Compañera de monjas francesas desaparecidas en Argentina declara en juicio
La monja francesa Yvonne Pierron recordó a sus ex compañeras Léonie Duquet y Alice Domon, desaparecidas en la dictadura argentina (1976/83), al declarar el viernes en un juicio contra el ex marino Alfredo Astiz y otros 18 represores acusados de delitos de lesa humanidad.
La monja francesa Yvonne Pierron recordó a sus ex compañeras Léonie Duquet y Alice Domon, desaparecidas en la dictadura argentina (1976/83), al declarar el viernes en un juicio contra el ex marino Alfredo Astiz y otros 18 represores acusados de delitos de lesa humanidad.
"La última vez que las vi a Alice y Léonie fue en la comisaría de la calle Lavalle, en Buenos Aires, adonde nos habían llevado en un camión celular" de la policía, dijo a la AFP Pierron, de 83 años, luego de dar su testimonio en el proceso que ventila los crímenes perpetrados en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
La anciana monja, que sigue viviendo en Argentina, evocó así la última imagen de sus compañeras vivas cuando fueron apresadas en 1977, mientras participaban en una ronda de la por entonces incipiente organización humanitaria Madres de Plaza de Mayo.
Pierron llegó a Argentina en 1955 y se radicó como misionera en Corrientes (nordeste), donde más tarde trabó amistad con Alice Domon y donde trabajaron con familias campesinas que integraban el movimiento rural Ligas Agrarias, que tuvo auge en los 60 y 70 y fue perseguido y desintegrado durante la dictadura.
La monja sobreviviente, que debió exiliarse en 1978 y regresó a Argentina tras el regreso de la democracia, recordó ante los jueces que tras el golpe de Estado de 1976 los campesinos sufrieron persecuciones y un obispo que los respaldaba, monseñor Alberto Devoto, recibió amenazas.
Fue cuando Domon fue a Buenos Aires para acompañar a campesinos que buscaban familiares desaparecidos y se instaló en la localidad de Morón (periferia oeste) junto a Léonie Duquet.
Domon y Duquet fueron secuestradas entre el 8 y 10 de diciembre de 1977 junto a una decena de activistas humanitarios y de la organización Madres de Plaza de Mayo, que había sido infiltrada por Astiz, el "angel rubio de la muerte", en un operativo de un grupo comando de la ESMA.
Los secuestrados fueron torturados y luego asesinados en los llamados "vuelos de la muerte", en los que arrojaban los prisioneros vivos al mar desde aviones.
El cuerpo de Léonie fue recuperado e identificado en 2005, pero Alice sigue desaparecida.
Astiz, condenado a prisión perpetua en ausencia en Francia y en Italia, está siendo juzgado en Argentina junto a otros 18 represores por 86 casos de desaparición y torturas en la ESMA, entre ellos los de las dos monjas.
Unas 30.000 personas desaparecieron en la dictadura, según organismos de derechos humanos.
Fuente:AgenceFrance-Presse
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