El Fiscalito
El abogado Carlos Jesús Rodríguez Mansilla es un conspicuo exponente de la derecha nacionalista santafesina. Su actuación pública en nuestra zona comenzó en 1987 con la revista Nueva Argentina. Desde entonces reivindica el terrorismo de estado, propone la mano dura como solución para la inseguridad y estigmatiza a la izquierda peronista, en una batalla, que ya lleva más de treinta años. Su matriz ideológica su moldeo a sangre y fuego en la última dictadura militar. Fue fiscal de la justicia procesista en la provincia de San Luis. En su foja de servicios aparecen secuestros, torturas y atentados dinamiteros. Su historia se hizo pública en el juicio que condenó a los represores puntanos.
Por Pablo Bosch - Publicado en revista Entre Líneas - Marzo de 2009
El 13 de marzo pasado, el Tribunal Oral Federal de San Luis condenó a tres policías y dos militares a la pena de prisión perpetua e inhabilitación de por vida con cumplimiento efectivo en cárcel común, por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. La lectura de las sentencias fue seguida por medio millar de personas que esperaban con expectante ansiedad la culminación del primer juicio contra el terrorismo de estado efectuado en la provincia de los hermanos Rodríguez Saa.
Los cinco represores condenados fueron acusados por el asesinato de Graciela Fiochetti, las desapariciones y asesinatos de Pedro Valentín Ledesma y Sandro Santana Alcaráz y los tormentos sufridos por Víctor Carlos Fernández.
El fallo emitido por los jueces Raúl Rodríguez, Roberto Burad y Roberto Nacif, mandó al penal de Marcos Paz a los militares Carlos Esteban Pla y Miguel Ángel Fernández Gez, mientras que a los policías Luis Orozco, Juan Carlos Pérez y Víctor David Becerra quedaron a cargo del servicio penitenciario de San Luis.
Durante la audiencia final, los periodistas locales destacaron la ausencia de funcionarios y legisladores del oficialismo puntano; mientras que, la diputada nacional Victoria Donda (presente en la lectura del veredicto) criticó al gobierno de Alberto Rodríguez Saá por no haber facilitado los medios para que estos delitos se pudieran esclarecer.
Esta reticencia se comprende y tiene que ver con el miedo a perder la libertad. A lo largo del juicio, con el aporte de los testigos, el relato de los sobrevivientes y las declaraciones de los acusados se logró reconstruir buena parte del entramado de complicidades donde se apoyó el aparato clandestino de represión que operó en la provincia de San Luis.
De acuerdo al pedido formulado por los abogados querellantes y la fiscalía, al menos 47 personas - entre militares, policías, funcionarios judiciales y religiosos - deberán ser citadas por el Tribunal Oral Federal por su presunta participación en crímenes de lesa humanidad, según las pruebas reunidas hasta el momento en la investigación.
En esta situación se encuentran los militares que integraron la plana mayor del GADA 141 y el Comando de Artillería 141 de San Luis en el año 1976. Lo mismo sucede con el actual camarista mendocino Carlos Martín Pereyra González, que en aquella época se desempeñaba como Secretario del Juzgado Federal puntano.
También será investigado el ex juez Federal de San Luis Eduardo Allende y se abrirá una nueva causa para el ex jefe del III Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, responsable del Área de Seguridad 333 con asiento en San Luis. Completando el abanico de complicidades, el tribunal también ordenó la apertura de una investigación sobre el ex obispo de San Luis, Juan Rodolfo Laise, a quien uno de los imputados, Miguel Ángel Fernández Gez, acusó de haberle pedido que hiciera "desaparecer" a un sacerdote que estaba enfrentado con el jerarca de la Iglesia Católica.
Pero el dato novedoso del juicio al terrorismo de estado en San Luis fue haber puesto al descubierto el funcionamiento de una estructura judicial cómplice que se plegó a la política de exterminio ejecutada por el aparato militar.
Hubo funcionarios judiciales que miraron para otro lado cuando tuvieron en sus manos un expediente con el hallazgo de dos cuerpos masacrados, hubo otros que rechazaron los pedidos de "habeas corpus" presentados por las familias de los secuestrados, y también existieron los que se sumaron por convicción al trabajo sucio del terrorismo de estado.
