16 de diciembre de 2009

CAUSA: ESMA.

Donda, el marino que secuestró a su propia familia
Por Gabriel Ziblat
Historia. Del GT 3.3.2 al Grupo Yabrán. La diputada y su drama.

Victoria Donda Pérez, diputada nacional e hija de desaparecidos, decidió mantener un perfil bajo en el acto que diversos organismos sociales y de derechos humanos organizaron en la puerta de los tribunales de Comodoro Py para festejar el inicio del juicio oral de la causa ESMA. No es un juicio más para Donda, ya que entre los acusados está Adolfo Donda, su tío, que secuestró a sus padres y la apropió a ella para entregarla al prefecto Juan Antonio Azic, quien también está sentado en el banquillo del tribunal. De la familia Azic ella prefiere no hablar: otra chica apropiada que vivió muchos años como su hermana no quiere saber su verdadera identidad. En diálogo con PERFIL, la diputada se mostró profundamente emocionada. —¿Cuáles son sus sensaciones con el inicio de la causa? —De triunfo, porque esto es posible por la pelea de tantos años, de muchos compañeros, para obtener justicia. —En otras notas describió a Adolfo Donda como su “tío malo”, ¿se imaginó alguna vez que iba a estar sentado en el banquillo de los acusados? —Lo esperaba. Y me genera orgullo, porque nosotros fuimos capaces de construir algo que él no pudo dar a mi papá y a mi mamá, que es justicia. —También está tu padre apropiador. —De eso no voy hablar, porque respeto las decisiones de mi hermana. —¿Cómo cree que va a seguir el caso? —Va a seguir el juicio, pero lo importante es que no perdamos de vista que esto lo hacemos por los derechos humanos del presente que todavía son violados. Y hay muchos más por los que tenemos que ir. Que justamente hoy esté la posibilidad de que en la Ciudad asuma un dinosaurio como (Abel) Posse, que hizo apologías del genocidio, y que lo quieran poner en la cartera de Educación es algo que también nos tiene que preocupar. Es una muestra de que la lucha no terminó.
Testimonio de Graciela Daleo
Hola, compañeros

Hoy, después de tantas peripecias, empezó el juicio contra 19 represores de la Esma por los crímenes cometidos contra 86 compañeros.
El inicio fue un tanto caótico, el tribunal no terminaba de concretar UN criterio en cuanto a quiénes podían entrar y quienes no (testigos, querellantes, casos..., que sí, que no, unos sí, otros no), finalmente, no hubo ninguna restricción. Entramos todos los que fuimos.
Las Madres con sus pañuelos, los que tienen chapitas (que en leguaje siglo XXI se llaman pin), familiares con las fotos de los suyos en el pecho. Sólo las camisetas de "ponete la camiseta del juicio y castigo" no pueden exhibirse a pleno.
Para quienes conocen la sala donde se desarrolla la audiencia: en la bandeja a nivel de donde está el tribunal, la fiscalía, los abogados de las querellas y los represores, y separados de todos ellos por un blindex, estábamos los compañeros (familiares, sobrevivientes, testigos, funcionarios estatales, amigos). En la bandeja alta, también con blindex, los parientes de los represores. En un sector, los medios. Y algunos amigos nuestros fueron despachados para ahí también así que tuvieron oportunidad de ver a esos prototipos Recoleta (o con pretensiones de serlo), que les tiraban besos a Rolón, le gritaban "Alfredito" a Astiz, y hasta comentaban qué buen mozo estaba Pernías, y que se lo veía bien alimentado... Allí también se instaló Cecilia Pando con dos hursos de acompañantes, aunqeu esta vez no amenazó con guillotinar a nadie ni gritó. Pero estuvo...
También habilitaron un lugar llamado SUM, donde pusieron una pantalla gigante, y muchos compañeros (que no entraron en la primera sala que les comento) pudieron seguir la audiencia de esa manera.
El represor Montes (el que fue canciller de la dictadura,y visitaba la Esma), fue ubicado primero, en silla de ruedas. Luego entraron los otros 15. Porque si bien los a juzgar son 19, Generoso (Fragote) y Savio (Halcón, Norberto) se consiguieron una enfermedad con apariencia lo suficientemente grave como para que los apartaran de este juicio (Savio espera una operación de corazón, Fragote no sé). Y Alberto González, alias Luis o Gato consiguió un certificado del Hospital Naval que le justificó la ausencia... por una lumbalgia.
Tan florida como suelo ser para las descripciones, no encuentro cómo describirles qué se siente, que siento, al verlos allí, entrar. Reconocer a muchos de ellos..., y verlos sentarse en el lugar de los acusados. Sensaciones contradictorias, que todavía no logro redondear del todo. Lo dejo para la imaginación de cada una, de cada uno...
Primera fila: Montes en silla de ruedas. "Maco" Coronel (que tiene domiciliaria y se fue en auto piloteado por su hijo). Astiz, con literatura en la falda. Pablo García Velasco (Dante, sin evidencias de la supuesta huelga de hambre que lo habría hecho rebajar 45 kilos...). Rolón (con el pelo blanco, pero mucho, barba y bigotes, sumamente dicharachero, mirando hacia la bandeja de arriba y saludando a sus fans. Todo el tiempo tuvo actitud de actor de cine que está esperando el Oscar). "Mariano" Scheller (igual a sí mismo, sólo que más flaco, y actitudo hiératica casi todo el tiempo); Ricardo Cavallo (vista al frente, sin mover un músculo de la cara, anotanto algunas cosas, igual a la foto que vimos cuando estaba en México). El Tigre Acosta, igual a sí mismo. Carlos Capdevila (Tomy, del año 79), se supone que con bolsita con ano contra natura. Adolfo Donda (Palito, Gerónimo), tostado como si llegara de Punta Cana.
Detrás, una fila de sus abogados.
En tercera línea:
Jorge Radice (Ruger) casi inmóvil, con mirada feroz sosteniéndosela a quienes lo miraban (ellos están separados de los abogados de las querellas por un mísero medio metro... No logré enterarme si su amante esposa estaba presente). Una butaca vacía. Pernías en la que sigue, gordo y con esos ojos aterradores que yo le recuerdo. Manuel García Tallada (cadena de mandos), que como tiene domiciliaria, llegó sin esposas. Ernesto Weber (220). Juan Carlos Fotea (Fernando, Lobo). Juan Antonio Azic (Piraña, Fredy, Claudio), a quien imaginábamos con la cara más destruida por el tiro que se pegó en 2003.

