6 de febrero de 2010

CHILE: QUIERO SER PRESIDENTE.

(Del libro "Los Dueños de Chile", de Ernesto Carmona, Ediciones La Huella, Chile, diciembre 2002, pp 204-207)
Sebastián Piñera Echeñique, 53, empresario y político, ex senador (1990-1994) de Renovación Nacional (RN), hijo de un ex embajador de Eduardo Frei Montalva y hermano de José, ministro Trabajo y Minería de Augusto Pinochet e inventor del sistema privado de fondos de pensiones, pesaría US$ 400 millones en la balanza de Alvaro Saieh –“si es que no más” (1). Participa en los directorios de LAN Chile, Clínica Las Condes, Isapre Cruz Blanca, Entel, Pacífico V Región, Colbún, Parque Arauco, Bancard Ltda., Bancard S.A., entre otras empresas.
Como empresario aspira a poseer la mayor concentración de empresas. Y como todo político que deambula por este mundo quiere la jefatura del Estado, según el reincidente modelo de Silvio Berlusconi de Italia, sólo que carece del indispensable ingrediente mediático que apoya a su rival Joaquín Lavín. El síndrome Berlusconi emergió en estas latitudes con el senador Francisco Javier Errázuriz, quien quiso renunciar cuando concluyó que la senaduría no era el buen negocio que pensó, pero igual perdió el cargo por desafuero. Piñera se esforzó por darle al síndrome un cierto contenido “liberal”, pero pasó de inquisidor a acusado –típico doble discurso– cuando utilizó su condición de senador para sacar ventajas en el escandaloso traspaso de acciones de Enersis a Endesa España (2). Piñera fue el primero en exigir la modificación del artículo 54 de la Ley de Mercado de Valores, para regular la oferta pública en la adquisición de títulos ante la toma de control de una sociedad anónima abierta.
Junto a José Cox e Ignacio Guerrero envió una carta a los medios explicando cómo debió hacerse un acuerdo justo para todos los accionistas, viajó a España a recabar información y amenazó con una querella. El desenlace incluyó la salida de José Yuraszeck. Pero eso no impidió al senador negociar con los españoles el traspaso de sus acciones en Chispas por un 8 % de los títulos de la sociedad Luz vendida por Elesur, la filial de Endesa España en Chile. Con este procedimiento, Piñera y la empresa Moneda Asset –disidente en el mega negociado– pudieron controlar el 65 % de Luz. Un doble empeño –político y empresarial– requiere doble discurso y, a veces, dos empresas. Piñera invierte indistintamente a través de Bancard Ltda. y Bancard S.A. (cerrada) (3).
La presencia Piñera en el firmamento neo oligárquico creado por el bing-bang de las privatizaciones de empresas públicas no ofrece enigmas sobre el carácter del eventual futuro gobierno de esa generación de triunfadores que pasaron de 50 años, sea él o Lavín. La hegemonía del poder real estará tras bambalinas en los voraces personajes que dieron vida a los grupos Penta, Pathfinder, Hurtado-Fernández, Saieh-Abumohor, los docentes y propietarios de las Universidades del Desarrollo, Finis Terrae, Diego Portales y Andrés Bello –entre muchas otras– y millonarios sueltos como José Yuraszeck, Julio Ponce, Ernesto Silva, Bruno Phillipi, y tantos otros, más los coadyuvantes mediáticos Agustín Edwards, Alvaro Saieh y el venezolano Gustavo Cisneros, entre otros.
Piñera exhibe una contradictoria impronta liberal que lo convirtió en víctima del bullado espionaje telefónico practicado por el Ejército al comenzar el período democrático. Su prosperidad comenzó en los ’70, con Inversiones Bancard Ltda., mediante una tarjeta de crédito y descuento inventada con su amigo y socio Juan Cueto. Después vino una incursión activa en el sector inmobiliario. Fue gerente general de Citicorp Chile, dirigió el grupo Penta –cuando éste aún controlaba el Banco de Chile– y la AFP Cuprum, del mismo conglomerado. Cuando quedó fuera del Senado –1998– se esforzó por mantenerse vigente desde su editorial Los Andes, organizando seminarios, y a través de los estudios y encuestas telefónicas que realiza su Fundación Futuro sobre cuestiones de interés para la opinión pública. Fue uno de los primeros políticos de la derecha que asumió a los detenidos desaparecidos cuando el tema todavía era un tabú. Más tarde –2001– alcanzó el liderazgo de Renovación Nacional.
