12 de octubre de 2009

LOS JUZGA UN TRIBUNAL LOS CONDENAMOS TODOS.

El acusado cuyo apellido nombra la causa por represión en Santa Fe, sumó dos nuevas denuncias.
Brusa sigue dando que hablar en el tribunal
El ex magistrado fue señalado por una de las víctimas tras un encuentro en la 4º. Allí Brusa le dijo que si quería conocer la tortura lo llevaba a la pieza de al lado.

Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Describió la escena como si fuera una trama de terror. Era el otoño de 1977, en una habitación de la comisaría 4ª. En un rincón, el sumariante del Juzgado Federal escribía a máquina, pero no lo veía porque el hombre estaba de espaldas y de cara a la pared. Le sacaron la venda de los ojos y lo sentaron en una silla. Después, apareció Victor Brusa, que comenzó a darle vueltas a su alrededor ("iba y venía", dijo). Recordó que Brusa le mostró un papel: era la declaración que los torturadores de "La Casita" un centro clandestino de detención en las afueras de Santo Tomé le habían arrancado a punta de picana. Los tormentos lo habían postrado. "Me costaba caminar, me arrastraba, no controlaba esfínteres. Hubo mucho ensañamiento". Y se lo dijo a Brusa, pero éste reaccionó con burla: "No hay torturas en la Argentina. Y si querés saber lo que son, te llevo a la piecita de al lado", le contestó.
Carlos Chiaruli, un ex militante político detenido en abril de 1977 en Esperanza, relató ante el Tribunal Oral Federal que juzga a Brusa y a otros cinco policías represores, aquel encuentro con el ex juez federal de Santa Fe, en la seccional 4ª.
Brusa es juzgado por "apremios ilegales" en ocho casos. Lo denunciaron Anatilde Bugna, Stella Vallejos, Ana María Cámara, los esposos Daniel García y Alba Sánchez, Roberto Cepeda, José Schulman y Mariano Millán, que son querellantes o testigos. Schulman y Millán ya declararon en el juicio, Cepeda lo hará el miércoles próximo; Bugna, Vallejos y Cámara el lunes 19 y los García el 3 de noviembre.
Pero el debate oral ya sumó dos denuncias más contra Brusa. La de Chiaruli esta semana y la de un ex delegado de UPCN, Francisco Klaric, que también acusó al ex juez federal cuando declaró en el primer día de audiencias, el 14 de setiembre. "Un día me interrogó en la cárcel de Coronda. Yo estaba esposado en una silla y él me daba vueltas alrededor con un cinto, golpéndose la mano. Brusa se desenvolvía como un hombre poderoso, un semidios", recordó Klaric.
El Tribunal deberá resolver entonces sobre estas denuncias de Chiaruli y Klaric. Hasta ahora, los fiscales Martín Suárez Faisal y José Ignacio Candioti han pedido que se envíe al juez federal Reinaldo Rodríguez dos declaraciones: la indagatoria al ex coordinador del Area 212, Juan Calixto Perizzotti, que involucró al ex subjefe del Destacamento de Inteligencia 122, teniente coronel Jorge Roberto Diab en la entrega de diez militantes de la Juventud Peronista que estaba secuestradas en "La Casita". Y el testimonio de Cecilia Mazzetti, que reconoció a otro oficial de Inteligencia, el teniente coronel Domingo Morales, como uno de sus torturadores en la comisaría 4ª.
Entonces, ahora habrá que ver si el Ministerio Público o las querellas plantean la apertura de nuevas causas o esperan los alegatos para solicitar "en ese momento que se investiguen las denuncias que hubieran sumado en los cuatro meses del juicio.
Chiaruli declaró ante el Tribunal el miércoles pasado, a la tarde. Un grupo de tareas los secuestró en abril de 1977, en Esperanza, y lo llevó a "La Casita", donde estuvo varios días y padeció "todo tipo de tormentos", dijo. Describió el centro clandestino como una casa con varias habitaciones y "un garage, por donde entramos". A él lo trasladaron en el "baúl de un auto, vendado y maniatado".
"Me bajaron y en el mismo garaje estaba la parilla: una cama de tortura, donde fui sometido con picana. Había otras habitaciones, donde otros compañeros y compañeras eran torturados. Me interrogó un señor de voz pausada que hacía preguntas muy concretas sobre dos años atrás. Hubo mucho ensañamiento. Creían que yo tenía información, así me sacaban y me volvían a torturar. Y en el medio, golpes de puño, que me dejaron disminuida la audición de un oído".
Chiaruli dijo que la capucha le impedió ver el lugar donde estaba, pero escuchó los gritos del terror. "En la habitación de al lado había mujeres, escuché sus gritos y sus llantos", dijo. Y también el sonido de una máquina de escribir. "Hubo amenazas con armas, me gatillaron", relató.
Un día lo volvieron a trasladar en el baul de un auto, junto a otro compañero, Mariano Millán, que declaró en el juicio el martes pasado. Los llevaron a los dos a la comisaría 4ª. A Chiaruli lo dejan en una celda con un preso común, "un informante" "lo definió que no dejaba de interrogarlo. "Yo tenía graves problemas de movilidad, no controlaba esfínteres. Había quedado dañado por el ensañamiento. Me costaba caminar, me arrastraba. Y este hombre me seguía interrogando". A los dos días, pasó a otra celda que "miraba al patio", desde donde pudo reconocer a otros detenidos: (Pablo Aníbal) Pacheco, (Luis Eduardo) Baffico y Millán

"Después de unos días se presentó Brusa. Y me tomó declaración. Me mostró un papel que había firmado. Entonces, yo le dije que a esa declaración (en La Casita) me la habían sacado por apremios ilegales. El me contestó: "No hay apremios ilegales en la Argentina. Y si querés saber lo que son, te llevo a la piecita de al lado". Yo no firmé otra declaración", afirmó Chiaruli.
¿Esta persona se presento como Brusa?- le preguntó el presidente del Tribunal.
No se presentó. Para mi era el secretario del juez (Fernando Mántaras ya fallecido).

¿Estaba solo?
No. Lo acompañó un escribiente que estaba en una esquina. Yo estaba sentado y Brusa de pie, que iba y venía- contestó Chiaruli.

¿Brusa le hacía preguntas?- quiso saber el fiscal Suárez Faisal.
Yo no firmé nada. Lo que hubo fue una amenaza, que si no firmaba debía atenerme a las consecuencias. Con el tiempo me enteré que también estuvo en (la cárcel de) Coronda, interrogando a otra gente, pero a mi no me llamaron.

¿Sabe si después se hizo una investigación a raíz de los apremios? -insistió Suárez Faisal.
No, al contrario, recibí como respuesta no sólo burlas, sino una amenaza, que si yo quería apremios por parte de él, que no tenía problemas.
El abogado querellante Horacio Coutaz le preguntó entonces si podía describir al sumariante del Juzgado que estaba con Brusa. "¿Cómo era la persona que escribía a maquina?"
No lo recuerdo.

¿Tenía alguna participación?
No, el que hablaba era Brusa- concluyó Chiaruli.



El testimonio de Mariano Millán en el juicio
"Firmé la declaración bajo amenaza"
Desde Santa Fe
Uno de los declarantes en el juicio esta semana, Mariano Millán, señaló a Víctor Brusa en el banquillo de los acusados como el funcionario de la Justicia Federal que lo indagó en la cárcel de Coronda y lo obligó a firmar una declaración bajo la amenaza de trasladarlo a Santa Fe. Un mensaje que interpretó como la vuelta a la tortura. Millán fue detenido el 10 de abril de 1977 y padeció el mismo el mismo circuito represivo que su compañero de militancia, Carlos Chiaruli: el secuestro, el traslado al centro clandestino conocido como La Casita, la comisaría 4ª, la Guardia de Infantería Reforzada y la cárcel de Coronda.
"Un día me sacan del pabellón", recordó. Lo llevaron a una oficina de la cárcel. "Y ahí estaba Brusa. Firmé una declaración bajo amenaza de llevarme de vuelta a Santa Fe, que era otra vez ser torturado", dijo Millán.

¿Había otras personas?- le preguntó el fiscal Martín Suárez Faisal.
Dos más, pero el único que habló fue Brusa.

¿Usted estaba esposado?
Sí.
El presidente del Tribunal, Roberto López Arango le preguntó si Brusa tenía en su poder la declaración que Millán había firmado bajo tortura. "Si, y me amenazó con traerme otra vez a Santa Fe si yo cambiaba algo", respondió. Un secretario le exhibió entonces esa declaración que está en uno de los expedientes del Juzgado Federal que son pruebas en el juicio: la causa Aprile. Millán reconoció su firma. "Acá también figuran las firmas del (ex juez federal ya fallecido, Fernando) Mántaras y (del ex secretario del Juzgado, Luis Rodolfo de) Aguirre", que también está citado a declarar en el juicio. "¿Usted los vió en alguna oportunidad?", preguntó López Arango.

