18 de octubre de 2009

SANTA FE: EL PRIMER JUICIO POR TRATA DE PERSONAS COMIENZA EL 29 DE OCTUBRE.

Por Héctor M. Galiano (NOTIFE)
Tiene a una mujer imputada, a un hombre prófugo y a dos víctimas de la explotación. Los primeros pasos de la investigación fueron fundamentales y estuvieron guiados por una comisario y una oficial de la policía de Coronda. Es el tercero de los juicios que se realizará en nuestro país desde la vigencia de la ley que castiga al tráfico de personas.
El 29 de octubre comenzará en nuestra ciudad el juicio oral y público contra una mujer acusada de captar a dos mujeres, una de ellas menor de edad, como primer eslabón de una red local de trata de personas. Los hechos ocurrieron entre diciembre del año pasado y enero de este. Las audiencias se desarrollarán el Tribunal Oral Federal de Santa Fe, espacio de competencia de la investigación del delito desde que se federalizó, por ley del Congreso, en abril de 2008. La norma, reprime la trata de personas, sea para la explotación sexual o laboral.
La “Causa Nuñez” tendrá 19 testigos, aunque la Fiscalía del Tribunal Oral Federal evaluaba por estas horas abreviar el juicio y acordar con la defensora oficial de la imputada una pena, que no puede ser mayor de 6 años, como lo establece el código penal. Si el expediente llega al juicio como está cerrado hoy, las penas pueden ir de 4 a 16 años, aunque con muchas posibilidades que el monto de la condena sea el mínimo.
La investigación se inició el 9 de enero de este año en la ciudad de Coronda, cuando una mujer llamada Carmen Acosta puso en conocimiento de dos efectivos policiales la ausencia del hogar y desconocimiento del paradero de su hija, Carolina Fernández, de 13 años de edad. Allí comenzó un preciso sumario de prevención guiado por la comisario Sonia Acosta y la oficial auxiliar Delia Baella, de la Comisaría Primera de esa ciudad, que pudieron establecer la principales líneas reinvestigación por donde terminaría resolviéndose el caso.
Aunque en principio hubo entredichos entre el padre y la madre de la menor de edad, quedó claro una situación concreta: una mujer había ido hasta una villa corondina a captar chicas con la promesa de emplearlas para trabajos domésticos en Santa Fe. Julia Arminda Nuñez se llevó de la casa paterna a Carolina el 18 de diciembre de 2008 y prometió regresarla para las fiestas de fin de año.
La policía labró las primeras actuaciones tras la denuncia y al día siguiente de la exposición de búsqueda de paradero (el 10 de enero), la madre se rectificó en sede policial y quedó en claro que había entregado a la pequeña y que su marido lo desconocía. Los pesquisas se contactaron con varios testigos que dieron cuenta que la chica habría sido drogada con Dioxepan y violada en una casa de campo de Barrancas, pero esto último no fue probado. Una eficaz tarea de rastreo de eventuales conocedores de extraños movimientos permitió apuntar a la figura de un guardia cárcel del penal de Las Flores, Jorge Toledo, quien le prestaba su celular a un interno del pabellón 9, Héctor Rousselot. Éste se comunicaba por mensaje de texto con una tal Julia, domiciliada en Cabaña Leiva. Un mes después, el 11 de febrero Julia Nuñez es arrestada y una semana más tarde la investigación llegó al juzgado de Jorge Patrizi que realizó las indagatorias.
Los hechos
Para la justicia esta probado que Julia Nuñez utilizó un ardid para captar a Carolina Fernández como primer paso de ingreso al mundo prostibulario. La mujer dijo que se valió de un contacto común entre ella y el rufián, un preso de la cárcel de la Los Flores Héctor Rousselot, quien aconsejó a Nuñez (según sus dichos) a buscar a las chicas en la zona marginal de Coronda. Una vez en su poder, la chica iba a ser entregada a Juan Ramón “El Pollo” Rojas, un rufián de Playa Norte que está prófugo de la justicia y a quien Nuñez señaló como el “fiolo explotador”.
La causa tuvo un giro favorable -en cuanto a la comprobación del delito- cuando se agregaron otras denuncias que comprometían a Nuñez. El 9 de febrero la mujer se presentó en la casa de una joven de 19 años, Viviana Ruiz, en la localidad de Recreo. Se entrevistó con la madre con el mismo vil propósito: ofrecer un empleo domestico con la promesa de un pago de $400 mensuales, comida y ropa. Esa noche le entregó a la chica, mamá de una niña, a Rojas en la estación de servicios de Avenida Gorriti y Blas Parera. El Pollo llegó en un remís, junto a otro hombre y dos chicas. Al día siguiente Ruiz fue llevada a la casa de Rojas y abusada. El “Pollo” la trasladaría después a Trenque Lauquen y de allí a la localidad de América, para explotarla en el Cabaret “Mimo”. Insólitamente, antes eludió un allanamiento policial cuando tenía retenida a la joven en su casa de Riobamba al 8.600. Esa vez escapó con Ruiz por los fondos, en dirección al río.
