Primer fallo contra genocidas en Rosario

¡Hasta la victoria, siempre!
El jueves 15 de abril, el Tribunal Federal Oral Nº 1 condenó a prisión perpetua y cárcel común a los cinco represores de la Causa Guerrieri. El fallo fue ejemplar en Rosario. Vivimos un día fundante e histórico. enREDando celebra esta sentencia y comparte las emociones, las palabras y las voces que en este día, nos colmó el alma. Y agradecemos a todos los militantes, los hijos y las madres que en estos 34 años, nunca claudicaron.
Crecimos con el grito contenido de las madres, con las preguntas constantes de los familiares, con la búsqueda de los hijos y la valentía de los sobrevivientes del terrorismo de Estado en Argentina; con ese reclamo permanente que pedía por la aparición con vida de los 30000 desaparecidos y el castigo a los culpables.
Crecimos con el grito contenido de las madres, con las preguntas constantes de los familiares, con la búsqueda de los hijos y la valentía de los sobrevivientes del terrorismo de Estado en Argentina; con ese reclamo permanente que pedía por la aparición con vida de los 30000 desaparecidos y el castigo a los culpables.
Hoy, nos toca escribir esta nota, casi impensada años atrás. Y nos llena de una infinita emoción poder dar cuenta de lo que significó el pasado jueves 15 de abril para la histórica lucha de quienes nunca claudicaron en la búsqueda de justicia.
El Tribunal Oral Federal Nº 1 condenó a prisión perpetua y cárcel común a cinco genocidas acusados de delitos de lesa humanidad, cometidos en los centros clandestinos de detención conocidos como la Quinta de Funes, la Calamita, Fábrica Militar de Armas, la Escuela Magnasco y la Intermedia. Pascual Guerrieri, Daniel Amelong, Jorge Fariña, Walter Pagano y Eduardo Constanzo fueron condenados con la máxima pena, en un fallo ejemplar en nuestra ciudad.
La eterna lucha
Nunca bajaron los brazos en estos 34 años de lucha. Ni aun en las peores adversidades, cuando años anteriores, los gobiernos de Raúl Alfonsín y Carlos Menem, dictaban las leyes de la impunidad. Siguieron con este trabajo incansable hasta lograr la nulidad de la obediencia debida, el punto final y los indultos. Y luego, la reapertura de la infinidad de causas abiertas en todo el país.
Y el día de la sentencia en la causa Guerrieri, en Rosario se vivió un día histórico, una jornada que quedará cobijada por siempre en la memoria y en el alma de todos y cada uno de los que, allí presentes, frente a los Tribunales Federales, nos fundimos en un infinito abrazo.
Eran compañeros, muchos sobrevivientes y testigos que recordaron a quienes hoy no están con nosotros. Eran las madres, con sus rostros arrugaditos, sus puños débiles apretados con una fuerza inigualable, sus ojos espejados en lágrimas y sus recuerdos, acariciando con una sonrisa, la imagen de sus hijos desaparecidos.
Y eran los hijos, los que empezaron militando, siendo apenas adolescentes, buscando justicia para sus viejos, en épocas difíciles, en una absoluta soledad. Hoy, son hombres y mujeres que, con un inmenso compromiso, llevaron adelante los juicios, como abogados muchos de ellos, y otros, acompañando este proceso desde diferentes espacios de militancia.
A todos ellos, no nos queda más que agradecerles por reafirmar esta necesidad de seguir dando pasos en la búsqueda de juicio y castigo para los miles de genocidas que aun están impunes. Por dejarnos creer que se puede, aun cuando el poder judicial, muchas veces, el poder político, otras, y el siempre cómplice poder económico, nos muestra la cara más dura de la impunidad en Argentina.
Gracias, por darnos esta oportunidad histórica de juzgar a los asesinos de miles de hombres y mujeres que soñaron con un país para las mayorías. Y porque, como decía Lucas Ciarniello, uno de los abogados de la Agrupación H.I.J.O.S Rosario, desbordado por la emoción, esta condena va mucho más allá de estos “5 hijos de puta. Y de estas 29 víctimas. Acá se los condenó por hechos que sufrieron miles de compañeros que, lamentablemente, nunca tendrán un juicio”.