Les ahorro nuestros febriles intercambios de ideas, tal es tal, o es cual. Algunos perfectamente ubicables, nadie duda que Astiz es Astiz, Rolón es Rolon, el Tigre, el Tigre, Donda, Donda, igual Scheller. Ruger, es él. Otros nos dieron un poco más de trabajo, pero estos son y en ese orden se sentaron...
Singularidad de este juicio (en relación a los anteriores...): una vez que se sentaron en sus lugares, entraron en tres tandas miles de fotógrafos que los atosigaron uno a uno con flashes varios. Creo que para ellos eso es más agresivo y ofensivo que nuestras inocentes puteadas detrás del vidrio...
Entraron los jueces. Empezó la audiencia. La primera noticia: el Gato no venía porque el hospital naval lo justificaba. Yanzón pidió entonces que hubiera peritos forenses para determinar sus "dolencias", y tambié las de Savio y Generoso. "Se verificará".
Empezaron las lecturas.
Si de alguna manera quisiera resumir su actitud, diría: aspecto de grupo cohesionado, pertenencia de cuerpo, arrogantes, desafiantes, amenazadores y desdeñosos. Todos trajeados prolijísimos. Excepto Astiz, que jugó a desde su vestimenta deportiva a mostrarse como el contestatario que no le da jerarquía a ese tribunal, así que se viste como para salir de footing. En realidad, eso ya lo había manifestado desde que el miércoles jugó la ¿última? carta para emputecer el juicio e impedir que empiece: desapoderar a su abogado, y decir que desconocía al tribunal.
Hubo cuarto intermedio para almorzar.
MIentras tanto, en la calle se organizó para las 12 el acto "Ponete la camiseta del juicio y castigo", donde hubo algunas palabras de miembros de varios organismos de ddhh, de ATE y FOETRA (Trabajadores del Estado y Telefónicos) y agrupaciones políticas (Libres del Sur), de Piumato (en nombre de la CGT y de los judiciales), y yo dije algo por sobreviviente de Esma. Cerró Camilo Juárez, en nombre de Hijos, y como hijo de Quique Juárez.
Luego todos nos "pusimos la camiseta", cantamos consignas varias. Y volvimos a la audiencia.
Siguió la lectura. Finalizó. Cuarto intermedio hasta el miércoles. Todos de de pie, sus señorías se van retirando, los represores se paran.
También nosotros. Uno grita "30.000 compañeros detenidos -desaparecidos", gritamos "Presente", y en eso estábamos cuando Astiz se da vuelta hacia el puúblico y enarbola un libro: "Volver a matar", de Juan Bautista "Tata" Yofre. Empiezan las puteadas. Nuestro correcto y medido abogado Rodolfo Yanzón se lanza como un misil hacia adelante a putear a Astiz y reclamarle al secretario que le saque el libro al provocador, al segundo tiene al lado a nuestro otro abogado (menos medido y más bien proclive a situación de pelea) Adrian Gomez, conocido como El Momia, que le dice a Astiz: "Te juro por mis tres hijos que te vas a pudrir en la cárcel, hijo de puta". Astiz le amaga pelea de barra brava, Momia le dice: "si te trompeo te rompo la cara" (o similar), hasta que el SPF empieza a cumplir su función de llevarse a los reos. Uno de los últimos en salir, Pernías, que mira hacia nosotros y remedando a la enfermera que indica silencio en la sala de espera de los consultorios, se pone el dedo en los labios..., no creo que pensando en no perturbar enfermos, sino en recordarnos que él, que tantas atrocidades hizo para que rompiéramos el silencio con que procuramos proteger a nuestros compañeros, nos recomendaba que era mejor que nos calláramos, porque "ya van a ver"... O sea, colofón de amenazas de ellos que ahora esperan que "la tortilla se vuelva", pero no en el sentido en que catábamos "que los pobres coman pan y los ricos mierda mierda", sino que ellos vuelvan a ser los amos...
Pese a eso, los que salieron esposados fueron ellos, y nosotros abrazándonos, apretándonos hombros y manos, y diciéndonos: compañeros, hasta aquí llegamos, y seguiremos avanzando más.
Todos los nuestros, los que oíamos partir hasta siempre los miércoles de traslado... estuvieron hoy. Como lo vienen estando en el juicio de ABO. Como estuvieron escuchando una nueva´perpetua para Menendez en Córdoba.
camino difícil, con vueltas y revueltas. Camino que recorremos.
Un abrazo grande
vicki