No, para nada.

¿Y puede indicar en la sala si está el doctor Brusa?
Si
El defensor oficial Fabio Procajlo se opuso al reconocimiento, pero el Tribunal rechazó el planteo. Millán se levantó y señaló a Brusa.


Procesaron a los represores Joaquín Gurrera y Ariel López.
Dos tipos muy peligrosos
Gurrera era jefe de Operaciones Especiales del Destacamento de Inteligencia del Ejército. Mientras que López se desempeñaba como personal civil de inteligencia. Están acusados en 26 casos de secuestros, tortura y muerte.

La ex Fabrica Militar de Armas Domingo Matheu, uno de los sitios operativos del aparato represivo en Rosario.
Por José Maggi
El juez federal Marcelo Bailaque procesó esta semana a dos miembros del aparato represivo: se trata de Joaquín Tomas Gurrera -jefe de Operaciones Especiales del Destacamento de Inteligencia del Ejército- y a Ariel Antonio López -Personal Civil de Inteligencia como coautores de 26 casos de secuestros y torturas y por 16 homicidios, de detenidos que pasaron por Quinta de Funes, La Intermedia, Fabrica Militar de Armas Domingo Matheu. Se les dictó un embargo de 4 millones 400 mil pesos a cada uno de ellos, y se ordenó su prisión preventiva en dependencias del Servicio Penitenciario Federal.
Para Bailaque "los elementos probatorios reseñados y valorados hasta aquí alcanzan para tener por acreditada con el grado de probabilidad requerido la comisión por parte de Joaquín Tomas Gurrera y de Ariel Antonio López en caracter de coautores en relación a los delitos de privación ilegal de la libertad, agravada, por mediar violencia y amenazas en concurso real con el delito de tormentos en diecinueve oportunidades que damnificaron a Jaime Feliciano Dri; Tulio Valenzuela; Raquel Negro; Carlos Alberto Novillo; Alejandro Novillo; Marta Maria Benassi; Daniel Oscar Capella, Fernando Dante Dusse, Ana Maria Gurmendi, Stella Hildbrand de Del Rosso, Carlos Laluf, Maria Adela Reyna Lloveras, Jorge Novillo, Pedro Retamar, Teresa Soria de Sklate, Eduardo José Toniolli, Miguel Angel Tossetti, Maria Marta Forestello y Liliana Nahs de Bruzone en concurso real con el delito de homicidio en catorce oportunidades, respecto de Marta Maria Benassi, Daniel Oscar Capella, Fernando Dante Dussex, Ana Maria Gurmendi, Stella Hildbrand de Del Rosso; Carlos Laluf; Maria Adela Reyna Lloveras, Jorge Novillo, Pedro Retamar, Teresa Soria de Sklate, Eduardo Jose Toniolli, Miguel Angel Tossetti, Maria Marta Forestello y Liliana Nahs de Bruzone".
También se los procesó por los delitos de privación ilegal de la libertad, agravada, por mediar violencia y amenazas en concurso real con el delito de tormentos en siete oportunidades que damnificaron a Adriana Elba Arce, Juan Antonio Rivero, Ramon Aquiles Veron, Olga Regina Moyano, Hilda Yolanda Cardozo, Susana Miranda y Ariel Morandi, en concurso real con el delito de homicidio en dos oportunidades respecto de los dos últimos mencionados.
Bailaque también dicto la traba de embargo sobre los bienes de los encartados, hasta cubrir la suma de cuatro millones cuatrocientos mil pesos ($ 4.400.000), para cada uno de ello, y para el caso de no poder efectivizarse, sus respectivas inhibiciones general de bienes para poder disponer de ellos.
"Ello, en el entendimiento de que el monto antes enunciado resul ta ser el necesario para asegurar las eventuales penas pecuniarias y costas del proceso", reseña en su fallo.
Se encuentra acreditado que Joaquin Tomas Gurrera se desempeñaba como Jefe de la Sección Operaciones Especiales de Inteligencia del Destacamento de Inteligencia 121, ostentando el grade de capitán, en el momento en que ocurrieron los hechos endilgados. Ello surge de su legajo personal en donde puede leerse que ingresó al Ejercito Argentino el 20/1/1964. El 22/12/77, con el grado de Teniente Primero, continuó sus servicios en el Destacamento de Inteligencia 121 en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe . EI 30/11/77 se le otorgó la "Aptitud Especial de Inteligencia" Y el 30/12/77 hace su presentación en la Unidad del Destacamento de Inteligencia 121 , ascendiendo el 31 del mismo mes y año al grado de Capitán.
El 1/3/78 se lo designa Jefe de la Sección Operaciones Especiales de Inteligencia dentro del Destacamento 121 hasta el 16/10/79, fecha en la cual pasa a continuar sus Servicios en la Escuela Superior de Guerra "Tte. Gral. Luis Maria Campos", como cursante del curso RC 010 "Basico de Comando", en la provincia de Buenos Aires.
Cabe destacar que se encuentra probado que en aquellos años existió en el Destacamento de Inteligencia 121 del Ejercito Argentino, una asociación ilícita conformada por miembros de la mencionada repartición militar, tanto civiles como militares, quienes desplegaron su actividad ilícita en distintos Centros Clandestinos de detención cuya investigación conforma el objeto procesal de la presente causa.
Siguiendo las conclusiones establecidas por la Cámara Federal de Apelaciones de esta ciudad que confirmó el auto por el cual se procesó a Juan Andres Cabrera "supone un significativo indicio de que aquellos miembros de la citada repartición que actuaron en el centro clandestino de detención "Fábrica de Armas", probablemente lo hicieron también en otros lugares semejantes que funcionaron durante aquellos años en la órbita del citado destacamento. Tal hipótesis se ve robustecida por el hecho de que esté acreditada la coincidencia subjetiva entre los protagonistas de los hechos presuntamente acaecidos en todos los centros clandestinos de detención antes mencionados, habiendose confirmado los respectivos procesamientos de Jorge Fariña, Pascual Guerrieri, Juan Amelong, Eduardo Costanzo, Walter Pagano, Alberto Pelliza, Marino Gonzalez y Ariel Porra en las causas "Jordana Testoni" y "Guerrieri".
Se desprende también, de un análisis pormenorizado de la prueba obrante en autos, que en el marco de esa asociaci6n ilícita, quien se desempeñaba formalmente como Jefe de la Sección Operaciones Especiales de Inteligencia, dentro del Destacamento de Inteligencia 121, tenia entre sus tareas ilicitas, dentro del aparato represivo y secreta instaurado, la dirección de los distintos centros clandestinos de detención. Asi, en el libro "Recuerdo de la Muerte", cuyo contenido fue ratificado por el testigo Jaime Dri en sede judicial, se afirmó que: "... En aquel momento no podía asociarla a un rostro, ahora se vinculaba a las facciones despejadas e inteligentes de Sebastian, el oficial de Ejercito que conducia el chupadero ... ". No debemos olvidar que, como ya ha quedado establecido, "Sebastian" era el apodo con el cual se conocia a Jorge Alberto Fariña, Capitán por aquel entonces y Jefe de la Sección Operaciones Especiales de Inteligencia.