Es por todo esto que celebramos hasta el cansancio, y hasta la victoria, este fallo que mitiga tanto dolor.
Crónica
La noche anterior se realizó, frente a los tribunales, una vigilia donde organizaciones y militantes se encontraron, encendieron velas y empezaron a soñar con una sentencia que, al día siguiente, condenaría a 5 represores en nuestra ciudad.

El jueves 15, pasadas las 12 del mediodía, bajo un sol brillante y un cielo poderoso, se escuchó, en palabras del presidente del Tribunal Oral Nº1, el primero de los fallos: Pascual Guerrieri era condenando a prisión perpetua. Fue un estallido de abrazos y llanto. Las madres, con su aplomo estremecedor, los hijos, saltando y abrazándose entre ellos, los testigos y sobrevivientes, encontrando un poco de justicia. Todos y cada uno, sin poder decir más que lo que sus ojos expresaban en ese instante.

El tribunal continuó con la lectura de las sentencias. Todas condenaron a prisión perpetua y cárcel común a los genocidas cuyos crímenes fueron juzgados como de lesa humanidad por los jueces. Y nada fue en vano. “Lo primero que se me cruzó por la cabeza fue la imagen de los compañeros que ya no estan”, dijo Ramón "El Gato" Veron, con los ojos enrojecidos.

Carlos Novillo, otro de los querellantes de la causa, agradeció a Dios, a los familiares, a las Madres, a los organismos de Derechos Humanos y al gobierno nacional “que impulsó la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida”. También dio las gracias, infinitas, a la querella de HIJOS, a la querella de la secretaría de DDHH de la nación, a la Fiscalía, a la Dra. Mabel Colalongo y a todos los que “nos acompañaron en el aguante, a las treinta mil personas que reventamos el Monumento el 24 de marzo, por el comienzo el fin de la impunidad. esto lo construimos entre todos, y es el comienzo de nuevos juicios, de instalar la justicia en la Argentina”.
Una de las eternas madres de la Plaza dijo, envuelta en un llanto de alegría: “He llorado mientras duró la lectura, he llorado después, con mi hijo y mi nieta, pero lloraba de felicidad, después de tantos años de lucha y de tanto dolor, la justicia se ha cumplido, y eso lo vamos a festejar. Entre todos los rostros está el de mi hijo y el de todos los que murieron luchando por una patria mejor. Gracias por acompañarnos y el apoyo que nos dan".

Los familiares y militantes también sumaron su necesaria voz en un escenario colorido y lleno de felicidad y también, de tristezas y contradicciones. Elida Luna decía: “Es un día muy alegre y triste a la vez. Mi hijo desaparece en Mar del Plata, en una base naval, y aún no sé nada de él. Ojalá que las madres de allá luchen y puedan conseguir lo que hemos conseguido en Rosario, que ha costado mucho. Llevamos 34 años en la calle, con frío, con lluvia, siempre luchando.... lo siento y me duele las Madres que ya no están, y que no pueden vivir este momento de tristeza y de alegría.”

El recuerdo y el homenaje a Silvia Suppo, asesinada recientemente en Rafaela, también estuvo presente en cada uno de los militantes y de las madres. Así como también, la imagen de la querellante Cecilia Nazábal, quien fue una de las primeras que impulsaron la realización de los juicios por la verdad.
Un día histórico, imprescindible en la memoria de todos y todas. Seguirá la lucha por los juicios que todavía restan, por la recuperación de más nietos apropiados y por las condenas a perpetua que seguiremos exigiendo.
Foto: Jorge Contrera
Publicado el: 16/04/2010
Publicado el: 16/04/2010
Por Maria Cruz Ciarniello.
Fuente:ENREDando.org.ar-Comunidades en Red
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