Su brazo derecho es José Cox, representante en Chile de la norteamericana Duke Energy. Cuando hizo la cruzada contra Enersis/Endesa por las “acciones Chispas” que los españoles de Endesa pagaban mal, llegó a un acuerdo para vender sus títulos a buen precio y abandonó a los otros accionistas víctimas de la misma injusticia, sin dejar de responder a las acusaciones de utilizar su figuración pública y la senaturía para obtener un mejor precio. Dijo que la negociación no la hizo él, sino José Cox.
Además, en agosto del ’97 dio a conocer un proyecto de ley para regular la Oferta Pública de Acciones (OPA). Después de usar el Congreso en beneficio propio, Piñera se declara feliz y cómodo en su condición de ciudadano raso privado. “Cuando era senador tenía que dar explicaciones”, dijo. Está de lleno en el mundo de los negocios... y de la política.
Y tiene trabajo. Tomó el control de LAN y “fusionó” a Ladeco. En 1998, a través de Bancard, Piñera se asoció con Tecnópolis y con el Fondo CMB Prime, en Inversiones Inmobiliarias, para el proyecto “Parque Industrial Placilla”, considerado premium en la V Región, con ventas estimadas en US$ 30 millones para 2005. Participó en Entel, donde él mismo y José Cox fueron directores, con el apoyo de Carlos Alberto Délano –grupo Penta. También tiene intereses “computacionales” en la firma Quintec. En lo inmobiliario, está asociado a proyectos en el este de Santiago y, entre otros, al proyecto Ilimay Las Cruces, en el litoral central, donde compró a CBI, del empresario Manuel Cruzat. A fines de 1997, vendió a Biwater Supply S.A. el 27% que poseía junto al grupo Cueto en Agua Potable Lo Barnechea.
Aprovechó la quiebra de Aeroperú para crear LAN Perú y puso los ojos en Argentina. Participa en el parque industrial Curauma, Valle Escondido y Casa Grande en Peñalolén, entre otros proyectos. En sus múltiples negocios tiene presencia en numerosas empresas y participa con diferentes socios, tales como Juan Cueto, Antonio Krell, Ramón Ortúzar, Roberto Ossandón, Carlos Herrera, Andrés Navarro, Marcelo Cox, Ignacio Guerrero, Juan Eduardo Errázuriz, Horacio Pavéz y Tomás Müller (hijo).
En septiembre de 2001, Celfin Gardeweg Corredores de Bolsa se adjudicó –en un remate sorpresivo– las acciones que Corfo mantenía en Colbún, sin que las AFP participaran en un negocio que creían suyo. Las órdenes de compra beneficiaron a Sebastián Piñera, Moneda Asset (Sergio Undurraga y Pablo Echeverría), Consorcio Financiero (Juan Hurtado Vicuña y Eduardo Fernández León), el fondo Chile Fund y Compass Group. En noviembre fueron elegidos los nuevos directores: Sebastián Piñera, Juan Hurtado Vicuña y Fernando Franke –trío que representa el 35,67% de la eléctrica, en virtud de la “compra nerviosa” por US$ 144,2 millones–, Emilio Pellegrini, Yves Jourdain, Eric de Muynck y Carl Weber, del grupo controlador Electropacífico (de la belga Tractebel) y el grupo Matte, propietarios del 41% (4).
En 2001, las empresas en que participa Piñera tuvieron utilidades de US$ 43 millones, entre ellas LAN Chile, LAN Cargo, LAN Courier, LAN Perú, Concesionaria Chucumata, Inversiones LAN S.A. y Colbún. Cuando el ex senador acabe su presente ciclo político –como dirigente nacional de RN, sin mayor expectativa presidencial–, probablemente se vuelque de nuevo al fútbol, para privatizarlo –“salvarlo del colapso”– y convertir los clubes en S.A.
Notas:
1) Qué Pasa, 1480, 11 de octubre de 1999.
2) Qué Pasa, 1389, 25 de noviembre al 1 de diciembre de 1997.
3) Qué Pasa, op. cit.

4) Estrategia, 2 de noviembre de 2001.
Fuente:Argenpress

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