27 de agosto de 2009

UN VIEJO PECADO COLOMBIANO SE REENCAUCHA Y SE REJUVENECE.

Por Apolinar Díaz – Callejas

Bajo el gobierno colombiano de Uribe Vélez hay una creciente tendencia a rescatar las políticas más retardatarias y derechistas en lo económico y en lo social, a la vez que devolver al país a las prácticas agresivas de gobiernos que tratan de limitar o eliminar los cambios sociales que favorezcan a las clases populares, trabajadoras y media, concentrando la acumulación de poder y riqueza cada vez más en pocas manos.
La observación tranquila de estos hechos me ha ido confirmando el contenido real conservadurista del gobierno Uribe Vélez y su logro político al conseguir que podía continuar desarrollando su política antidemocrática y retardataria bajo el gobierno de Obama bajo una política internacional democrática y abierta, que contrastara y pusiera fin a la retardataria y militarmente agresiva de las administraciones conservadoras de la familia Bush y del grupo familiar y político de la familia Clinton, de puro y limpio contenido derechista.
El presidente Obama ha manejado algunas tentativas para mejorar la imagen antidemocrática de los Estados Unidos que se consolidaron bajo los gobiernos de la familia Bush y el del matrimonio Clinton que se ha convertido en una de las claves políticas de derecha más importantes de esta administración.
El golpe de Estado de Honduras, dado por la derecha de ese país y de Centro América, no solamente fue un reto a las nuevas tendencias democráticas del continente latinoamericano, que han emprendido importantes esfuerzos de transformación social, económica y política en sus países. Pero esa tendencia derechista en la que ha ido cayendo día a día el gobierno del presidente Obama, se ha ido debilitando tanto que Barack Obama ha optado por pasos abiertamente retardatarios, dictatorial y de fuerza.
Tanto en Europa como en el Medio Oriente, y abiertamente en América Latina, el gobierno del presidente Obama nos coloca cada vez más en la imitación imperialista del autoritarismo que utilizó Estados Unidos a lo largo de los siglos XIX y XX, y de lo que ya ha avanzado el siglo XXI. En esta materia los estudios universitarios del presidente Obama parece que no le han servido para tener una visión realista, objetiva, de las políticas retardatarias, agresivas y ultraderechistas de los viejos grupos de poder latinoamericanos que han mantenido a nuestra región en más de 200 años con gobiernos de democracias restringidas y depresión. Las publicaciones norteamericanas sobre el retroceso impresionante del respaldo con que se inició el gobierno de Obama, muestran un cambio radical en la conducta del presidente gringo, quien ya está causando graves daños económicos y sociales a las naciones de Centro América, Sur América y del Caribe. En Colombia o en cualquier otro de nuestros países se siente bastante el contenido progresista de los cambios económicos, sociales y políticos puestos en marcha en Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Chile, Bolivia, Ecuador y en varias de las naciones de Centro América y del Caribe.
Todos estábamos llenos de optimismo y alegría. Pero la decisión del presidente Obama de montar en Colombia su plan de bases militares, aéreas y marítimas de guerra cambiaron totalmente el panorama político y social de nuestras regiones, de tal modo que lo que tenemos es que prepararnos para rechazar esta nueva ofensiva del imperialismo norteamericano, apoyada en grupos absolutamente retardatarios, como el actual gobierno de Colombia. Los pasos dados hasta ahora por el presidente Obama son una manifiesta invitación a los pueblos latinoamericanos para que tomen con plena autonomía los nuevos rumbos sociales que tienen nuestros pueblos, pero ahora, con nuevos métodos de guerra, sometiendo nuestros pueblos a la represión militar, naval, aérea, terrestre y económica de los Estados Unidos. Nuestro siglo XXI comienza a aparecerse mas a los inicios de nuestro siglo XIX, cuando logramos el triunfo de la revoluciones de la independencia contra el imperio español, pero sin lograr el cambio revolucionario de las estructuras económicas, sociales y políticas de la que es parte la revolución latinoamericana que tenemos la obligación de realizar. Pero nuestros pueblos, pese a todos los obstáculos, han tenido varios logros importantes en el fortalecimiento de las tendencias democráticas y sociales más avanzadas. Es lo que yo he llamado el objetivo fundamental de las naciones y pueblos latinoamericanos y del Caribe durante el siglo XXI en marcha. Eso es nuestro gran reto como fue el de la independencia de nuestras naciones en el siglo XIX. No me cabe duda alguna de que seguiremos avanzando en la dirección correcta, pese a la represión de los regímenes de ultraderecha como el del presidente Uribe Vélez en Colombia, y algunos pequeños países de Centro América y del Caribe. Además, la consolidación de la revolución cubana, es, ya, un notable triunfo histórico.
Me propongo escribir algunos ensayos más específicos sobre la lucha democrática en Colombia desde la revolución de los comuneros en el siglo XVIII hasta nuestros días. Ni la represión, ni los asesinatos ni el fanatismo retardatario pudieron impedir el triunfo final de nuestras revoluciones de independencia. Ahora, a inicios del siglo 21, creo por el desarrollo de las políticas imperialistas de los Estados Unidos en estos momentos, que nuestros pueblos, los del Caribe y de África avanzaremos enérgica y solidariamente hacia formas fundamentales de las revoluciones democráticas.
(Fuente:Argenpress).

No hay comentarios: