29 de julio de 2010

MENDOZA: UN MILITAR SE QUEBRÓ y REVELÓ MÉTODOS DE TORTURA.

Juicio histórico en San Rafael: por primera vez un ex militar se quebró y reveló métodos de tortura
Agustín Mauricio/Mediamza.

Los asistentes al juicio se sorprendieron ante la “confesión” del ex militar. Dijo que para aquella experiencia llegaron desde Estados Unidos 20 militares "rangers" para entregar a unos 200 pares argentinos.
El curso contaba con manuales y procedimientos para efectuar todo tipo de torturas a los detenidos. Estas técnicas tenían como fin —explicó Reyes— obtener información de las personas arrestadas para llevarlos hasta sus compañeros o militantes, y que las torturas eran tan fuertes que algunos pedirían que los maten, les explicaron los rangers a los argentinos.
Sin embargo, dijo el ex militar que los estadounidenses terminaron aprendiendo cómo maltratar a las personas, es decir, que nuestros connacionales eran más despiadados que los instructores del norte del continente.
Esos manuales contenían las técnicas de la picana, el submarino, a estaquear cuerpos, de qué manera había que cortarles los párpados a los detenidos, entre otros métodos de tortura, detalló Roberto Reyes. Agregó que ese curso participaron 200 integrantes del Ejército entre oficiales y suboficiales de todo el país.
Para el abogado querellante Pablo Salinas, “la confesión de Reyes demuestra que efectivamente hubo un plan sistemático de terrorismo de estado que se comenzó a preparar en los años sesenta para ponerse en marcha en los setenta”.
En este juicio son jugados Raúl Alberto Ruiz Soppe (era jefe de la Unidad Regional II de la Policía de Mendoza); Aníbal Alberto Guevara (se desempeñaba como Teniente del Ejército); José Martín Mussere (enlace entre la Policía y los mandos militares); Juan Roberto Labarta (integrante del D2 en San Rafael); en tanto que el quinto acusado, Ruiz Pozo, quedó suspendido debido a que está internado por una enfermedad terminal.
FuentedeOrigen:http://www.mdzol.com/mdz/nota/226756
Fuente:Agndh

Guillermo Romano
“Nos detenían por cualquier cosa, en las comisarías nos golpeaban y torturaban”
Romano es actualmente director de Cultura del municipio

Sin lugar a dudas Guillermo Romano era, junto a Susana Sanz, las principales espadas de la Juventud Peronista de comienzo de los años 70 del siglo pasado, cuando la efervescencia política iba cada día en aumento dado que el gobierno del general Lanusse estaba en su etapa terminal. San Rafael no era una excepción en esa situación que se vivía en el país, de modo tal que la politización de los distintos estamentos sociales y comunitarios iban siendo una realidad. Romano, actual Director de Cultura de la comuna local, recordó aquellos días y destacó lo que viene sucediendo hoy, cuando se juzga a cinco acusados de crímenes de lesa humanidad cometidos en San Rafael.
"En 1971 estudiaba abogacía en Córdoba, una ciudad donde la militancia era fuerte, la juventud comenzaba a tener un ferviente valor democrático y un rechazo a la dictadura, además porque estaba presente muy presente la figura del Che Guevara. En 1969 se produjo el 'Cordobazo', y yo pertenecía a esa juventud militante que luchaba por un mundo mejor, más justo, más igualitario. Por ese entonces había mucha confusión en nosotros porque las fuerzas políticas populares de entonces, el peronismo y el comunismo no nos contenían; sabíamos lo que queríamos pero no había nada que nos identificara con lo que buscábamos. Pero después, analizando la historia peronista, nos fuimos dando cuenta que en ese sector político estaba el destino de la juventud".
Más adelante Romano indicó que "cuando regresé a San Rafael me asocié con Susana Sanz, quien ya estaba trabajando con los doctores Simón y Héctor Chaves (NdeR: actual querellante en la causa Tripiana), y juntos comenzamos a defender los derechos de los trabajadores y a militar en la Juventud Peronista. En esos años se estaban construyendo los diques Valle Grande y Agua del Toro, donde no se cumplían con leyes en vigencia, no se les pagaba el fondo de desempleo y algunos gremios transaban con la patronal y cuya dirigencia se convertía en cómplice de las injusticias. En los años 1971, 72 y 73, la Juventud Peronista comenzó a trabajar para llevar a la gobernación a Martínez Baca, porque el partido no lo quería, y gracias al trabajo de base de la JP en Pueblo Diamante, Pueblo Usina y otros barrios le dimos forma al proyecto de forma tal que ganamos las elecciones rotundamente".
Apuntó que "había mucha militancia, y todos los compañeros desaparecidos como Tripiana, Faggeti, Osorio, Berón, Sandobal, entre otros, estaban comprometidos con lo social, lo político, eran muchachos idealistas, las únicas armas que tenían eran proyectos, ideas, como llegar a los más necesitados, todos luchábamos por un mundo mejor. Nunca en San Rafael hubo subversivos como se dijo, al contrario quienes nos perseguían nos colocaban bombas, a nosotros nos volaron el estudio jurídico de calle Francia y a Susana Sanz su casa de calle Belgrano, nos detenían por cualquier cosa, en las comisarías nos golpeaban, torturaban, nos acusaban hasta de robar gallinas, la cosa era meternos preso. Fueron días de terror. Eso me obligó a irme de San Rafael, muchos amigos que no estaban en la política me decían 'Guillermo andate, te van a matar, te andan buscando para matarte".
Manifestó que "tuve la suerte de exiliarme, algo que no pudieron los demás muchachos que se quedaron y fueron detenidos desaparecidos. Hoy a los culpables los están juzgando, tienen la suerte que no tuvieron Tripiana, Faggeti, Osorio, Sandobal, Illia, de poder demostrar ante un tribunal si son o no los autores de estos crímenes de lesa humanidad. Estas personas no fueron detenidas para torturarlos, sino para ponerlos al frente de jueces que les dan la posibilidad de defenderse. Ahí está la diferencia entre la democracia y la dictadura", dijo finalmente.
FuentedeOrigen:DiariodeSanRafael
Fuente:Agndh

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