Diploma al Valor de la Ciudad de Buenos Aires
Reconocimiento de la Legislatura a Víctor Basterra
El Instituto Espacio para la Memoria invita a la entrega del Diploma al Valor de la Ciudad de Buenos Aires a Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA y miembro del Consejo Directivo del IEM.
Reconocimiento de la Legislatura a Víctor Basterra
El Instituto Espacio para la Memoria invita a la entrega del Diploma al Valor de la Ciudad de Buenos Aires a Víctor Basterra, sobreviviente de la ESMA y miembro del Consejo Directivo del IEM.
La ceremonia es organizada por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por iniciativa del diputado Facundo Di Filippo y tendrá lugar el viernes 20 de noviembre a las 18.00 hs., en el salón Montevideo del Palacio Legislativo. El ingreso se efectuará por Av. Julio A. Roca (Diagonal Sur) 575.
Basterra, trabajador gráfico y fotógrafo, permaneció secuestrado durante más de cuatro años en la ESMA, desde mediados de 1979 hasta el final del régimen militar, en condición de detenido-desaparecido. El aparato represivo lo continuó vigilando hasta agosto de 1984, ya en pleno período democrático. Durante su cautiverio, Basterra sacó de la ESMA -en forma clandestina- fotos de represores y de detenidos-desaparecidos que aportó como pruebas en el Juicio a las Juntas y en otras causas que investigan los crímenes del Terrorismo de Estado.
Entre los considerandos para la entrega del Diploma de Honor al Valor al Sr. Víctor Melchor Basterra, figura “el reconocimiento a su arriesgada acción de recopilar -durante su cautiverio y sometimiento a torturas en el centro clandestino ESMA- documentación gráfica que se ha constituido en prueba fundamental sobre los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura militar.”
En relación a este tema, próximamente se realizará el juicio oral y público de un tramo de la megacausa ESMA ante el Tribunal Oral Federal Nº 5 (TOF5) en el que están acusados por violaciones a los derechos humanos 19 ex marinos, entre los cuales se encuentran los represores Jorge "Tigre" Acosta y Alfredo Astiz. También serán juzgados Oscar Antonio Montes, Manuel Jacinto García Tallada, Antonio Pernías, Alberto Eduardo González, Jorge Carlos Radice y Juan Carlos Rolón, entre otros. El 17 de noviembre el Ente Público Espacio para la Memoria, la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos realizó una conferencia de prensa en la cual se solicitó la mayor celeridad para llevar adelante el juzgamiento. El juicio, que debía empezar el 19 de noviembre, fue postergado sin fecha determinada.
A continuación transcribimos los fundamentos de la distinción:
“En ese juicio será prueba fundamental, como lo fue en el realizado en 1985 contra las ex juntas militares y en otros contra los genocidas, la documentación recopilada por el obrero gráfico y fotógrafo Víctor Basterra durante los casi cuatro años y medio en que estuvo cautivo y sometido a torturas y a trabajar en condiciones de esclavitud en las mazmorras de la ESMA”.
“Si bien el sólo hecho de haber logrado documentos gráficos sobre los ‘grupos de tareas’ que sembraron el terror y la muerte en la Argentina entre 1976 y 1983 es suficiente fundamento de esta iniciativa legislativa, en aras de una mejor comprensión de lo que se propone conviene abundar en algunos detalles de esa paciente acción que al Sr. Basterra le pudo haber costado la vida”.
“El Sr. Basterra es uno de los pocos sobrevivientes del terrorismo de Estado, ya que fue secuestrado en agosto de 1979 junto con su entonces compañera, Dora Laura Seoane, y la hija de la pareja, María Eva, de dos meses y diez días, liberadas una semana después, pero él estuvo cautivo en la ESMA hasta pocos días antes del reestablecimiento de la democracia”.
