora de la violencia.
Todos los radicalismos conducen al mismo callejón: mueren inocentes, mueren civiles, se destruyen ciudades, se ahonda la desesperanza y el martirio de los palestinos. La sociedad israelí, hastiada de estos ocho años durante los cuales Hamas lanzó cohetes en el sur de Israel, hizo bloque en torno de un primer ministro y de una jerarquía militar desacreditados por la calamitosa campaña del Líbano de 2006 y, en el caso de Ehud Olmert, acosado por la Justicia por sus vínculos con la corrupción. Hamas legitimó a un primer ministro en caída libre. En el mismo momento en que, a mediados de año, decía en París que un acuerdo de paz con los palestinos nunca había estado tan cerca, la Justicia israelí lo esperaba en Tel Aviv para interrogarlo.
Ayer, en Jerusalén, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, saludó la decisión israelí de detener la guerra, pero consideró que no era más que “un primer paso”. Hay que ir más lejos, dijo Sarkozy. El mandatario francés reconoció el pleno derecho de Israel a garantizar su seguridad, pero recalcó que “el lugar del Tsahal (el ejército israelí) no es Gaza”. Sarkozy propuso luego un camino en dos etapas. Una cumbre entre Israel y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y la convocatoria posterior a “una gran conferencia internacional”. Conferencias ya ha habido muchas y ninguna logró romper el círculo vicioso de la guerra. Prueba irrefutable de la disparidad de posiciones y legitimidades es la ausencia de Israel y el mismo Hamas en la cumbre convocada ayer por el presidente egipcio. El alto el fuego unilateral de Israel y el alto el fuego de Hamas no resuelven lo que estaba en juego para la población palestina: la apertura de los ejes de comunicación entre Gaza y el mundo exterior no aparece en ningún documento ni en ninguna intención. Hamas creció a la sombra de la mala gestión, la corrupción y el desencanto de la Autoridad Palestina. Ahora es un protagonista de peso.
La tregua en vigor es tanto más frágil que ni siquiera Hamas puede garantizar que las numerosas facciones palestinas que giran a su alrededor respeten lo pactado. “No hemos venido a conquistar Gaza”, dijo anoche Olmert. Sus tanques se fueron de una de las principales posiciones estratégicas que habían conquistado, la de la antigua colonia de Netzarim, en el sur de Gaza. Las tropas también se retiraron de Jabalina et Beit Lahya, en el norte de la Franja. Sin embargo, no dejaron el territorio palestino sino que se replegaron hacia la frontera interior de Gaza. Durante la tarde, los altoparlantes de las mezquitas de Gaza felicitaban a Hamas por su victoria, mientras los palestinos salían de sus casas para descubrir la luz y muchos más muertos.
(Fuente:Pagina12).

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