Gacetilla de Prensa
Juicio a represores de la ESMA
(11 de diciembre de 2009)
“16 Genocidas al banquillo”

Las sensaciones se mezclaron como en una coctelera rabiosa, implosión con ansias de explosión, satisfacción vestida de impotencia, justicia con subtítulo de incompleta.
Una primera audiencia del Juicio que puso a la patota de la ESMA en el banquillo, a 16 de sus, en realidad, 19 imputados. Como niño que se pone el secante sobre las sienes, previo haberlo calentado con el velador, para no asistir a la escuela, tres genocidas se inventaron una enfermedad, o la tienen, da igual, para ser apartados del juicio: Generoso, alias “Fragote”, Savio, alias “Halcón” o “Norberto”, y Alberto González, alias “Luis” o “Gato”, tuvieron el beneficio de la credibilidad sobre su estado de salud.
Comenzaron a ingresar a la sala de los Tribunales de Comodoro Py los 16 genocidas restantes con sus trajes impecables, con sus rostros desafiantes, con sus cuerpos soberbios, a pesar que en muchos se note, rigurosamente, el paso del tiempo.
Algunos con pretensión de generar pena por su movilidad reducida a dos ruedas, como sostén de un cuerpo tan miserable, otros con la arrogancia que no ha mermado ni una pizca en tantos años. Eso eran, y eso seguirán siendo hasta el final de los finales, si es que el final existe. Jorge Eduardo ACOSTA, alias: Tigre, Santiago, Aníbal; Alfredo ASTIZ, Alfredo, alias: Ángel, Cuervo, Rubio, Gonzalo, Gustavo Niño; Juan Antonio AZIC, alias: Freddy, Claudio, Piraña; Carlos Octavio CAPDEVILA, alias: Tomy; Adolfo DONDA, alias Palito, Jerónimo; Manuel GARCIA TALLADA, Cadena de mandos, fue Canciller de la Dictadura y visitaba asiduamente la ESMA; Oscar MONTES, Cadena de Mandos, fue Ministro de Relaciones Exteriores; Antonio PERNIAS, alias Martín, Trueno, Rata; Raúl Enrique SCHELLER, alias Mariano, Pingüino, Miranda; Pablo E. GARCIA VELAZCO, alias Dante; Jorge RADICE, alias Ruger, Gabriel; Juan Carlos ROLON, alias Juan, Niño; Julio César CORONEL, alias Maco; Ernesto Frimon WEBER, alias 220, Armando, Rogelio; Juan Carlos FOTEA, alias: Fernando, Lobo y Ricardo Miguel CAVALLO, alias Marcelo, Sérpico. Serán juzgados por los crímenes de lesa humanidad cometidos contra 86 compañeros, muchos de ellos permanecen detenidos-desaparecidos; unos pocos, sobreviviendo al horror, darán su testimonio en este juicio.