MAñANA SIGUE EL JUICIO ORAL Y PUBLICO
Más testigos del horror

El juicio oral y público contra los responsables del crímenes de lesa humanidad en Rosario continuará mañana, a partir de las 9.30, en la sala del Tribunal Oral Federal Número 1, en el primer piso de Oroño 940. Durante la mañana, está previsto que declaren la sobreviviente Mercedes Domínguez el periodista de Clarín, Mauro Aguilar. En tanto, a la tarde se escuchará el testimonio de Carlos Novillo y Alejandro Novillo, sobrevivientes ellos mismos de campos clandestinos de concentración, y hermanos de Jorge Novillo, desaparecido.
En la causa conocida como Guerrieri-Amelong están imputados Pascual Guerrieri, Jorge Fariña, Juan Daniel Amelong, Walter Pagano y Eduardo Costanzo. Se investiga la desaparición y muerte de 14 personas que pasaron por un circuito de centros clandestinos que incluyó la
Quinta de Funes, la
Calamita, la Escuela Magnasco y La Intermedia, propiedad de la familia Amelong.
En tanto, para mañana está previsto que declare Alicia Genolet de Benassi y Carlos Benassi, familiares de Marta Benassi. Por la tarde, declarará Carlos Laluf, hijo de Carlos Laluf y Benassi, los dos desaparecidos.
(Fuente:Rosario12).

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