REPORTAJE AL ESCULTOR CARLOS LOPEZ:
“EL ARTE ES UN GARROTE”

Carlos López tiene 55 años y desde hace 30 que se dedica a la escultura en madera. Carlos es un tipo amigable y libertario que cultiva el perfil bajo. Se define como un “inestable del arte”, siempre jugando con los estilos y las formas, y reniega de los que enarbolan fórmulas y medidas para definir qué está bien o mal, dónde reside la belleza de tal o cual obra. En la Casa por la Memoria (Marcelo T. de Alvear n° 32) expone “Dualismo” y “Vuelos en el Centro Cultural Nordeste”. En su casa repleta de esculturas entre mate y mate charló sobre el arte en general y su trabajo en particular.

Por Gonzalo Torres. Prensa Comisión Provincial por la Memoria Chaco.

Padre de dos hijos y abuelo de una nena, Carlos vive en una casita cerca de una chacarita por la avenida Alberdi donde consigue muchos de los pedazos de hierro, retazos de máquinas y desperdicios varios que integra en sus obras, trabajadas en palo santo, algarrobo, lapacho, etc. , etc. La madera la busca en el río; se sube a su bicicleta con un equipo de mate y recorre la ribera, explorando, hasta que encuentra una pieza que lo convenza (siempre madera muerta), entonces se vuelve a su casa a buscar la motosierra para separar el pedazo que quiere. “Me gusta cirujear”- comenta al respecto.

-¿Cual es el disparador para ponerte a sacarle forma a un pedazo de madera o metal?

-Y…voy chispeando, acá se ve mi inestabilidad (señala con el termo un par de obras sobre unos estantes), porque voy saltando entre cosas, algunas son grotescas, otras se acercan al surrealismo, otras se asemejan más a lo clásico, a lo primitivo, me aburre hacer siempre un mismo estilo de figuración…

-Ok, pero algo debe haber que buscás, o que te mueve a ponerte a trabajar…

-El desafío mío es sacarle al metal la cosa inerte, hacer una fusión entre el hierro y la madera y darle plástica. Ahora estoy desprendido de lo que se supone que es la escultura formal, me calienta tres pelotas que digan que es bueno o malo, ¡lo hago porque lo disfruto!

-Te inspirás con algo en particular?

-Me gusta el río. Antes me iba en la bicicleta a tomar unos mates, solo, ahora ya no se puede ir solo, a veces alquilaba una canoa, remaba y remaba, no sabes como lo disfrutaba a ese río…una vez pasan volando unos patos y me dije, voy a hacer un paisaje…” (Varias de esas obras integran la serie “Vuelos”, en el Centro Cultural Nordeste).

-¿Tenés alguna tara o rutina o algo por el estilo para ponerte a laburar?

-A la tarde no hago nada… (risas) Lo mío es… yo no quiero laburo fijo, para mí saber que tengo que cumplir una norma me pone mal, no tengo norma…Tiro los hierros, porque no compro, ando cirujeando y traigo y lo tiro por ahí, hasta que lo miro y takate! No corto árboles, uso maderas de río, maderas muertas, tampoco quiero comprar maderas. La mejor madera está en el río, la que se secó en el agua por ejemplo el cedro, está 30 años bajo el agua, y al secarse explota, es maravilloso...

-¿Tenés alguna madera preferida?

-Antes sí… ahora ya no…

-Entonces contá como era antes, ¿te gustaba alguna en particular?

-Hay maderas que te seducen, cuando laburás el cedro te queda un perfume, la pucha que hermoso, o el palo santo, que tiene ese aroma penetrante…. Ahora tengo un pedazo de nogal, una vez me trajeron sándalo, no te imaginas lo que era…. Y un conocido me trajo una maderita de la India que se llama Bosso, es sagrada allá.

-¿Y en cuanto al modo de trabajar, qué podés decir?-El palo santo parece un trapo, se presta para todo, eso es lo que tienen las maderas duras. El cedro es blando pero tiene una consistencia muy fuerte, la herramienta tiene que estar muy afilada y no golpear. La pinotea es otra que tiene como secreto el filo, se le golpea despacito y va saliendo solo. Casi no lijo la madera, no trabajo las vetas como antes, ahora busco más el espíritu, no es que me interesa tanto la lija, me interesa más el contenido de la obra… (mirando una obra) sí, seguro esto lijado sería una cosa hermosa, pero no es lo que me interesa…

-Te gusta más el acabado rústico

-Si, porque en definitiva el ser humano es así, no brilla nadie, todos estamos conflictuados, hechos pelota… (Risas)

-Vos participaste con una escultura en la primera muestra colectiva de artistas que se hizo en la Casa por la Memoria, ahora tenés montada la muestra “Dualismo”… ¿Qué te pasa por la cabeza cuando pensás que exponés en un lugar donde funcionó un Centro Clandestino de Detención del Terrorismo de Estado?

-Lo primero que pienso es ¡cómo cambian las cosas y la visión de la gente!.. antes nadie se quería meter con nada. Es un gran logro, que hoy pueda haber ahí una exposición de arte… que donde ayer se torturaba y se hacían cosas tremendas con la gente por pensar distinto yo pueda estar exponiendo libremente, sin que me hayan preguntado mis ideas ni nada, me abrieron las puertas, para mí es un honor y un gusto...