En esta última categoría, un nombre conocido para los santafesinos, repicó a lo largo de las audiencias de San Luis. Carlos Jesús Rodríguez Mansilla, alias "el fiscalito".Reaparece "el fiscalito"
El abogado Carlos Jesús Rodríguez Mansilla viene ocupando espacios en los medios de comunicación de nuestra ciudad desde el año 1987 cuando fundó la revista "Nueva Argentina" y se planteó el objetivo de alcanzar un país restaurado "en el orden y el trabajo, en el respeto a las instituciones fundacionales, en la dignidad nacional, y en una sociedad justa", según escribió en una editorial de 2005 cuando alcanzó las 200 ediciones con su pasquín.
A lo largo de estos años Rodríguez Mansilla desplegó un intenso activismo político difundiendo opiniones sobe los tópicos predilectos de la derecha vernácula. Sus columnas en el periódico "Sin Mordaza" y las apariciones televisivas junto a Carlos Delicia le permitieron explayarse sobre la necesidad mano dura para enfrentar la inseguridad, defender la actuación de las Fuerzas Armadas durante la dictadura y realizar una crítica feroz a los "izquierdistas" que llegaron al gobierno de la mano de Nestor Kirchner, entre otras cuestiones.
Pero lo que no se sabía en Santa Fe es que el hombre bajito, de pelo entrecano y bigote militar, que hablaba y escribía como un fascista, también había actuado como un fascista en la etapa más nefasta de la historia moderna argentina. durante la última dictadura militar.
El primer indicio sobre la actuación de Carlos Jesús Rodríguez Mansilla en la dictadura militar lo dio el periodista puntano Gustavo Senn, el 27 de enero de este año, cuando publicó un informe titulado: "El fiscalito Rodríguez se habría reciclado en la democracia".
La investigación de Periodistas en la Red se inicia luego que algunas personas de San Luis reconocieran la foto de este personaje en el portal de Internet Sin Mordaza. Si bien el paso del tiempo lo ha cambiado, y no todos lo reconocen indubitablemente, el periodista puntano sostiene que "la coincidencia ideológica es más que fuerte para poder presumir que se trata de la misma persona. Los términos que utiliza son casi idénticos de los que las fuerzas armadas utilizaban en la denominada "lucha contra la subversión" durante la dictadura".
Las dudas comenzaron a disiparse cuando el nombre del columnista de Carlos Delicia aparece en las listas de candidatos en las últimas elecciones nacionales. "Una intensa búsqueda en Internet permitió inferir que "el Fiscalito" no sería otro que Carlos Jesús Rodríguez Mansilla, que concurrió al colegio Corazón de María, en Alta Córdoba; el mismo que en las elecciones del 28 de octubre de 2007 fue candidato a diputado nacional por la alianza que realizó Alberto Rodríguez Saá con la Unión de Centro Democrático en Santa Fe", escribió Gustavo Senn.
"Personas que vivieron en la época en que Rodríguez era fiscal provincial, reconocieron la fotografía que está en el portal de la promoción del colegio cordobés y también en un sitio informativo llamado "Sin Mordazas", donde tiene una columna política", agregó el colega.
Pero la historia de Rodríguez Mansilla volvió a tomar notoriedad a partir de las declaraciones del testigo Arturo Negri en el juicio donde se investigó el asesinato de Graciela Fiochetti y las desapariciones de Sandro Santana Alcaraz y Pedro Valentín Ledesma.
En la audiencia del 23 de diciembre de 2008, este ex diputado nacional por el radicalismo, denunció que durante la dictadura fue detenido en San Luis por fuerzas militares y policiales que lo trasladaron a un centro clandestino ubicado en Velez Sársfield 50 de la capital cordobesa, donde fue salvajemente torturado.
Según relató en esa oportunidad, su detención se había producido a raíz de un enfrentamiento con el entonces Fiscal Carlos Jesús Rodríguez, nombrado en 1976 por el gobierno militar de San Luis, de quien dijo desconocer su paradero actual.
"Lo que pasó - dijo Negri - es que me compró un auto y después quería que no se lo cobrara", bajo la amenaza de vincularlo con la guerrilla.
En otra de las audiencias, el abogado del dirigente radical que logró rescatarlo de su detención clandestina, ratificó lo contado por Negri y agregó que Rodríguez "lo quiso apretar amenazándolo que lo iba a denunciar por Montonero y (Negri) lo corrió de una patada (...)". Después pasó lo que pasó, aseveró Carlos Acevedo, un hombre muy influyente en la sociedad puntana que además se desempeñó asesor de la policía y del servicio penitenciario durante la dictadura militar.
En su declaración ante el Tribunal Oral Federal de San Luis, este abogado aseguró que Rodríguez Mansilla integró "una banda" junto a tres agentes de inteligencia (Roberto Arce, Luis Saíz y Jorge Hugo Velázquez) que disputaba con otros grupos el control de la represión en San Luis.