“Según testificó en el juicio a las ex juntas militares y en otros por los crímenes de lesa humanidad, fue llevado a la ESMA y sometido durante varios días a torturas con picana eléctrica que le ocasionaron dos paros cardíacos, para luego ser llevado a ‘Capucha’, un sector de ese campo de concentración que funcionaba como un ‘depósito’ de detenidos-desaparecidos”.
“Luego de siete meses de cautiverio en ‘Capucha’ y dada su condición de obrero gráfico y fotógrafo, fue obligado a ‘trabajar’ en un sótano de la ESMA donde se preparaban documentos falsos (DNI, cédulas de identidad, pasaportes, etc.) que luego utilizaban los integrantes de los ‘grupos de tareas’ para sus operaciones criminales en el país y en el exterior”.
“Fue así que tuvo que sacarle fotografías a los represores y se dio cuenta que era posible tener imágenes de sus captores y torturadores, por lo cual comenzó a guardar una copia de cada una, las que escondía en una caja de papel fotográfico virgen. Luego de varios años, cuando le permitieron visitar esporádicamente a su familia las sacó de ese campo de concentración”.
“Esas salidas le fueron concedidas -según relató- no porque sus captores y torturadores ‘fueran buenos o porque tenían algún grado de humanidad’, sino porque ‘así mi familia se quedaba más tranquila y no hacían denuncias hacia afuera’, régimen perverso que padeció hasta que fue liberado el 3 de diciembre de 1983, una semana antes del reestablecimiento de la democracia”.
“Recopilar y poner a resguardo toda esa documentación gráfica del horror que sufrió fue para el Sr. Basterra una obligación y compromiso militante, un mandato de todos los torturados y asesinados en la ESMA para, si lograba sobrevivir al terrorismo de Estado, que los genocidas ‘no se la llevaran de arriba’, según indicó en varias entrevistas periodísticas”.
“Incluso, en esas salidas vigiladas, pudo llevar escondidos en sus calzoncillos varios negativos de las fotografías que los ‘grupos de tareas’ tomaban a cada persona secuestrada que llevaban a la ESMA, documentación que también permitió conocer el último destino de muchos de los que aún hoy integran la extensa nómina de detenidos-desaparecidos”.
“Esos documentos gráficos -reitero prueba irrefutable sobre los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura militar- fueron compilados en el libro ‘Rostros’ y exhibido en una muestra que recorrió prácticamente todo el país como parte de la tarea insoslayable de mantener viva la memoria, de la lucha permanente por la Verdad y la Justicia”.
(Fuente:Rdendh).
Basterra, trabajador gráfico y fotógrafo, permaneció secuestrado durante más de cuatro años en la ESMA, desde mediados de 1979 hasta el final del régimen militar, en condición de detenido-desaparecido. El aparato represivo lo continuó vigilando hasta agosto de 1984, ya en pleno período democrático. Durante su cautiverio, Basterra sacó de la ESMA -en forma clandestina- fotos de represores y de detenidos-desaparecidos que aportó como pruebas en el Juicio a las Juntas y en otras causas que investigan los crímenes del Terrorismo de Estado.
Entre los considerandos para la entrega del Diploma de Honor al Valor al Sr. Víctor Melchor Basterra, figura “el reconocimiento a su arriesgada acción de recopilar -durante su cautiverio y sometimiento a torturas en el centro clandestino ESMA- documentación gráfica que se ha constituido en prueba fundamental sobre los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura militar.”
En relación a este tema, próximamente se realizará el juicio oral y público de un tramo de la megacausa ESMA ante el Tribunal Oral Federal Nº 5 (TOF5) en el que están acusados por violaciones a los derechos humanos 19 ex marinos, entre los cuales se encuentran los represores Jorge "Tigre" Acosta y Alfredo Astiz. También serán juzgados Oscar Antonio Montes, Manuel Jacinto García Tallada, Antonio Pernías, Alberto Eduardo González, Jorge Carlos Radice y Juan Carlos Rolón, entre otros. El 17 de noviembre el Ente Público Espacio para la Memoria, la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos realizó una conferencia de prensa en la cual se solicitó la mayor celeridad para llevar adelante el juzgamiento. El juicio, que debía empezar el 19 de noviembre, fue postergado sin fecha determinada.