En el cabaret de América, Ruiz conoció a Carolina, a quien le decían “la turca”. Pero el Pollo la tenía amenazada con la idea que si no hacía lo que él quería se vengaría con su pequeña hija. Rojas recibió un llamado de Santa Fe donde le decían que traiga a la chica (por Carolina) porque el asunto “estaba complicado”. El proxeneta dejó uno de sus celulares al descubierto y Ruiz aprovechó el descuido del apuro del rufián para llamar a su madre y decirle lo que pasaba. Hizo otro llamado al 101 de la policía de América (partido de Rivadavia, en Buenos Aires). Los agentes llegaron y le tomaron declaración a Ruiz, a las otras chicas explotadas y al dueño del local.
El 19 de febrero, Carolina Fernández se presentó espontáneamente en el juzgado de menores de la ciudad de Santa Fe, a cargo de Susana Giordano de Bilicich, acompañada por una hermana de 29 años, residente en Santo Tomé. Dijo allí que no quería volver a su casa porque su padre y sus hermanos “la fiolaban” y abusaban de ella. Señaló también que conoció al “Pollo” Rojas porque era amigo de su novio y que era de confianza. Culminada la audiencia, la jueza se declaró incompetente y giró las actuaciones al juzgado de instrucción que gestiona Jorge Patrizi. El magistrado dispuso el traslado de la niña Carolina a la Casa de la Joven, dependiente de la Subsecretaría de la Niñez y la Adolescencia en Santa Fe. Fernández, se escapó por los techos de institución estatal y desde entonces se desconoce su paradero. Patrizi supo que entre sus manos circulaba un expediente que debía sustanciarse en la esfera federal, se declaró incompetente el 26 de febrero y giró las actuaciones al juzgado federal Nº 2, a cargo de Francisco Miño, quien estaba de turno el 9 de enero cuando se iniciaron las actuaciones prevencionales.
En marzo la justicia federal activó las diligencias y ordenó que se le tome declaración indagatoria a Julia Nuñez y a Héctor Rousselot. La primera, señalada como la encargada de captar. Rousselot, que cumple condena en la cárcel de Las Flores y gozaba del beneficio de las salidas transitorias, era –según los dichos de la imputada – el nexo entre Nuñez y Rojas, hasta hoy prófugo. El convicto (condenado a 17 años de encierro por homicidio) señaló que conoció a Nuñez por su madre y que la relación que los unía era comercial, él fabricaba carteras en la cárcel y Nuñez las vendía.
El 31 de marzo pasado, los familiares de las dos chicas reconocieron a Nuñez en rueda de personas y el 6 de abril Miño procesó a la mujer y le dictó la falta de mérito a Héctor Alfredo Rousselot.
La ley que pena la trata de personas engloba todo lo descripto hasta el momento, puesto que el código penal expresa: “el que ofreciere, captare, trasnportare, dentro del país o, desde o hacia, el exterior, acogiere o recibiere a personas menores de 18 años de edad, con fines de explotación, será reprimido con la pena de 4 a 10 años de prisión. La pena será de 6 a 15 años cuando la víctima fuera menor de 13 años”.
La Fiscalía Federal señala con certeza que en los dos casos aparece la explotación de la víctima para ejercer la prostitución, “la que generalmente se logra mediante amenazas hacia su persona o parientes lejanos”. De acuerdo a lo informado por la Unidad de Asistencia para la Investigación de Secuestros Extorsivos y trata de personas (Ufase), que depende de la Procuración, desde junio de 2008 a septiembre de este año fueron rescatadas 329 víctimas del negocio de la trata. El 80% eran mujeres y 4 de cada 10 personas rescatadas eran menores de edad.
Los protagonistas
Julia Arminda Nuñez: Está imputada de captar a la niña Carolina Fernández y a la joven Viviana Ruiz para entregárselas a Juan Ramón Rojas, alias “el Pollo” que las prostituye en cabarets.
Juan Ramón Rojas: Prófugo y con pedido de captura. Vivía en Playa Norte, en calle Riobamba al 8.600. Estuvo preso hasta el 27 de mayo del año pasado, cuando el juez de ejecución penal le firmó la libertad condicional.
Héctor Rousselot: Sigue preso en el penal de Las Flores. Mientras el expediente se sustanció en el juzgado de Instrucción Octava se le suspendió el régimen de salidas transitorias de las que gozaba cada 15 días y acompañado por dos agentes penitenciarios vestidos de civil. Recuperó el beneficio tras la falta de mérito declarada por el juez federal Francisco Miño. Purga una condena de 17 años y nueve meses de prisión por homicidio simple (condenado en Resistencia, Chaco). Después de varios exámenes y estudios el Servicio Penitenciario le concedió las salidas el 13 de diciembre de 2007. Está alojado en el Pabellón 9.
Jorge Mauricio Toledo: Agente Penitenciario, de 32 años y residente en Laguna Paiva. Le prestaba su celular a Rousselot (o éste se lo suministraba) para comunicarse con Nuñez desde adentro del penal. El 22 de junio de este año, el Servicio Penitenciario, lo sancionó con 5 días de arresto por la transgresión. No está vinculado penalmente en la causa.
Carolina Fernández: Desde que se fugó de la Casa de la Joven en marzo de este año, no se tuvieron más novedades de su paradero. Víctima de Rojas, fue prostituída en el Cabaret “Mimo” de la localidad de Amércia, en Buenos Aires.
Viviana Ruiz: Tras escapar del mismo cabaret de América, regresó con su familia a Recreo.
(Fuente:Argenpress).

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