Según explica el periodista Gustavo Heredia, el abogado Carlos Acevedo, es en la actualidad uno de los profesionales más temidos en el foro puntano debido a que sus colegas lo acusan de un escaso apego a las normas éticas de la profesión.
Desde ese lugar - y con la carga de su pasado de asesor legal de la policía de la dictadura - su testimonio fue muy valioso durante el juicio, porque permitió conocer los intereses cruzados y la internas que atravesaron al gobierno militar de San Luis, y que tuvieron como uno de sus protagonistas al abogado Carlos Jesús Rodríguez Mansilla.
"Yo trabajé como asesor del Ministerio de Gobierno hasta que un día el doctor Galante renunció al patrocinio de mi amigo Arturo Negri, en una denuncia ante el jurado de Enjuiciamiento contra el Fiscal Rodríguez, y me pidió que la firmara y la presentara yo".
Galante renunció a representar al dirigente radical luego que una bomba destruyó su casa y su auto. Cuando le preguntaron quienes fueron los autores del atentado, Acevedo respondió: "Un grupo de fanáticos que robaban y mataban en nombre de Dios". Luego se sabrá que ese grupo era el integrado por los seguidores del entonces fiscal provincial Carlos Jesús Rodríguez Mansilla.
"Yo hablo así de Rodríguez porque una vez, en un allanamiento a su casa encontré libros de Hitler, de Mussolini y un reclinatorio de oración. El fiscal Rodríguez aseguraba que él administraba la justicia Divina en la tierra y era protegido del brigadier Capellini, un brigadier que también era un fanático religioso y que se les levantó antes de tiempo contra el gobierno de Isabel Perón y por eso lo retaron. Luego de denunciar a Rodríguez a mí me exoneraron del gobierno y a mi hermano de la Universidad", aseguró Acevedo.
Luego relató que por una maniobra del fiscal Rodríguez "a mi amigo Arturo Negri lo detiene por izquierda la policía de Córdoba y se lo llevan y lo meten en un pozo y lo apalean durante cinco días, yo fui con su familia y nos entrevistamos con un teniente coronel retirado que nos guió por el camino correcto para sacarlo. A Negri lo salva que era subcomisario retirado de la provincia de Córdoba y eso sirvió para demostrar que no andaba en nada zurdo", dijo el abogado.
En otro momento del testimonio, el abogado querellante Enrique Ponce le preguntó a Carlos Acevedo: "¿Supo que el fiscal Rodríguez haya mandado a matar a Pla?", por entonces militar a cargo de la subjefatura de la Policia de San Luis.
"A Plá no sé, pero a mí y a Negri sí", dijo el testigo, que además aseguró que a su cabeza le había puesto precio y que "estábamos más preocupados por los fanáticos religiosos que por los subversivos. Yo me gasté una fortuna en solicitadas para mantenerme indemne, para que no efectivizaran los 50 mil pesos que habían ofrecido para matarme".
Según Acevedo, el "Fiscalito" - como se lo conocía en San Luis a Rodríguez Mansilla por su escasa contextura - era protegido de la Aeronáutica que en el reparto del poder se había quedado con la gobernación puntana. "Luego de la denuncia (contra Rodriguez) fui exonerado y no se me permitió el ingreso a la casa de Gobierno por cinco años", lamentó el abogado.
Otro testigo que aportó datos sobre el desempeño del "Fiscalito" fue el ex juez federal de San Luis, Alfredo Manuel Rodriguez. En la audiencia del 21 de enero pasado relató: "Nuestra amistad con el fiscal se cortó porque, si mal no recuerdo, el pretendía que yo detuviera al empresario Negri. Nunca me voy a olvidar la frase que me dijo entonces el fiscal, me dijo: O se está conmigo o se está en mi contra. Incluso recuerdo que un tiempo después me llamó Fernández Gez (militar a cargo del Area de Seguridad 333 con asiento en San Luis) para decirme que le había llegado una directiva desde el Tercer Cuerpo de Ejército, de que me tenía que investigar porque el fiscal Rodríguez me había denunciado como presunto izquierdista".
En su declaración del ex juez federal sostuvo: "Al fiscal Rodríguez varias veces lo vi preocupado. Él era muy especial, una persona muy extraña y como que quería siempre dar la impresión de andaba en algo pesado. Siempre hacía alarde de sus vinculaciones en las altas esferas militares. Rodríguez era de extrema derecha y antisemita a muerte. Me acuerdo claramente que leía unas publicaciones terribles, que las traía de Córdoba", aseguró Rodríguez.