A continuación transcribimos los fundamentos de la distinción:
“En ese juicio será prueba fundamental, como lo fue en el realizado en 1985 contra las ex juntas militares y en otros contra los genocidas, la documentación recopilada por el obrero gráfico y fotógrafo Víctor Basterra durante los casi cuatro años y medio en que estuvo cautivo y sometido a torturas y a trabajar en condiciones de esclavitud en las mazmorras de la ESMA”.
“Si bien el sólo hecho de haber logrado documentos gráficos sobre los ‘grupos de tareas’ que sembraron el terror y la muerte en la Argentina entre 1976 y 1983 es suficiente fundamento de esta iniciativa legislativa, en aras de una mejor comprensión de lo que se propone conviene abundar en algunos detalles de esa paciente acción que al Sr. Basterra le pudo haber costado la vida”.
“El Sr. Basterra es uno de los pocos sobrevivientes del terrorismo de Estado, ya que fue secuestrado en agosto de 1979 junto con su entonces compañera, Dora Laura Seoane, y la hija de la pareja, María Eva, de dos meses y diez días, liberadas una semana después, pero él estuvo cautivo en la ESMA hasta pocos días antes del reestablecimiento de la democracia”.
“Según testificó en el juicio a las ex juntas militares y en otros por los crímenes de lesa humanidad, fue llevado a la ESMA y sometido durante varios días a torturas con picana eléctrica que le ocasionaron dos paros cardíacos, para luego ser llevado a ‘Capucha’, un sector de ese campo de concentración que funcionaba como un ‘depósito’ de detenidos-desaparecidos”.
“Luego de siete meses de cautiverio en ‘Capucha’ y dada su condición de obrero gráfico y fotógrafo, fue obligado a ‘trabajar’ en un sótano de la ESMA donde se preparaban documentos falsos (DNI, cédulas de identidad, pasaportes, etc.) que luego utilizaban los integrantes de los ‘grupos de tareas’ para sus operaciones criminales en el país y en el exterior”.
“Fue así que tuvo que sacarle fotografías a los represores y se dio cuenta que era posible tener imágenes de sus captores y torturadores, por lo cual comenzó a guardar una copia de cada una, las que escondía en una caja de papel fotográfico virgen. Luego de varios años, cuando le permitieron visitar esporádicamente a su familia las sacó de ese campo de concentración”.
“Esas salidas le fueron concedidas -según relató- no porque sus captores y torturadores ‘fueran buenos o porque tenían algún grado de humanidad’, sino porque ‘así mi familia se quedaba más tranquila y no hacían denuncias hacia afuera’, régimen perverso que padeció hasta que fue liberado el 3 de diciembre de 1983, una semana antes del reestablecimiento de la democracia”.
“Recopilar y poner a resguardo toda esa documentación gráfica del horror que sufrió fue para el Sr. Basterra una obligación y compromiso militante, un mandato de todos los torturados y asesinados en la ESMA para, si lograba sobrevivir al terrorismo de Estado, que los genocidas ‘no se la llevaran de arriba’, según indicó en varias entrevistas periodísticas”.
“Incluso, en esas salidas vigiladas, pudo llevar escondidos en sus calzoncillos varios negativos de las fotografías que los ‘grupos de tareas’ tomaban a cada persona secuestrada que llevaban a la ESMA, documentación que también permitió conocer el último destino de muchos de los que aún hoy integran la extensa nómina de detenidos-desaparecidos”.
“Esos documentos gráficos -reitero prueba irrefutable sobre los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura militar- fueron compilados en el libro ‘Rostros’ y exhibido en una muestra que recorrió prácticamente todo el país como parte de la tarea insoslayable de mantener viva la memoria, de la lucha permanente por la Verdad y la Justicia”.
(Fuente:Rdendh).
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