-¿Algún recuerdo sobre aquellos años duros?

-Me acuerdo cuando volví de Buenos Aires en el 78… no quería ni salir a la calle, eran épocas bravas, cuando el único lugar donde te podías ir a sacar el pelo largo de debajo de la campera era en un recital de rock, te hablo de 100 o 200 personas… por eso estoy de acuerdo totalmente con que se castigue a los responsables hijos de puta que nos privaron de nuestra juventud, y ojalá que nunca más vuelvan…

-¿Qué esculturas de la ciudad te gustan?

-Me gustan muchas esculturas de la ciudad, como figurativo, me parece que lo más groso que hay acá es la que está enfrente del banco Nación, la mujercita esa, después hay otra en la vereda del Fogón de los Arrieros, una gordita hecha en granito que es una hermosura… Después tenés obras de los capos que vinieron de afuera, la del mexicano en el Guido Miranda es sugestiva al mango, es una maravilla de obra, la de Badi, “El alma” (Alberdi y peatonal) y después, la cabeza esa que está fragmentada (plazoleta avenida Lavalle) tiene unas cosas muy interesantes… yo le ví cosas similares a la obra de la Minujín…

-¿Y cuáles no te gustan?

-Eh… mirá, yo cuestiono a los que se van y hacen lo mismo que los europeos… ¡Y el arte latinoamericano es riquísimo! los mexicanos, chilenos y peruanos tienen amor a su tierra. Te hacen una obra y la obra cuenta de su lugar, te gustará o no, pero se ve eso, porque en definitiva el artista es resultado de su medio ambiente… Y hay algunos que se van al carajo, tienen todos la misma obra, cosas más trilladas que la mierda, igual que esas cosas plegadas, no me gustan, pueden ser buenas obras pero a mí no me gustan…

-¿Qué querés decir con “plegadas”?

-Me refiero a algunas de esas obras que salen en todos los folletos, porque no es arte, es diseño, ponés un cóncavo con un recto y chau… tienen como una fórmula y listo… no moviliza nada, no hay aporte.

-¿Tiene que tener un aporte el arte?

-Y… creo que la función del arte es educar, o hacer ver, abrir la cabeza, es una llave de la mente, a veces tiene que ser no solo la cosa linda, también tiene que ser un sopapo a la conciencia, un garrotazo a la conciencia, llamarte a reflexionar… claro, puede haber uno que te diga “yo hago arte porque me gusta” y está bien… pero yo no existiría sin ese motor de cuestionarme cosas, porque en definitiva cuando laburo me estoy cuestionando, y …

-(Manotea una de sus obras, una gallina muy simpática acompañada por un huevito, justo al lado, ambos de palo santo)

-… Es como el huevo y la gallina, en el arte también te tenés que preguntar, ¿Por qué carajo el hombre hace arte, por qué el primer tipo agarró y metió la mano en una caverna?… ¿Cuál es el motor que lo impulsó a manifestarse? En definitiva, el descontento, algo le habrá pasado a ese tipo para expresare de esa forma, y bueno, eso es el arte para mí.

CARLOS LOPEZ.

“Hace 30 años que estoy con la madera, voy a cumplir 56 años y creo que desde los 6 años que estoy dibujando…” rememora. Estuvo 6 meses en Bellas Artes y salió despavorido, en el año 68. “Mi vieja me anotó y fui con toda la expectativa y cuando llegué me quería morir”… Nunca más se acercó a la institución, si bien aclara que en los últimos tiempos la cosa cambió para mejor; “ahora sé que hay gente más abierta”.Participó en exposiciones colectivas, salones nacionales y encuentros de escultores desde 1990 y ha recibido diversos premios y reconocimientos a lo largo de su carrera, como el Premio Mención Salón Nacional de Artes Plásticas (1992), el de Misiones - Concurso de Escultura (1993) y el III Premio Salón Rosa Galisteo (2008).La muestra “Dualismo” ( en la Casa por la Memoria - Marcelo T. de Alvear 32) es su primera muestra individual. “Siempre expuse en grupo, supongo que soy un poco reacio a mostrar mis obras” concede. Una vez al mes da clases a grupos de jóvenes con problemas de adicción, “ocurren cosas lindas, los pibes están muy abandonados y cuando alguno se interesa, es como que se le abre la cabeza, me traen alguna cosita y los voy guiando”.Se reconoce bastante despelotado, “no manejo nada de guita, la hago bolsa enseguida, pero no tengo cuentas”, y de vez en cuando le vienen ganas de salir a buscar caminos para recorrer, “por ahí tengo ganas de mandarme a mudar, irme a la Isla, o al Bolsón… es hermoso, un paraíso, pero también le disparo al frío…” y concluye en quedarse acá, un poco desganado, sin saber hasta cuando…

El arte es peligroso para los intereses de los grandes, el grotesco molesta, es una reacción esperable en ese tipo de gente porque no quieren ver esta realidad, no quieren ver familias viviendo dentro de un caño…”

Carlos López.
Fuente:CausaCaballeroJuicioyCastigo