También habló sobre el pasado del columnista de Sin Mordaza, el ex subjefe de la policía de San Luis durante la dictadura militar, Carlos Esteban Pla, condenado al final del juicio a cadena perpetua por privación ilegítima de la libertad agravada; tormentos agravados; homicidio doblemente agravado por alevosía y premeditación por tres hechos en concurso real, todo calificado como delitos de lesa humanidad.
Este militar pidió ampliar su declaración indagatoria cuando surgieron en los otros testimonio referencias al accionar del fiscal Carlos Jesús Rodríguez. "Ese fiscalito apareció acá a fines de 1976 y de entrada no me cayó bien. Pedantón, soberbio, viene y me pide una entrevista y me dice que es hombre de Capellini. Cuando me habla del brigadier Capellini de inmediato lo ubico como nacionalista y de ultraderecha. Lo que me dice es que hay que meter presos a todos los judíos y sacarles plata y me empieza a nombrar a Chada, Rachid, Hissa que no eran judíos sino turcos. Casi lo saco por la ventana. Ese fue el origen de que el fiscalito haya estado en la mira de las autoridades judiciales, militares y policiales. Veinte años después de todo el desastre que hizo acá, el brigadier Godoy me dice que el fiscalito seguía siendo auditor de la Fuerza Aérea", apuntó Pla en su segunda declaración ante el Tribunal Oral Federal de San Luis.La Carta a Massera
En 1976 cuando los militares instauraron el denominado Proceso de Reorganización Nacional, el abogado Carlos Jesús Rodríguez Mansilla fue designado fiscal en la provincia de San Luis; y desde ese cargo, el hombre que más adelante postularía la necesidad de "restaurar una nueva Argentina", reactivó algunas investigaciones judiciales de interés para el poder militar puntano.
En ese contexto el Fiscal Rodríguez presenta en el Juzgado del Crimen Nº2 de San Luis, a cargo de Héctor Tizeira del Campillo, un pedido de intervención de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas para que analice la actividad de las empresas Dovecar, Negri Automotores y Ombú Automotores, ya que a su entender estarían involucradas en delitos contra el patrimonio del Estado (fraude a la administración pública, cohecho, etc.) y vinculadas con la organización Montoneros.
Fue así que el ex diputado nacional por la UCR, Arturo Jesús Negri, fue detenido en su concesionaria por una comisión policial-militar, trasladado a Villa Dololores y posteriormente a un centro de detención clandestino ubicado en la ciudad de Córdoba, donde fue "salvajemente torturado", siendo testigo en ese lugar de la muerte de un detenido. "Un muchacho de unos 30 años, a quien colgaron de las muñecas y lo golpearon en el estómago hasta que falleció", según consta en la declaración testimonial brindada por este dirigente.
Tal como explicó en las audiencias el abogado Carlos Acevedo, la detención y tortura de Negri se volvieron en contra del fiscal Rodríguez, a tal punto que termino enfrentando un jury de enjuiciamiento por su actuación en este caso.
Frente a estas circunstancias un grupo de veinte "vecinos notables" de San Luis, entre los que se encontraba Alberto Rodríguez Saá, enviaron una carta al entonces almirante Emilio Eduardo Masera, acusando a Negri, y a dos ex funcionarios del gobierno Justicialista depuesto de tener relaciones con movimientos "subversivos", por lo cual, pedían para ellos "un castigo ejemplar".
"El sentido de este petitorio es requerir la exhaustiva investigación y en su caso el castigo ejemplar, de eventuales negociaciones realizadas en perjuicio del Estado y vinculadas a organizaciones subversivas. Asimismo, solicitar garantías para los ciudadanos que patrióticamente investigan estas actividades inmorales y procuran su juzgamiento por las autoridades competentes", decía parte de la misiva enviada al jefe de la Armada.
En otro tramo de la carta, estos vecinos notables solicitan "que se lleven a cabo hasta las últimas consecuencias las investigaciones iniciadas por el Dr. Carlos Jesús Rodríguez" y que "la situación a que se ha llevado" al agente fiscal "sea resuelta en forma rápida y justa".
Una copia de este documento fue entregada por Negri al Tribunal Oral Federal para que sea incorporada al conjunto de pruebas reunidas durante el juicio que condenó a cinco represores que actuaron en San Luis durante la dictadura militar."No conozco nada"
A partir de las noticias publicadas en San Luis comenzamos a preguntarnos si el funcionario judicial señalado en el juicio como "el Fiscalito" era la misma persona que conocemos en Santa Fe como columnista de Sin Mordaza y candidato a diputado nacional por la Unión de Centro Democrático, en alianza con Adolfo Rodríguez Saa.
