25 de enero de 2010

NOBLE CAUSA.

La tapa del Día ADN (o el violento oficio de escribir)
La comparación del material genético de Marcela y Felipe en el Banco Nacional de Datos Genéticos entró en cuenta regresiva.

Cuenta regresiva en la causa que investiga la verdadera filiación y la presunta apropiación indebida de los dos hijos de la directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble. ¿Cuál será el titular del diario cuando llegue el momento de la verdad?
Por Daniel Cecchini


Anticipar, de un día para el otro, cuál será el título principal en la portada de un diario no suele ser un acertijo de compleja resolución para cualquiera que lleve algún tiempo en el ejercicio de este violento (en todo sentido y para todos, aun cuando no se den cuenta) oficio de escribir que es el periodismo gráfico. Si se hiciera la prueba en una redacción, proponiendo escribir el título de tapa de un diario de la competencia, el nivel de aciertos –palabras más, palabras menos– sería altísimo. Para participar de manera decorosa basta, sencillamente, con estar bien informado sobre las noticias del día y conocer la línea editorial y los intereses que defiende cada medio. El resto es un poco de muñeca periodística.
Por estos días, sin embargo, el acertijo de un titular casi inasible recorre las redacciones argentinas (en una de ellas, además, provoca fuertes dolores de cabeza) y es motivo de apuestas en más de una reunión de periodistas. La noticia en cuestión –cuando ocurra– tendrá que ver con la resolución de un resonante caso de violación de los derechos humanos cometido en la última dictadura y encubierto durante más de tres décadas. Y una de las múltiples consecuencias de esa noticia puede ser (o no) la muerte sin resurrección posible de la credibilidad del multimedios más grande de la Argentina.
La pregunta del acertijo es tan simple cuanto difícil es su respuesta: ¿Cuál será el titular de Clarín el Día ADN?
La cuenta regresiva. La fecha en que se publicará ese titular es aún incierta. La causa que investiga la verdadera filiación y la presunta apropiación indebida de los dos niños que la directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, inscribió irregularmente en 1976 como sus hijos adoptivos pareció volver a tomar impulso la última semana del año pasado. El miércoles 30 de diciembre, los jóvenes anotados como Marcela y Felipe Noble Herrera se presentaron –con la anuencia del juez de la causa, Conrado Bergesio– en el Cuerpo Médico Forense para ofrecer voluntariamente muestras de sangre para que fueran comparadas únicamente con las de las familias Lanoscou-Miranda y García-Gualdero. Esa presentación voluntaria fue un desesperado intento de los abogados del Grupo Clarín para evitar que el material genético de los dos jóvenes sea comparado en el Banco Nacional de Datos Genéticos –como dispone la Ley de Recolección de ADN– con el de más de una veintena de grupos familiares de desaparecidos con los que podrían tener relación biológica.
La maniobra falló. Fuertemente advertido por sus superiores y con la espada de un juicio político pendiendo sobre su cabeza, el jueves 31 Bergesio allanó los presuntos domicilios de Marcela y Felipe y retiró prendas íntimas y cepillos de los dos jóvenes, como establece la ley. La medida fue rápidamente apelada por la defensa de la viuda de Noble. El abogado de la directora de Clarín, Jorge Anzorreguy, presentó un escrito en el que sostiene que el allanamiento careció de fundamentos debido a:
- Que Bergesio no habría justificado debidamente en la orden de allanamiento por qué sospecha que Marcela y Felipe Noble Herrera podrían ser hijos de desaparecidos. Sin esta justificación –insiste el abogado– y su ADN no debería ser comparado en el Banco Nacional de Datos Genéticos. - Que las pruebas presentadas por Ernestina Herrera de Noble sobre la adopción de los dos jóvenes son válidas.
Como ya se ha señalado en Miradas al Sur, las investigaciones realizadas por el anterior juez de la causa, Roberto Marquevich, demostraron que los trámites de adopción de los niños anotados en 1976 como Marcela y Felipe estuvieron plagados de irregularidades, entre otras: los dos testigos que Ernestina Herrera de Noble presentó sobre la adopción de Marcela la desmintieron; la mujer que, según la directora de Clarín, entregó en adopción a Felipe no era quien dijo ser y, por si fuera poco para demostrar lo burdo de la maniobra, el DNI que presentó pertenecía a un hombre (identificado como Carlos Hugo Talkowski); se omitió el sistema de turnos para que la guarda del niño (Felipe) quedara radicada en el mismo tribunal que la de la niña (Marcela); la viuda de Noble dijo que vivía en San Isidro, cuando tenía domicilio legal en la Capital Federal; y se inscribió a los dos niños con el mismo apellido (Noble Herrera) de acuerdo con una legislación que había sido derogada siete años antes. “Es más de lo mismo –dijeron a Miradas al Sur fuentes de la querella–, repiten argumentos que ya han sido invalidados para demorar la causa”.
Mientras tanto, desde Abuelas de Plaza de Mayo se mira con sospecha la manera en que Bergesio –que a esta altura del partido no conforma a nadie– condujo los allanamientos. Los cuestionamientos pueden resumirse así:
- El material genético de Felipe se recolectó en una casa en la que ya no vivía. El joven se había casado pocos días antes y ya no habitaba la vivienda allanada que hasta hacía poco había compartido con su madre.
- Contra lo que es habitual en ese tipo de procedimientos, los funcionarios judiciales fueron acompañados por un solo policía.
- Tanto en el domicilio de Marcela como en el de Felipe, los funcionarios judiciales debieron esperar una hora desde el momento en que tocaron el timbre hasta que les franquearan la entrada. Esa demora, se sospecha, podría haber permitido reemplazar o contaminar los objetos personales de los jóvenes (peines, cepillos de dientes, etc.) por los de otras personas.Basándose en estas irregularidades, Abuelas de Plaza de Mayo presentó un escrito en el que le solicita a Bergesio que cite a los testigos del allanamiento y que explique cómo fueron seleccionados.Según fuentes de los tribunales de San Isidro consultadas por Miradas al Sur, el juez Bergesio resolverá primero sobre el escrito presentado por Anzorreguy y recién después analizará los reclamos de la querella, incluida la solicitud de Abuelas de Plaza de Mayo para que las muestras de Marcela y Felipe sean entrecruzadas con las de las familias de desaparecidos que están almacenadas en el Banco Nacional de Datos Genéticos.
Todo esto llevará tiempo. Así las cosas, la cuenta regresiva hacia la fecha de publicación del titular de tapa de Clarín que plantea el acertijo puede ser todavía conflictivamente larga. Tan larga que puede llegar a la Corte.
El violento oficio de escribir. De todos modos, algún día –más tarde o más temprano– la noticia ocurrirá y el titular deberá ser escrito por quienes jamás (patrones y amanuenses) quisieron tener que escribirlo. El saber (que es poder) y la verdad –dijo floridamente alguna vez Lacan robándole al Sócrates de Platón– son como las dos caras de una moneda, pero cuando la verdad irrumpe no hay con qué darle. O, para decirlo de otra manera, es inevitable en sus efectos. No hay vestiduras que engañen y las (in)vestiduras jugarán su juego. Es decir: todos los medios escribirán un (su) titular sobre eso. Clarín también deberá escribirlo (y su saber-poder ocultado durante más de tres décadas sobre los orígenes de ciertos niños ya no le servirá de nada... porque ya no le será propio sino que habrá tomado estado público por el simple pero siempre demoradamente eficaz recurso social de la justicia). Y será allí, en esa situación, cuando y donde Clarín (sus dueños, sus escribas, sus amanuenses, porque cuando se trata de hacer justicia es necesario definir culpabilidades y personalizar a responsables, ejecutores, cómplices, encubridores y siervos) deberá(n) escribir ese título como le(s) sea posible. Pero definitivamente.
Mientras tanto –la muerte, tanto la real como la simbólica, es una sombra que avanza de manera ominosa– Clarín puede seguir intentando dictar cátedra de un “periodismo independiente” que, si se lo mira epistemológica y políticamente, es apenas el falso reflejo de una deseante e inútil fuga hacia adelante. Como el viernes pasado, en su página 34, donde publica a un joven periodista de apellido emblemáticamente ligado a la dictadura (tenga él relación o no con ese linaje) que escribe confusamente sobre dos medios que nada tienen que ver. Uno de ellos, Noticias, ha hecho históricamente de la oposición su mercado (lo cual, en términos de estrategias de mercado, está muy bien); el otro, Miradas al Sur (quien esto escribe es jefe de redacción de este medio, desde donde hoy escribe), apoya lo que cree que debe apoyar del oficialismo, pero también tolera, acepta y publica entusiastamente miradas disidentes (como las que a veces tienen quien esto escribe, el propio director y muchos otros). Miradas al Sur no se vende como periodismo independiente. Es un medio que, como todos, toma posición. La diferencia está en que pone en claro esa posición desde los títulos de tapa hasta la última página.
El periodismo, escribió Rodolfo Walsh, es un oficio violento. La escritura tiene el terrible y violento efecto kafkiano (basta, para saberlo, leer La colonia penitenciaria) del significante impreso imborrablamente sobre los cuerpos (y sobre los nombres en los que los sujetos de esos cuerpos creen reconocerse) de quienes editan, de quienes titulan y de quienes escriben. Todos los días, en todos y cada uno de los medios. De eso hay que hacerse responsables. Peor (o mejor) aún: esa responsabilidad es ineludible, inevitable, ineluctable.
Escrito todo esto, este cronista no va a ocultar el titular de Clarín del Día ADN por el cual apuesta (y puso unos mangos en reunión de amigos del gremio):
Se conocieron las
familias biológicas
de Marcela y Felipe
Noble Herrera
Es cierto que la apuesta tiene una trampa histórica: el cronista buscó un titular del mismo estilo falsamente neutro que Clarín usó de manera deliberada para informar sobre el golpe genocida del 24 de marzo de 1976:
Nuevo
Gobierno
En cuanto al título de esta nota, es el que el lector ya leyó en el encabezado de esta página:
La tapa del Día ADN(o el violento oficio de escribir)
Se trata, simplemente, del violento oficio de escribir.
Que, como se sabe, puede causar la muerte, incluso del multimedios más poderoso.
Informe: Gabriela Juvenal
Fuentedeorigen:Miradasalsur
Fuente:Rdendh

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