4 de febrero de 2010

SALTA: FINALIZAN LAS AUDIENCIAS POR EL JUICIO.

Hoy se reanudó en el juzgado Federal de Saltas, el juicio por el secuestro y desaparición del escribano Aldo Melitón Bustos. Los abogados defensores solicitaron al tribunal oral la presencia de los imputados Arias y Zirpolo en la impeccion ocular que se llevará a cabo el 9 del corriente en la ciudad de Tartagal, en la vivienda de la cual fue secuestrado Bustos y del Regimiento de Infantería de Monte Nº28. También la defensa solicitó el enjuiciamiento de un testigo clave en la causa por falso testimonio.
Para la jornada de hoy se esperaba terminar con los testimonios propuestos por la querella, pero la reiterada ausencia de uno de los testigos hará que este, sea conducido en otra oportunidad por la fuerza pública ante el tribunal.
ARIAS COMPROMETIDO POR LOS TESTIMONIOS DE DANIEL ALBERTO VUISTAS Y JUAN DOMINGO JAVIER
Mientras cumplía con el servicio militar obligatorio en Tartagál durante el año 1977 y 1978 Daniel Alberto Vuistas fué interrogado por Carlos Alberto Arías sobre la identificación de un cadáver fotografiado. El cual el testigo no pudo reconocer, pero todo indica que era el de Lucho Vuistas, primo de este, y que había sido asesinado por fuerzas militares en Santa Fé. Con este relato queda demostrado que Arias estaba fuertemente familiarizado con el accionar de las fuerzas en la lucha contra "la subversión" y por lo tanto con las persecución ideológica de todos los que pudieran ser contrarios al régimen militar.“Arias era considerado por los soldados en el Regimiento como una persona implacable y ruda.”(Daniel Vuistas)
Insólito pedido de la defensa
Luego de escuchar el relato de Javier, los abogados defensores saltaron al unísono para pedir que se enjuicie al testigo por falso testimonio.Este testimonio fué incorporado como novedoso el día de hoy en lo que hace a la causa.
Su relato:
El 2 de Febrero a la madrugada Juan Domingo Javier pasaba caminando por la calle Rivadavia en Tartagál, cuando vio pasar a 30 ó 40 metros de él a dos hombres que llevaban a otro en ropa interior por la fuerza y sujeto de los hombros. La calle estaba poco iluminada por los focos de alumbrado público, por lo que solo pudo distinguir el rostro de Arias y el del escribano Bustos, que era el que estaba siendo conducido por la fuerza. Y solo llego a percibir que el tercer hombre era mas bajo que Arias.
Javier contó que a Arias y a Bustos los reconoció bien por que la luz de la calle los iluminaban y que además los conocía de antes de los sucesos.
El conflicto con los abogados defensores se desató por la apreciación del testigo del auto al que supone iban a subir y que por miedo a correr la misma suerte que Bustos apenas se animo a ver por el rabillo del ojo. De todos modos, al vehículo lo describió como un opel amarillo naranja. Esta descripción del auto coincide con la de otros testigos que dicen que el mismo pertenecía al Regimiento Nº28.
Javier también hablo de lo que se escuchaba decir en el pueblo -"...a Bruno(por el teniente Bruno, que fue considerado con falta de merito para ser imputado en este tribunal) lo mencionaba la mayoría de la gente en Tartagál como la persona que hacia inteligencia sobre Bustos. Este se paraba en el negocio de la esquina que daba a la escribanía, a observar."
Por otra parte la testigo María del Valle Yolanda Vilonia, que fue secretaria en la escribanía de Bustos, confirmo lo que ya venían reiterando otros testigos sobre los numerosos allanamientos que sufrió Bustos en su domicilio.
El juicio continuará mañana 4 de Febrero con la proyección de un documental que contextualiza la época, aportado por la querella integrada por los abogados David Leiva y Tania Kiriaco. Y el 9 del corriente con la inspección ocular en Tartagal.
Fuentedeorigen:HIJOSSALTA
Fuente:Rdendh


Un sorpresivo testigo dijo que vio cómo el ex teniente Arias llevaba al escribano Bustos
Un testigo que pidió declarar a último momento dijo ayer que vio cómo, en la madrugada del 2 de febrero de 1978 el ex militar Carlos Arias se llevaba en andas y en calzoncillos al escribano Aldo Melitón Bustos.
Ayer se colocó un cartel en el frente del Juzgado Federal

En una audiencia negra para el entonces teniente del Regimiento de Infantería de Monte 28, también la secretaria de Bustos recordó que efectivos del Ejército lo fueron a buscar varias veces a la oficina. Y que Raúl Federico Bustos, hijo de la víctima, le dijo poco después que el secuestrador había sido Arias.

