Era un testigo de la defensa
Caso Margarita Belén: Un oficial fue preso por falso testimonio
El oficial retirado del Servicio Penitenciario Federal (SPF) César Casco, uno de los testigos más importantes del juicio por la Masacre de Margarita Belén, terminó ayer bajo arresto porque habría mentido durante la declaración que prestó ante el Tribunal Oral Federal (TOF) presidido por Yunes.
Era muy evidente que Casco no estaba diciendo toda la verdad, sus respuestas esquivas crisparon los ánimos del TOF, de la fiscalía y la querella. No quedó otro camino que arrestarlo por cometer un delito de acción pública en la sala de audiencias. Seguramente la intención de Casco era evitar quedar salpicado por la Matanza, pero al hacerlo quizás perdió la posibilidad que le dio la Justicia.
Ahora deberá responder por los cargos previstos en el artículo 371 y 275 del Código Penal, como por los cientos de requerimientos que elevará la Fiscalía. La jugada del ex oficial fue tratar de demostrar que no estuvo en la Unidad Penitenciaria 7 el 12 y 13 de diciembre, es decir en las horas previas a la Matanza de Margarita Belén, hasta allí bien.
Pero al confrontarlo con los casi 100 testigos que aseguraron que él fue quien leyó los nombres de los presos políticos que debían salir de sus celdas para ser trasladados, comenzó a negar todo.
Negó haber tenido trato alguno con los presos políticos, sostuvo que no hubo un régimen duro para el sector de los prisioneros por la ley 20.840, y hasta ilustró a la cárcel como un sistema permisivo: “Puertas adentro de los pabellones, es un tema de los presos”. Durante la primera parte de su relato pudo soportar bien el bombardeo constante de preguntas, pero estaba parado sobre una base muy débil; y tanto fue el cántaro a la fuente que finalmente se rompió.
Como ocurre en la lógica, negando todo terminó admitiendo cosas sin saber que derrumbaría su coartada. Aceptó que Belzor Miño y Ricardo Fortunato Ilde estuvieron detenidos en la U7. Miño cuando declaró casi califica a Casco como la encarnación del mal en la U7 e Ilde, que conocía al penitenciario por ser vecino, minutos antes aseguró ante el mismo tribunal que mantuvo una charla con él durante los hechos ocurridos el 12 de diciembre. También debió admitir que “no había un trato igualitario” y que en un momento dado se “cortó la correspondencia para los presos políticos”, fue la segunda vez que se desdijo.
El tribunal y el cuarto juez tomaron cartas en el asunto, lo interrogaron por todo y sus respuestas no eran convincentes. Dijo que nunca tuvo un problema disciplinario con un preso, que sus funciones eran limitadas, pero lo más comprometedor fue desconocer la norma que regula el régimen penitenciario.
Las advertencias
En tres oportunidades el tribunal le advirtió que estaba declarando bajo juramento y tenía obligación de decir la verdad de cuanto supiera y fuere preguntado. En otras dos oportunidades la fiscalía le señaló el posible castigo penal en caso de que fuera encontrado culpable de falso testimonio.
El un momento dado el fiscal Carlos Amad dejó de preguntar y disparó: “El testigo es reticente, señora presidente voy a solicitar...”. Antes de terminar fue interrumpido por Yunes para evitar que en ese momento se le formule la imputación que se venía. Media hora después de este hecho el testigo se retiró de la sala de audiencia a una sala contigua. Amad pidió la palabra para imputarlo del delito de falso testimonio (Artículo 275 del Código Penal) y solicitar su detención por cometer el delito en la sala de audiencias (Artículo 371). En tanto, el resto de los fiscales y la querella formularon la misma acusación precisando que “hasta en las preguntas que eran para testar al testigo, las respuestas fueron reticentes”. La defensa sostuvo que Casco en lo que refiere a la causa manifestó que no estaba en la U7 porque revestía de licencia y que correspondía verificar con los archivos del SPF, sí había salido de vacaciones para esa fecha.
Fuente:DataChaco
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