Para verificarlo obtuvimos el número de documento consignado en la investigación de los bombazos perpetrados en Mendoza y lo cruzamos con los datos que figuran en el padrón electoral de nuestra provincia. El resultado no permite dudas, se trata de la misma persona.
Con estos datos corroborados nos propusimos dialogar con Rodríguez Mansilla. Primero llamamos al teléfono de su domicilio particular. No lo encontramos. Luego nos comunicamos a su teléfono celular, con el siguiente resultado:
EL: Buen día, mi nombre es Pablo Bosch de la revista Entre Líneas, tiene unos minutos para una consulta.
CJRM: Si
EL: ¿Esta al tanto del juicio a cinco represores de la dictadura que se realizó en San Luis?
CJRM: No conozco nada.
EL: Le pregunto porque en las audiencias surgieron acusaciones contra un fiscal que tiene su mismo nombre.
CJRM: No conozco nada.
EL: Pero usted al menos me puede confirmar o descartar si se desempeño como fiscal en San Luis durante el proceso militar.
CJRM: No conozco nada.
EL: Insisto porque estoy escribiendo una nota...
CJRM: ¿Usted habla castellano? Entienda, no conozco nada.
EL: ...CJRM: Pablo, le agradezco la llamada. Mucho gusto.Un lugar en el mundo
El conjunto de testimonios escuchados en las audiencias del Tribunal Oral Federal de San Luis permiten concluir que la actuación en esa provincia de Carlos Jesús Rodríguez Mansilla no terminó de la mejor manera. Según explicó a Entre Líneas el abogado querellante Enrique Ponce, las acciones del "fiscalito" y su grupo de cruzados se salieron de control cuando emprendieron una campaña de atentados dinamiteros.
En la capital puntana, el bombazo a la casa y el auto de un juez encendieron las primeras señales de alarma. Luego vinieron otros dos atentados en Mendoza contra los domicilios de un médico y un abogado. Por estos hechos se abrió una investigación judicial que terminó con la condena de los tres compañeros de ruta de Rodríguez Mansilla y una falta de mérito a su favor, que en algo compensó el breve tiempo que pasó en prisión.
Rodriguez Mansilla llegó a tierras puntanas proveniente de Córdoba. Hasta ese momento se había desempeñado como empleado del Ministerio de Trabajo de la Nación. En junio de 1976 es designado Fiscal en el poder judicial de San Luis. Al poco tiempo comenzó a dar clases en el Instituto Santo Tomás de Aquino, una de las instituciones educativas más conservadoras de la ciudad.
Luego del traspié sufrido en Mendoza su huella desaparece de la región. Pero al poco tiempo reaparece en Santa Fe. Su nuevo lugar en el mundo.
Según pudo establecer Entre Líneas, este emblemático militante de la palabra y la acción, en la actualidad se desempeña como empleado de planta permanente, categoría 21, de la Cámara de Diputados de Santa Fe. En ese destino se encuentra desde el año 1992, cumpliendo funciones que resultan difícil de precisar, teniendo en cuenta que no fue posible ubicarlo en un lugar de trabajo determinado.
Rastreando un poco más atrás, encontramos que el "Fiscalito" también encontró lugar en la Cámara de Senadores de Santa Fe, entre agosto de 1984 y diciembre de 1987, para luego pasar al ex Banco Provincial de Santa Fe, donde tuvo trabajo entre febrero de 1988 y julio de 1990.
En paralelo Carlos Jesús Rodríguez Mansilla se fue abriendo caminos en los medios de comunicación. En 1987 fundó la revista Nueva Argentina, que según la opinión experta del director del periódico Sin Mordaza "se ha convertido en un ícono de la prensa política santafesina", a tal punto, que durante la gestión de Jorge Obeid esta publicación de "derechas" recibió $2.000 por mes en concepto de publicidad oficial.
Retribuyendo los halagos, "el Fiscalito" es habitual columnista del envió televisivo de Carlos Delicia, compartiendo pantalla con el periodista Carlos Cenoz, identificado recientemente por los organismos de derechos humanos de Reconquista como Personal Civil de Inteligencia durante la pasada dictadura militar.
A 26 años del último golpe militar en la Argentina, historias como las de Rodríguez Mansilla sirven para comprender el origen de algunas voces, supuestamente carentes de pasado, que se erigen en fiscales de la Patria para recomendar las viejas recetas autoritarias para los problemas de nuestra sociedad.
(Fuente:Rdendh).
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