Un desconocido
Hasta ayer Juan Domingo Javier era un nombre desconocido para los que siguieron la instrucción y el juicio contra Arias y Luis Ángel Zírpolo, por el secuestro y homicidio del escribano Bustos: nunca había sido citado en la causa y no figuró en la lista oficial de testigos citados.
La querella, sin embargo, logró en la última audiencia de diciembre que el Tribunal escuche su declaración no bien se reinicie el juicio: lo que dijo ayer sorprendió a todos, en especial a la defensa de Arias, que ensayó a último momento una contraofensiva pidiéndole al tribunal que gire las declaraciones de Javier al fiscal por el presunto delito de falso testimonio.
"Cuando esa noche cruzaba la calle San Martín de vuelta a la casa donde vivía, vi que dos personas se llevaban a Bustos en calzoncillos, desde su domicilio, hacia un Opel amarillo o naranja. Uno de ellos, era una persona alta, blanca, rubia... Era Arias".
Los abogados de Zírpolo y Arias, los miembros del Tribunal, y el fiscal Eduardo Villalba, quedaron pasmados por lo que decía: hasta el momento sólo el hijo de la víctima, Raúl Federico, había declarado que vio a Arias entrar a su domicilio, encañonarlo, y llevarse después a su padre junto a otra persona.
Según su relato, Javier cruzaba la calle San Martín, por Rivadavia, a unos treinta o cuarenta metros de la casa de Melitón: caminó acompañando a distancia el paso de los secuestradores, a los que un foco municipal echaba suficiente luz para reconocer a Arias, el hombre que estaba del lado de Javier: "Me dí cuenta que me miró, sentí temor y seguí caminando por Rivadavia".
Javier había salido pocos minutos antes de "Maracatú", una confitería bailable de Tartagal, a donde trabajaba de mozo. Allí le había servido, en los meses anteriores, algunas copas al propio Bustos, que frecuentaba el lugar junto a su compañera Eva Ruth Carrillo. En ocasiones, el escribano le había llegado a confiar sus preocupaciones por las amenazas que le dejaban en el parabrisas del auto.
El “ronco”
A la misma confitería concurría en 1977 oficiales del Regimiento, que se jactaban de haber salido del cuartel sin que se diera cuenta "el ronco", sobrenombre con el que se conocía a Zírpolo, que en febrero estaba a cargo de la Unidad. Una vez Javier alcanzó a ver en la barra al propio Arias.
Vecinos de Tartagal hasta hace cuatro años, Javier describió con lujo de detalles la calle donde vivía Melitón Bustos, y el ambiente de esa ciudad en los meses en que se gestó y se concretó el secuestro del escribano. Su trabajo le dio muchas oportunidades para observarlo. El dueño de la confitería lo llevaba en ocasiones al casino del Regimiento, donde hacía de discjockey y donde conoció a oficiales a los que recordó con nombre y apellido.

"Arias era conocido en Tartagal por su severidad", atestiguó Javier. Lo vio algunos días después del secuestro, vestido de civil, cerca de la plaza. "Me di cuenta que me miró, y de nuevo sentí temor".
Sorprendidos por la declaración, los abogados de los acusados, Pablo Tobìo y Federico Petrina, pidieron al presidente del Tribunal, Roberto Frías, que gire al fiscal las declaraciones por el eventual delito de "falso testimonio", aunque no llegaron a argumentar su postura. "No encuentro mérito para la medida", resaltó el fiscal Eduardo Villalba, a quien Frías quiso enviarle el caso.
Fuentedeorigen:Nuevodiariodesalta
Fuente:Rdendh

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