Una puesta en escena montada para ser vista desde un palco con narices en alto y cabellos rubios y mentes planas. Las mujeres, hijos, hermanas de los asesinos genocidas los miraban desde la parte alta de la sala, espacio que les fue asignado, junto con los trabajadores de la prensa. Desde allí los saludaban, los avivaban, los enaltecían, enaltecían a la muerte en persona, al horror de cuerpo presente, a sus “alfreditos”, a sus “buenos mozos” maridos, como se escuchó decir a una señora que escondía sus ojos tras unos lentes oscuros. Desde allí vociferaban las mayores barbaridades, signos de una provocación permanente y sostenida, a lo largo de todos estos años. Desde allí presenciaban la función, entre sonrisas cómplices, y ropajes de la calle Alvear.
Las Madres con sus pañuelos y las fotos de sus hijos pisaron firmemente la parte baja de la sala, junto con integrantes de HIJOS, ex Detenidos Desaparecidos, Militantes de Derechos Humanos, Compañeros, todos.
Los flashes comenzaron a dispararles, balas incesantes de luces que retrataban los rostros del horror, los verdugos de una historia que se tomó demasiado tiempo en llegar a una sala de enjuiciamiento, pero que ahora aquí están, esposados, pidiendo permiso para ir al baño. Ellos, pidiendo permiso. Los dueños de la vida de tantos compañeros, los dueños de la muerte.
Se inició con la lectura de los Requerimientos de Elevación a Juicio de los represores Donda y Montes. Siete horas escuchando los crímenes imputados a estos genocidas; quedan todavía muchos más, que continuarán leyéndose en las próximas audiencias.
Signos atroces que siguen estando presentes con el mismo grado de impunidad que siempre tuvieron. Un Astiz mostrando la tapa del libro de Juan Bautista Yofre, ex jefe de la SIDE, “Volver a matar”, como mensaje claro para todos los que se encontraban del otro lado del blindex, madres, sobrevivientes, hijos. Mensaje que dejaba ver, de modo contundente el “lo volveríamos a hacer”. Y un Pernías que pretendía hacer callar los cánticos que gritaban “Como a los nazis les va a pasar/adonde vayan los iremos a buscar”, llevándose el dedo índice a su boca. El mismo Pernías que a punta de picana pedía nombres, direcciones, en la sala de tortura, paradoja sangrienta de una bestia semejante.
Dos abogados de la querella, Rodolfo Yanzón y Adrian Gómez, reaccionaron vehemente. Se acercaron hasta los miembros del Tribunal, exigiendo se prohíban manifestaciones de ese tipo.
El miércoles próximo, la sala del Tribunal Oral nº 5, se llenará nuevamente de pañuelos blancos, vestiremos otra vez la camiseta de Juicio y Castigo, de Compañeros, sobrevivientes. Se llenará de memoria viva, de reivindicación permanente hacia quienes dieron su vida por un mundo distinto. Y frente a los slogans fascistas de las señoras con cabellos lacios y platinados, más serán las voces que gritemos:
“30 MIL COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS, PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE, AHORA Y SIEMPRE, AHORA Y SIEMPRE”.
Equipo KAOS


JUICIOS POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD
ESMA: ex funcionarios civiles podrían ser procesados
El ex secretario de Industria del gobierno que usurpó el poder el 24 de marzo de1976, Juan Alemann, y el ex fiscal Oscar Hermelo, fueron indagados esta semana.



