30 de julio de 2010

BERNARDO MENÉNDEZ: UN MILITAR CON PERPETUA QUE DEFIENDE A REPRESORES.

El militar con perpetua que defiende a represores
Bernardo Menéndez está condenado por asesinato y secuestros. Sin embargo, una apelación ante la Cámara Federal le permite ejercer su profesión.
Por Fabián Kovacic
Menéndez defiende a otro militar en el juicio por Orletti. (NA)

Bernardo José Menéndez fue condenado en diciembre pasado junto a Jorge Olivera Róvere, segundo jefe del primer Cuerpo de Ejército en tiempos en que esa área militar era comandada por Guillermo Suárez Mason, por crímenes de lesa humanidad.
Sin embargo por estos días permanece en la sala de audiencias donde el TOF 1 lleva adelante el juicio a seis responsables de delitos de lesa humanidad cometidos en Automotores Orletti.
Toma notas, revisa papeles, observa a los jueces, al público y a la media docena de testigos que hasta ahora pasaron por el estrado.
Menéndez es abogado defensor del imputado ex coronel Rubén Visuara.
El parentesco judicial les viene de 1976, cuando Menéndez era jefe de una de las áreas del Primer Cuerpo, precisamente en la que funcionaba Orletti.
Allí Visuara era uno de los responsables de Inteligencia desde la Side comandada por el general Otto Paladino.
De hecho, en los desaparecidos y asesinados que abonaron las condenas en la causa Olivera Róvere figuran una docena de argentinos y uruguayos víctimas del Plan Cóndor.
Entre los delitos por los que fueron condenados en diciembree figuran las desapariciones del escritor Haroldo Conti, el 4 de mayo de 1976, y los legisladores uruguayos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz en la noche del 17 de mayo del mismo año.
Como jefe de la zona V,Menéndez no sólo tenía responsabilidades sobre Orletti, sino sobre los centros clandestinos Vesubio, Olimpo, Club Atlético y El Banco.
Menéndez nació el 6 de octubre de 1932 en la ciudad de Buenos Aires y durante la dictadura fue jefe del grupo de Artillería de Defensa Aérea 10, entre el 26 de noviembre de 1976 y 26 de enero de 1979, según los documentos del Cels.
Tras el golpe militar se enroló en las internas militares que le permitieron años después ocupar cargos políticos en el Estado.
Con la asunción de Leopoldo Galtieri a la presidencia, en 1981, desembarcó en el gobierno de la mano del Ministro del Interior, Ibérico Saint Jean en el cargo de subsecretario de Interior. Para entonces ambos ya habían hecho carne la frase de Sainte Jean: “Primero mataremos a todos los subversivos, luego a sus colaboradores, después a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanezcan indiferentes y finalmente mataremos a los tímidos”, palabras pronunciadas en una cena entre oficiales del ejército en el caluroso enero de 1977.
En plena guerra de Malvinas comparó “la gesta de recuperación de las islas” con el movimiento de Argel que llevó al poder en Francia al general Charles de Gaulle.
Pero apenas tres días después de la caída de Puerto Argentino fue un severo crítico del dictador Galtieri y su convocatoria a la Plaza de Mayo el 16 de junio para anunciar la derrota ante el imperio británico, según publicó el diario La Nación en su edición conmemorativa del vigésimo aniversario del desembarco militar en Malvinas.
Las listas de la Conadep lo registraron como represor y con el juicio a las juntas militares en 1985 fue su turno de responder ante la Justicia.
Pero las leyes de Obediencia Debida y Punto Final lo pusieron a salvo del juicio.
Con la anulación de esas leyes en 2003 y la previa apertura de la causa Plan Cóndor en 1999, Menéndez comenzó su desfile por tribunales.
El 30 de mayo de 2004 el juez federal Rodolfo Canicoba Corral le imputó junto a otros cinco ex oficiales la responsabilidad en la llamada Masacre de Fátima, ocurrida en agosto de 1976, cuando treinta detenidos en Coordinación Federal, conducidos hasta las afueras de la localidad de Pilar, fueron ejecutados con un disparo en la cabeza y, sus cuerpos, dinamitados.
En julio de 2004 el entonces juez federal Guillermo Montenegro –actual secretario de Seguridad porteño– dictó la prisión preventiva de Videla y una docena de oficiales del ejército, entre los que se contaba Menéndez, en el marco de la causa Plan Cóndor.
Fue por su presunta responsabilidad en el secuestro y desaparición del bebé Simón Riquelo, hijo de la docente uruguaya Sara Méndez –detenida en Orletti–; de Esther Ballestrino –Madre de Plaza de Mayo–, de Mónica Grinspon y Claudio Logares y de Marcelo Gelman y su esposa, María Claudia Iruretagoyena, cuyos restos estarían actualmente en Uruguay. La causa fue promovida en 1999 por familiares de las víctimas.
Abogado del diablo.
Luego de ser retirado por la fuerza del ejército, Menéndez decidió ejercer su profesión de abogado y se defendió a sí mismo en la causa Olivera Róvere.
El resultado está a la vista con la condena a perpetua. Sin embargo, la sentencia fue apelada y se encuentra actualmente a decisión de la Cámara Federal aceptarla o no.
En el juicio oral por Orletti, el Cels planteó a los jueces del tribunal oral que de confirmarse la condena a Menéndez, Visuara podría quedarse sin defensa, pero los magistrados desestimaron el planteo.
Menéndez figura como afiliado al Colegio Público de Abogados de Capital Federal (Cpacf), en el tomo 16 folio 305, como miembro activo y con estudio jurídico en Esmeralda 1376, cerca del rancio e histórico Círculo Militar.
Según se lee en la web del Cpacf, como abogado condenado puede seguir ejerciendo su profesión en tanto la condena no esté firme. “El artículo 44 de la Ley 23.187 establece que los abogados matriculados sobre los que hubiere recaído condena judicial por delitos dolosos a penas privativas de la libertad o condena que comporte la inhabilitación profesional, quedarán sujetos a sanciones disciplinarias.”Miradas al Sur consultó la situación con el Cpacf.
“En los casos de delitos y juzgados federales no es el colegio quien otorga la matrícula al abogado sino la Cámara Federal. En el caso de Menéndez hay además un recurso extraordinario presentado ante la Cámara Federal para rever el fallo y llegar hasta la Corte Suprema.”
En cualquier caso, el Cpacf no estudia ningún tipo de sanción ética ni disciplinaria para el coronel devenido hombre de leyes, Menéndez espera que la apelación a su cadena perpetua lo deje en libertad y librar también a Visuara de los 65 cargos por secuestro, tormentos, asesinato y desaparición de persona, en los que está imputado por su participación en Orletti.
FuentedeOrigen:MiradasalSur
Fuente:Agndh

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