El juez federal Sergio Torres deberá resolver en los próximos diez días las situaciones procesales de los primeros dos civiles llamados a prestar declaración indagatoria en la "megacausa ESMA" donde se investigan delitos de lesa humanidad cometidos en ese instituto de formación naval durante la última dictadura militar.
El ex secretario de industria del gobierno que usurpó el poder el 24 de marzo de 1976, Juan Alemann; y el ex fiscal Oscar Hermelo fueron indagados en la semana que termina por el juez Torres quien deberá resolver si los procesa, los sobresee, o dicta la "falta de mérito", situación intermedia entre una y otra posibilidad.
El ex funcionario del gabinete económico de la dictadura se negó a declarar argumentando que "la complejidad de la causa" le exigía más tiempo para analizar las acusaciones en su contra aunque se comprometió a hacerlo "a la mayor brevedad".
Próximo a cumplir ochenta años, Alemann no debe temer ir preso, al menos por ahora, ya que el delito por el cual está imputado ("encubrimiento agravado por su condición de funcionario") tiene penas menores que posibilitan que se lo exima de la prisión preventiva, indicaron fuentes allegadas a la causa.
Algo parecido ocurre con el ex fiscal Hermelo ya que si bien su acusación es algo más grave ("partícipe secundario" del apoderamiento de bienes de prisioneros) la defensa del ex representante del ministerio público podría obtener la exención de prisión de su asistido.
Al declarar ante el juez y el secretario Pablo Yadarola, el ex fiscal (quien renunció al cargo cuando avanzaba un pedido de juicio político en la Procuración General de la Nación) confirmó su presencia en la ESMA, pero sostuvo que "ignoraba lo que ocurría en el Casino de Oficiales" y otras dependencias ya que su tarea "se limitaba al tema de los autos".
Aludía a su labor voluntaria como abogado, pese a que trabajaba por las mañanas en el Poder Judicial, en el "área automotores" de la ESMA donde, presuntamente, se tramitaba la documentación de los vehículos de los que habían sido desapoderados los prisioneros ilegalmente alojados en ese centro clandestino.
Durante su declaración indagatoria Hermelo fue asistido por el letrado Roberto Calandra, ex juez correccional durante la dictadura y ex defensor del Brigadier Omar Rubens Graffigna, en la histórica "causa 13" como se conoció al juicio a los comandantes de la dictadura y donde el ex aviador fue absuelto.
Alemann fue más humilde ya que minutos antes de las 10 del último jueves (hora y día fijados por Torres para la indagatoria) se presentó "solo y sin abogados" en el cuarto piso del edificio de Comodoro Py 2002, de esta Capital; donde manifestó su deseo de ser asistido por los Defensores Oficiales.
Ello motivó que los funcionarios judiciales debiesen convocar, de urgencia, a los representantes de ese Ministerio para que asumiesen la defensa del virtual "número dos" del ex ministro José Alfredo Martínez de Hoz a quien asesoraron para que se negase a declarar hasta que analicen bien las imputaciones en su contra. Sobre las espaldas de Alemann pesan la acusación de los sobrevivientes Víctor Basterra y Carlos Lordkipanidse quienes aseguraron que el ex funcionario visitó la ESMA en octubre de 1979, luego de un atentado que sufrió y, en esa ocasión, habría estado en el Casino de Oficiales y la denominada "huevera", donde se torturaba a los prisioneros. Según los denunciantes, Alemann acompañado por el jefe de operaciones Adolfo Donda Tigel y el jefe de inteligencia Horacio Lorenzón, entre otros, habría estado en la sala de tormentos para conocer al prisionero Orlando Antonio Ruiz, quien permanecía encapuchado y engrillado acusado de haber participado en el fallido atentado.
En un reportaje publicado por la revista Veintitrés, en 2005, el ex funcionario habría afirmado, entre otros conceptos, que "no tenemos que hacer ninguna autocrítica", al tiempo que "justificaba la desaparición de personas y la guerra sucia con desparpajo y hasta impunidad" como calificó su testimonio el periodista Walter Goobar.
"Hubo 200 y pico de casos de mujeres que tuvieron hijos en cautiverio y que después las liquidaron. De esos, unos 200 los entregaron a los jueces y quedaron menos de 30 que los distribuyeron entre familias de militares.
Eran chicos que sobraban porque ... hay que tener estómago para hacerse cargo del hijo de un guerrillero" habría afirmado Alemann en aquella oportunidad.
Un tercer civil también denunciado por los organismos de Derechos Humanos en la "megacausa ESMA", reabierta tras la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final, es el abogado Gonzalo Torres de Tolosa, quien sigue siendo investigado por el Tribunal aunque hasta el momento no se lo haya convocado a declarar.
(Fuente:Rdendh).

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